Hidrografía
La red de drenaje se resuelve en arroyos de escasa importancia dentro de los límites del Parque. Los dos cursos de agua que aportan a la Laguna son el arroyo Pichi-Ñireco, que con un cauce de aproximadamente 40 o 50 metros de ancho desemboca en el extremo oeste de la Laguna, y el arroyo del Llano Blanco, que desde el O-NO desemboca muy cerca del cerro de la Laguna. Estos arroyos, estrictamente temporarios, no deben ser considerados como “mantenedores” del caudal de la Laguna, por lo menos a partir de un cauce visible. Otros arroyos que se deben considerar en cuanto a la red de drenaje son el Picún Leufú y el Ñireco, que, aunque fuera de los límites del Parque, tienen relaciones geológicas con él. Estos cursos tienen un caudal permanente, y el Ñireco afluye al Picún Leufú cerca del extremo E-SE del Parque, después de recorrer un largo valle encajonado.
Las pequeñas lagunas de la zona se forman en las depresiones de estas regiones basálticas, y su caudal desaparece por efecto de la evaporación. En el extremo O del Parque se encuentran las lagunas Verde, Agua del Hoyo y Menor, que son permanentes (10).
La laguna Blanca, entre las bardas, es el cuerpo de agua principal de la región.
La laguna Verde, a poco más de 2 km al NO de aquélla y a 1.279 msn.., es pequeña y de una aparente mayor concentración de sales.
La Laguna del Hoyo se encuentra en una depresión cerrada, a 1.282 msnm. Próxima a ésta se halla otra pequeña laguna sin nombre, totalmente cubierta por vegetación emergente.
Investigación
y Textos:
Lorena Padula
Supervisión
Técnica
Honoraria:
Juan Carlos
Chebez
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