Conservación
Un sector de la laguna Blanca está afuera del área protegida, lo que impide que se garantice la protección del conjunto. En esas escasas 200 ha que restan podría crearse una Reserva Provincial, o, idealmente, incorporarlas al Parque Nacional.
La distribución de las zonas de “Parque” y “Reserva” no guarda relación con el interés de conservación y uso del área. Por un lado, el Parque Nacional es el sector que recibe mayor presión de pastoreo, y cualquier actividad recreativa deberá hacerse allí. El área de Reserva no ofrece posibilidades de uso turístico.
La presión por uso ganadero es doble, ya que los pobladores del Parque poseen animales, y los miembros de la circundante comunidad de Zapala los ingresan, usando la laguna Blanca como aguada y como fuente de agua para consumo humano. Prácticamente todo el Parque es utilizado por el ganado, excepto los sectores que han sido alambrados, por lo que la presencia de ganado de vecinos ha disminuido.
El pesado sobrepastoreo se traduce en cambios en la composición florística, erosión y pisoteo. Se observan sectores con suelo desnudo, médanos pequeños y hasta cárcavas de erosión.
Asimismo, el ganado impacta, directa e indirectamente, sobre la avifauna. Los hábitats escasos y particulares reciben la mayor presión, sobre todo la vega del Llano Blanco y toda la costa de la laguna Blanca. Todo el día hay allí ganado, lo cual perjudica notoriamente la nidificación en zonas costeras, y también la de aquellas especies que lo hacen en el agua. Esto sucede porque los animales disminuyen drásticamente la cobertura vegetal, quitándoles a las aves la protección contra vientos, oleaje y predadores. De por sí, la sola presencia del ganado circulando las aleja del sitio. Debe considerarse también que la presencia de perros y personas en lugares cercanos a los nidos puede perturbar a la avifauna.
Existen algunos planes de manejo, los cuales aún deben ser formalizados, que incluyeb a los pobladores del área. Algunos de ellos han comenzado a trabajar en el Parque como empleados a cambio de reducir el número de animales.
Debe resaltarse que en sitios donde había indicios de erosión se pusieron en marcha planes de rehabilitación (4, S. Domber, com. pers.).
El molle y el mataguanaco apenas subsisten, debido a un histórico uso leñero.
La liebre europea y el conejo, exóticas, provocan un impacto no mensurado. Principalmente el último preocupa a los productores agropecuarios.
Posiblemente el problema de conservación más serio de la laguna principal (Blanca) sea la abundancia de percas y de las dos especies de trucha. El impacto conjunto es considerado altamente significativo y negativo. Es posible que hayan ocasionado la desaparición de A. patagonicus. Además del muy posible impacto directo sobre anfibios por predación, es dable suponer que los peces han producido significativos cambios en la cantidad y proporciones de invertebrados, lo que genera cambios en la red trófica, con posibles impactos sobre la comunidad de aves. Como se mencionó, con la pesca deportiva y otras medidas se intenta erradicar a la perca.
Existe caza furtiva, sobre todo de choique. También se ha realizado pesca furtiva, si bien hoy día la actividad cuenta con una temporada autorizada. Asimismo, en épocas en que el guardaparque estuvo ausente, se realizó extracción ilegal de laja del cerro Mellizos Sur.
Investigación
y Textos:
Lorena Padula
Supervisión
Técnica
Honoraria:
Juan Carlos
Chebez
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