Riacho Teuquito

Reserva de la Biosfera - Formosa
 

Flora

Es oportuno aclarar que muchos de los bosques de la Reserva de la Biosfera Riacho Teuquito, sufren el impacto de la explotación maderera y ganadera con distintos grados de alteración. Situación que paulatinamente va ir ordenándose a medida que avancen los planes de concientización sobre lo pobladores en cuanto a la responsabilidad que les cabe al estar habitando un espacio protegido por un Programa Internacional.

Siguiendo a Cabrera (1976) el área se sitúa en la Provincia Fitogeográfica Chaqueña, y dentro de esta en la subdivisión Distrito Chaqueño Occidental, que además del oeste formoseño, abarca también el occidente de la provincia del Chaco, este de Salta y Tucumán y gran parte de Santiago del Estero.

La comunidad clímax es el bosque de quebracho, un bosque seco, de mediana altura y bastante abierto, desarrollado sobre suelos maduros y caracterizado por la presencia del quebracho colorado santiagueño (Schinopsis lorentzii) y del quebracho blanco (Aspidosperma quebracho-blanco). La primera de las especies, al igual que la del quebracho colorado chaqueño (Schinopsis balansae), se utiliza para fabricar durmientes, vigas, postes y para producir tanino, por lo que esta especie ha sido intensamente explotada desde fines del sigo XIX hasta mediados del XX. El quebracho blanco es de tronco recto y corteza rugosa de color grisáceo, con ramas que caen en forma algo péndula y los frutos son grandes cápsulas orbiculares, llenas de semillas provistas de un ala membranosa que permite su dispersión por el aire.

Entre las especies arbóreas destacables hay que nombrar el primer término al palo santo (Bulnesia sarmientoi), especie muy escasa cuyos únicos palosantales protegidos estarían dentro del área prospecta. La madera del palo santo es muy apreciada por su dureza, veteado, matiz verdoso y aroma, por lo cual ha sido intensamente explotado ya desde épocas coloniales en su reducida área de dispersión, donde hoy es una de las especies en mayor peligro de desaparecer. Otras especies de valor son el itín o palo mataco (Prosopis kuntzei), el guayacán (Caesalpinia paraguariensis), de vistosa corteza, el mistol (Zizyphus mistol), el zapallo caspi (Pisonia zapallo), el palo tinta (Achatocarpus praecox), el cabo de lanza, y muchísimos otros nombres vulgares que recibe, (Sideroxylon obtusifolium) y el palo jabón (Sapindus saponaria), entre las más conspicuas de porte alto.

De menor altura encontramos especies como al algarrobo blanco (Prosopis alba); el peje (Jodina rhombifolia); el tintinaco (Prosopis torquata); el yuchán (Chorisia insinis); uno de los árboles nativos más originales y decorativos con su típico tronco muy engrosado en forma de botella y una hermosa flor – en zonas selváticas desarrolla el tronco más angosto y alto- (Dimitri, et al, 1993); el guaraniná, ibirá niná o chiri molle (Bumelia obtusifolia); un árbol espinoso de una altura que oscila entre los 5 y 15 metros de altura; la brea (Cercidium australe ), también espinoso y característico por su corteza lisa de color verde; y el garabato (Acacia praecox), cuyo porte alcanza sólo entre 3 y 8 metros y posee una copa irregular cuando joven, mas alta y estrecha cuando adulto; el tala blanco (Celtis pallida); el naranjillo, palo verde o alcaparra, entre mucho otros nombres comunes (Capparis speciosa), que apenas llega a medir 6 metros como máximo, aunque la altura más común es bastante inferior con corteza verde oscura y follaje característico por su color verde intenso y el saucillo o ibá-hé (Acanthosyris falcata), entre varias especies más.

En zonas donde el bosque ha sido talado o simplemente se interrumpe por factores naturales crecen algunas cactáceas como el quimilo o quimil (Opuntia quimilo), muchas veces acompañado por el cardón (Stetsonia coryne) y el cola de gato o cola de zorro (Cleistocactus baumennii), e indica suelos alcalinos o salinos (Kiesling y Ferrari, 2005). También lucen su vistosa fisonomía y una hermosa flor blanca los cactus (Harrisia pomanensis y H. martinii), especies autofértiles típicas de la región chaqueña y de reproducción relativamente rápida (Kiesling y Ferrai, op.cit.).

En el estrato arbustivo también son frecuentes varias especies de género Schinus, arbustos o arbolitos de pequeñas flores blanquecinas dispuestas en panoja; el atamisqui (Atamisquea emarginata); la ancoche o ancochi (Vallesia glabra); sacha sandía (Capparis sp.); la abreboca o monte negro, entre otros variados nombre vulgares, (Maytenus spinosa); acacias espinosas del género Prosopis como el vinal (P. ruscifolia); y otros. La presencia de arbolitos y arbustos espinosos como el chañar (Geoffroea decorticans), el churqui (Acacia caven), la tusca (Acacia macrantha), el teatín (Acacia furcatispina) y el ya mencionado garabato, indicarían un exceso de pastoreo.

El estrato herbáceo está formado por gramíneas, con numerosas especies de los géneros Trichloris, Chloris, Setaria, Gouinia, Digitaria, Eragrostis, Heteropogon, Gymnopogon, Panicum y otras. Además, hay dicotiledóneas de los géneros Ruellia, Justicia, Holocheilus, Trixis, Hyptis, Capsicum, Glandularia, Menodora, Ayenia, Talinum, entre otras.

Las bromeliáceas terrestres, muy conspicuas, forman masas impenetrables, especialmente las formaciones de chaguar (Bromelia serra), de chaguar blanco o caraguatá (Bromelia hieronymi) y de chaguarillo (Deinacanthon urbanianum). Además, hay algunas epífitas, como Tillandsia durantii, Usnea barbata, y varias lorantáceas parásitas de flores llamativas. Siguiendo a Cabrera (1976), entre las principales comunidades determinadas por las características del suelo (serales) de este distrito podemos mencionar las siguientes:

- Pequeños bosques marginales de las orillas arenosas y de los bancos de arena que dejan las periódicas crecidas del río Bermejo. Predominan el pájaro bobo (Tessaria integrifolia), que a veces forma extensas colonias gracias a sus raíces gemíferas, y el sauce criollo o colorado (Salix humboldtiana). Mezclados con estas especies, o bien formando matorrales, suelen aparecer las chilcas de los géneros Tessaria y Baccharis. En las islas se desarrolla una cerrada formación donde se destaca el algarrobo blanco.

- Las selvas en galería. Se observan en los albardones de los ríos Teuco y Teuquito, donde se desarrollan en forma densa junto con el palo lanza o ibirá-catú (Phyllostylon rhamnoides), el palo amarillo (Terminalia australis), el algarrobo blanco, el zapallo caspi (Pisonia zapallo). También se ven camalotes formados principalmente por Panicum elephantipes y Eichhornia crassipes que aparecen en los ríos muertos de las cuencas del Bermejo.

- Los pajonales que se desarrollan en suelos permanentemente inundados donde abundan totorales de Typha dominguensis y juncales de Schoenoplectus californicus. - Hay espartillares que se desarrollan en suelos bajos próximos a los ríos, generalmente sobre antiguos cauces abandonados. Se los conoce también como sabanas de aibe (Elionurus tripsacoides), gramínea muy consumida por el ganado.

- Sabanas de simbol o simbolares, con predominio del simbol (Pennisetum frutescens) y, además, se observan especies de los géneros Elionurus, Eragrostis, Andropogon, Gouinia, Panicum, Digitaria y Asistida. Estas forman una comunidad de gramíneas de alto porte que cubren las abras que se inundan durante la estación de las lluvias (hasta 2 m de altura). Entre los pastos dominantes crecen diversas dicotiledóneas, como Sphaeralcea miniata, Eupatorium squarrosoramosum, Clematis hilarii, y muchas otras especies.

Investigación y Textos: Gabriel O. Rodriguez


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