Es una reserva de sólo aproximadamente 10 hectáreas que protege uno de los últimos relictos silvestres representativos del ambiente que en el pasado ocupaba toda la franja costera del río, con su fauna y flora nativas. Las especies provenientes de la selva paranaense, arrastradas sus semillas o partes de la planta por las aguas de los dos grandes ríos que en su desembocadura forman el Río de la Plata fueron colonizando la costa al encontrar sustrato propicio para ello. Sin embargo la ciudad avanzó en casi toda la ribera, quedando muy pocos lugares con su naturaleza casi prístina, que alberga flora y fauna autóctonas.
Se trata de una reserva urbana que está en jurisdicción del Partido de San Isidro y como tal, cumple un importante rol educativo. Este increíble enclave natural alberga más de 200 especies de aves, reptiles, anfibiios, mamíferos y una gran variedad de insectos. Fué la primera área protegida con jerarquía municipal creada en la Argentina
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