Problemas
de conservación
La Provincia de Buenos Aires tiene un alto porcentaje de su superficie
alterada por la implementación de campos de cultivos y ganadería -vacuna principalmente- con las modalidades de
actividad intensiva y extensiva. Los espacios que conservan su ambiente natural
son relictuales y de escasa superficie .Éstos se encuentran principalmente en
algunos lugares del Delta del Paraná, zona de las Sierras de la Ventana, sector
costero de la Bahía del Samborombón y el extremo sur, esa pequeña prolongación que presenta el territorio
provincial que incursiona en la estepa patagónica.
La erosión
del suelo es muy alta. Uno de los principales fenómenos que la provocan son las
inundaciones periódicas, combinadas con la roturación de los campos, a los
cuales no se deja descansar suficientemente para la recuperación de su
fertilidad. La presión económica obliga a los propietarios a descuidar las
condiciones de su recurso natural, lo cual acentúa el deterioro futuro de los
suelos. Esta conducta realizada por miles de propietarios individuales ha
transformado toda la región constituyéndose en un nuevo ambiente
agro-ecológico, sobre el cual existen opiniones controvertidas sobre su
sustentabilidad en el largo plazo. Sobre el tema en que las opiniones son
coincidentes es que este nuevo ambiente antropizado exige la aplicación de
importantes cantidades de energía para que mantenga su productividad económica,
habiéndose perdido ya gran parte de la biodiversidad original.
Por otra
parte queda claro que desde la década de los 80 hubo un aumento gradual en las
precipitaciones que facilitó la agriculturización de gran parte del oeste
pampeano, con la inclusión de grandes inundaciones, donde la manifestación más
palpable continúa con el incremento de nivel de la Laguna La Picaza, la cual
corta la Ruta Nacional Nº 7 en el noroeste provincial. La medida inmediata para
paliar el efecto de estas inundaciones fue la construcción de gran cantidad de
canales, los cuales no siguieron una coherente red para el desagote de las
aguas en épocas de exceso y una acumulación o reserva para épocas de escasez.
La acción
eólica, es otro factor muy degradante de los suelos, sobre todo cuando quedan
al descubierto en momentos que se está realizando la roturación y preparación
para los cultivos. La capa superficial de materia orgánica es la primera que se
vuela, empobreciendo rápidamente la tierra. En los últimos años se ha venido
trabajando con una nueva modalidad denominada "labranza cero" donde
se ha tenido mucho más cuidado en la cobertura del suelo, dando como resultado
una menor erosión. Pero a pesar de estas previsiones no se ha logrado revertir
la tendencia.
La
introducción de especies exóticas como la liebre europea (Lepus europaeus) y del jabalí (Sus
scrof), entre los más perjudiciales – hay varias más-, también
contribuyeron a al estado de alteración ambiental.
A todo lo
planteado se suma que es la zona
más poblada del país y como consecuencia de ello, la más
antropizada (Bertonatti y Corcuera, 2000), con lo que la exposición al riego de
continuar la alteraciones es permanente.
El Refugio Natural Ribera Norte es un
auténtico relicto que milagrosamente supervivió a la gran transformación
comentada precedentemente. Es un “puntito” verde en medio de muchos kilómetros
cuadrados de cemento, que a tiempo fue puesto bajo protección, primero por la
Fundación Vida Silvestre Argentina y luego continuando la obra la Municipalidad
de San Isidro con la Asociación Rivera Norte. Claro está, que no se encuentra
totalmente exenta de modificaciones, las hay y entre ellas la más importante es
la de haber prosperado en su superficie especies de flora exótica; la fauna en
mucho menor medida dado que sólo hay unas tres especies introducidas –
aves - que frecuentan el lugar. La infraestructura con que cuenta el área es
algo precaria, aunque posee baños y un pequeño centro interpretativos en un
contenedor adaptado para tal fin. El sendero posee unos 1.200 metros y esta en
buenas condiciones, con una parte elevada que permite una óptima visión.
Permanece un problema de desagüe de las calles Los Álamos (pluvial) y Perú (pluvial y cloacal). Estas arterias
vierten sus aguas en zona de la Reserva y las aguas de la lagunita, como de los
otros humedales, con lo que se corre riesgo de provocar un daño irreparable.
Es
importante el logro de haber frenado la altísima contaminación sonora que ocasionaban desaprensivos
conductores de motos acuáticas, ultralivianos y helicópteros que ignoran en lo más mínimo que significa un área
protegida y peor aún, ignoran lo que significa el derecho del otro a gozar de
un ambiente insonoro. Se señala como algo importante poder reubicar el centro
de rehabilitación de la fauna en un sector alejado de la propia reserva, pero
su funcionamiento debe mantenerse dado que cumple un importante rol para los
animales que aparecen lesionados y
son entregados por el público con mucha responsabilidad. Por último se puede
indicar como mejora la construcción de nuevos y mayor cantidad de carteles,
dado que los existentes están en malas condiciones.
Investigación y Textos: Gabriel O. Rodriguez
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