Conservación
No
es este
un parque
donde
la naturaleza
se presente
en su
estado
más
prístino
e intacto.
Ha sufrido
varios
problemas
de origen
antrópico
y aún
hoy no
está
del todo
a salvo
de la
actividad
humana
nociva.
La condición
de área
protegida
intenta
contribuir
a detener
el deterioro
para que
éste
no se
pronuncie
aun más.
 
Para
comprender
los problemas
de manejo
debemos
referirnos
a la historia
del territorio
actualmente
protegido.
Tal vez
el primer
problema
de conservación
que sufrieron
estas
tierras
haya sido
la introducción
de especies
exóticas,
como el
ganado
ovino
y bovino
o los
perros
domésticos
que se
asilvestraron,
convirtiéndose
en “cimarrones”.
Pero los
castores
son el
ejemplo
más
espectacular
del impacto
que pueden
causar
especies
introducidas
en ambientes
en los
que no
evolucionaron.
En 1946,
el Ministerio
de Marina
de aquel
entonces
liberó
25 parejas
de castores
en el
lago Fagnano.
Estos
animalitos
se alimentan
de álamos
y sauces
en sus
lugares
de origen,
Canadá
y los
Estados
Unidos,
pero en
el archipiélago
fueguino
consumen
lo que
tienen
disponible,
es decir,
lenga
y ñire:
toman
las hojas
para alimentarse
y las
ramas
para construir
sus diques
(10) La
construcción
de diques
realmente
efectivos
en los
arroyos
es expresión
de su
biología
comportamental
natural
(2). La
actividad
de los
castores
en la
isla causa
la muerte
por asfixia
de gran
parte
de la
flora
que queda
sumergida
en el
agua de
esos diques.
Pero
hay otras
especies
que generan
un disturbio
en el
ambiente
desde
su introducción.
Merece
atención
el reciente
problema
del visón
(Mustela
vison),
cuya presencia
ha sido
corroborada
en el
sector
de Arroyo
Los Castores
durante
marzo
de 1995.
Sus hábitos
predatorios
constituyen
un peligro
para la
fauna
del parque,
por lo
cual resulta
urgente
un programa
de control
de la
especie
(15)..
Los conejos,
famosos
por su
capacidad
de reproducción,
no tardaron
en dispersarse
por el
parque,
relegando
la flora
palatable
a sectores
donde
ellos
no llegan
a ramonearlas.
Esas áreas
son menos
propicias
para las
especies
vegetales
y por
lo tanto
su deterioro
es importante,
llegando
algunas
a presentar
formas
achaparradas
y otras
a estar
en peligro
de desaparecer
del área.
Sin embargo,
ni el
conejo
ni la
rata almizclera
son considerados
como prioridad
en el
programa
operativo
del área
(15).
Luego
de la
introducción
de especies
exóticas,
debemos
referirnos
al daño
ocasionado
por la
tala indiscriminada
de árboles
que se
realizó
para proveer
de materiales
a la construcción
del penal
que existió
en la
ciudad
de Ushuaia
(15).
El impacto
de esta
construcción
no fue
menor,
y hoy
día
aun se
ven sus
cicatrices
(2). Luego
se otorgaron
concesiones
forestales
que duraron
desde
1950 hasta
1964 y
continuaron
agravando
el estado
de los
bosques
(15).
Con
el correr
de los
años,
la magia
que parece
aflorar
de los
paisajes
fueguinos
atrajo
cada vez
más
público,
lo cual
es beneficioso
en cierta
medida,
pero representa
en la
actualidad
un severo
problema
de manejo
para el
área.
Las visitas
al parque
–tanto
de pobladores
locales
como del
resto
del país
y extranjeros-
se han
incrementado
con el
correr
de los
años,
ejerciendo
una presión
sobre
los ambientes
naturales
que debe
ser constantemente
evaluada.
A esto
se suma
que el
turismo
requiere
de cuidadoso
control
y una
apropiada
infraestructura
que el
parque
aún
está
desarrollando.
Como ejemplo
podemos
mencionar
que el
parque
no cuenta
con un
plan de
manejo.
Este problema
se está
tratando
en la
actualidad,
y obliga
a que
cualquier
decisión
en ese
terreno
sea tomada
con sumo
cuidado,
pues de
ello depende
el futuro
del área.
Además,
debemos
señalar
que este
Parque
se encuentra
sometido
a la presión
de Ushuaia,
una ciudad
que ha
crecido
considerablemente
desde
la creación
del área
protegida.
Toda ciudad
trae aparejados
muchos
problemas
de fuerte
impacto
antrópico,
entre
los que
se encuentra
la introducción
de especies
exóticas
mencionada
y la contaminación
química.
Otro
problema
al que
se enfrenta
el parque
en la
actualidad,
y de gran
importancia,
es el
diseño
del mismo,
pues uno
de sus
más
importantes
ambientes,
el marino,
no se
encuentra
dentro
de sus
límites
y, por
lo tanto,
carece
de protección
legal.
Lo mismo
sucede
con buena
parte
del lago
Fagnano,
donde
existen
colonias
de aves
marinas
que ameritan
ese tipo
de amparo.
A
la insuficiencia
de los
límites
externos
se suma
la ambigüedad
de los
que delimitan
sectores
internos
del parque
(tres
sectores
de reserva
estricta)
(15),
donde
deben
aplicarse
diferentes
pautas
de manejo.
Es necesario
que se
contemple
la posibilidad
de proteger,
con urgencia,
el área
marina
que circunda
el archipiélago
fueguino
si se
quiere
llevar
a cabo
una correcta
protección
de los
ecosistemas
que los
maravillosos
paisajes
fueguinos
contienen.
La
perpetuidad
de los
recursos
naturales
dependerá
de que
el respeto
que les
tengan
las futuras
generaciones
sea mayor
al que
hemos
mostrado
en el
pasado,
y de nuestro
compromiso
personal
para ejercerlo
en todo
momento.
Investigación
y Textos:
Ana Laura
Monserrat
Supervisión
Técnica
Honoraria:
Juan Carlos
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