Copo

Parque Nacional - Santiago del Estero
 
Flora

Flora

El Parque Nacional Copo se ubica en la eco-región del Chaco Seco, una vasta planicie de suave pendiente orientada hacia el este que se extiende sobre la mitad occidental de Formosa y Chaco, la oriental de Salta, casi todo Santiago del Estero, el norte de Santa Fe y Córdoba y sectores de Catamarca, La Rioja y San Luis (PRODIA, 1999). Por otra parte, desde el punto de vista fitogeográfico, el área que nos ocupa se ubica en la Provincia Chaqueña, Distrito Occidental (Cabrera, 1976), la cual es caracterizada por Hueck (1978) como una región con formaciones boscosas abiertas, con especies de hojas pequeñas y frecuentes endemismos. Los suelos son generalmente de origen fluvio-lacustre y sedimentarios, formados por materiales finos -arena fina, limos y arcillas (Cabrera, 1976)-.

Quebracho Colorado
Fruto del Molle
Tala
Fruto del Algarrobo


El área natural protegida que nos ocupa es una vasta planicie con bosques secos o semisecos donde se destacan los quebrachales de dos especies: el quebracho blanco (Aspidosperma quebracho-blanco) y el quebracho colorado santiagueño (Schinopsis lorentzii). La denominación común de “santiagueño” tiene por finalidad distinguirlo del Schinopsis balansae, también llamado quebracho colorado, pero “chaqueño”, dado que este último no ocupa territorio de la provincia de Santiago del Estero. Al respecto, Dimitri (1997) dice: “en algunos puntos de la zona occidental de su área de dispersión, prácticamente sobre el meridiano 60º, convive con el quebracho colorado santiagueño, observándose ejemplares híbridos de estas dos especies conocidos como quebrachos colorados mixtos”.

Las dos especies de quebrachos, que son las leñosas más abundantes, comparten esta condición con el mistol (Zyziphus mistol). Los montes donde predominan las mencionadas especies son interrumpidos por pastizales entre los que se manifiestan con notoriedad los paleocauces (antiguos cauces), localmente conocidos como “caños” o “aibales”, debido a que en ellos predominan los pastizales de aibe (Elionurus muticus) que no han sufrido el proceso de arbustificación. Entre el quebrachal se desarrolla también un denso estrato de árboles de porte pequeño, formado principalmente por las siguientes especies: el sacha poroto (Capparis retusa), el garabato (Acacia praecox), el tala (Celtis tala), el tala blanco (Achatocarpus praecox), el algarrobo negro (Prosopis nigra), el molle (Schinus polygamus) y el itín (Prosopis kuntzei), entre otros. Cerca de los paleocauces pueden observarse ejemplares de yuchán (Chorisia insignis), de guayacán (Caesalpinia paraguariensis) y del llamado cuero de vieja o duraznillo (Ruprechtia triflora).

El sector sudeste del Parque sufrió extracción maderera hasta la década de 1950, no obstante lo cual actualmente está muy bien recuperado, difiriendo de los bosques originarios sólo por poseer más cantidad de ramas finas y árboles jóvenes, lo cual los torna más intransitables. Esto constituye un ejemplo de que la vegetación de los ecotonos entre bosques primarios y pastizales se asemeja, en estructura y composición, a los bosques secundarios o recuperados (López de Casenave, Pelotto y Protomastro, 1995).

Hacia principios de siglo pasado la provincia de Santiago del Estero contaba con aproximadamente 10.700.000 hectáreas de bosques de las que hoy sólo quedan unas 2.300.000, es decir, el 21% de la superficie original. Desde 1870 existieron obrajes -nombre que se da en la región al establecimiento dedicado a la explotación maderera- sobre el chaco ribereño. A medida que pasaron los años, muchas empresas se sumaron a esta actividad, fundamentalmente para la extracción de tanino (Schinopsis balansae es más aprovechable para este fin), confección de durmientes para vías de ferrocarril, fabricación de carbón (en este caso es más útil la especie Schinopsis lorentzi), fabricación de ruedas, ejes, guardaganados, puentes y muchos usos más, dado que la dureza de la madera de las tres especies las convertía en insustituibles para estos fines (la más blanda es la de Aspidosperma quebracho-blanco, cuyo peso específico es de 0,850 kg /dm3).

Tanto el quebracho colorado chaqueño -que fue declarado Árbol Forestal Nacional- como sus parientes son las especies arbóreas más preciadas de la Argentina, emblemáticas tanto por sus múltiples usos, muchos de ellos vinculados con la medicina popular, como por la dureza de sus maderas, que les valieron el nombre que los primeros españoles les dieron: “quiebra hacha”, cuyo apócope -“quebracho”- se impuso con el paso del tiempo.

La situación de los bosques chaqueños en general es muy precaria y el quebracho colorado chaqueño (Schinopsis balansae) fue la primera víctima de la codicia humana para obtener el tanino, insumo fundamental para el curtido de cueros. Esto dio lugar a la devastación de la cuña boscosa santafesina, que poco tiempo después, a causa de los ferrocarriles, se extendió a todo el ámbito chaqueño e incluyó no sólo a la otra especie (el quebracho colorado santiagueño [Schinopsis lorentzii]) sino también al palo santo (Bulnesia sarmientoi), de hermosa veta (Chebez, 1994). Por todo esto, si bien se señalaba la importancia de la fauna del Parque Nacional Copo como motivo de peso para encomendar a la Nación la protección del área, también tuvo una fuerte incidencia en esa decisión la urgente necesidad de proteger los quebrachales más puros que quedan en el territorio argentino.

 

Investigación y Textos: Gabriel Omar Rodríguez
Supervisión Técnica Honoraria: Juan Carlos Chebez

 


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