El Leoncito

Parque Nacional - San Juan
 

Fauna

Todos los ambientes áridos son un verdadero desafío para los animales (y también para las plantas) porque deben adaptar al máximo sus estrategias de supervivencia con mayor sutileza que en aquellos ambientes donde los elementos bióticos fundamentales son más accesibles. La escasez de variedad de fauna para los carnívoros y de flora para los herbívoros, el agua que aparece esporádicamente en brevísimos períodos, los tórridos veranos con bruscos descensos de temperatura hacia la noche, todo, o al menos casi todo, parece conspirar contra la vida.

Sin embargo, la prodigiosa evolución se encargó de superar esas adversidades y para cada aparente problema encontró una solución. En estas condiciones se desarrolla la vida en la Parque Nacional El Leoncito. Allí, el puma (Puma concolor) recorre largas distancias o espera al acecho para cazar su presa de mayor tamaño en estas latitudes: el guanaco (Lama guanicoe). Por su parte, el zorro colorado (Dusicyon culpaeus) y el zorro gris chico (Dusicyon griseus) deberán buscar, con no menos esfuerzo, algunos de los pocos roedores que tienen su hábitat en esta zona, como el cuis chico (Microcavia australis), el tuco-tuco amarillo (Ctenomys fulvus), que sólo esta amparado por este Parque dentro de los que integran el sistema nacional, el cuis moro (Galea musteloides), la laucha sedosa pampeana (Eligmodontia typus) o el chinchillón común (Lagidium viscacia), que vive en los paredones rocosos.

El piche llorón (Chaetophractus vellerosus), la comadrejita común (Thynamys elegans), la rata chichila (Abrocoma cinerea), el ratón andino (Akodon andinus), sólo protegido en El Leoncito, y el zorrino común (Conepatus chinga) cierran la nómina de las 15 especies de mamíferos que dan vida a esta desolada región, junto con otro grupo que es el más numeroso: el de las aves.
El choique (Pterocnemia pennata) es relativamente común en la zona. La guayata (Chloephaga melanoptera), similar a un cauquén pero con predominio de color blanco en su porción anterior, está amparada por el Monumento Natural Laguna de Los Pozuelos y el P.N. El Leoncito en el sistema nacional. Dos especies de jotes desafían las corrientes de aire frío y sobrevuelan la zona junto con otras rapaces como el matamico andino (Phalcoboenus megalopterus) y el aguilucho alas largas (Buteo albicaudatus), entre otras siete especies pertenecientes a las familias Accipitridae y Falconidae.

Algunas especies de poblaciones escasas, amparadas en pocas áreas del ámbito nacional, que están presentes en el Leoncito son: la gaviota andina -sólo en Laguna de los Pozuelos y en El Leoncito- que lleva por nombre científico Larus serranus; la palomita ojo desnudo (Metriopelia morenoi), que está en tres áreas protegidas, incluida El Leoncito; la palomita dorada (Metriopelia aymara), que integra el elenco de este Parque y el del P. N. San Guillermo; la catita serrana chica (Bolborhynchus aurifrons), sólo amparada en San Guillermo y El Leoncito; y el picaflor puneño (Oreotrochilus estella), que que habita en el P. N. Calilegua y también en El Leoncito. Otro tanto ocurre con especies típicas de zonas altoandinas o puneñas, por lo que no es extraño que se las ubique solamente en las áreas situadas en estas eco-regiones. Es el caso de la caminera picuda (Geositta tenuirostris) -presente en Calilegua y El Leoncito-; la bandurrita andina (Upucerthia validirostris), exclusiva de este área; el coludito canela (Leptasthenura fuliginiceps), protegido en El Leoncito y otras dos áreas; el yal chico (Phrygilus plebejus), presente sólo en San Guillermo, en Quebrada del Condorito y en El Leoncito; la monterita pecho gris (Poospiza hypochondria), que se observa en tres áreas además de El Leoncito; el comesebo cabeza negra (Phrygilus atriceps), exclusivo de este Parque y de San Guillermo; el piquito de oro grande (Catamenia inornata), detectado en Calilegua, Condorito y El Leoncito. Estas son sólo algunas -las más escasas- de las 99 especies de aves que se han listado en este Parque Nacional.

Los reptiles en estas zonas deben buscar lugares donde poder asolearse lo más posible, dado que carecen del aparato termorregulador de los mamíferos y las aves. Los anfibios, por la misma razón, tratan de permanecer mucho tiempo en el agua, que mantiene más estable la temperatura. Existen varias especies de lagartijas, la más conspicua de las cuales es la denominada cola de piche (Phymaturus sp.) porque su cola es gruesa y está cubierta de protuberancias, como la del piche.

Investigación y Textos: Gabriel Omar Rodriguez
Supervisión Técnica Honoraria: Juan Carlos Chebez


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