Flora
Por su
ubicación.
la Reserva
Natural
Laguna
del Diamante
se encuentra,
según
Cabrera
(1976),
en lo
que él
denomina
Provincia
Altoandina,
que abarca
todas
las altas
montañas
que se
ubican
al oeste
de la
Argentina
desde
el territorio
boliviano
hasta
Tierra
del Fuego.
Según
la latitud
este bioma
esta sectorizado
en distritos,
denominándose
Distrito
Altoandino
Cuyano
al que
ocupa
los Andes
de las
provincias
de San
Juan y
Mendoza.
La clasificación
realizada
por PRODIA
(1999)
no difiere
demasiado
de la
mencionada
anteriormente,
sólo
que esta
última
a partir
aproximadamente
de los
38† de
Lat.S.
hacia
el sur,
deja de
denominarse
Eco-región
de los
Altos
Andes
para llamarse
Bosques
Patagónicos,
por la
presencia
de la
selva
Valdiviana
en este
sector.
En
cuando
a la vegetación
se refiere,
la misma
está
altamente
influenciada
por el
clima
frío
y seco
de los
Andes
Mendocinos,
predominando
en las
laderas
escarpadas
escasa
vegetación
arbustiva,
achaparrada
o rastrera,
y en las
zonas
cercanas
a las
cimas
la vegetación
dominante
es la
estepa
arbustiva,
baja y
esparcida,
con predominio
de los
iros,
que son
matas
compactas
de pastor
duros,
generalmente
amarillentos,
muchas
veces
pertenecientes
a los
géneros
Stipa
y Poa
En las
zonas
más
altas
encontramos
roquedales
donde
la hostilidad
del clima
impide
el desarrollo
de cualquier
tipo de
vegetación.
Sólo
se observan
algunos
vegetales
en las
zonas
húmedas
que se
forman
por alguna
oquedad
del suelo
o características
del relieve
que propicien
la permanencia
de humedad.
En estos
lugares
–
denominados
vegas
–
crecen
escasos
pastizales
compuestos
por vegetales
de las
familias
de las
ciperáceas
y juncáceas.
Descendiendo
aparecen
algunas
plantas
que representan
principalmente
a las
familias
compuestas
como caliceráceas,
portulacáceas,
leguminosas
y verbenáceas.
Cuando
descendemos
en altura
aparecen
algunas
especies
leñosas,
siendo
la más
común
de observar
la llamada
leña
amarilla
(Adesmia
pinifolia)
que desarrolla
poco más
de un
metro
de alto.
Toda
la flora
desarrolla
su ciclo
vital
en forma
repentina
y por
el escaso
tiempo
en que
las condiciones
climáticas
merman
su rigurosidad.
Algunas
especies
conspicuas
son el
huecú
( Poa
holciformis),
Junellia
uniflora,
Stipa
chrysophylla,
Pernetya
mucronata,
comúnmente
la llaman
chaura,
Oreopolus
glacialis,
entre
otras
(Martínez
Carretero,
et al.
1999).
Son comunes
en las
vegas
la Festuca
desvauxii,
el hunco
tierno
(Eleocharis
albibracteata),
Oxychloe
andina,
Festuca
argentina,
Werneria
pygmaea
y algunas
especies
más,
menos
conspicuas.
Investigación
y Textos:
Gabriel
O. Rodriguez
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