Recursos
culturales
Los
primitivos
habitantes:
Aunque
aún
permanecen
dudas
sobre
algunos
aspectos
de los
habitantes
prehispánicos
de la
zona de
Cuyo,
se puede
afirmar
con suficiente
certeza
que ya
al comienzo
del Holoceno
el territorio
estaba
poblado.
En este
período
bandas
de cazadores
y recolectores
no especializados
recorrían
el actual
territorio
mendocino.
Su instrumental,
constituido
por un
corto
número
de artefactos
muy diferenciados,
era fabricado
sobre
lascas
y núcleos
y no conocían
las hachas
de mano
ni las
puntas
de flecha
(Rodríguez,D,
1976).
Las excavaciones
realizadas
por el
arqueólogo
Lagiglia
en los
valles
de los
ríos
Diamante
y Atuel
sirvieron
de testimonio
para conocer
que más
tardíamente
en la
zona indicada
ya se
utilizaba
el hacha
y puntas
de proyectil
bifaciales
(estas
fueron
posteriores
al empleo
del hacha).
Más
tarde
aún,
hacia
el 2.000
a.C.,
fecha
establecida
por registro
con carbono
14, se
determina
la presencia
de un
grupo
distinto
a los
anteriores
y utilizan
la llamada
Gruta
del Indio
para fines
ceremoniales
o funerarios
y presumiblemente
vendrían
de los
Andes
del sur
peruano
y de el
actual
territorio
de Chile.
Hay estudios
que hacen
referencia
a otras
culturas
prehispánicas
que en
distintos
períodos
ocuparon
la zona
del territorio
mendocino;
en el
sector
sur por
ejemplo,
más
recientemente,
la influencia
de la
cultura
e idioma
araucanos
ha sido
intensa
( Serrano,
2000).
En el
período
hispánico
los aborígenes
que ocupaban
la zona
de cuyo
fueron
los Huarpes.
Estaban
divididos
en dos
grupos
con características
distintas.
Los huarpes
de San
Juan hablaban
una lengua
llamada
allentiac
y los
mendocinos
un codialecto
llamado
millcayac
(Canals
Frau,
1986).El
idioma
de los
huarpes
es hoy
conocido
gracias
a los
textos
elaborados
por el
Padre
Valdivia
y a grandes
rasgos
se puede
referir
que los
del sector
occidental,
o sea
que ocupaban
en territorio
del la
Reserva
El Diamante
eran agricultores
en escaso
grado
pero utilizaban
irrigación
artificial,
como armas
usaban
el arco
y la flecha
y no fueron
un pueblo
guerrero.
En cuanto
a la vestimenta
según
dice el
Padre
Ovalle
que vestían
con buenas
prendas
y los
hombres
utilizaban
como distinción
de su
sexo una
vestimenta
similar
a lo que
hoy conocemos
como camiseta.
Las mantas
y las
prendas
tejidas
también
componían
su indumentaria.
Expansión
incaica:
El ingreso
de los
incas
al actual
territorio
argentino
tuvo lugar
a mediados
del siglo
XV, produciéndose
por el
noroeste
y llegando,
en su
extremo
austral,
aproximadamente
hasta
en territorio
mendocino.
En los
primeros
momentos
esta expansión
no parece
haber
tenido
como objetivo
preponderante
intereses
económicos
o estratégicos
definidos,
sino a
un conjunto
de motivaciones
corporativas
de sectores
dominantes
de la
sociedad
cuzqueña
(Tarragó,
2000).
Esta ocupación
abarcó
menos
de un
siglo,
de acuerdo
con la
cronología
aceptada.
Sin embargo
en este
breve
período
la impronta
sociocultural
del Imperio
Inca fue
significativa.
En primer
lugar
el legado
de la
lengua
quichua
que se
impuso
en vastas
zonas
del noroeste
argentino,
una cerámica
de excelente
factura
y fina
terminación,
en zona
andina
se percibió
el empleo
del bronce
de cobre
y estaño
en lugar
del de
cobre
y arsénico
utilizado
previamente,
amén
de sistemas
innovadores
de cultivo
y caza,
entre
otros
muchas
cosas.
Epopeya
emancipadora:
Sin lugar
a dudas,
uno de
los mayores
valores
culturales
–
al menos
desde
el punto
de vista
de la
historia
contemporánea
–
que tiene
la zona
de los
Altos
Andes
próxima
al área
de la
Reserva
Provincial
prospectada
es el
cruce
del cordón
montañoso
más
largo
del mundo
por parte
del ejército
argentino
al mando
del General
José
de San
Martín
a mediados
de enero
de 1817.
Prestigiosos
estrategas
militares
consideran
a este
emprendimiento
como una
proeza
desde
el punto
de vista
estratégico
y humano,
por cuando
en algunos
sectores
tuvieron
que transitar
por los
3.000
m.s.n.m,
como fue
el caso
del ala
del ejército
que condujo
el General
Juan Gregorio
de Las
Heras
a través
del paso
de Uspallata,
donde
la resistencia
física
y en temple
del espíritu
tuvieron
que ser
óptimos
para sobrellevar
las inclemencias
del tiempo,
el aire
con menos
oxígeno,
una cuantiosa
carga
de artillería,
víveres
y enseres
de todo
tipo y
cerca
de 20
días
de marcha
por caminos
sumamente
dificultosos.
El General
José
Francisco
de San
Martín
cruzó
por el
Paso de
los Patos,
algo menos
accidentado
pero más
largo
que el
antes
mencionado,
y el 12
de febrero
del mencionado
año
triunfaba
en la
batalla
de Chacabuco
contra
el ejército
realista.
Simultáneamente
ese día
tres escuadrones
más
que cruzaron
por pasos
distintos
tomaban
exitosamente
poblados
de Chile
ocupados
por los
españoles.
Con éstas
operaciones
ya se
había
avanzado
enormemente
en la
liberación
de Chile.
Investigación
y Textos:
Gabriel
O. Rodriguez
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