Puerto Península

Parque Provincial - Formosa
 

Relieve

El relieve de la provincia de Misiones podría considerarse como una transición entre la morfología mesetaria del Brasil y las planicies que comienzan en el extremo sur del territorio o sea, la región chaqueña. En su estructura Misiones forma el reborde meridional del macizo de Brasilia, el cual está formado por varias capas de basalto de diferente edad con inserciones areniscas cuarzosas, es decir rocas sedimentarias formadas por la unión de granos de cuarzo y otros minerales consolidados, que, muy erosionado toma la forma de serranías conocidas con los nombres de sierras de Santa Victoria, Misiones e Imán. Las mencionadas estribaciones carecen de los caracteres que identifican a esas formaciones orográficas por lo que no correspondería la denominación de sierras, sino que son propias formaciones del macizo del Brasil que adoptan dorsos y mesetas tabuliformes que le dan esa apariencia. Estas elevaciones actúan como si fueran una columna vertebral del territorio provincial al que recorren en gran parte de su longitud en dirección sudoeste-noreste y alcanzan alturas que promedian entre los 700 y 800 metros sobre el nivel del mar. Las primeras estribaciones comienzan en el sur con las sierras de Imán, con una longitud cercana a los 50 kilómetros, al sudoeste se presenta la sierra de los Apóstoles que se continúa con la de San José que apenas alcanza los 300 metros de altura.

La sierra de Misiones, de unos 180 kilómetros de longitud, continúa a la de Imán, cumpliendo la función de divisorias de aguas entre los afluentes de los ríos Uruguay y Paraná. Desde la localidad de Bernardo de Irigoyen hacia el noroeste se extiende la sierra de la Victoria, de unos 70 kilómetros de largo, ubicada entre las cuencas del arroyo Urugua-í y del río Iguazú. En forma paralela y más al sur de la Sierra de la Victoria se encuentra la pequeña serranía denominada Sierra Morena. Con la mención de esta última elevación se hizo referencia a las principales estribaciones que presenta el relieve de la provincia de Misiones, aunque hay otras serranías que por su poca significación no se comentan. Por las características de la región subtropical que nos ocupa, estas elevaciones están cubiertas mayormente por densa vegetación. Se destacan por su altura los cerros Barracón (835 m.), San Antonio (628m.),Costa , próximo a la frontera con Brasil de 780 metros, Bonito (708m.), Bella Vista (543m.), Melena (518m.) y muchos otros de alturas menores.

Las temperaturas constantemente elevadas y las abundantes precipitaciones han contribuido a la modelación de este paisaje a través de distintos ciclos erosivos, de donde surgieron una una gran cantidad de valles labrados por una abundante red de cursos de agua. Estos ríos y arroyos generalmente muy encajonados en sus nacientes, forman saltos y cascadas mientras descienden por los múltiples escalones derivados de la presencia de sucesivos mantos de basalto. A medida que pierden altura hacia sus grandes colectores forman amplios valles. Refiriéndonos a los suelos se distinguen al menos nueve clases de distintas texturas generando un mosaico de tonalidades que van desde los rojos intensos a los rosados suaves según la posición topográfica y el grado de alteración de las rocas que los integran. En las zonas tropicales es común que se forme un suelo producto de la alteración de distintos tipos de rocas ricas en óxidos e hidróxidos de hierro y aluminio, con pequeña porción de sílice, que se denomina laterita y es el material que integra la mayor parte de la tierra misionera. Más del 90 por ciento del territorio está cubierto por capas continuas y gruesas de meláfido de la formación de Serra Geral (Margalot, 1975).

De acuerdo a lo indicado por José Margalot (1975) en su trabajo sobre la geografía de Misiones, podemos señalar cinco regiones morfológicas que brindan un panorama más localizado del relieve de la Provincia. Ellas son:

1) La Peniplanicie o penillanura del Sur o de los Apóstoles, es una vasta zona de parte austral que en forma más o menos aproximada podría situarse desde Oberá hasta el límite con Corrientes. Es una superficie llana con muy pocas alturas que ha sufrido grandes erosiones, cuya poca elevación también incluye a las barrancas de los dos grandes ríos que la circundan y sólo en forma aislada hay pequeñas elevaciones y selvas. Estas sólo se manifiestan a través de los llamados localmente “capones”, es decir, isletas de montes selváticos aislados. El suelo no presenta la característica típica de gran parte de la provincia en cuanto a ser humoso y oscuro y también la erosión transformó los meláfidos en lateritas. Los cursos de agua presentan abundantes meandros. Estas características morfológicas propiciaron el asentamiento humano y allí se instalaron antiguamente los jesuitas y luego las primeras colonias agrícolas.

2) La franja costera del Paraná o planicie ondulada , que se extiende desde la localidad de Santa Ana hacia el norte bordeando en una lonja de unos 20 kilómetros de ancho al este del gran Río, presenta un relieve caracterizado por tener colinas y ondulaciones que han sido modeladas por los afluentes. Hay extensos espacios de zonas llanas que discurren entre los afluentes y este relieve va cambiando de fisonomía cuando se avanza hacia el centro de la Provincia donde comienzan las estribaciones serranas. El Paraná en gran parte de su recorrido presenta paredes abruptas, rocosas y su cauce es profundo.

3) La franja costera del río Uruguay tiene características muy peculiares por la gran cantidad de meandros que presenta el cauce, algunos semicirculares, o más cerrados aún, a lo que se agrega grandes barrancas. Las colinas se extienden sin una orientación determinada y sus laderas caen a los valles de formas redondeadas.

4) La franja de las sierras centrales que está rodeada por las dos últimas regiones y ocupada por los cordones serranos aludidos precedentemente, se extiende en sentido sudoeste- noreste con los nombres de Sierras de Imán y de Misiones, y otro en el extremo norte que corre en sentido noroeste- sudeste. Como ya se comentara los especialistas no aceptan la condición de sierras , en el sentido orográfico de la palabra, y definen al proceso orogénico como un largo desgaste bilateral del antiguo altiplano, por los afluentes del Paraná y el Uruguay a lo largo de dos o más ciclos erosivos, por cambio del nivel de base o por las condiciones climáticas. En un primer ciclo es probable que se haya llegado a formar una superficie aplanada, y en ciclos posteriores, por el levantamiento regional, los colectores ahondan su curso, encajonando sus meandros y comenzó un descenso general del nivel. Las serranías de la cuenca del Paraná tienen una pendiente abrupta y corta, con algunas partes donde las elevaciones llegan hasta la propia costa del río. En esta zona las selvas sobre las laderas se conservan en estado más o menos prístino. La pendiente del Uruguay sólo se diferencia en que la longitud del declive del terreno es mayor y con descenso casi escalonado.

5) La altiplanicie de San Pedro. Aproximadamente se refiere al sector ubicado al este de la Sierra de la Victoria y al noreste de la localidad de San Pedro que presenta un relieve ligeramente ondulado en discordancia con la red fluvial. Es la parte donde la antigua altiplanicie se presenta más coherente con laderas de mucha pendiente donde hay afloramiento de meláfiros en los valles de la red fluvial y los suelos sufren importante erosión hídrica.

En el siguiente cuadro se muestra en forma muy sintética el origen y la evolución del relieve misionero durante el transcurso de las eras geológicas:

ERA

PROCESOS

RESULTADOS

Precámbrica

Sedimentación e intrusiones magmáticas

Formación del basamento por cratonización

Paleozoica

  Sedimentación.

Acumulación de sedimentos marinos y continentales.

Mesozoica

Sedimentación y vulcanismo.

Formación de bancos de arenisca roja y grandes masas de basalto cubren casi toda el área.

Cenozoica

Plegamiento Andino y procesos erosivos.

Fracturación y ascenso del terreno. Se altera la cubierta de basalto y se forman los suelos rojos lateríticos. Los ríos erosionan la meseta y le dan la fisonomía actual.

Hidrografía

El territorio de Misiones está profusamente surcado por cursos de agua de distinto rango y a la vez lo circundan por los cuatro puntos cardinales importantes ríos. Estos son : el Paraná en todo su límite noroeste que la separa de la República del Paraguay; en el norte el río Iguazú que se constituye en el límite con el Brasil; en el límite ubicado en el sureste está el río Uruguay que también se encarga de separarla de Brasil hasta los Saltos de Moconá, lugar a partir del cual continúan como divisorias internacionales las aguas de los ríos Pepirí Guazú y San Antonio en la parte este -dejando un sector de frontera seca-; por último, en parte por los arroyos Itaembé y Chimiray la separan de la provincia de Corrientes. Las aguas están claramente divididas por el sistema serrano que permite el escurrimiento por sus laderas de las copiosas precipitaciones. Muy encajonados en las nacientes, ríos y arroyos forman saltos y cascadas al salvar los escalones que presenta el relieve para llegar a su colector. En el extremo noreste de la Sierra de Misiones, en las cercanías de la localidad de Bernardo de Irigoyen, se encuentran las mayores alturas de las estribaciones por lo que el lugar se constituye en un gran centro dispersor de aguas. Allí nacen afluentes importantes del Iguazú como el San Antonio, el arroyo Uruguaí o Grande que desagua en el Paraná a través del Embalse Uruguaí, el Piray Miní y el Piray Guazú que también son tributarios del Paraná, el Yabotí Miní, el Pepirí Guazú y el Yabotí Guazú, todos fluyen en el Uruguay.

El Paraná es el más importante de los grandes ríos que bordean a la provincia de Misiones e incluso está entre los más extensos del mundo. Forma una subcuenca de 1.510.000 km2¬ y posee 3740 km. de longitud (incluyendo el tramo del Paranaiba). Para su estudio se lo divide en tres tramos con caracteres distintos. El primero se denomina el Alto Paraná, también llamado Paraná brasileño o mesetario, goza de un clima tropical con precipitaciones concentradas en los meses de verano, que establecen el régimen del río hasta su desagüe en el Plata, con predominio de caudales de verano-otoño. Las lluvias de la alta cuenca, que se producen de diciembre a abril, con un máximo en febrero, derraman los mayores montos en las nacientes del río Tieté, en la Serra do Mar, donde superan los 4.000mm. anuales. El Alto Paraná, que se extiende desde su naciente hasta la confluencia con el río Paraguay, discurre por un lecho tortuoso y de ancho variable (Iglesias de Cuello, A. 1982). Los principales afluentes que recibe en territorio misionero son el Iguazú, el Mbotaby, el Yazú, el Urugua-í ( también llamado Marambas o Grande) con una longitud cercana a los 100 kilómetros – una cantidad de esa extensión fue ocupada por el lago que formó la represa del mismo nombre-, teniendo a su vez como afluentes al Sarita, al arroyo de las Cabeceras, al Uruzú y otros más.

Otros afluentes del Paraná siguiendo el rumbo norte-sur son el arroyo Bonito, el Tupicuá, el Aguaray Guazú, el Aguaray Miní, el Yacutinga, el Santa Elena, el Apereá y el Piray Guazú de caudal algo más importante que los precedentes, el Bonito, el Guaraguatay, el Itacuruzú, el Paranay Guazú y varios más. En la parte sur de su paso por Misiones el Paraná recibe otros afluentes entre los que se encuentran el Yabebiry, el arroyo el Liso, el Tacuaruzú, el Pindapoy Grande, el arroyo Zaimán, el Carpincho y el Itaembé que constituye el límite con la provincia de Corrientes, entre varios cursos más.

Otro río muy importante para la provincia es el Iguazú, que en lengua guaraní significa “Agua grande”. Su cuenca está limitada por la Serra do Mar al este y sudeste y Da Fortuna al sur. En el estado brasileño de Paraná, donde nace el Iguazú, hay una altura de 1300m. sobre el nivel del mar y desciende gradualmente hasta alcanzar tan sólo 100m. sobre el nivel del mar en su confluencia con el Alto Paraná. Tiene una longitud de 1320 kilómetros, de los cuales 1205 corren en territorio brasileño, y a lo largo de su recorrido presenta una serie de saltos (la mayoría se convirtieron en represas), entre los que se destacan el Caixas, el de Santiago, el de Osorio y el más grande y espectacular es el de las Cataratas del Iguazú con caídas de hasta 80m. de altura, a tan sólo 23 kilómetros antes de su desembocadura en el Paraná.

La superficie de la cuenca del río Iguazú tiene forma de hoja lanceolada y una extensión de 62.000 km2, lo que nos da una idea de la importancia hidrográfica que tiene. Recibe una cantidad muy grande de afluentes, siendo los arroyos Bacacher y Baringüí los que le dan origen y los ríos Chopim y San Antonio son los que forman el límite natural con la hermana República del Brasil. En lo que respecta al régimen del río Iguazú diremos que sus aguas provienen de las lluvias que caen en su cuenca imbrífera (espacio delimitado por la unión de todas las cabeceras que forman el río principal). Gran parte de las precipitaciones se infiltran a través de las múltiples fisuras que seccionan los planaltos y vuelven a aparecer a niveles más bajos en vertientes que surgen abundantemente.

El río tiene en general un curso meandroso y se encaja en el suelo rocoso de origen volcánico (basalto) produciéndo un abra en las Sierra de la Victoria y se encierra en la misma, produciendo dos cuchillas con la ruptura de la mencionada sierra y en el lecho correderas y rápidos, es decir tramos donde la velocidad de la corriente se acelera por un cambio de pendiente y por la obstrucción que produce la presencia de rocas.

Luego aparecen en el río una serie de salientes y estrechamientos que se alternan hacia arriba y hacia abajo de cada corredera dando origen a cañones en el basalto. Cuando los afluentes no han podido adquirir el mismo ritmo del Iguazú, y este toma un nuevo curso longitudinal, en su curso inferior presenta un gran desnivel que provoca numerosas rupturas de pendiente y niveles que seccionan en trechos al curso del río principal formando las cataratas, consideradas por su extensión las más grandes del mundo. Estas impresionantes caídas de agua forman un arco asimétrico con mayor desarrollo del lado Argentino. Un proceso geológico, definido como un rejuvenecimiento de un fenómeno de erosión retrocedente, provocó un cañadón llamado “Garganta del Diablo” cuyo fondo es una pared de basalto de 60 a 70m. de altura. La longitud de la línea de los saltos alcanza los 2700m. de los cuales 600 corresponden a Brasil. Una vez terminados los saltos, el río Iguazú estrecha su cauce y corre entre paredones de unos 50m. de altura y el ancho oscila entre 30 y 50m.

Otro de los grandes ríos mencionados, el Uruguay, posee una cuenca imbrífera que alcanza los 440.000 km2 de los cuales más de 70.000 pertenecen al territorio argentino y la longitud llega a los 1612 km., transportando un volumen medio de unos 4.700 m3 por segundo. Su nombre deriva de la lengua guaraní y significa río de los pájaros ( aunque hay otras interpretaciones). Nace en el Brasil en las Sierras Do Mar y Geral a menos de 100 km. del Atlántico y junto al río Paraná, en su desembocadura, forman el Río de La Plata. Enseguida de ingresar al territorio argentino, en la provincia de Misiones, forma los famosos Saltos de Moconá y muchos arroyos que parten de las sierras de Misiones y del Imán vierten sus aguas, aumentando así su caudal.

El río tiene un caudal máximo, generalmente en el mes de octubre, que llega a los 2.500m3 por segundo y un mínimo de 1.320 m3/seg. en el mes de abril. Los principales afluentes del río Uruguay en el territorio de la provincia de Misione son: el Pepirí Guazú de 170 kilómetors de longitud, otro de importancia es el arroyo Yabotí; el Tejas; el Paraíso o Ipané; el Chafariz, formado por la confluencia del Chafariz Chico y el Grande; el Tararira o arroyo de los Muertos; el Dorado; el Saltiño, sobre el que se hecho una presa; el Arazá Miní; el arroyo Ramón o Selva Quemada; el Segredo; el Chico Alférez y muchod más hasta llegar al arroyo Chimiray que en parte conforma el límite con Corrientes.

Una de las razones por las cuales se ha creado el Parque Puerto Península es para la protección de las nacientes del arroyo Mbocay que sirve como reserva acuífera para Puerto Iguazú.

Clima

La provincia de Misiones posee un clima Subtropical húmedo de llanura y en una porción pequeña del noreste Subtropical húmedo de meseta. Por su latitud la provincia de sitúa en lo que se denomina “cinturón subtropical de altas presiones” lo que representa que la parte del territorio provincial correspondiente a la vertiente del Paraná reciba en forma continua vientos provenientes del Atlántico cargados de humedad y también vientos tropicales del cuadrante norte.

El sector perteneciente a la vertiente de río Uruguay está expuesto a la recepción de los vientos del sur, más frescos, que condensan rápidamente las humedad de que son portadores. Estas circunstancias hacen que las precipitaciones aumenten de suroeste a noreste registrándose por ejemplo en Posadas una media aproximada a los 1.700 mm. anuales y en el extremo noreste se registren lluvias de más de 2.100 mm.

Como es característico del clima subtropical hay dos picos en cuanto a las precipitaciones se refiere: uno en otoño y otro en primavera y una disminución poco marcada en los meses de verano e invierno. Así como existe un aumento de las precitaciones desde el suroeste al noreste, se produce una variante también- más suave- de este a oeste, con una disminución en ese sentido. La rosa de los vientos para la mayor parte de la provincia evidencia como característica notable la ausencia casi total de vientos del sector sudoeste, pocos del sector oeste y la mayor cantidad provienen del sureste. Su velocidad es del orden de los 10 km. por hora, aunque en ocasiones ocurren vientos tornados que superan los 100 km. por hora y producen grandes destrozos en la vegetación de porte arbóreo principalmente.

Respecto a las temperaturas hay que señalar que hay al menos dos diferenciaciones pronunciadas. Por un lado tenemos las zonas marginales de los grandes ríos donde el vapor que emana del agua ejerce un efecto de regulación térmica, y la temperatura media anual supera siempre los 20° C , llegando a 26°C en enero y 15°C en julio. Por otra parte tenemos el clima de las zonas serranas, donde la altura hace cambiar sustancialmente esos registros, para cuya estimación vale tener en cuenta que la temperatura desciende 0.6 ° C por cada 100 metros que ascendemos. Esto hace que ocasionalmente ocurran en los cerros más altos precipitaciones níveas. Otra característica climática de toda provincia es que la amplitud térmica diurna sea más marcada que la estacional, lo que permite la condensación de abundante rocío nocturno.

Investigación y Textos: Gabriel O. Rodriguez


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