Problemas
de conservación
En términos generales el principal problema
que tiene que enfrentar la eco-región selva paranaense en el territorio de
Misiones es la sustitución de la selva por cultivos y por bosque de especies exóticas.
El desmonte por el sistema roza-tumba-quema y reemplazo del bosque natural por forestaciones de exóticas
como coníferas y eucaliptos o monocultivos como el té, el tung, el tabaco y la
yerba mate y otros y la construcción de grandes represas
hidroeléctricas, así como las
inundaciones provocadas por el mal manejo regional de la cuenca del Paraná
superior, son serios problemas de conservación (Bertonatti y Corcuera, 2000).
El Parque Provincial Moconá
reviste gran importancia por albergar especies de flora y fauna endémicas y
algunas con el grado máximo de amenaza; por estar estratégicamente ubicado al
tener continuidad en la costa opuesta del río Uruguay en el Parque Estadual Do
Turvo (Brasil), al formar parte de la Reserva de la Biosfera Yabotí y del
estratégico “Corredor Verde”. O sea que a pesar de tener sólo 1.000 hectáreas
en la práctica las especies que alberga cuentan con amplias zonas protegidas a
sus alrededores.
Posee cuerpo de guardaparques permanente e infraestructura
para camping agreste. Un problema
de conservación para tener presente es la existencia de varias especies de
flora exótica como el ricino (Ricinus comnnunis), la zarzamora (Rubus
urticaefolius), el sorgo de alepo (Sorghum halepense), la pata de
perdiz (Cynodon dactylon), la mandarina(Citrus reticulada),
la cerraja (Sonchus asper), el banano(Musa paradisiaca) y el Psidium
guajava (Daviña el al.,1994). También es importante no descuidar la
preservación de los restos arqueológicos hallados en las márgenes del río
Uruguay, cuya pérdida está en juego por la gran erosión que sufren por la acción
del agua.
En 1992 el área recibió una nueva protección al ser declarados los
Saltos del Moconá “Monumento Natural Nacional”. Si bien esto generaría algún
conflicto jurisdiccional por cuanto podría interpretarse que al revestir tal
categoría deberían estar bajo custodia de la Nación – a través de la
Administración de Parques Nacionales– por el momento primó el sentimiento del
bien común y los conflictos están minimizados. Si hay algo en donde las
barreras de fronteras y jurisdicciones no deberían existir, es justamente en la
conservación, dado que la naturaleza no conoce de fronteras y lo que está
protegido en una costa del río debería estarlo en la opuesta y en cuanto
quedara sin vigilancia una zona relictual porque no se sabe a que institución
le corresponde tal función, los cazadores furtivos estarían de “festín” y el
saldo sería negativo para todos. O sea, las áreas naturales, máxime sin son
pequeñas, son mecanismos muy frágiles que pueden sufrir grandes daños en muy
poco tiempo.
Investigación y Textos: Gabriel O. Rodriguez
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