Los Macaes

Aves - Familia Podiceps
 


Los Macaes
Descripción General

Clasificación:
Clase: Aves
Orden:Podicipediformes
Familia:Podicipedidae
Género: En la Argentina habitan seis especies que de acuerdo a la lista de Mazar y Pearman (2001) pertenecen a tres géneros. Estos son: Podiceps, Podicephorus  y  Podilymbus

Especies de la Argentina

Macá gris.
Podiceps dominicus
Estatus Internacional: LC, Least concern (Preocupación menor)

Macá Común o Macacito.
Podiceps rolland
Estatus Internacional: LC (Preocupación menor)

Macá Plateado.
Podiceps oxipitalis
Estatus Internacional: LC (Preocupación menor)

Macá Tobiano.
Podiceps gallardoi
Estatus Internacional: NT, Near Threatened (Casi amenazado)

Macá de Pico Grueso.
Podilymbus podiceps
Estatus Internacional: LC (Preocupación menor)

Macá Grande.
Podicephorus o Podiceps mayor
Estatus Internacional: LC (Preocupación menor)

Estatus en la Argentina
Si bien en las fichas individuales de cada especie se trata su rango de amenaza, se reitera en esta ficha general dicha información. En el caso de las especies de macáes o zambullidores (F. Podicipedidae) citados para la Argentina sólo Podiceps gallardoi (macá tobiano) reviste el máximo grado de riego que es “En Peligro Crítico” (López Lanus, et al., 2008). Acotamos que en la ficha individual de esta especie se le asignó otro rango de amenaza, dada  la reciente aparición de nuevas categorías (2008).

Caracteres externos
Los detalles del color del plumaje de cada una de las seis especies mencionadas se enuncian en las fichas específicas de cada especie.

Son aves muy antiguas, datarían desde aproximadamente unos 70 millones de años (Bacon, 1987), extraordinariamente adaptadas para la natación y el buceo. Poseen cierta semejanza con los patos, pero algunos caracteres los diferencian de estos: tal vez el más notable sea que los macáes o zambullidores llevan – en general-  el cuello erecto o casi erecto, sin mostrar la  típica forma de  “S” que adopta el cuello de los patos; tres especies que habitan la Argentina lucen un conspicuo “abanico” al costado de la cara o medio como copete en el caso del macá tobiano; el pico, generalmente pequeño,  es cónico y no aplanado como suelen tenerlo los anátidos, y casi no tienen cola, mientras que en los patos esta es notable. Suelen girar el cuello hacia atrás como para ver, actitud que es casi exclusiva de este grupo.  Por último debe decirse que los patos no se sumergen como los macáes, sólo la mitad anterior del cuerpo.

Tienen un denso plumaje que los mantiene secos y con la temperatura de cuerpo elevada. Sus patas se hallan en el extremo posterior del cuerpo, característica que los distingue notablemente de otros grupos; la cola está reducida a un rudimentario penacho y tienen una flexibilidad excepcional en las articulaciones del tobillo y de los dedos, lo que permite que los pies se muevan en todas las direcciones siendo usados simultáneamente como “remo” y “timón”. Los lóbulos de los dedos los ayudan mucho en la versatilidad de sus movimientos pudiendo dar giros rápidos y su velocidad de buceo se estimó en 2 m por segundo (Bacon, op. cit.).

Gozan de otra gran ventaja para la caza: bucean a bastante profundidad expulsando el aire aislante que llevan entre las plumas y vaciando a la vez sus sacos aéreos, lo que reduce significativamente la energía necesaria para mantenerse sumergidos.

Los machos y las hembras son semejantes y presentan dimorfismo estacional (Narosky, 2003). Puede decirse a grandes rasgos que el patrón de coloración que más se observa es la parte ventral blanquecina y la dorsal pardusca, ocrácea o grisácea.

Comportamiento
Debemos destacar ante todo que son aves de hábitos gregarias y de vida casi exclusivamente acuática, dado que sus características anatómicas muy adaptadas a la natación y al buceo, como la ubicación de las patas casi en el extremo posterior del cuerpo, las convierten en muy torpes caminadoras. Para elevarse  deben dar una larga carrera sobre el agua, y sobre tierra firme les resulta casi imposible levantar vuelo. Aunque vuelan muy poco lo hacen en línea recta, con rápidos batidos de sus alas y con los pies colgando. En la época  de migración suelen volar  incluso durante la noche (Gilliard, 1960)  y vuelan con  cierta velocidad.

Los macáes son carnívoros, consistiendo su dieta en la ingesta de peces, insectos, moluscos y crustáceas, obteniéndolos  en aguas libres, bordeando zonas con vegetación acuática o sumergiéndose. Las especies de mayor tamaño son más predadoras de peces que las medianas o pequeñas.

En relación a su reproducción es destacable comentar que los zambullidores realizan, en general, excepcionales despliegues nupciales lo que está acompañado por un cambio en el colorido de sus plumajes. Los que ostentan el “abanico” de plumas en la cabeza, tres especies en la Argentina, este se convierte en algo realmente vistoso. Los rituales  se manifiestan mediante complejas secuencias de elaboradas posturas ritualizadas.  Algunas especies anidan en colonias otras no, siendo el comportamiento de estas últimos bastante agresivo. Se constató que  este grupo de aves, además de la influencia climática en el período de reproducción, muchas veces también aprovecha circunstancias favorables como es el caso de un período de abundancia de alimento. En una especie africana, por ejemplo, se observó que luego de una secuencia de lluvias intensas  que forman abundantes zonas anegadas o aumentaban el agua de los humedales que tienen el nivel muy bajo, los individuos intensifican sus “preparativos” reproductivos. Dice Gillirad (1960):”De los tipos de danza que realizan, una es una danza de “puntillas”, en la cual macho y hembra corren uno al lado del otro sobre el agua, moviéndose tan ágilmente que parecen pingüinos deslizándose sobre el hielo, y tan rápidamente que levantan el agua a ambos lados de su estela. Al final de tales carreras, caen hacia delante en un zambullida que levanta grandes surtidores de agua. La otra danza requiere el uso de objetos inanimados y, debido a que macho y hembra se acercan estrechamente el uno al otro como en una ceremoniosa danza humana, es particularmente interesante. En primer lugar, ambos danzarines desaparecen bajo el agua en prolongada natación submarina. Cuando emergen, cada uno de ellos lleva en el pico un trozo de vegetación submarina. Muy rápidamente, proyectan sus cuerpos hacia arriba de tal modo que las aves parecen quedar de pie casi inmóviles sobre el agua”. Continúa diciendo este autor que con las patas remando para mantenerse fuera del agua, se mueven juntándose y chocando sus cuerpos retiradas veces.

Finalizado el cortejo y la consiguiente cópula, las parejas buscan una zona apropiada, entre los juncos y en aguas poco profundas, para la del nido de vegetación flotante, el que suelen construir en poco tiempo. En términos generales, la puesta comprende entre tres  y  siete huevos, con coloración predominante blancuzca o gris claro o, también, ligeramente verdoso, pero que luego cambia hacia una tonalidad pardo oscura o morena. La pareja, como no ocurre con demasiadas especies de aves, deja el nido para alimentarse y cubren los huevos con vegetación húmeda que ayudaría a mantener más estable la temperatura.

En relación a las principales características de las nidadas de cada especie que habita en la Argentina haremos una muy breve reseña en base a los datos aportados por la  “Guía de Aves Argentinas”, tomo 1, de Martín De la Peña (1985).

El macá gris (Podiceps dominicus) construye su nido en el agua, como casi todas las especies de zambullidores o macáes, con materiales vegetales y pone hasta 7 huevos de color ocráceo amarillento, cuyas medidas aproximadas son 31  a 35 X 23 mm.

La especie Podiceps rolland, conocido vulgarmente como macá común, hace su nido como la especie precedente  y  pone de 3 a 6 huevos también de color ocráceo amarillento que miden aproximadamente  38,8 a 43,4 X  31 mm.

Continuando con el macá  plateado o científicamente Podiceps occipitalis, se señala lo mismo en relación al nido y la puesta varía entre 3 y 6 huevos, blanco azulados,  con las siguientes medidas:  39 a 46 X 31 mm.
El emblemático y endémico (argentino-chileno) macá tobiano (Podiceps gallardoi) confecciona su nido como las demás especies citadas y su puesta oscila entre 2 y 3 huevos blanco-amarillentos que miden unos 43,4 a 49,3 X 30, 3 mm.

Cambiando de género pasamos a Podilymus podiceps - macá de pico grueso- el que confecciona un nido semejante al de las otras especies, con un diámetro cercano a los 35 cm y pone 8 huevos de color blanco amarillento cremoso. Miden aproximadamente 42 a 45 X  30 a 32 mm.

Por último nos referimos al macá grande (Pocicephorus major) cuya puesta varía entre 3 y 4 huevos también de todo blancuzco-amarillento, con una medida  entre 53 a 59 X  35 a 38 mm.

Hábitat
Son aves casi exclusivamente acuáticas por lo que su hábitat está donde haya un espejo de agua. Algunas especies optan por lagos o lagunas abiertas y  grandes y otras, por el contrario, se las ve más comúnmente en humedales de tipo bañados, pequeñas lagunas, pequeños esteros, zonas inundadas y otros tantos tipos de ojos de agua. También se los ve en costas marinas (el macá grande es el más común de ver en este ambiente).
Algunas especies como el macá plateado habitan lagunas altoandinas hasta los 4000 m.s.n.m. y en invierno desciende hacia zonas bajas.

Distribución en la Argentina
La familia Podicipedidae – única del Orden Podicipediformes- está integrada por aves acuáticas con distribución cosmopolita, sólo no están presentes en  algunas islas oceánicas y las regiones ártica y antártica. O sea que se los observa en todos los continentes a excepción del Antártico y reciben en el hemisferio norte los nombres comunes de somormujos y zampullines y en América del Sur, especialmente en su parte más austral, se los apodó macáes, palabra de origen araucano y también se utiliza la denominación común de zambullidores.
La Familia Podicipedidae  está integrada por 20 especies divididas en seis géneros. A continuación se reseña la distribución de cada especie que habita el territorio argentino, dato que también se proporciona en la ficha individual de cada especie.

La especie Podiceps dominicus ocupa gran parte de América, pudiéndose decir que está en todos las naciones con la sola excepción de Canadá y Chile. En efecto, en los Estados Unidos habita el sur de Texas como estado donde es conspicua y rara en Arizona (Kaufman, 2005); continuando por México, la mayor parte de América Central y del Sur. En esta última falta en Chile y en la Argentina se distribuye por las provincias de Salta, Tucumán, Formosa, Catamarca, Misiones, Corrientes, Santiago del Estero, Santa Fe, Chaco, Córdoba, Entre Ríos, noroeste de Buenos Aires y Río Negro (De la Peña, 1999).

Podiceps rolland – macá común- nidifica desde Tierra del Fuego y las Malvinas hasta el sur de Perú, Bolivia, Paraguay  y el sur de Brasil. En la Argentina según lo expuesto en el párrafo anterior esta presente en todas las provincias, exceptuando Misiones donde no es mencionada por Chebez (1996) en su trabajo “Fauna Misionera”.
La subespecies  Rollandia rolland chilensis y Rollandia rolland rolland son las que se ven en Argentina. Rollandia rolland morrisoni es exclusiva de Perú. 

El Podiceps occipitalis – macá plateado- nidifica en Tierra del Fuego, las Malvinas y Patagonia y además en la cordillera de los Andes desde el noroeste de Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador y sur de Colombia (Olrog, 1968). No está en el Uruguay.
Además de la zona cordillerana de las provincias del noroeste, en la Argentina también se lo puede ver desde Córdoba y sur de Santa Fe y el norte de Buenos Aires hasta Tierra del Fuego  y las islas Malvinas, como ya se señaló. En invierno migra al norte, hasta Formosa y Corrientes (Contreras 1993, citado por De la Peña, 1999).

 Podiceps gallardoi, comúnmente llamado macá tobiano, es una especie endémica de la Argentina y Chile, con escasas citas en Chile. Dice Chebez (2008):”Habita lagunas del oeste de la provincia de Santa Cruz, en las mesetas basálticas de la zona precordillerana. Al principio era sólo conocida de la laguna Los Escarchados a unos 743 m.s.n.m. por lo que se la llegó a considerar muy escasa. Prospecciones más completas del oste santacruceño mediante relevamientos aéreos y terrestres llevados a cabo por personal de la Fundación Vida Silvestre Argentina dieron cuenta de varios grupos poblacionales en las lagunas de las mesetas del lago Buenos Aires, del Asador, de lago Strobel, del lago San Martín, del Viedma y en otras zonas vecinas a los Escarchados (como la Laguna del Blanquillo)”. Luego hubo otras citas en el Parque Nacional  Perito Moreno y zonas cercanas.
En el libro "Catálogo de los Vertebrados de la región de Magallanes y Antártica Chilena", C. Venegas y W. Sielfeld (1998) en donde le dan el nombre científico de Rollandia gallardoi, lo citan para Porvenir en Tierra del Fuego y uno de los autores menciona haber visto ejemplares en un humedal  a unos 60 km al norte de Punta Arenas.

Al macá de pico grueso - Podilymbus podiceps- en América del norte se lo ve, en invierno, en el sudoeste de Estados Unidos, en casi todo el resto del territorio de este país es habitante permanente, mientras que en verano se lo ve también en gran parte de Canadá, no llegando al extremo norte (según mapa de distribución Kaufman, 2005). Y desde estas latitudes se desplaza prácticamente por toda América Central y del Sur. En la Argentina también ocupa gran parte del territorio, siendo menos conspicuo en Chubut, Río Negro,  Santa Cruz y casi ausente en Tierra del Fuego.

La especie Podiceps major ocupa gran parte de Sudamérica exceptuando el extremo norte. Según señala Olrog (1968) nidificaría sólo en la Argentina, Chile, Uruguay  y sur de Brasil.
En la Argentina la subespecie Podiceps major major se la ve en las provincias de Santiago del Estero, Córdoba, Santa  Fe, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, San Luis  y La Pampa.
Mientras que Podiceps major navasi está en Mendoza, Buenos Aires, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Esta última migra hacia el norte en invierno (De la Peña, 1999).

Situación de sus poblaciones
En tal sentido ya se mencionó precedentemente el estatus de cada especie en orden internacional y en la Argentina. La única especie seriamente amenazada es el  macá tobiano (Podiceps gallardoi) que sólo habita lagunas del sur de la Argentina (provincia de Santa Cruz, casi exclusivamente) y con   algunas citas en el territorio chileno.

En 2008 la Asociación Ornitológica del Plata conjuntamente con la Dirección Nacional de Fauna (Argentina), realizaron una nueva categorización de las aves de la región y en base a la información sobre las escasez de  poblaciones y el bajo número de individuos de las mismas, al macá tobiano se le  elevó su rango de amenaza a “En Peligro Crítico” (máxima rango de riesgo). Disminuyó el número de ejemplares en la laguna Escarchados que es la que alberga la principal población y es donde recién en 1974 se reconoce  la especie. La Fundación Vida Silvestre Argentina desde sus inicios a fines de la década del 70’, le dedicó especial atención a esta nueva especie y se realizaron múltiples estudios que arrojaron suficiente conocimiento sobre su biología. En campo privado donde está la nombrada alguna fue declarado reserva natural privada y el gobierno santacruceño la declaró especie con protección especial. Todo ello no fue suficiente para lograr un aumento significativo de sus poblaciones.

Bibliografía consultada
Bacon, Philip J. 1987. Somomurjos y zampullines. En: Enciclopedia de las Aves. Xavier Palaus y V. Tarrida (directores científicos). Ediciones Orbis. Barcelona.

Canevari, P. y T. Narosky. 1995. Cien Aves Argentinas. Editorial Albatros. Buenos Aires.

Clark. R. 1986. Aves de Tierra del Fuego y Cabo de Hornos, guía de campo. Editorial L.O.L.A. Buenos Aires.

Chebez, J. C. 1996. Fauna Misionera. Catálogo sistemático y zoogeográfico de los vertebrados de la provincia de Misiones (Argentina). Editorial L.O.L.A. Buenos Aires.

Chebez, J.C., 2008. Los que se van. Fauna argentina amenazada. Macá Tobiano. Tomo 2 pp. 58 a 66. Editorial Albatros. Buenos Aires.

De la Peña. M.  1985. Guía de aves argentinas. Tomo I. Facultad de Agronomía y Veterinaria de Esperanza. Universidad Nacional del Litoral. Santa Fe.

De la Peña. Martín.  1999. Aves Argentinas. Lista y distribución. Monografía Nº 18. Editorial L.O.L.A. Buenos Aires.

Gilliard. E.T. 1960. El mundo de la naturaleza: Las Aves. Editorial Seix Barral. Barcelona.

Jonson, A. 1997. “Distribución geográfica del Macá Tobiano “Podiceps gallardoi”. Boletín Técnico Nº 33, Fundación Vida Silvestre Argentina. Buenos Aires.

Kaufman, K. 2005. Guía de campo de las aves de Norteamérica. Traducida al español por Patricia Fischer. Ed. Hughton Mifflin Co. Nueva York.

López Lanús, B., Grilli, P, Coconier, E., A. Di Giácomo y R. Bancha. 2008. Categorización de las aves de la Argentina según su estado de conservación. Informe de Aves Argentinas/AOP  y Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable. Buenos Aires, Argentina.

Mazar Barnett, J.  y  M. Rearman. 2001. Lista comentada de las Aves Argentinas. Lynx Edicions. Barcelona.

Narosky, T. y D. Izurieta. 2003. Guía para la identificación de las aves de Argentina y Uruguay. Vázquez Manzini Editores. Buenos Aires.

Olrog, C.Ch. 1968. Las Aves Sudamericanas. Una Guía de Campo. Tomo Primero. Universidad Nacional de Tucumán. Fundación Miguel Lillo. S.M. del Tucumán.

Venegas, C  y  W. Sielfeld. 1998. "Catálogo de los Vertebrados de la región de Magallanes y Antártica Chilena", Ediciones Universidad de Magallanes. Chile.


Investigación periodística: Gabriel Omar Rodriguez


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