Las Garzas

Aves - Familia Ardeidae
 


Las Garzas

Clasificación:
Clase: Aves
Orden: Ardeiformes
Familia: Ardeidae
Se omiten los taxa con rango de sub o supercategorías.
Género: En la Argentina se observan los siguientes géneros de garzas (según nomenclatura de Mazar Barnett, J.  y  M. Pearman, 2001):  Tigrisoma (2), Cochlearius (1), Ixobrychus (2), Botaurus (1), Nycticorax (1), Syrigma (1), Egretta (2) -algunos autores utilizan el género Casmerodius- , Bubulcus (1) – también se utilizan los géneros Ardeola y Ardea-,  Butorides (1), y Pilherodius (1) (género con escasas citas en la Argentina).
Los números entre paréntesis indican la cantidad de especies que posee el género en territorio Argentino.
Aclaración: la especie denominada comúnmente “garza blanca” (Egretta alba) fue tratada en forma separada por ser la especie más emblemática y abundante en buena parte del territorio argentino, a la cual hacen referencia muchísimas canciones y poemas y constituye, en estas latitudes, como el “prototipo” de las garzas.

Especies de la Argentina

Hocó oscuro, hocó negro.
Tigrisoma fasciatum

Hocó colorado, hacó hovih, hacó pará , socóboi (guaraní), graza tigre, garza colorada, garza tigre.
Tigrisoma lineatum

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Garza cucharota, arapapá /guaraní), cuaco picozapato, garza pico zapato.
Cochlearius cochlearius

Mirasol común, avetoro chico. Mirasolcito, garcita mirasol, garcita amarilla.
Ixobrychus involucris

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Mirasol chico, avetoro lominegro, mirasol lomo negro, mirasol oscuro.
Ixobrychus exilis

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Mirasol grande, mirasol o avetoro grande, bramador, okó, hocó.

Garza bruja, cuaco o huaco, tayazú-guirá (guaraní), cachi (quechua), huairavo (araucano) coc (ona), bruja, martinete.
Nycticorax nycticorax

Chiflón, kuaraíh-mimbi  o charagig mimbí (guaraní), graza amarilla.
Syrigma sibilatrix

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Garza azul.
Egretta caerulea

Garcita blanca, güirá-ti-í (guaraní), garceta, garza blanca chica, mirasol.
Egretta thula

Garza mora, cuca (araucano), hocó guazú (guraní), garaza cenicienta, inecj coj (ona).
Ardea cocoi

Garza blanca, güirá-ti-guasú (guaraní), pájaro blanco, garzón blanco.
Ardea [Casmerodius] alba

Garcita bueyera, garza bueyera o boyera, garza blanca.
Bubulcus [Ardea] ibis

Garcita azulada, hoco-í(guaraní), cocha torito, cocha toro chico, garcita chica azulada.
Butorides striatus

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Garcita real  (faltarían nuevos datos para confirmar su presencia en la Argentina).
Pilherodius pileatus

Caracteres externos
Con sus largos cuellos, picos como dagas, cuerpos recubiertos por un manto de plumas de diversos colores, a veces blancuzcos otras grisáceos, adornadas con penachos, y por sobre todo elegantes y de movimientos sutiles, las garzas constituyen uno de los grupos de aves que más vigorosamente llaman la atención del hombre.

Es un grupo cosmopolita, con 60 especies en todo el mundo de las cuales  15 habitan el territorio de la República Argentina (Narosky, 2003).

Esta familia incluye aves de tamaño mediano a grande, de cuerpo esbelto en la mayoría de las especies, que llevan como nombres garzas, garcitas, hocoes, mirasoles y chiflones.

Son aves totalmente vinculadas al medio acuático, pero al contrario de muchas otras especies que habitan el mismo ámbito, se destacan por no nadar ni zambullirse,  sólo se limitan a merodear aguas someras, tarea que realizan gracias a sus largas patas, las que tienen la particularidad de poseer en el dedo medio una especie de peine que utilizan para adecuarse el plumaje y se asean usando unas plumas especiales, que al deshacerse se convierten en un polvo que es restregado sobre las otras plumas.  

El pico es largo, recto y terminado en punta. La cola es corta y las alas largas y anchas y son anisodáctilas para posarse (Montero y Autino, 2004).

No presentan dimorfismo sexual; sólo algunas especies presentan diferencias estacionales  y de edad. Podría ser una leve excepción el género Egretta, que durante el período sexual presenta en el pecho y dorso unas plumas alargadas  denominadas egretes.

Comportamiento
Lo que se menciona en estos párrafos sobre el comportamiento en todas las esferas, se refiere especialmente a las especies que habitan en territorio argentino, aunque, por supuesto, son coincidentes muchas veces con las otras especies de esta gran familia.

En sus hábitos, las garzas demuestran afinidad al agua, sea dulce, salobre o salada. Casi todas, hay excepciones, pasan la mayor parte del tiempo próximas o dentro del agua; en la orilla de los lagos o ríos, en la costa del mar, en los pantanos, en los campos de cultivo inundados u otro hábitat donde haya agua.

Son de costumbres notoriamente gregarias las siguientes especies: la garza blanca (Egretta alba), la garcita blanca (Egretta thula), la garcita bueyera (Bubulcus ibis). Por el contrario, eminentemente solitarias las que se indican seguidamente: los mirasoles grande (Botaurus pinnatus), el chico (Ixobrychus exilis), el común Ixobrychus exilis), garza mora (Ardea cocoi), el hocó colorado (Tigrisoma lineatum)  y el hocó oscuro (Tigrisoma fasciata).

Otras especies adoptan una actitud intermedia entre las dos anteriores, es decir  a veces se las ve en pequeños grupos y en ocasiones solitarias, ellas son la garza bruja (Nycticorax nycticorax) y la garza cucharota (Cochlearis cochlearis).  Y una cuarta forma de conducirse es andar solas o en pareja, como es el caso del chiflón (Syrigma sibilatrix), de la garcita azulada (Butorides striatus), la garza azul (Egretta caerulea), aunque para nidificar se agrupa, y la garcita real (Pilherodius pileatus). Cuando nidifican las especies que forman colonias  puede hacerlo junto a otras especies de garzas y de otras aves.

Son diurnas mayoritariamente e invierten la mayor parte de su tiempo en procurarse alimento, que en los humedales suele ser siempre abundante.

Cuando vuelan meten hacia dentro sus largos cuellos, formando una especie de letra S, pero dejan sus largas patas hacia atrás. A pesar de que el batido de sus alas es lento, estas aves son capaces de volar largas distancias (Hancook, J. 1986).

Para alimentarse merodean todo tipo de cursos de agua, y con mucha perseverancia observan la superficie para de repente dar un sorpresivo y certero picotazo. Sus presas preferidas son insectos, batracios, peces y algunos invertebrados que habitan el agua. También algunas especies obtienen alimento en tierra firme.

Normalmente se reproducen una vez por año. El nido de todas ellas usualmente es construido de ramas, hierbas o juncos que adhieren a las ramas de un árbol, arbusto, totorales, juncales o entre la hierba alta que crece próxima a los ríos y lagunas. No es un nido muy elaborado, más bien de construcción rudimentaria. Algunas garzas anidan solitarias, otras en colonias de su propia especie o de varias especies de aves. Para atraer a sus parejas, en casi todas las especies ambos sexos realizan despliegues llamativos que principalmente consisten en estiramiento y retracción del cuello y emisión de sonidos como chasquidos. La incubación – en la mayoría de las especies intervienen ambos sexos- dura aproximadamente unas tres semanas y se inicia generalmente a comienzos de octubre.

La nidada varía de uno o dos huevos hasta siete u ocho e incluso más. Y los pichones nacen desplumados o con muy pocos plumones y totalmente dependientes de los padres, es decir son nidícolas hasta trascurridas unas cuatros semanas. Si bien la coloración de los huevos varía, es común que sean  lisos y se que se observen con más frecuencia los colores celeste, amarillo y  de la gama de los verdes.

Hábitat
Como ya se señaló precedentemente se trata de una familia totalmente vinculada con el medio acuático por lo que frecuentan todos los tipos de humedales que se observan en Sudamérica: bañados, charcas, suelos inundables, esteros, lagunas, es decir ambientes lénticos y también lóticos como arroyos y ríos pero siempre en los sectores de aguas someras. La garcita bueyera – proveniente de África- escapa a esta generalidad y  vive junto al ganado doméstico aprovechando el alimento que este esparce al pastar y es muy común verla en suelos recién roturados (detrás de los arados)  (De la Peña, 1986).

Distribución en la Argentina
Las garzas tienen una distribución prácticamente global. Se ausentan de las regiones árticas y antárticas, y de las altas elevaciones nevadas. Son más frecuentes y diversas en las regiones tropicales.
En la Argentina, superponiendo la distribución de cada una de las especies, podría decirse que habitan todo el territorio con las excepciones que se enuncian en el párrafo precedente, aunque hay algunas especies que llegan a zonas bastante frías como las islas Malvinas y alguna otra isla subantártica. Otras llegan  hasta las  lagunas altoandinas.

Son de distribución restringida la garza cucharota que se la observa sólo en el extremo noreste; la garza azul diseminada en distintos puntos del territorio pero con poblaciones muy escasas; el hocó oscuro casi exclusivo de la porción más septentrional de la Selva de las Yungas y ocasionalmente en el norte de la selva misionera; y la garcita real con algunos esporádicos avistajes en Misiones y Formosa.
La región del Chaco Húmedo, con distinto grado de abundancia y distribución, tiene la particularidad de albergar a todas las especies citadas para la Argentina con la sola excepción del hocó oscuro (en selvas).

Situación de sus poblaciones
En la actualidad ninguna de las especies acá mencionadas posee estatus que la califique como amenazada, nacional e internacionalmente. Hasta 1997 en el Libro Rojo de Mamíferos y Aves de la Argentina (FUCEMA), figuraba el hocó oscuro (Tigrisoma fasciatum) como especie para el ámbito nacional En Peligro y para la UICN como Riesgo Bajo.

Sí, hay algunas especies con poblaciones escasas en nuestro territorio como ocurre con la garza azul (Egretta caerulea), el hocó oscuro (Tigrisoma fasciatum) y la garza real (Pilherodius pileatus) con muy pocas citas (es común más al norte, fuera de nuestra frontera).
No son conspicuos trofeos de caza deportiva, lo que en alguna medida favorece su supervivencia.

Investigación periodística: Gabriel Omar Rodriguez

Bibliografía consultada
Chebez, J. C. 1987. Los nombres comunes de las aves argentinas. En: Nuestras Aves, Año V, Nº 14. Revista de la Asociación Ornitológica del Plata. Buenos Aires.

Chebez, J.C., Rey, N., Barbaskas, M. Y  A. Di Giácomo. 1998, Las Aves de los Parques Nacionales de la Argentina. L.O.L.A. Buenos Aires.

De la Peña. M.  1984. Guía de aves argentinas. Tomo I. Facultad de Agronomía y Veterinaria de Esperanza. Universidad Nacional del Litoral. Santa Fe.

FUCEMA. 1997. Libro Rojo de Mamíferos y Aves Amenazados de la Argentina, Coordinación general de la Fundación para la Conservación de las Especies y el Medio Ambiente (FUCEMA).  Buenos Aires.

Hancook, J. 1986. Enciclopedia de las Aves. Ediciones Orbis. Barcelona.

Montero  y  Autino. 2004. Sistemática y Filogenia de los vertebrados. Con énfasis en la fauna argentina. Universidad Nacional de Tucumán. San Miguel de Tucumán.

Narosky, T. y D. Izurieta. 2003. Guía para la identificación de las aves de Argentina y Uruguay. Vázquez Manzini Editores. Buenos Aires.

Nores, M. y D. Izurieta. 1980. Aves de ambientes acuáticos de Córdoba y Centro de Argentina. Secretaría de Estado de Agricultura y Ganadería de Córdoba. Dirección de Caza, Pesca y Actividades Acuáticas y Academia Nacional de Ciencias de Córdoba.

Olrog, C.Ch. 1968. Las Aves Sudamericanas. Una Guía de Campo. Tomo Primero. Universidad Nacional de Tucumán. Fundación Miguel Lillo. S.M. del Tucumán.

Phelps, H.W  y  R. Meyer de Schauensee. 1979. Una Guía de las Aves de Venezuela. Gráfica Armitano, C.A. Caracas.


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