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Arroyo Ayuí Grande

Área Amenazada - Corrientes
 

EDICIÓN PROVISORIA - EN PROCESO DE DIAGRAMACIÓN

Provincia de Corrientes

Área Amenazada
Cuenca del Arroyo

Ayuí Grande

Introducción
El arroyo Ayuí Grande desarrolla su cauce a lo largo de una ancha llanura donde los desbordes por crecidas forman esteros, bañados y campos de inundación de amplia extensión debido a las dificultades de escurrimiento (“Plan de Muestro Provincial” de Dames y Moore S.A., s/f). La baja pendiente hace que el arroyo discurra a través de un intrincado serpenteo, el cual conforma meandros que favorecen la vegetación en galería. A su vez esta configuración irregular logra que la corriente se lentifique, sin llegar a ser un estero, donde da lugar a la convivencia de una multiplicidad de flora y fauna que se complementan entre sí. Los esteros y campos inundables cubren gran parte delas proximidades del arroyo, en su margen oriental. En un sitio próximo a la localidad de San Salvador, desemboca en el Río Miriñay, comvirtiéndose en su principal afluente.

El curso cuenta con características de cuenca sedimeándrica, también sobre una llanura de inundación, con escasa pendiente, lo que provoca que en algunos lugares se formen bañados. En su curso inicial bordea los esteros del Pairiri por el este y los afluentes principales los recibe del sector occidental y son los arroyos Curupí , Yuquerí y Curupicay.

Toda la cuenca del Ayuí Grande y su posterior fusión con el río Miriñay es alimentada por lluvias principalmente, y, secundariamente como aporte lateral, por aguas freáticas desde los macizos rocosos, a ambos lados del mismo (basaltos y areniscas de la Meseta Mercedeña, y basaltos del NE)(“Plan de Muestro Provincial” de Dames y Moore S.A., s/f. op. cit.).

Geomorfología
El relieve presentaba una suave gradiente escalonada  de este a oeste. El primer escalón está formado por la irrupción de la meseta misionera en el noreste correntino hasta la planicie que forma la cuenca del río Aguapey. El segundo peldaño de la gradiente lo forma un extenso bloque que se ensancha hacia el sur y que se inclina de variada forma, vertiendo las aguas que deslizan sobre el mismo, alternativamente al este, sur y oeste, quebrando abruptamente su superficie en la línea de falla que, con sentido noreste-suroeste, corta a la provincia en una línea imaginaria que uniría las ciudades de Ituzaingó con Esquina, siguiendo el curso del río Corrientes (Pale, 1982). En este lugar se forma el tercer escalón, que desciende hacia la gran cubeta sedimentaria al noreste donde también abundan esteros y lagunas.

La historia geológica demuestra que una colada basáltica proveniente del actual territorio brasileño se extendió sobre las cuencas del los ríos Uruguay y Paraná y gran parte del territorio provincial. Este fenómeno logró la gran diferenciación fisonómica entre los sectores oriental  y occidental.  En los dos grandes ríos marcó la diferencia que mientras el Paraná corre entre zonas bajas e inundables con un curso divagante y con la presencia de muchas islas, el río Uruguay, por el contrario, lo hace por un curso  definido rodeado de altas barrancas, con la carencia de islas y produciendo algunos saltos. A su vez, el sector oriental se caracteriza por ser elevado y sometido a erosiones y el occidental deprimido y marcado por los efectos de haber sufrido  una fuerte sedimentación.

Otro fenómeno importante de destacar es el cambio del curso del Paraná, que antiguamente volcaba sus aguas en el Uruguay utilizando como vía de escurrimiento el Aguapey, cubriendo de agua un amplio sector de la superficie correntina. En la última Era el río Paraná, por una nueva falla que se produjo, tomó el curso que tiene en la actualidad. Todos estos fenómenos dieron características peculiares a la región, con cambios en su pendiente, procesos de sedimentación pero también erosivos y grandes zonas deprimidas con esteros, entre otras características de su relieve. (www.patrimonionatural.com, consultada en septiembre 2008).

En la zona analizada se ven afloramientos rocosos y  de areniscas duras de tonos variados y basaltos. En una excavación se observó que debajo de un manto de basalto de 120 metros de espesor, continuó otro de arenisca de 450 m de variados tamaños y coloración (Adámoli, 2008). Este  último autor también señala que las planicies que se hallan en las cabeceras, son los interfluvios y definen una ladera hacia los valles que provoca que el agua de las precipitaciones se conduzca hacia ellos.  Así se forma la red de forma que si las lluvias son prolongadas se produce el deslizamiento permanente de las aguas, que en el piso cañadoico forma un canal más profundo con escurrimiento fluvial. Las pendientes en un relieve mayormente llano, dan lugar a un significativo arrastre en cantidad y velocidad de sedimentos, cuando ocurren precipitaciones significativas. Por ello la región presenta una importante red de cursos menores que adoptan el aspecto típico de los cursos de llanura, que desaguan mediante conos de deyección en las desembocaduras, hacia otros de mayor caudal.

Suelos
En la región prospectada se presentan intercalados en lonjas  con sentido nordeste-sudoeste suelos de acuerdo a la 7ma. Aproximación,  del rango Entisoles y Alfisoles preponderantemente. En la parte sur del departamento Mercedes pueden presentarse partes con Vertisoles.

Los entisoles son suelos  débilmente desarrollados sobre materiales de acarreo de diferente edad. Pueden se transportados por el agua -aluviales- o por la gravedad -coluviales- (Chiozza y Figueira, 1982).

Alfisoles son suelos minerales generalmente húmedos, con problemas de drenaje debido a un alto contenido de arcilla o a un horizonte subyacente impermeable. Bajo contenido de materia orgánica pero apto para agricultura.Los Vertisoles son suelos pesados, arcillosos, de clima húmedo, se endurecen y agrietan en seco. Tienen de mediano a alto contenido de nutrientes (Chiozza  y Figueira, op cit.).Todos estos suelos se desarrollaron sobre rocas eruptivas de magna diabaso-basántico de edad triásica. Hay también  suelos que se formaron sobre rocas eruptivas y son lateriticos o sublateriticos.


Clima
Respecto al clima de la región prospectada se seguirá lo expuesto por  Carnevali (1994), quien, a su vez, se basa en los trabajos de Burgos (1970) y Burgos y Castiglione (1970). 
El clima es reconocido como el factor más influyente en la distribución de la vegetación y el desarrollo de sus diversas formas. En términos generales, siguiendo la clasificación de Daus y García Gache, estamos en presencia de un clima Cálido y dentro de éstos el que denominan Subtropical sin estación seca, que el Argentina afectaría además de la provincia de Corrientes a las de Misiones, extremo oriental de Formosa, extremo oriental de la parte norte de la Santa Fe y extremo norte de Entre Ríos.
La temperatura media anual de la zona norte varía entre 21º C en el norte  y 19,5º en la parte sur. Los meses con temperaturas extremas son: el más frío es julio y posee una temperatura media que ronda entre los 16º  y  13º C y el más cálido es el mes enero que registra una temperatura media entre 26º y 27º C. O sea, se percibe claramente que estamos en presencia de temperaturas elevadas y con escasa variación anual.

Las máximas absolutas (no son habituales) de verano llegan a extremos de 42,5º  a  46,5º C y las extremas absolutas de invierno registran entre – 1º C  y -5,5 º C. Pese a estos registros las heladas son muy escasas.

Las precipitaciones superan los 1.500 mm anuales en el noreste y desciende hacia el sudeste registrando algo menos de 1.000 mm anuales en el extremo de este punto cardinal. La estación de mayores lluvias es el otoño y la más seca el invierno.

Señala Carnevali (op.cit.): “El conocimiento del balance del agua es un elemento de mucha importancia para interpretar el desarrollo, el clímax o la degradación de las comunidades vegetales naturales. Además el exceso de agua manifiesta el higrofitismo y, en caso de déficit, el xerofitismo”.

Continua diciendo:”Las isoyetas anuales se distribuyen aproximadamente de N  a S y decrecen del W a E, correlacionadas con los incrementos de las isotermas anuales. Sus valores no alcanzan los 1.000 mm/año al Sur, elevándose hasta 1.100 en el Norte, y son casi similares tanto en distribución como en milimetraje a la evaporación real anual. Sin embargo si se determina la diferencia entre la precipitación anual y la evapotranspiración real, se comprueba un exceso de agua anual, con menos de 100 mm al W hasta 500 sobre el límite con Misiones”.  A  pesar de ello puede aseverarse que todo el territorio correntino sufre un déficit hídrico, especialmente en verano, donde se da menor precipitación y mayor demanda de agua por parte de los suelos. En otoño se da una reposición de agua por las mayores precipitaciones y  el menor insumo de los suelos. Durante los meses de primavera son normales los excedentes.

Según la clasificación climática de Thornthwaite, que se basa en las precipitación, temperatura  y  la demanda de agua o evapotranspiración potencial, indicando índices hídricos y de eficiencia termal (TE), Corrientes abarca seis zonas climáticas. La parte central que nos ocupa posee un clima húmedo por su índice entre 20 a 40; es mesotermal con un índice próximo a 100  y  no habría deficiencia hídrica.

Es importante acotar que en los humedales y ríos con movimiento horizontal del agua, los cambios no se producen en forma de ciclos y los flujos de energía y de materiales ocurren como pulsos con etapas de inundación y de sequía. Estos cambios al ser estudiados en serie de tiempo histórico, muestran cierto grado de orden en la ocurrencia y características de las fases, cuando es analizado a nivel de tendencias (Armengol et al., 1991, citado por Malvárez y Bó, 1999).

Biodiversidad
La provincia de Corrientes en general posee una muy variada diversidad biológica, especialmente manifestada en el complejo lacustre del Iberá. Este es uno de los humedales de clima cálido más diversificados de la biosfera, y se conocen 1.659 especies de plantas vasculares (Arbo y Tressens, 2002, citado por Neiff y Neiff, 2005). El 70% de las plantas  vasculares son terrestres y el 30% restante, acuáticas o palustres. Señalan Neiff y Neiff (op. cit.) que en un estudio restringido a la  Estancia Rincón  y a los bosques próximos a la laguna Iberá se recolectaron 3.384 artrópodos, destacándose la riqueza de familias de insectos y de géneros de arácnidos.

En los ambientes leníticos  y lóticos del Iberá se registraron, entre 1976 y 1980,  127 especies de macrófitas acuáticas, la mayoría de las cuales son helófitas. En el mismo período se recolectaron 797 algas en el plancton distribuidas en ocho grandes taxa (Zalocar, 2003). Este mismo autor indica que el 60% de las desmidiáceas se registró por primera vez para la Argentina y el 30%, para América de Sur.
Continuando con el ámbito acuático, se debe señalar que se registraron 126 especies de crustáceos microscópicos que forman parte del zooplancton, siendo predominante el número de rotíferos, según señala Frutos (2003).

Luego de esta introducción generalizando aspectos vinculados con la biodiversidad, haremos una reseña específica de los componentes flora y fauna.

La  flora  regional
Distintos especialistas clasificaron fitogeográficamente el territorio argentino, incluyendo por ende, a la provincia de Corrientes. Una de categorizaciones más empleadas es la de Cabrera (1951, 1953, 1958, 1971, 1973 y 1976) en la que el territorio correntino queda incluido en la Provincia Fitogeográfica Paranaense (Distrito de los Campos)  en una pequeña parte del norte y nordeste; la Provincia Chaqueña (Distrito Oriental) aproximadamente en un tercio del territorio ubicado en el noroeste  y centro este y el resto lo incluye en la Provincia del Espinal (Distrito del Ñandubay).

Más recientemente Burkart et al. (1999) modificaron la clasificación anterior y confeccionaron otra en la que Corrientes se divide en cuatro Eco-regiones. Gran parte del norte y el oeste se lo incluye en la Eco-región Esteros del Iberá (la más extensa); un sector del nordeste y este está en la Eco-región Campos y Malezales y el espacio que queda entre las biorregiones precitadas se incluye en la Eco-región del Espinal. Una porción muy pequeña del extremo noroeste ocupa la Eco-región Chaco Húmedo. Por otra parte, esta última división en regiones vegetales contempla para gran parte de la costa y zonas aledañas del río Paraná una categoría exclusiva, abarcado las abundantes selvas en galería que se desarrollan a los largo de ese cauce y que se denomina Eco-región Delta e Islas del Paraná. Por lo tanto esta sería una eco-región más que involucra al territorio correntino dado que el nombrado gran cauce es el límite provincial en toda la parte occidental y norte.

Realizando un estudio más pormenorizado, R. Carnevali (1994) detalla la fitogeografía de Corrientes, diversificando en distintas “Comunidades Vegetales o Subdistritos” cada una de las tres Provincias Fitogeográficas que abarca la clasificación de Cabrera (op. cit.). En la región de la cuenca del Ayuí Grande, que está dentro de la Provincia del Espinal y  a su vez, en el Distrito del Ñandubay, se distinguen 10 comunidades o subdistritos. Éstos son:

1) Subdistrito de Bosque de Prosopis affinis, integrado por montes de ñandubay  o espinillo, en la actualidad muy degradados por la acción antrópica. Se distribuye por gran parte del Distrito, pero está ausente, según señala Carnevali, “en el dorso que divide las aguas hacia el Paraná, entre las cotas de 80 y 150 m.” Es característica de este sector la presencia de grandes hormigueros de los géneros Atta  y  Acromyrmex. En los espacios donde se ha destruido esta formación boscosa se presentan  sabanas con escasas leñosas y abundantes herbáceas.

Además del nombrado ñandubay los árboles que pueden observarse en el sector son el algarrobo negro (Prosopis nigra), el quebracho blanco (Aspidosperma quebracho- blanco) y  el guaraniná -recibe muchos otros nombres comunes- (Sideroxylon obtusifolia). Entre los arbustos son conspicuos Castela tweediei, Eugenia uniflora, Senna corymbosa y varios más.

2) Subdistrito de Pastizales de Andropogon lateralis y prados de Paspalum notatum, sobre suelos moderadamente drenados a bien drenados.  Estos pastizales de paja brava o capií puitá   y  prados de capií horqueta o pasto bahía están muy extendidos en todo el distrito, ubicados mayormente en la dorsal central. Gran número de gramíneas acompañan a esta formación, citando sólo a modo de ejemplo algunas de ellas: Digitaria swalleniana, Baccharis notosergila. B. spicata, Dichondra repens, Oxalis spp. y  Setaria geniculata, entre muchas otras.

3) Subdistrito de Pastizales de Andropogon lateralis y formas derivadas en suelos con drenaje imperfecto a moderadamente bueno. Es una comunidad vegetal muy similar a la anterior, cuya distribución dentro del subdistrito según señala  Carnevali (op. cit) es: “- en el escudo mercedeño y dorso central, sobre sectores con pendientes suaves y afloramientos rocosos con suelos Argiudoles ácuicos y Udortentes líticos, ocupando una superficie aproximada de 100.000 ha.; - en terrazas del Ao. Barrancas sobre suelos horizontales de escaso gradiente con Argiacuoles arénicos: 50.000 ha; - en terrazas del Uruguay al sur del Miriñay. Suelos someros sobre piedra, Hapludoles líticos: 20.000 ha; - en las cuencas imbríferas al Este y Oeste del dorsal central: sobre sectores de suelos altos casi planos (Argiudoles ácuicos); sobre sectores de pendiente suave y otros casi planos de interfluvios con Argiacuoles líticos, sobre albardones disectados con Hapludoles fluvacuénticos. En conjunto totalizan unas 130.000 ha.” Este subdistrito a la vez puede ser dividido en dos tipos de fisonomía vegetales: el “Pastizal de Andropongon lateralis de ambientes húmedos”. Se trata de un pastizal alto con predominancia de paja colorada o capií puitá, extendido sobre una sabana húmeda. Suele ser también frecuente la presencia del llamado pasto alambre (Sporobolus indicus= Sporobolus berteroanus, S. poiretii, S. minor). El estrato de las gramíneas esta dominado por Axonopus compressus y Paspalum notatum. Las hiervas más conspicuas en este ambiente son Oxalis spp, Aster squamatus y varias otras especies. Y la otra formación la denomina “Prado tierno de Paspalum notatum de ambientes higromórficos, compuesto por un pastizal de pastos tiernos de diversas especies.

4) Subdistrito  de vegetación higro-hidrófila de bañados de altura. Al respecto señala Carnevali (op. cit.):”… tiene el nombre vernáculo de “bañados de altura” o, a veces, de “cangrejales” tanto en esta provincia como en Entre Ríos. Se trata  de un complejo vegetacional higro-hidrófilo extendido en las cimas altas mesetiformes de las lomas (pendiente nula a 0,5%), con microrelieve gilgai irregular dando origen a pequeñas cubetas interconectadas, favoreciendo la acumulación del agua pluvial en estas alturas. Cubre un superficie aproximada de 155.000 ha en gran parte distribuidas en el dorsal meridional de la divisoria de aguas, y en el Sur del dorsal central…Otra facción se registra en la vecindad de la depresión iberana, al sur del Ao. María Grande y al SW del dorsal central”.

5) Subdistrito flechillar de Aristida venustula. Esta flechilla forma un tipo de sabana, que se puede designar como pradera estépica de pastos duros. A la especie Aristida venustula  la acompañan habitualmente Paspalum notatum, Evolvulus spp.  y  Rhynchospora praecinta.
Esta formación ocupa los espacios altos bastante planos y de pendiente muy suave, esparcida ampliamente por todo el distrito donde se ocurren los caracteres indicados, a excepción del dique natural sobre los esteros de Iberá, terrazas del Uruguay y llanuras aluviales. Numerosas especies de gramíneas, latifoliadas y algunas leguminosas tienen presencia en esta ambiente.

6) Subdistrito de Elyonus muticus.  Esta especie recibe el nombre  común de pasto amargo y forma un pastizal pseudoestépico biestratificado, que se lo observa sobre penillanuras interfluviales sobre casi la misma área que ocupa el ya mencionado Subdistrito 1). Las especies de gramíneas más conspicuas son Schizachyrium microstachym, S. spicatum, Paspalum notatum  y  P. simplex  entre otras.

7) Subdistrito Bosque  ribereño.  Son los típicos bosques “en galería” que marginan los arroyos y ríos de la región. En especial se destacan los que se forman en las márgenes de los ríos Miriñay (vinculado al Ayuí Grande), Guayquiraró y el arroyo Mocoretá. Hay en ellos gran variedad de flora que incluye árboles de porte significativo que también habitan, mayoritariamente, la  selva misionera (Provincia Paranense). Entre ellos cabe mencionar al canelón (Rapanea loretziana), laurel (Ocotea diospyrifolia); el cota caballo (Luehea divaricada); el tembetary (Fagara hymalis) y muchas especies más tanto de porte arbóreo como arbustivas y herbáceas.

8) Bosque Xerohalofilo de Prosopis spp.  y  Aspidosperma quebracho-blanco. Este bosque de está formado por algarrobos de más de una especie y de quebracho blanco. Se concentran con predominancia en los diques naturales que enfrentan a la depresión iberana sobre los esteros del Iberá, tanto en su parte norte  como en el extremo sudeste, al oriente del  arroyo Barrancas. Otra parte se observa en sectores que ocupa el subdistrito 5).

9) Subdistrito de Malezal de Andropogon lateralis (paja brava). Esta unidad se ubica en la parte nordeste del Distrito tratado y está formado con variadas especies herbáceas con predominancia de la citada paja brava (Andropogon laterales)

10) Subdistrito  Juncales, Pirizales y Pajonales. Ampliamente distribuidos en la red hidrográfica del Subdistrito “Flechillar de Asistida venustuela” , con características  estructurales y composición florística ya especificadas en el Distrito oriental chaqueño (Carnevali, 1994).

La Fauna regional
El valor para la conservación que tiene la fauna del área prospectada es realmente alto. En párrafos anteriores se mencionaron algunas cifras referentes a los invertebrados que sólo tienen por fin dar idea de la magnitud sorprendente de especies diversas de este grupo faunístico, ya de por sí muy numeroso.

La ictiofauna está conformada por una importante cantidad de especies, que ascendería para el sector analizado a 49 (Adámoli, op. cit.).

Del grupo anfibios, las 55 especies presentes   en  Corrientes representan un alto porcentaje del total mencionado para argentina (171 taxa).

Los reptiles son uno de los grupos más significativos es especies comparando a Corrientes con el resto de las provincias de la Argentina. Adámoli (op. cit.) da las siguientes cifras de especies que habitan el territorio de la provincia  tratada: 5 especies de tortugas, 21 saurios y 66 serpientes (aproximadamente poco más del 50% , de las que hay en todo el país).

La familia Boidae muestra a una de sus mayores representantes con la curiyú  (Eunectes notaeus) cuya longitud puede llegar a los cuatro metros, ocupa el apéndice II de la CITES y es considerada Vulnerable  (Asociación Herpetológica Argentina).

Resulta relevante para la conservación la presencia de dos especies de yacaré en algunos espacios correntinos. No sólo constituyen la principal representación del grupo reptiles sino de la fauna en su conjunto por su comprometido estatus. En efecto, el yacaré negro (Caimán crocodilos), Vulnerable según la Asociacion Herpetológica Argentina, que forma parte del apéndice II de la  CITES y  el yacaré ñato u overo (Caiman latirostris) –también con estatus de Vulnerable- que ocupó  el apéndice  I de la C I T E S hasta hace poco tiempo (hoy llevado al II). Ambas especies  sufrieron una peligrosa persecución por parte de los cazadores para la venta de su codiciado cuero. Distintos emprendimientos como el llamado “proyecto yacaré”, llevado a cabo por las autoridades específicas de la provincia de  Santa Fe, están revirtiendo lentamente esta situación. Además esta fauna constituye uno de los mayores atractivos para los visitantes del lugar por la facilidad con que pueden observarse desde una embarcación. El de mayor dispersión es Caiman latirostris y estaría presente en el área de estudio. La otra especie está próxima pero se sitúa en el nordeste.

En lo que se refiere a la avifauna correntina ha sido bien estudiada, contando un elenco que supera las 400 especies y se identificaron 16 Áreas Importantes para la Conservación del las Aves (Di Giácomo, 2005). Dos de ellas están en la zona que analizamos y 8 en el propio sistema del Iberá, colindante con la Provincia Fitogeográfica del Espinal, donde se sitúa la zona de influencia del arroyo Ayuí Grande. En el área se sitúan 6 especies de aves con grado de amenaza severo: el águila coronada (Harpyhaliaetus coronatus), registrada internacionalmente como En Peligro; el cardenal amarillo (Gubernatrix cristata) con igual categoría que la especie anterior; el ñandú (Rhea americana), categorizado como Próximo a la amenaza; el capuchino pecho blanco (Sporophila palustris)- En Peligro-; el capuchino corona gris (Sporophila cinnamomea)-Vulnerable- y  el yetapá de collar (Alectrurus  risora)-Vulnerable- (IUCN, 2006 y Bird Life Internacional, 2004)

Como especies amenazadas que habitan el entorno de la región analizada de acuerdo a lo consignado por Adámoli (2008, op.cit.) se encuentran, amén de las 6 citadas, 9 especies más- : el esportillero enano (Spartonoica maluroides) – Próxima a la amenaza-; el tachurí coludo (Culicivora caudacuta)- Vulnerable-; el tachuri canela (Polystictus pectoralis)- Próximo a la amenaza-; la monjita dominica (Heteroxolmis dominicana)- Vulnerable; la cachirla dorada (Anthus nattereri)- Vulnerable-; el capuchino garganta café (Sporophila ruficollis)- Próximo a la amenaza-; el capuchino cuello blanco (Sporophila zelichi)- En Peligro Crítico- ; el capuchino castaño (Sporophila hypochroma)- Próximo a la amenaza- y el  tordo amarillo (Xantopsar flavus) con categoría de Vulnerable. Las mencionadas calificaciones son las consignadas por la IUCN (2006) y   Bird Life Internacional (2004).

Con relación a la mastofauna podemos señalar que es igualmente importante para la conservación que el grupo de las aves, por la existencia de especies con distinto grado de amenaza y, a veces, con un valor cultural agregado. Respecto a los micromamíferos los estudios en la región acusaron una significativa variedad de los mismos (Waller et al., 2003).

Una de las especies emblemáticas en gran parte del territorio argentino es el ciervo o venado de las pampas (Ozotoceros bezoarticus), otrora muy abundante desde el norte del río Colorado, en la Patagonia, hasta el extremo norte del país. Muchos  cronistas que recorrieron el territorio del entonces Virreinato del Río de la Plata y en tiempos mucho más cercanos también, hacen referencia a la abundancia de este cérvido endémico del sur de Sudamérica que fue durante varias centurias alimento para los habitantes originarios de la región. En la actualidad sólo sobreviven poblaciones literalmente relictuales en las provincias de Buenos Aires, San Luis, Santa Fe y Corrientes (representan dos subespecies). El venado fue declarado Monumento Natural en las provincias de Buenos Aires su estatus es En Peligro Crítico (Barquez et al., 2006). Si bien las citas para la provincia de Corrientes son para el valle de río Aguapey (Parera, 2002) no puede descartarse en forma absoluta una posible expansión de ejemplares hacia zonas próximas como la cuenca del  Ayuí Grande.

No menos emblemático que el anterior es el ciervo de los pantanos (Blastocerus dichotomus), que ocupa el Apéndice I de la CITES y fue designado con estatus En Peligro (SAREM, 2000) y con la misma categoría a nivel internacional (IUCN, 2006). El Decreto 1555/92 los declara Monumento Natural en la provincia de Corrientes. Como en el caso del ciervo de pampas o guazú pucú, el de los pantanos ha sufrido una merma muy significativa de sus poblaciones de origen, aunque habría mayor número de ejemplares respecto a (Ozotoceros bezoarticus).

Otro mamífero amenazado y que podría hallarse en el área prospectada es el aguará guazú (Chrysocyon brachyurus), con estatus En Peligro a nivel nacional (SAREM, op. cit.) y Vulnerable internacionalmente (IUCN, op. cit). Habría citas para los departamentos de  Ituzaingó, San Miguel, General Paz, Berón de Astrada, Capital, San Roque, Mburucuyá, Concepción, Empedrado, Saladas, Santo Tomé y Mercedes, donde aún existen poblaciones relictuales (Adámoli, op.cit.).

También está presente en la región es el lobito de río (Lontra longicaudis) - con estatus En peligro a nivel nacional y (DD)  sin datos suficientes  para la IUCN. Forma parte del  apéndice I de la CITES y fue declarado Monumento Natural por la Legislatura de la Provincia de Corrientes. En la muy próxima laguna de Iberá, Parera (op. cit.) señala una densidad poblacional de 1,5 a 2,8 Km.  Integran también la fauna dos especies muy codiciadas por los cazadores furtivos, el carpincho (Hidrochaeris hidrochaeris), y el coipo, nutria o quiyá (Myocastor coypus).

Glosario
Colada basáltica: corriente de lava que se desplazó y solidificó sobre la superficie terrestre cubriendo mantos más antiguos. El basalto es la roca ígnea, de origen volcánico.
Conos de deyección: son depósitos de detritos acumulados al pie de una ladera y en un angostamamiento de un valle.
Higrofitismo: tendencia de los vegetales que buscan su filiación con zonas húmedas.
Halófita: planta que tolera las condiciones salinas.
Interfluvio: es una parte de terreno que está entre dos cursos de agua.
Microrelieve gilgai: la topografía gilgai comprende una alternancia de pequeños montículos y depresiones, de unos 3 m. de diferencia de altura entre el techo del montículo y el fondo de la depresión
Magma diabaso-basáltico: el magma es una masa pastosa de rocas en fusión que emergen del interior de la Tierra. Por otra parte la diabasa es una  roca volcánica o efusiva antigua en la que predomina el feldespato y otros elementos. Basáltico se definió en la expresión “colada basáltica”.
Laterítico: que proviene de suelos compuestos por una capa porosa de sedimentos residuales de color rojizo, originados por erosión de material rocoso ígneo.
Léntico o lenítico: son cursos de agua o espejos que no presentan corriente de agua con sentido definido, sus masas de agua están estancadas o casi estancadas.
Lótico: son cursos o espejos  de agua  que tiene una corriente de agua en sentido definido y permanente que arrastra materiales en suspensión.
Mesotermal: son climas templados (meso= medio).
Pradera estépita: es una llanura húmeda cubierta por especies herbáceas de pequeño tamaño esparcidas en vastos espacios de zonas subtropicales y templadas, con la aparición esporádica de árboles o arbustos.
Penillanuras interfluvias: zonas limítrofes de llanuras que se encuentran comprendidas entre  cursos de agua.
Séptima Aproximación: es una forma de clasificar los suelos sin considerar los 3 horizontes básicos que trata de la edafología.
Xerofitismo: lo inverso a higrofitismo

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Investigación y Textos: Gabriel Omar Rodríguez


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