EDICION
PROVISORIA
- EN PROCESO
DE DIAGRAMACION
Reserva
Provincial
de Uso
Múltiple
Fundación
Federico
Wildermuth
Provincia
de Santa
Fe
Categoría
Al área
protegida
analizada
se lo
otorgó
la categoría
de reserva
de uso
múltiple.
Estas
unidades
de conservación
privilegian
la compatibilidad
entre
la explotación
agropecuaria
y la conservación
de sectores
relictuales
que posea
el campo.
En el
caso específico
de la
Provincia
de Santa
Fe las
áreas
son de
dominio
privado
y surgen
de convenios
que realiza
el propietario
del predio
con el
estado
provincial.
En ellas
se permite
la permanencia
de especies
exóticas,
la explotación
racional
de los
recursos
pero no
se utilizan
agroquímicos
y se establece
una veda
total
de caza
y pesca.
El Ministerio
de Agricultura,
Ganadería
y Pesca
no tiene
ingerencia
en el
manejo,
salvo
que se
contravengan
las normas
establecidas.
Una de
las principales
funciones
que cumplen
la reservas
de uso
múltiple
es contribuir
al fenómeno
de insularidad
(aislamiento)
que afecta
a las
áreas
protegidas
con categorías
más
estrictas
en cuanto
a la conservación
se refiere
Ubicación
La reserva
que presentamos
está
ubicada
en el
departamento
San Martín
de la
Provincia
de Santa
Fe, a
20 kilómetros
al noroeste
de la
ciudad
de Gálvez
y sus
coordenadas
son 32†
00’
S. y 61†
42’
O.
Superficie
La Reserva
Fundación
Federico
Wildermuth
posee
una superficie
de 1283
hectáreas
que representa
el 0,01
% de la
superficie
provincial.
Fecha
e instrumento
legal
de creación
El 7 de
julio
de 1992,
por Resolución
de la
Fiscalía
de Estado-
Inspección
General
de Personas
Jurídicas-
se otorga
personaría
jurídica
a la Fundación
Reserva
Natural
Federico
Wildermuth
y se la
incluye
en el
Sistema
Provincial
de Áreas
Protegidas.
Relieve
El relieve
de la
provincia
de Santa
Fe presenta
dos zonas
bien diferenciadas.
Una de
ellas
se desarrolla
en el
norte
y se denomina
baja llanura
chaqueña
y la otra
lo hace
al sur,
identificándose
con en
nombre
llanura
pampeana
que posee
algo de
altura
aunque
su cota
en ningún
punto
supera
los 150
metros,
actuando
el valle
del río
Salado
como divisorio
de ambas
regiones.
En este
último
sector
se ubica
la Reserva
prospectada.
La región
del chaco
santafecino
es producto
de una
fosa de
hundimiento
que está
enmarcada
por el
bloque
de Brasilia
al este
y las
sierras
pampeanas
al oeste
y cuyo
basamento
cristalino
está
cubierto
por un
espeso
manto
de sedimentos
continentales
y marinos
de distinto
origen.
Esta fosa
fue afectada
por los
movimientos
tectónicos
que formaron
la Cordillera
de los
Andes,
produciendo
fallas
en sentido
norte-sur
que afectaron
al subsuelo
sin que
ello repercuta
demasiando
en el
relieve.
Sólo
se produjo
que el
drenaje
tomara
el rumbo
meridiano
señalado
por las
fallas
y que
el río
Salado
fuera
el colector
de las
aguas
luego
de atravesar
la zona
de los
Bajos
Submeridionales.
La región
chaqueña
posee
dos mínimas
elevaciones,
una ubicada
al este
y la otra
al oeste,
en medio
de las
cuales
se desarrollan
los Bajos
Submeridionales,
que ocupan
gran parte
de los
departamentos
Vera y
9 de Julio.
Al este
de la
llanura
chaqueña,
en una
ancha
franja
que bordea
al Paraná
por muchos
kilómetros,
se formó
un gran
valle
aluvial
que presenta
una notable
variedad
de ambientes
húmedos,
con cursos
de agua
lóticos
y lénticos
como riachos,
bañados,
esteros,
lagunas,
madrejones,
albardones
que bordean
los espejos
de agua,
pastizales,
pajonales,
selvas
en galería,
bosques
de sauces
y palmares,
entre
otros.
La región
de la
llanuras
pampeanas,
con su
parte
norte
–
centro
del territorio
provincial
–
que algunos
autores
denominan
Pampa
Llana
del Centro,
muy plana,
también
sufrió
efectos
del movimiento
andino
al formarse
la Pampa
Ondulada,
al sur
de la
anterior,
que presenta
una pronunciada
barranca
que en
algunos
sectores
alcanza
los 20
metros
de altura
frente
al Paraná
y un desnivel,
llamado
Borde
de los
Altos
o Pampa
Deprimida,
en el
sector
sudoeste
generado
por los
bloques
hundidos
de la
naciente
del río
Salado
del Sur.
En esta
parte
de la
Provincia
de Santa
Fe hay
un sector
más
deprimido
que se
caracteriza
por tener
un drenaje
indefinido
donde
se forman
lagunas
y bañados,
como la
laguna
Melincué
con 48.200
hectáreas
de superficie.
De acuerdo
al mapa
de Ordenes
de suelos
elaborado
por el
INTA (1982)
para la
Argentina,
el territorio
de la
provincia
de Santa
Fe está
constituido
preponderantemente
por tres
tipos
de suelos:
la mitad
sur y
una franja
que penetra
por el
oeste
hasta
el extremo
norte,
posee
marcadamente
Molisoles;
casi toda
la parte
restante
está
conformada
por Alfisoles
mezclados
con Molisoles
en algunos
espacios
y estas
dos grandes
partes
están
separadas
por un
friso
angosto
de suelos
de tipo
Vertisoles,
también
con incursiones
de Molisoles.HidrografíaEl
Paraná
es el
principal
curso
de agua
que posee
la provincia,
actuando
como colector
de lluvias
a lo largo
de su
extenso
recorrido
y como
receptor
de una
vastísima
red de
afluentes.
Su curso
sigue
el señalado
por una
falla
de extensión
continental,
presentando
las márgenes
sobre
el territorio
santafesino
variables
en su
morfología.
De esta
forma
a partir
de la
localidad
de Coronda
hacia
el sur
va aumentado
la altura
de sus
barrancas
que acompañan
las pequeñas
estribaciones
de lo
que se
conoce
como pampa
ondulada.
La parte
septentrional
del Paraná
que margina
a la provincia
de Santa
Fe corre
recostado
sobre
la costa
correntina,
se abre
al oste
en muchos
brazos
lo que
origina
una gran
variedad
de islas.
Hay importantes
cursos
que se
desarrollan
en forma
más
o menos
paralela
al Paraná
como el
San Javier,
el Amores,
El Paraná
Miní,
los arroyos
Saladillo,
Toba y
Saladillo
Dulce,
el Colastiné
y más
al sur
el río
Caracarañá
formado
por la
unión
de los
ríos
Tercero
y Cuarto,
los arroyos
del Medio-
que obra
como límite
con la
provincia
de Buenos
Aires
–
y Pavón,
y el río
Salado,
su principal
afluente.
Al norte
de la
ciudad
de Santa
Fe se
localiza
una importante
cuenca
lacustre
compuesta
por grandes
lagunas
como la
San Pedro,
Leyes
y Setúbal
o Guadalupe.
Próximas
a la Reserva
Fundación
Wildermuth
se ubican
las cañadas
Carrizal
Grande
y de los
Corralitos
que permiten
el escurrimiento
de zonas
anegadizas
adyacentes
y algunas
pequeñas
lagunas.
Clima
La provincia
de Santa
Fe presenta
tres tipos
de clima
en su
dilatado
(latitudinalmente)
territorio:
al norte
de la
isoterma
media
anual
de 20
† C -
ubicada
próxima
a la ciudad
de Reconquista
- encontramos,
en el
este un
clima
Subtropical
sin estación
seca y
en el
oeste
Subtropical
con estación
seca.
Al sur
de estos,
el clima
Templado
Húmedo
cubre
el resto
de la
provincia.
El clima
subtropical
sin estación
seca se
caracteriza
por la
escasa
variación
térmica
anual
con veranos
cálidos
e inviernos
suaves,
precipitaciones
que llegan
a los
1.100
mm. repartidas
en forma
más
o menos
pareja
durante
todo el
año
y por
la abundante
humedad.
El clima
subtropical
con estación
seca presenta
una marcada
disminución
de las
precipitaciones
durante
los meses
de invierno
y la cantidad
de lluvia
anual
es inferior
a los
1.000
mm., o
sea algo
menor
a la de
la clasificación
anterior.
Además
se caracteriza
por exhibir
una gran
amplitud
térmica,
que aumenta
progresivamente
hacia
el oeste
por disminución
de la
influencia
oceánica,
y mayor
frecuencia
de heladas,
rondando
los 20†
C la temperatura
media
de las
dos categorías
de climas
subtropicales.
Hacia
el sur
se insinúa
el clima
templado
con la
disminución
gradual
de las
temperaturas
y de las
precipitaciones
que se
sitúan
en los
800 mm.
anuales.
Los vientos
predominantes
provienen
de los
sectores
noreste,
norte,
sur y
este,
estableciendo
su velocidad
de circulación
una media
anual
de 12
kilómetros
por hora.
El clima
de Santa
Fe está
marcado
por algunos
factores
que lo
determinan
preponderantemente,
ellos
son: su
posición
y gran
extensión
latitudinal
que ocupa
desde
los 28†
hasta
los 34
† 20’(aprox.)
Lat. S.,
la distancia
del mar
que le
otorga
caracteres
de continentalidad
y la gran
planicie
del extenso
territorio
que permite
el libre
desplazamiento
de las
masas
de aire
que influyen
en las
variables
climáticas.
Flora
Aunque
en general,
el resultado
al que
llegan
los distintos
autores
que han
efectuado
clasificaciones
biogeográficas
del territorio
argentino
no difiere
demasiado,
algunos
han logrado
imponer
más
sus criterios
ante la
comunidad
científica.
Tal es
el caso
de Cabrera
(1958,
1976)
y Cabrera
y Willink
(1980).
En el
último
trabajo-
en el
que incluye
la flora
y fauna-
este autor
divide
a la porción
del continente
americano
conocida
como América
Latina
en regiones,
a éstas
en dominios
y los
dominios
en provincias.
Hace una
cuarta
subdivisión
que denomina
distritos,
basada
fundamentalmente
en el
tipo de
vegetación
predominante.
Para el
análisis
de la
clasificación
de la
Provincia
de Santa
Fe sólo
tomaremos
en cuenta
el grado
de provincias.
Tres son
las provincias
biogeográficas
en que
se divide
el territorio
santafesino:
* la más
austral,
denominada
Pampeana,
abarca
desde
el extremo
sur hasta
una línea
imaginaria
que iría
desde
la localidad
de Bouquet,
en el
este,
hasta
la de
Barrancas
por el
oeste,
aproximadamente.
Es esta
región
la vegetación
dominante
es la
estepa
o seudoestepa
de gramíneas,
salpicada
de arbustos
y algunos
árboles
esporádicos.
*desde
el límite
norte
de la
biorregión
precedente
hasta
otra línea
que más
al norte
atravesaría
el territorio
provincial
de este
a oste,
tomando
como puntos
de referencia
las localidades
de San
Guillermo
y Romang,
se extiende
la provincia
del Espinal
. Esta
se caracteriza
por la
abundancia
de especies
arbóreas
del género
Prosopis
–
en su
mayoría
espinosas
–
junto
a otras
de la
región
chaqueña.
* por
último,
la provincia
Chaqueña,
que ocupa
desde
el extremo
norte
provincial
hasta
la línea
imaginaria
que limita
por el
norte
a la provincia
del Espinal.
En esta
biorregión
predomina
el bosque
semixerófilo
en su
parte
oeste,
agregándose
otras
especies
en la
parte
este.
Rozzatti
y Mosso
(1997),
basándose
en la
las regiones
naturales
señaladas
por Burkart
(1994),
caracterizan
en una
forma
mucho
más
detallada
los principales
biomas
de Santa
Fe, interpretando
seis zonas
claramente
diferenciadas
para cuya
interpretación
nuevamente
imaginamos
al territorio
provincial
dividido
latitudinalmente
en tercios,
de los
cuales
el austral
es menos
extenso.
En el
tercio
septentrional
se ubican
tres regiones
que de
oeste
a este
son: los
Bosques
y Arbustales
del Chaco
Semiárido
en una
angosta
franja
sobre
el extremo
occidental,
en el
departamento
9 de Julio,
donde
predominan
bosques
de quebrachos
–
en sus
tres especies-
y otros
árboles
semixerófilos;
a continuación,
ocupando
un ancho
mayor,
están
los Bosques
y Esteros
del Chaco
Húmedo
que poseen
la parte
oeste
deprimida,
conocida
como los
Bajos
Submeridionales,
con poca
vegetación
arbórea
y predominio
de pastizales,
juncales
en las
zonas
anegadas
y espartillares.
En el
sector
este se
desarrolla
la Cuña
Boscosa
–ocupa
el oeste
del departamento
Gral.
Obligado
y el este
del departamento
Vera –
donde
el paisaje
muestra
bosques
con mayor
riqueza
florística
que en
el chaco
seco.
Por último
en el
este de
la porción
norte
se despliega
una angosta
franja
paralela
al río
Paraná
–
llamada
Delta
e Islas
del Paraná-
que por
el sur
llega
hasta
el departamento
San Jerónimo
y está
ocupada,
principalmente,
por selvas
en galería.
En lo
que sería
el tercio
central
hay dos
regiones,
una es
la mencionada
precedentemente
que ocupa
una pequeña
lonja
bordeando
el río
Paraná
y la otra
es la
zona donde
se ubica
la Reserva
Escuela
Granja
de Esperanza
denominada
región
de Espinales
y Algarrobales
Pampeanos
, cuyo
nombre
indica
el tipo
de vegetación
más
conspicua.
La parte
que corresponde
al tercio
austral
del territorio
provincial
presenta
un área
que ocupa
el oeste
de los
departamentos
de Gral.
López
y Caseros
identificada
como Sabanas
y Pastizales
de la
Pampa
Semiárida,
donde
abundan
los pastizales
pampeanos
semiáridos
salpicados
de bosquecillos
de chañar
(Geoffroea
decorticans)
y aromo
o espinillo
en otras
regiones
(Acacia
caven).
Al este
de esta
región,
ocupando
la mayor
parte
del extremo
sur, encontramos
los Pastizales
de la
Pampa
Húmeda,
formación
florística
altamente
avasallada
por la
expansión
de las
zonas
de cultivo.
La superficie
que ocupa
la Reserva
Fundación
Federico
Wildermuth
está
situada
en la
parte
sur de
la región
Espinales
y Algarrobales
Pampeanos,
según
el criterio
de la
última
clasificación
mencionada.
Esta zona
ha sido
muy alterada
por el
desmonte
para su
utilización
como zona
agropecuaria,
pero hay
muchos
relictos
en las
márgenes
del río
Salado
y en zonas
anegadizas
donde
todavía
subsisten
pequeñas
formaciones
de esta
biorregión,
como ocurre
con el
estero
que ocupa
unas 60
ha. de
la reserva
analizada.
Toda la
zona central
de la
provincia
de Santa
Fe es
un gran
ecotono
entre
las biorregiones
Pampeana
y Chaqueña,
donde
ésta
última
va empobreciéndose
en variedad
de especies
conforme
nos acercamos
al sur.
En el
predio
de la
reserva
predomina
los ambientes
pampeanos
caracterizados
por la
abundancia
de espartillares
(Spartina
sp.),
formación
florística
en donde
predominan
las espigas
dispuestas
en panojas
del género
mencionado
que generalmente
tienen
una altura
que oscila
entre
el metro
y el metro
y medio
y crecen
en matas
muy densas
próximas
a los
flechillares
de variadas
especies
del género
Stipa,
que también
tienen
aspecto
de pastos
con espigas
pero,
generalmente,
con menor
altura
que los
espartillos.
En medio
de estos
pastizales
crecen
en forma
aislada
ejemplares
leñosos
como el
chañar
(Geoffroea
decorticans),
especie
de amplia
distribución
en gran
parte
del norte
argentino
y sus
características
destacables
son la
de tener
baja altura-
hasta
10 metros
-, se
ramifica
casi desde
la base
del tronco
y se cubre
en época
de floración
con un
color
dorado
intenso
formado
por sus
infinitas
flores
y la cina-cina
(Parkinsonia
aculeata),
árbol
pequeño
usado
como especie
ornamental
y para
hacer
cercos.
También
hay ejemplares
del aromito
o espinillo
(Acacia
caven)
también
con características
similares
a las
especies
ya mencionadas
en cuanto
a su porte
pequeño
y a su
ramificación
no muy
alejada
de la
base del
tronco.
El pequeño
estero
ofrece
refugio
mucha
fauna
en sus
totorales
y juncales
y algunas
especies
de plantas
flotantes.
Fauna
La mayor
riqueza
biológica
del área
la constituyen
las aves.
En el
estero
y las
zonas
bajas
donde
permanece
el agua
mucho
tiempo
abundan
las aves
acuáticas,
muchas
de ellas
con nidificación
comprobada
en el
área,
como el
caracolero
(Rosthramus
sociabilis),
la garcita
blanca
(Egretta
thula)
y el cuervillo
de cañada
(Plegadis
chihi
) entre
otras
especies.
Ha sido
registrada
la presencia
de tres
especies
de macáes
: el de
pico grueso
(Podilimbus
podiceps),
el macá
grande
(Podiceps
major)
y el común
(Podiceps
rolland)
y de varias
especies
de garzas
como la
garza
azulada
(Butorides
striatus)
con su
característico
penacho
negro
sobre
la cabeza,
la exótica
garcita
bueyera
(Bubulcus
ibis),la
garza
mora (Ardea
cocoi),
la más
grande
dentro
de su
familia
entre
las que
se observan
en territorio
argentino,
el mirasol
común(Ixobrychus
involucris)
que a
pesar
de lo
que indica
su nombre
vulgar
no es
demasiado
conspicuo
y cuatro
especies
más
de la
familia
Ardeidae
que están
presentes
en el
área
prospectada.
La poco
común
espátula
rosada
(Platalea
ajaja),
el cuervillo
de cara
pelada
(Phimosus
infuscatus),
la tuyuyú
(Mycteria
americana)
y la cigüeña
común
(Ciconia
maguari)
son otras
de las
especies
más
comunes
asociadas
al medio
acuático
que habitan
la Reserva
analizada.
También
son variadas
las especies
de patos
que se
observan
nadando
en las
aguas
del pequeño
estero
y los
otros
humedales
que ocupan
gran parte
de esta
unidad
de conservación:
las dos
especies
de cisnes,
también
pertenecientes
a la familia
Anatidae,
el de
cuello
negro
(Cygnus
melancoryphus)
y el de
cuello
blanco
o coscoroba
(Coscoroba
coscoroba)
merodean
las aguas
más
profundas
junto
al pato
colorado
(Anas
cyanoptera),
al cutirí
(Amazonetta
brasiliensis)
que en
vuelo
puede
distinguirlo
fácilmente
sus notables
pico y
patas
rojos,
al pato
cuchara
(Anas
platalea)
con un
vistoso
color
celeste
y blanco
en las
cubiertas
visible
en vuelo
y el pico
largo
y ensanchado,
el pato
overo(
Anas sibilatrix)
cuya población
austral
efectúa
una corta
migración
hacia
el norte
y otras
especies
como el
pato cabeza
negra
(Heteronetta
atricapilla)
no muy
común.
La familia
Rallidae,
que con
las típicas
gallaretas
suele
estar
presente
en muchos
espejos
de agua
de estas
latitudes,
en este
caso particular
también
presenta
a la pollona
pintada
(Porphyriops
melanops)
y la gallineta
común
(Rallus
sanguinolentus).
Varias
especies
de aves
playeras
como el
pitotoy
solitario
(Tringa
solitaria),
el pitotoy
grande
(Tringa
melanoleuca)
y el pitotoy
chico
(Tringa
flavipes)
de coloración
muy similar
al anterior
pero algo
más
pequeño
y sin
pico levemente
encorvado
como su
congénere,
el playerito
pectoral
(Calidris
melanotos)
con la
parte
ventral
nítidamente
blanca
y la pectoral
estriada
de color
parduzco,
el playerito
unicolor
( Calidris
bairdi),
el batitú
(Bartrama
longicauda)
de tamaño
relativamente
grande
respecto
a los
otros
integrantes
de la
familia
Scolopacidae
y se caracteriza
por ser
uno de
los pocos
del grupo
que incursiona
en zonas
no acuáticas,
estando
su población
en franca
merma.
Todas
las especies
de la
última
familia
mencionada
son migradores
que nidifican
en el
hemisferio
norte
y luego
emprenden
el gran
viaje
al hemisferio
sur, encontrándolos
en el
territorio
argentino
mayormente
en primavera
y verano.
Para mencionar
la mayor
parte
de las
aves vinculadas
al medio
acuático
que pueblan
la Reserva
Fundación
Wildermuth
faltaría
mencionar
al tero
real (Himantopus
melanurus),
al carau
(Aramus
guarauna),
la jacana
(Jacana
jacana)
y el aguatero
(Nycticryphes
semicollaris)
que, según
la lista
de aves
que figura
en el
trabajo
titulado
Sistema
Provincial
de Áreas
Naturales
Protegidas
de Santa
Fe (1997),
es la
única
área
protegida
de la
provincia
que ampara
a esta
especie
al igual
que los
ya mencionados
Bartrama
longicauda
y Calidris
bairdii
.
Son muchas
las aves
que integran
la nómina
de esta
reserva,
por lo
que continuaremos
desarrollando
el ítem
de la
ornitofauna
haciendo
una somera
mención
de la
cantidad
de especies
de cada
familia
más
representada.
Hay 5
especies
de rapaces
de la
familia
Accipitridae
registradas
en el
área,
4 de la
familia
Falconidae
y 3 lechuzas
–
familia
Strigidae-
. Con
tres integrantes
se presentan
los picaflores
–Trochilidae-,
con igual
número
los carpinteros
-Picidae-,
l7 especies
de furnáridos
–Furnariidae-
de las
cuales
una- el
canastero
pálido
(Asthenes
modesta)
–
el área
en estudio
es la
única
Reserva
santafesina
que la
cobija
y 21 de
la familia
Tyrannidae.
De esta
última
hay cuatro
especies
que sólo
se las
observa,
dentro
de las
áreas
de Santa
fe, en
la Reserva
prospectada.
Ellas
son: el
tachurí
coludo
(Culicivora
caudacuta),
el tachurí
canela
(Polystictus
pectoralys),
el doradito
pardo
(Pseudocolapteryx
dinelliamus)
y el doradito
copetón
(Pseudocolapteryx
sclateri).
Del grupo
de las
cachirlas-
Fam. Motacillidae
–
hay tres
especies,
de la
Emberizidae
7 y 8
de la
Icteridae.
Como se
puede
apreciar
luego
de esta
síntesis
el grupo
de las
aves es
el más
numeroso
dentro
de los
vertebrados
y de los
restantes,
según
Rozzatti
(1996),
se habrían
censado
hasta
la fecha
aludida,
14 mamíferos,
12 anfibios,
11 reptiles
y 6 especies
de peces.
De esta
fauna
lo más
importante
de destacar
es la
presencia
del puma
(Puma
concolor)
cuya presencia
en el
sur de
la provincia
se descartaba
hasta
hace poco
tiempo.
Recursos
culturales
Respecto
a los
primitivos
habitantes
de esta
zona central
de la
provincia
de Santa
Fe donde
ubicamos
la reserva
prospectada,
son varios
los pueblos
que tuvieron
influencia
en la
región.
Por una
parte
poco más
al sur
de la
latitud
donde
se sitúa
el pueblo
de Wildermuth
fue la
distribución
más
septentrional
de los
pampas,
según
consta
en el
mapa de
distribución
de esta
cultura
presentado
por Canals
Frau(1986).
Por otra
parte
en las
zonas
ribereñas
del Paraná
a la altura
de la
unidad
de conservación
estaban
las corondas,
junto
a la desembocadura
del curso
de agua
que lleva
ese nombre
y los
timbúes
y carcaráes
en la
desembocadura
del río
Carcarañá.
Al margen
de la
laguna
Setúbal
se desplazaban
los quiloazas
y calchines
en la
zona de
la antigua
ciudad
de Santa
Fe. Por
otra parte
los mocovíes,
en su
distribución
más
austral,
llegaron
cerca
de esta
zona.
Para sintetizar
se hará
una brevísima
reseña
de los
caracteres
comunes
que tenían
el conjunto
de pueblos
denominados
litoraleños,
en los
que se
incluirán
los mocoretás,
calchines,
quiloazas,
corondás,
timbúes,
carcaráes,
querandíes,
chanás
y mbeguáes,
y las
combinaciones
entre
ellos,
los que
tuvieron
incidencia
en el
centro
de Santa
Fe. Para
comentar
algunas
características
nos basaremos
en los
testimonios
de Schmidel.
Respecto
a los
alimentos
el mencionado
autor
señala
que disponían
de abundante
cantidad
y variedad,
siendo
los más
utilizados
el pescado,
las carnes
de carpincho,
patos,
pavas
de monte
y otras
especies
salvajes.
Los pueblos
que tuvieron
mayor
influencia
guaranítica
desarrollaron
elementos
de agricultura
y sembraron
varios
tipos
de mandioca,
maíz,
maní
y otras
especies.
También
realizaron
la recolección,
estando
entre
los frutos
preferidos
las vainas
de algarrobo
y la miel
silvestre.
La organización
social
no estaba
demasiado
desarrollada
y el rol
de jefe
lo asumía
la comunidad
en su
conjunto
y la mayor
parte
de las
actividades
estaba
regulada
por la
tradición
religiosa.
Esto justifica
el irrenunciable
espíritu
de libertad
de estos
pueblos,
que se
hacían
matar
antes
de caer
en mano
de su
enemigo,
ya que
no estaban
acostumbrados
a la sujeción
a la autoridad
(Roman,
1992).
Creían
en un
dios benefactor
y eran
también
animistas
es decir,
creían
en la
divinidad
de todo
lo animado,
por lo
que sus
vidas
estaban
impregnadas
de religiosidad.
En señal
de duelo
los deudos,
especialmente
las viudas,
se cortaban
una falange
(Roman,
1992).
Muchos
años
más
tarde
la población
aborigen
fue recluida
en asentamientos
exclusivos
para ellos
y su cantidad
disminuyó
sensiblemente,
dando
lugar
a la etapa
de la
“pampa
gringa”,
nombre
que se
asignaba
a esta
región
cuando
fue colonizada
por europeos
de distintos
países
en planes
promovidos
por los
gobiernos
provinciales
y el nacional,
especialmente
en la
segunda
mitad
del siglo
XIX.
Alternativas
turísticas
Las actividades
propias
de un
lugar
donde
abunda
la avifauna
es justamente
la observación
de aves
o bird-watcher
en los
países
de habla
inglesa,
donde
mayor
auge tomó
la actividad
desde
sus comienzos.
Por supuesto
que el
hobby
al que
hacemos
referencia
no se
limita
a la mera
observación,
sino que
tiene
ingredientes
aeróbicos
por las
grandes
caminatas
que requiere,
de ciencia
porque
sin quererlo
incursionamos
en ella
al deducir
o inducir,
es decir
a partir
de la
observación
de casos
particulares
obtenemos
leyes
generales
cuando
se trata
de comportamientos,
de la
morfología
o cualquier
otra referencia.
Desarrolla
enormemente
la capacidad
de percibir
detalles,
dado que
sin su
descubrimiento
no sería
factible
muchas
veces
distinguir
una especie
de otra,
y fundamentalmente,
tiene
un gran
efecto
de recreación,
lo que
esta muy
demostrado
por la
pasión
que se
enciende
en la
mayoría
de las
personas
que incursionan
en la
actividad.
Esta va
de la
mano de
la fotografía
de aves
que es
el grupo
de vertebrados
que más
se muestra
ante el
hombre
por lo
que ofrece
infinitamente
más
posibilidades
que cualquiera
de los
otros
grupos.
Hay aficionados
que graban
sus cantos,
otros
que indagan
sobre
los nidos,
otros
que compiten
por superar
al contrincante
en el
número
de especies
observadas
y varias
ramificaciones
que permiten,
en definitiva,
el íntimo
contacto
con la
naturaleza
que tanto
reclaman
las personas
que viven
en los
centros
urbanos
Para lo
que sería
el turismo
convencional
hay algunos
centros
más
o menos
próximos
a la Reserva
de Uso
Múltiple
Fundación
Federico
Wildermuth.
En primer
lugar
la ciudad
de Santa
Fe- a
poco más
de 100
kilómetros-
que como
capital
provincial
ofrece
la gran
oportunidad
de conocer
interesantes
lugares,
disfrutar
de un
paseo
de compras
por la
calle
peatonal,
pasear
por la
pintoresca
costanera
y, por
supuesto,
todo esto
complementado
con una
excelente
oferta
gastronómica,
hotelera
y de espectáculos.
La ciudad
de Santa
Fe de
la Vera
Cruz fue
fundada
en 1660,
después
de haber
sido destruida
por los
abipones
y mocovíes
la primera
fundación
en Cayastá,
por lo
que sus
calles,
edificios
públicos
y privados,
su puerto
y demás
rincones
que posee
este conglomerado
urbano,
están
colmados
de historia.
Una de
ellos
es el
convento
de San
Francisco
(declarado
Monumento
Histórico
nacional)
que fue
construido
en el
siglo
XVII con
curiosas
paredes
de dos
metros
de espesor
y decorados
confeccionados
por los
indígenas
en los
marcos
de las
puertas.
Adyacente
al mismo
está
el Museo
Histórico
de San
Francisco
con colecciones
muy interesantes.
También
se destacan
por su
importancia
el Museo
Histórico
Provincial
en la
casa del
Brigadier
General
Estanislao
López,
también
declarada
Monumento
Histórico
Nacional,
el de
Ciencias
Naturales
Florentino
Ameghino,
el Provincial
de Bellas
Artes
y el Etnográfico
y Colonial
Juan de
Garay,
entre
los principales.
La Catedral
Metropolitana
es una
antigua
construcción
comenzada
a erigirse
en 1665
que oportunamente
mereciera
la categoría
de Monumento
Histórico
Nacional.
La peatonal
San Martín
permite
ver o
comprar
productos
de todo
tipo con
comercios
bien instalados
y es el
lugar
donde
de centra
la vida
social
y comercial
de la
ciudad.
La Estación
Zoológica
Experimental,
dependiente
del Ministerio
de Agricultura,
Ganadería,
Industria
y Comercio,
es una
estación
de recría
de fauna
autóctona
donde
pueden
verse
ejemplares
de las
principales
especies
de nuestra
fauna
y es considerada
de gran
importancia
dentro
de los
establecimientos
similares.
Otra localidad
de importancia,
que dista
de la
Reserva
comentada
unos 50
kilómetros,
es Coronda.
Esta ciudad
está
situada
a la vera
del río
del mismo
nombre
y cuenta
con pasado
rico en
vivencias.
En efecto,
hacia
1720 se
inicia
la construcción
de una
capilla
en una
porción
de terreno
que cediera
su dueño,
don Juan
de Garay.
Alrededor
de esta
se asentaron
las primeras
viviendas
en una
zona que
estuvo
muy despoblada
durante
largo
tiempo
y fue
castigada
varias
veces
por los
malones.
En sus
cercanías,
ya en
épocas
más
próximas,
se libraron
importantes
combates.
En 1821
tropas
del general
entrerriano
Pancho
Ramírez
desembarcaron
en sus
inmediaciones
con el
fin de
ocupar
la provincia
y vencieron
la resistencia
que le
ofrecieron
primero
el general
Lamadrid
y luego
Dorrego,
hasta
que el
25 de
mayo del
mismo
año
el entonces
gobernador,
brigadier
Estanislao
López,
venció
a Ramírez
en las
proximidades
de Coronda.
En 1867
el gobierno
provincial
repartió
tierras
y se formó
la Colonia
Corondina,
sentando
las bases
de lo
que es
hoy una
importante
zona productora
de frutilla.
Un recorrido
por la
ciudad
le permitirá
apreciar
antiguas
construcciones
de distintos
estilo
muy bien
conservadas
como la
Jefatura
de Policía-
de estilo
italiano
clásico-,
la escuela
Normal
José
E. Galisteo,
el edificio
de la
Municipalidad,
el Museo
Municipal
con interesantes
colecciones
de la
historia
local
y la casa
donde
vivió,
temporalmente,
Alfonsina
Storni.
La costanera
y el balneario
son lugares
para visitar
y disfrutar
de la
pintoresca
vista
que ofrece
el río
Coronda
con las
islas
que se
forman
en el
lugar.
Cómo
llegar
Desde
la ciudad
de Santa
Fe de
la Vera
Cruz nos
conduce
la ruta
nacional
11 hacia
el sur.
En su
intersección
con la
ruta provincial
80, a
la altura
de la
localidad
de Arocena,
se deberá
girar
hacia
el oeste,
circulando
por esta
última,
unos 40
kilómetros,
hasta
Wildermuth,
previo
paso por
la ciudad
de Gálvez.
Problemas
de conservación
La Fundación
Federico
Wildermuth
mantiene
en buen
estado
las instalaciones
de la
reserva
y se ocupa
de cuestiones
que la
benefician
en forma
indirecta
y favorecen
a la comunidad
en su
conjunto.
En tal
sentido
cabe destacar
la instalación
de un
laboratorio
y colecciones
en una
construcción
sita en
Colonia
Belgrano,
a sólo
10 kilómetros
del área
protegida.
En ese
laboratorio
estudian
alumnos
del nivel
secundario
y contribuye
de alguna
forma
a que
la comunidad
local
apoye
y valore
la Reserva,
situación
que no
ocurría
lo suficiente,
al menos
hasta
hace un
tiempo
atrás.
El Museo
Argentino
de Ciencias
Naturales
representado
por el
biólogo
Roberto
Straneck,
la Universidad
Nacional
del Litoral
a través
del reconocido
ornitólogo
y naturalista
doctor
Martín
de la
Peña,
entre
otras
instituciones
y profesionales
han efectuado
censos
y estudios
de campo
desde
los comienzos
de la
gestión.
Siempre
las áreas
pequeñas
sufren
más
el fenómeno
de insularidad
ya comentado
en varias
áreas
tratadas
en la
página.
En este
caso particular
reviste
mayor
importancia
evitar
todo impacto
ambiental
dada la
sensibilidad
de las
poblaciones
de aves
migratorias
a abandonar
los apostaderos
cuando
la presión
antrópica
es grande.
Cabe acotar
que la
citada
Fundación
cuenta
con apoyo
de la
Escuela
Politécnica
Federal
de Zurich
y de algunas
universidades
alemanas.
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Investigación
y Textos:
Gabriel
Omar Rodríguez
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