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Paso Córdova

Área Natural Protegida Municipal - Río Negro
 

EDICION PROVISORIA - EN PROCESO DE DIAGRAMACION

Paso Córdova

Categoría

Área Municipal. La ordenanza de creación del área no especifica la categoría, pero de acuerdo a las clases de unidades de conservación establecidas por la Ley Provincial N° 2669, la categoría V, sería , tal vez, la más adecuada a esta pequeña  reserva periurbana. A continuación se trascribe la parte del texto de la aludida legislación que hace referencia a la quinta categoría:

CATEGORIA V: Paisaje Protegido:
El carácter de las zonas que forman parte de esta categoría será muy diverso, debido a la gran variedad de paisajes naturales, seminaturales y culturales existentes en la Provincia, dignos de ser preservados en su condición tradicional o actual
Se pueden diferenciar dos tipos de áreas dentro de esta categoría:

  1. Zonas aprovechadas por el hombre de manera intensiva para esparcimiento y turismo. Aquí se incluirán zonas naturales o modificadas, situadas a lo largo de costas marinas, lacustres o fluviales, de rutas, en zonas de montañas o periurbanas, que presenten panoramas atractivos, siempre que no sean netamente urbanas.
  2. Paisajes que por ser el resultado de la interacción entre el hombre y la naturaleza, reflejan manifestaciones culturales específicas (costumbres, técnicas de uso y manejo de la tierra, organización social, infraestructura o construcciones típicas).
    Dadas las características de estas reas, los esfuerzos deberían estar dirigidos a mantener la calidad del paisaje mediante prácticas de ordenamiento adecuadas.

Ubicación

El Área  Protegida Paso Córdova está ubicada en el Departamento General Roca sobre la margen del Río Negro, a unosde 12 kilómetros hacia el suroeste de la ciudad de General Roca, en las coordenadas geográficas 39° 10’ S.  y  67° 10’ O. De la capital neuquina está cerca de 40 km.

Superficie

No consta este dato en la bibliografía empleada para esta área.

Fecha e instrumento legal de creación

El área natural protegida que se analiza fue creada mediante la Ordenanza Municipal N° 2583 de 1997, de la Municipalidad de General Roca, provincia de Río negro.

Relieve

La Provincia de Río Negro a lo largo de su historia geológica sufrió procesos tectónicos, sedimentarios, erosivos que configuraron su complejo relieve. Al oeste está de la Cordillera de los Andes, donde la altitud de los cerros es inferior a la de la cordillera central, siendo la máxima altura del territorio rionegrino el Cerro Tronador de 3.554 m.s.n.m. Hacia el este la altura decrece hasta formarse un relieve mesetiforme interrumpido por depresiones denominadas bajos y otras formaciones que se enuncian luego. Esta meseta finaliza en la costa marítima con altos acantilados de hasta 70 metros de altura y las formas asociadas como barras, playas, cordones litorales y planicies de marea, producto de la acumulación.
La cadena de los Andes está separada de la zona mesetaria por una serie de sierras bajas, algunas formadas simultáneamente con el plegamiento andino y otras más antiguas llamadas sierras de los Patagónides. Ninguno de los dos bloques se suceden sin interrupción, sino que ambos forman bloques aislados separados por depresiones ocupadas por valles fluviales y por extensos lagos. En la parte mesetaria podemos distinguir cuatro tipos de relieve diferenciados (Chiozza y Figueira,1982): la mesetas volcánicas que están aisladas entre sí, siendo la más representativa por su extensión la de Somuncurá, con unos 900 m.s.n.m., y  cumplen un rol muy importantes como distribuidoras de agua al drenar la misma hacia zonas periféricas más bajas. El segundo tipo de relieve de meseta son los ya mencionados bajos , leves depresiones en donde generalmente se forman salinas, como el Bajo de los Menucos  y  el Gran Bajo del Gualicho, entre otros. En tercer lugar la zona extraandina presenta valles fluviales , que son extensas depresiones que se forman junto a los cauces de los ríos y exceden en mucho al caudal de agua transportada. Esto se debe a que dichos cauces responden a los cursos del agua actuales y a los del pasado. En última instancia la meseta nos muestra serranías, originadas en la acción combinada de movimientos de ascenso y descenso de la corteza  y por la acumulación de sedimentos, paisaje que fue modelado por la acción erosiva del viento y del agua. Algunos elevaciones son las Sierras de Pailemán, Sierra Blanca de la Totora, los Cerros Colorados, Sierra Campana Mahuida, Sierra de Somuncurá y varias más que, en general, se desarrollan en el tercio central de la Provincia, dividiéndola de norte a sur. Según estudios del INTA, la Provincia de Río Negro ha permitido reconocer 6 Ordenes de suelos, divididos en 14 Subórdenes.

En el Área Natural Protegida Paso Córdova las playas con canto rodado sobre el Río Negro son una característica del relieve para destacar. Además también es oportuno señalar que sobre las bardas (bordes acantilados) del mencionado río – de ambas orillas- afloran rocas sedimentarias de las eras Cenozoica (Paleógeno y Neógeno) y Mesozoica (Cretácico) tanto en zona que afecta a la reserva como en sus inmediaciones. En estas formaciones rocosas  se encuentran restos fósiles de importancia. Una formación singular es el llamado Valle de la Luna, compuesto por rocas sedimentarias de diferentes edades.

Hidrografía

La red hidrográfica está compuesta por dos ríos principales: el Colorado que es el límite norte de la provincia y la separa de La Pampa,  y el río Negro que corre en forma más o menos paralela un poco más al sur que el primero. Ambos vierten sus aguas en el Atlántico y se nutren del deshielo de los Andes, lugar de sus nacientes.  Su  sentido de circulación es noroeste a sudeste. Al atravesar la zona mesetaria pierden parte de su caudal por evaporación, sin recibir afluentes de importancia en su recorrido. El río Negro recibe las aguas de los ríos Limay y Neuquén que confluyen a la altura de la capital neuquina y recorre unos 600 kilómetros – con ancho variable- hasta desembocar en el mar con un caudal medio de aproximadamente 1.000 m3/seg. Los bordes del cauce – localmente llamadas bardas – son muy altas en el alto valle y en el medio, lo que influye sobre el clima al frenar el viento, fenómeno que sumado a la gran amplitud del valle hacen de la zona una de las mejores del país para el cultivo de frutales bajo riego. El río Neuquén circula por la frontera entre Río Negro y Neuquén y  sobre el mismo se construyó el dique Ingeniero Ballester a partir del cual, mediante un canal, se derivan las aguas de este curso  hacia el Lago Pellerini. El caudal de este último río es de unos 300 m3/seg., aunque en épocas de grandes deshielos y lluvias puede aumentar muchísimo ese guarismo. El Limay, que aporta cerca de un 70% del agua que posee el río Negro (Chiozza y Figueira, 1982), es un afluente del Lago Nahuel Huapi y corre en un valle muy encajonado con bardas altas. En la provincia de Río Negro el Limay recibe aguas de varios cursos pequeños, siendo los mayores el Pichí Leufú y el Comallo, y desde Neuquén recibe las aguas del río Collón Curá. En el territorio rionegrino nacen el río Chubut y el Azul, que vierten sus aguas en el Lago Puelo.

El Río Negro
Dado que Área Natural Protegida Paso Córdova, está directamente afectada por el curso de agua que le da nombre a la provincia, creemos oportuno desarrollar con más detalle las características particulares de este río. Es uno de los ríos más caudalosos entre los que tienen su cauce totalmente en territorio argentino – sólo lo supera el Río de la Plata- y la extensión de su cuenca ocupa el primer lugar dentro de los cursos de esa característica, con 125.500 km2. Recorre 637 kilómetros y es producto de la unión de los ríos Neuquén y Limay, del cual es la continuidad hidrológica y le aporta aproximadamente el 75% del caudal y  63.700 km2 a la cifra mencionada para la cuenca del río Negro. Su régimen  es el resultado de la combinación  de los regímenes de los dos confluentes mencionados. Bastante regular es el del Limay y mucho menos el del Neuquén que es afectado por el deshielo de los cerros en los meses cálidos y las importantes lluvias que se registran en otoño. Es importante destacar que el curso del río Limay está interrumpido por cuatros represas compuestas por los diques Alicurá, Piedra de Águila, El Chocón y Arroyito. En su desembocadura el Negro forma una barra que obstaculiza la navegación, pues solo puede salvarse con marea alta, que se propaga hasta San Javier, aguas arriba de Viedma y Carmen de Patagones merced al régimen estuárico que impera en su tramo inferior (Chiozza y Figueira, 1982).

Clima

La provincia de Río Negro se encuentra en una posición donde se da la transición entre el clima frío de gran parte de la Patagonia y templado al norte del río Colorado. Las precipitaciones pasan de muy abundantes en la zona cordillerana a muy escasas en la región de la meseta patagónica. . La gradiente de precipitaciones queda bien de manifiesto con los siguientes registros:en la Isla Victoria precipitan casi 1.700 mm. de lluvia al año, en el Aeródromo Bariloche, sólo 35 kilómetros al este, se registran menos de 800 mm. y en la localidad de Maquinchao, unos 220 kilómetros hacia el este apenas llegan a caer aproximadamente 200 mm. al año.  También se produce en su territorio la transición de la zona con mayores lluvias estivales - en el norte – y la de mayor pluviosidad durante los meses de abril a agosto como sucede en sectores patagónicos. Las precipitaciones nivales son comunes en toda la provincia durante el invierno, a excepción del margen de la costa donde este fenómeno es ocasional. Las temperaturas medias de enero, exceptuando la parte de la cordillera, oscilan entre los 20 y 24 °C  y  en la zona andina esa cifra se sitúa en los 15° C , dependiendo de la altura.
Los fuertes vientos que caracterizan a toda la Patagonia, no son excepción en Río Negro. Este agente metereológico es responsable, en buena medida, de la aridez, por favorecer notoriamente la evaporación en lugares de escasas precipitaciones y también otorga característica peculiares a la flora que crece con adaptaciones para resistir el embate del viento que predominantemente sopla del oste, sudoeste y noroeste. La mayor cantidad de días nublados se da en la zona cordillerana con un porcentaje que ronda entre el 50 y 60 % de las jornadas, disminuyendo a un 40 % en la costa marítima. En el centro de la provincia es aún mayor el porcentaje de días soleados que en la costa.
La zona donde está emplazada la represa es de clima árido, con pricipitaciones que apenas alcanzan los 200 mm. y la temperatura máxima media es de 42.5° C,  la media anual de 14,5 ° C  y la mínima media es de –16° C. El me más lluvioso es octubre – 0,63 mm - y el de menos precipitaciones es junio con 0,9 mm.(Quirós et al. 1983).

Flora

En estos trabajos que presentamos hemos adoptado generalmente la clasificación en Eco-regiones propuesta por Burkart et al. (1999) dentro del Programa de Desarrollo Institucional Ambiental (PRODIA), propiciado por la ex Secretaría de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable de la Nación y la Administración de Parques Nacionales. En el mismo se divide al Territorio Argentino en 18 eco-regiones, correspondiéndole a la provincia de Río Negro cuatro categorizaciones: una angosta franja sobre el límite occidental de la provincia indica la Eco-región de los Bosques Patagónicos; luego, una amplia zona que ocupa la mitad sur del territorio, exceptuando una porción en el este, es la que se identifica como Eco-región de la Estepa Patagónica.  La Eco-región de los Montes de  Llanuras y Mesetas  ocupa el resto de la provincia menos una pequeña parte en el límite este que representa una incursión de la Eco-región de la Pampa en el territorio rionegrino. Es oportuno aclarar que esta clasificación concuerda bastante con la clásica división fitogeográfica realizada por Cabrera (1976). A continuación se muestra un cuadro demostrativo de las equivalencias entre ambos sistemas para Río Negro:

                                 Nombres asignados a la regiones                                       

  Burkart et al. ( Eco-regiones)       Cabrera (Provincias Fitogeográficas )                        

  1 Bosques Patagónicos.                   Altoandina (superficies coincidentes)
  2 Estepa Patagónica.                  Patagónica (leve diferencia en su límite norte)
  3 Montes de Llanuras y Mesetas.  Del Monte (leve diferencia en su límite   sureste)
  4 De la Pampa                                Pampeana  (superficies coincidentes)

Los bosques templado-fríos patagónicos se caracterizan por estar formados por especies de maderas semiduras, con árboles de fuste recto y  hojas caducas en muchos casos  y un sotobosque relativamente pobre. Hacia el este los ejemplares se encuentran más dispersos y desarrollan menos altura dando paso gradual al contrastado paisaje de la estepa. Los cordones montañosos influyen notoriamente en las precipitaciones al actuar como barreras de los vientos del oeste. Es por esta razón que conforme se desarrollen estos cordones en cuanto a su orientación hay lugares con mayores precipitaciones y por ende, mayor vegetación. Un ejemplo bien notorio lo tenemos en la provincia de Río Negro, en Puerto Blest, donde se registran precipitaciones de más de 4.000 mm. anuales y  que dan lugar a la formación de lo que se denomina Selva Valdiviana; con helechos, epífitas, enredaderas y hongos, entre los que se destaca el renombrado llao llao (Cittaria darwinii). En esta selva – más desarrollada del lado chileno- el árbol más representativo es el  alerce (Fitzroya cupressoides), especie gigante que puede llegar a los 60 m. de alto y 3 de diámetro, con edades que pueden alcanzar los 3.000 años (Erize et al., 1993) el que es acompañado por el fuinque (Lomatia ferruginea), el len o ciprés de las guayteras (Pilgerodendron uviferum), el mañiú hembra (Saxegothaean conspicua), el mañiú macho ( Podocarpus nubigenus), el olivillo o  tique (Aextoxicon punctatum) y el laurel (Laurelia philippinia)  y otras especies. Entre las enredaderas se destaca por su grosor el pahueldín (Hydragea integerrina) y la pil pil voqui (Campsidium valdevianum) con típicas hojas tubulares rojas. En el estrato arbustivo predominan las cañas colihue (Chusquea culeou), el michay (Berberis darwini), el espino negro (Colletia spinosissima)  y  el  estrato herbáceo está formado por varias especies como la aljaba (Fucsia magellanica), el corcalén (Azara lanceolata) y el notro (Embothrium coccineum) con flores rojas muy vistosas, entre muchas otras especies. En los bosques menos intrincados que los de las zonas ocupadas por la llamada selva valdiviana, se observan ejemplares de árboles de gran porte como el coihue (Nothofagus dombeyi) que puede alcanzar los 45 metros de altura y 2 de diámetro en su tronco (Demitri, 1973) y es exclusivo de esta región;  la lenga (Nothofagus pumilio), que también recibe los nombres comunes del roble o roble blanco y que en zonas muy elevadas crece en forma achaparrada, siendo también endémico de los bosques andino-patagónicos. El ciprés de la cordillera (Austrocedrus chilensis) es otro árbol exclusivo de esta región, a veces mezclado con el maitén (Maytenus boaria); el roble o pillín (Nothofagus oblicua), aunque muy escaso dado que su distribución se limita al sur del territorio neuquino, el arrayán (Myrceugenella apiculata) que crece en forma escasa y es conspicuo en la Isla Victoria del P.N. Los Arrayanes; el radal (Lomatia hirsuta) que se caracteriza por presentar forma arbustiva y de árbol de unos 15 metros de altura; el ñire o ñire (Nothofagus antarctica) que presenta un follaje de tonalidad rojizo de gran belleza en otoño, los que son sólo algunas de las especies arbóreas que habitan los bosques andinos del sur.
En la zona de transición del bosque montano hacia la estepa patagónica se tornan conspicuas algunas especies arbóreas ya mencionadas como Nothofagus antarctica,  Nothofagus pumilio,Austrocedrus chilensis, especies que ingresan en la estepa bordeando los cursos de agua junto con el maitén (Maytenus boaria), el chacay (Chocaya trinervis), entre otros.
Hacia el este del la  región de los bosques andino-patagónicos comienza la estepa patagónica que ocupa grandes superficies en toda la Patagonia, siendo algo menor en la provincia de Río Negro por la presencia de otras dos eco-regiones. Esta meseta está libre de árboles y en forma  escasa pueden encontrarse algunos arbustos como el molle (Schinus johnstoni) y en las márgenes de los ríos Colorado y Negro también suelen verse ejemplares de sauces colorados (Salix chilensis). La mayor parte de la estepa está ocupada por gramíneas que crecen en matas bajas, con hojas enrolladas y punzantes que reciben el nombre común de coirones . Otras plantas crecen como cojines hemisféricos, estructura que resiste bien el viento. En la zona septentrional de la estepa, lo que incluye parcialmente a Río Negro, predominan el colapiche (Nassauvia glomarulosa) , el quilembai (Chuquiraga avellanedae)  y el coirón amargo (Stipa humilis).
 La tercera eco-región que demarca el territorio rionegrino es la del Monte de Llanuras y Mesetas. La vegetación de esta región esta caracterizada por la presencia de jarillas de varias especies (Larrea divaricata, Larrea ameghinoi, Larrea nitida) como uno de los componentes más conspicuos dentro del estrato arbustivo. También se desarrollan el alagarto (Acantolippia seriphioides), el ala de tero, mata sebo o retamo (Montea aphyla), entre otros nombre vulgares, el alpataco (Prosopis alpataco), el neneo o hierba negra (Mulinum spinosum), con sólo citar las más comunes de observar. La última eco-región, que apenas afecta a la superficie de Río Negro, en una porción pequeña de su extremo este, es la pampa donde predomina el pastizal con gran número de gramíneas de los géneros Stipa, Poa, Paspalum, entre otros. En la zona de la costa marítima las algas son las principales vegetales. Algunas forman verdaderos mantos que generalmente tapizan las costas rocosas, muchas veces con hermosos colores debido a los pigmentos que se hallan en sus células. Según el tipo de pigmento o combinación de éstos son las algas de distinta coloración lo que permite su clasificación:  azul-verde, verde, parda y roja o amarillo –verde. En el sector que nos ocupa, y en general en toda la costa patagónica, existen gran cantidad de algas pardas, denominadas “cachiyuyo” que cubren amplias extensiones en las proximidades de las costas. En la zona comprendida entre los límites de la alta y baja marea, llamado piso mesolitoral, habitan algas de tamaño reducido, por debajo del límite inferior, llamado piso infralitoral, se desarrollan, por el contrario, algas de gran tamaño como el mencionado cachiyuyo ( Macrocystis periferia), que se extienden hasta los 30 o más metros de profundidad. Y en el límite superior del piso mesolitoral comienza el supralitoral que incluye toda la zona costera muy próxima al comienzo del agua en pleamar y más alejada en bajamar. Las algas se fijan generalmente en las rocas del fondo marino pero no descartan utilizar como bases de asentamiento a valvas de caracoles, de bivalvos, cangrejos u otras macroalgas (De la Vega, 2000). Los géneros más comunes que habitan esta zona del Atlántico son Ulva, Enteromorfha, Lessonia, Macrocystis y muchos otros. En las costas costeras crecen pastos que se adaptaron al agua salada e incluso se ven a veces cubiertos por agua, siendo las especies de los géneros  Spartina y Salicornia las más conspicua.
La flora de la unidad de conservación prospectada no ha sido inventariada por lo que es poco lo que se puede decir en forma detallada. Generalizando, en las proximidades de las costa del Río Negro se observan sauces criollos (Salix humboldtiana), zampa   (Atriplex lampa), jarilla   (Larrea divaricata), alpataco (Prosopis alpataco), el jume   (Suaeda divaricata), alagarto (Acantolippia seriphioides), el neneo (Mulinum spinosum) y  muchas especies de gramíneas entre las que se destacan las pertenecientes a los géneros Stipa  y Poa y otros.

Fauna

Tomando la clasificación de Cabrera (1980) en regiones zoogeográficas, la provincia de Río Negro, como todo el Territorio Argentino, está incluida dentro de las Regiones Neotropical y Antártica, las que se dividen a su vez Dominios y estos en Provincias. La primera región mencionada tiene un solo Dominio, el Andino-Patagónico que afecta al territorio rionegrino. La región nombrada en segundo término también posee sólo un Dominio, el Subantártico, que incluye parte de la provincia tratada.
El Dominio Andino-Patagónico abarca en  Río Negro a la Provincia Altonadina, que ocupa las altas montañas de la Cordillera desde Venezuela hasta Tierra del Fuego, y a la Provincia Patagónica que se extiende hacia el sur por la Argentina desde el centro de la precordillera de Mendoza y se ensancha paulatinamente hasta ocupar la parte occidental deNeuquén y Río negro (Cabrera, 1980). Resta el denominado Dominio Subantártico, con la Provincia del mismo nombre, que se extiende más o menos desde el paralelo 35 hacia el sur, ocupando mayor superficie al oeste de la Cordillera Central que hacia es este – es decir en territorio argentino-, finalizando en Tierra del Fuego e Islas de los Estados, Malvinas, Georgias del Sur y Juan Fernández. Esta última Provincia posee muchas especies de fauna endémicas.

Región Bosques Andinopatagónicos

En la zona se encuentran especies de gran valor biológico por tener distintos rangos de amenaza. Tal es el caso, entre los mamíferos, del huemul (Hippocamelus bisulcus) ), con estatus nacional de Amenazado y fue declarado Monumento Natural en la provincia de Río Negro y en el ámbito nacional, el monito de monte o kongoy (Dromiciops gliroides), especie considerada Vulnerable (SAREM, 2000), también es endémico de la Patagonia (en Chile habita una subespecie) con una distribución aún no precisa, auque se estima que habitaría desde el P.N. Lanín en Neuquén hasta el norte de Chubut . Otro caso similar lo constituye el pudú (Pudu pudu) considerado especie Rara (Reca et al. 1996) y de Riesgo bajo (SAREM, 2000) en el ámbito nacional, que habita los cañaverales de bambúes y el sotobosque en general, y  el gato huiña (Oncifelis guigna) categorizado como Vulnerable (SAREM, 2000). También se cita la presencia del gato yaguarundí (Herpailurus yaguarondi), que sería su distribución más austral y se lo considera con Riego bajo (SAREM, 2000), siendo la subespecie Herpailurus yaguarondi ameghinoi (Parera, 2002) la que habita en Río Negro . Otro mamífero destacable es el zorro colorado (Lycalopex culpaeus magellanicus o  L.c. culpaeus) que son las subespecies que pueden encontrarse en Río Negro y está considerado por la SAREM (2000) como Riesgo bajo. Varias otras especies de mastofauna habitan la zona de los bosques andinopatagónicos como el zorro gris chico (Lycalopex gymnocercus), el huillín (Lontra provocax) cuyo estatus nacional lo considera En peligro (SAREM, 2000) y es una especie exclusiva de Chile y Argentina, siendo relativamente común en el Lago Nahuel Huapi; la rata topo valdiviana (Geoxus valdivianus); el murciélago patagónico (Myotis chiloenses);  el tucu-tucu patagónico (Ctenomys haigi), endémico de esta región; el ratón de oreja negra (Irenomys tarsalis); el ratón endémico (Irenomys tarsalis),  y algunas especies más  de micromamíferos.
Haciendo lugar a la ornitofauna de estos bosques también cabe consignar que existen endemismos como los es el chucao (Scelorchilus rubecula), el huet-huet (Pteroptochos tarnii)  y el churrín grande (Eugratta paradoxa), todos integrantes dela familia Rhinocryptidae con una típica silueta de gallo pequeño. A continuación se enumeran algunas especies de aves  mas conspicuas de la región: la paloma araucana (Columba araucana), el carpintero gigante (Campephilus magellanicus) de gran tamaño y vistoso colorido negro con la cabeza y cuello de color rojo fuerte para el macho (la hembra casi uniformemente negruzca ), rapaces como el esparvero variado (Accipiter bicolor) y el aguilucho cola rojiza (Buteo ventralis) desarrollaron alas cortas y anchas para volar entre la vegetación; el pato de los torrentes ( Merganetta armata) de extraña cola larga que utiliza para nadar contra la corriente aún en los rápidos. Dentro de los passeriformes cabe citar al zorzal patagónico (Turdus falcklandii); el cabecita negra austral (Carduelis barbata); el siete colores patagónico (Phrygilus patagonicus), con vistosos colores amarillo, anaranjado y celeste entre otros;  el tordo patagónico (Curaeus curaeus); el fío fío silvador (Elaenia albiceps) y el diucón (Xolmis pyrope).  Sin seguir un orden taxonómico se dejóa para el final a los anfibios y reptiles por ser ambos grupos poco representativos en estas latitudes, al menos en relación a las aves y mamíferos. Entre lo batracios se observa la rana  (Pleuroderma bufonina), la ranita de Darwin (Rhinoderma darwin), el sapo del bosque (Bufo variegatus) y especies endémicas y de escasa distribución como Batrachyla leptopus y la ranita Hylorina Sylvatica. Los reptiles se hacen presentes con una culebra conspicua, la culebra andina (Tachymenis peruviana) y varias lagartijas del género Liolaemus.
La ictifauna de los ríos, arroyos y lagos es pobre en cantidad de especies y ,en general,  predominan las especies de salmónidos introducios. Varias especies conocidas como puyén son los peces más comunes: tal es el caso de  Galaxias platei, G. Attenuatus( aunque estaría sólo en el extremo austral) y G. Variegatus.

Estepa patagónica

Algunos ríos de la provincia rionegrina al estar comunicados entre sí, como ocurre con el Río Limay que al unir sus aguas con el Neuquén  forma el cauce del Negro, poseen en algunos sectores especies de fauna ictícola introducida, al ser el Limay alimentado por las aguas del Lago Nahuel Huapi donde se efectuaron las primeras siembras de trucha marrón (Salmo trutta), el salmón rey (Oncorhynchus tshawytscha), la trucha arco iris (Oncorhynchus mykiss), trucha de arroyo (Salvelinus fontinalis) y el salmón encerrado (Salmo salar). Si bien algunas de estas especies optan mayormente por las aguas mansas de los lagos, otras también optan por los cursos de agua torrentosos. Esta fauna exótica comparte el hábitat con especies autóctonas como la perca (Percichthys vinciguerrai), el puyén chico (Galaxias maculatus), el puyén grande (Galaxias platei), el madre de agua (Jenynsia lineata), el bagre pintado (Trichomycterus areolatus), la peladilla (Aplochiton zebra) y varias especies más, aunque es oportuno reiterar que la zona patagónica no se destaca por diversidad de su ictiofauna. Los batracios están poco representados pero no dejan de mostrar también especies endémicas de la provincias rionegrina y chubutense como la ranita (Telmatobius reverberii), una vistosa rana de piel moteada y la rana (Telmatobius somuncurensis) , que como su nombre específico lo indica habita la meseta de Somuncurá (Erize, 1993).
Entre la herpetofauna se destacan los lagartos y lagartijas y en menor medida los ofidios. Entre estos cabe señalar la presencia de la yarará ñata (Bothrops ammodytoides), de pequeño tamaño y su característica nariz respingada, y culebras de los géneros Tomodon, Leimadophis y Chlorosoma (Cabrera, 1980). De los gekos y lagartijas hay que destacar endemismos como el geko patagónico (Homonata darwinii), la lagartija (Liolaemus kingi) y otra lagartija sin nombre común (Liolaemus fitzingeri) y el chelco o matuasto (Diplolaemus darwin).
Siguiendo en este apartado un orden taxonómico, corresponde el lugar a la ornitofauna. Las aves en general son fáciles de observar, aunque el número de especies e individuos no es elevado (Narosky e Izurieta, 2003). El ave más conspicua es el choique o ñandú petiso (Pterocnemia pennata), entre las rapaces es muy conspicuo el aguilucho común (Buteo polyosoma),  y pertenecientes a la eco-región del Monte de Llanuras y Mecetas,  se observa el águila mora (Geranoaetus melanoleucus), el carancho (Polyborus plancus), el halcón plomizo (Falco femoralis), el lechuzón campestre (Asio flammeus) y otras más. Otras aves comunes de las eco-regiones Estepa Patagónica y Montes de Llanuras y Mesetas son el chorlo cabezón (Oreopholus ruficollis),  gaucho pardo (Agriornis murina), la martineta común (Eudromia elegans), la dormilona común (Muscisaxicola macloviana), el canastero de garganta negra (Thripophaga  patagonica), la monjita castaña (Neoxolmis rufiventris),la quiula patagónica (Tinamotis ingoufi), el torito pico negro (Anairetes parulus), la diuca común (Diuca diuca), el cabecita negra de corbata ( Spinus barbatos o Carduelis barbatos según los autores),el canastero coludo (Astenes pyrrholeuca), el pecho colorado grande (Sturnella loyca), el yal amarillo ( Phrygilus carbonarus),la bandurria patagónica (Eremobius phoenicurus) exclusiva de estos ambientes, la caminera patagónica ( Geositta antarctica) también habita sólo zonas de la estepa patagónica, entre varias especies más. Una mención aparte merecen las aves acuáticas no costeras, que habitan los espejos de agua en forma conspicua como el cauquén común (Chloephaga picta), el pato crestón (Lophonetta specularioides), aunque es más común en lagos de montaña, el quetro o pato volador (Tachyeres patachonicus), el chorlito ceniciento (Pluvianellus socialis), el pato overo (Anas sibillatrix), el macá común (Podiceps rolland), el flamenco (Phoenicopterus chilensis) y muchas especies más que son exclusivas del sur argentino o bien de distribución mucho más amplia.

Los mamíferos de estas dos eco-regiones son variados y sobresale por su vistosidad y tamaño el guanaco (Lama guanicoe), que recorre estas amplias planicies en grupos numerosos, la mara (Dolichotis patagonum), otro herbívoro que junto al guanaco son los principales mamíferos que tienen este tipo de dieta; su  grado de amenaza la considera Vulnerable (SAREM, 2000); la comadrejita patagónica (Lestodelphys halli) que ostenta el mismo rango de amenaza de la especie anterior; el moloso gris de orejas anchas ( Tadarida brasiliensis); el zorrino patagónico (Conepatus humboldtii), (Canevari y Balboa, 2003). Completan la nómina , entre otras, el gato del pajonal (Lynchailurus pajeros)- Vulnerable-, el gato montés común (Oncifelis geoffroyi), el puma (Puma concolor), el zorro colorado o zorro patagónico (Dusicyon gymnocercus), el zorro gris (Dusicyon gymnocercus), el hurón menor (Galictis cuja), el huroncito patagónico (Lyncodon patagonicus) y el  puma (Puma concolor). Respecto al chichillón o pilquín (Lagidium viscacia) posee varias subespecies en Argentina y su hábitat preferido son las zonas serranas pobres de vegetación desde el extremo norte del país hasta Santa Cruz. Hay una subespecie – Lagidium viscacia somuncurensis- que es endémica de las gran Meseta de Somuncurá.

La fauna del Área Natural Protegida Paso Córdova no fue relevada. No obstante se mencionan algunas especies de aves, mamíferos y peces que pueden estar presentes en el área analizada. Entre las aves acuáticas predominan las de las Familias Anatidae, siendo algunas de las especies más conspicuas el pato maicero (Anas georgica), el pato colorado (Anas cyanoptera) y el cisne de cuello negro (Cygnus melancoryphus); la familia Ardeidae con representantes como la garza bruja (Nycticorax nicticorax); la Fam.  Phalacrocorax con el biguá (Phalacrocorax brasianus); la Podicipedidae presenta al macá plateado (Podiceps occipitalis); de la Fam Laridae se ven ejemplares de la gaviota cocinera (Larus dominicanus) y con menos frecuencia, algunas especies de chorlos y plateros – Fam. Charadriidae - . De las aves no asociadas al medio acuático son conspicuas la martineta (Eudromia elegans),  entre las rapaces es muy conspicuo el aguilucho común (Buteo polyosoma), el carancho (Polyborus plancus),   se observa el águila mora (Geranoaetus melanoleucus), el lechuzón campestre (Asio flammeus) y el halcón plomizo (Falco femoralis). Otras aves comunes son el gaucho pardo (Agriornis murina), bandurria patagónica (Eremobius phoenicurus) ,el canastero de garganta negra (Thripophaga  patagonica), el chorlo cabezón (Oreopholus ruficollis), la viuda común (Knipolegus aterrimus), la diuca común (Diuca diuca, la dormilona común (Muscisaxicola macloviana), la monjita castaña (Neoxolmis rufiventris),la quiula patagónica (Tinamotis ingoufi), , el cabecita negra de corbata ( Spinus barbatos o Carduelis barbatos según los autores) sólo haciendo mención de algunas.
Los mamíferos pueden presentarse con el guanaco (Lama guanicoe), la mara (Dolichotis patagonum) -considera Vulnerable (SAREM, 2000)- , el zorrino patagónico (Conepatus humboldtii),la comadrejita patagónica (Lestodelphys halli) - que también se la considera vulnerable-, el gato montés común (Oncifelis geoffroyi), el puma (Puma concolor), el gato del pajonal (Lynchailurus pajeros) - Vulnerable-, el zorro gris (Dusicyon gymnocercus),el zorro colorado o zorro patagónico (Dusicyon gymnocercus), el huroncito patagónico (Lyncodon patagonicus), el hurón menor (Galictis cuja). Omitiendo algunas especies de roedores, cuises y tucu tucus.
La comunidad ícticola del Río Negro esta compuesta por varias especies entre las que se encuentran algunas de salmónidos introducidos en gran parte del país , pero con mayor éxito en su  adaptación en la región patagónica . Las especies principales son el puyen chico (Galaxias maculatus), la carpa común (Cyprinus carpio), el  pejerrey patagónico (Odontesthes hatcheri), percas de boca chica (Percichthys trucha) y la bocona (P. colhuapiensis), el bagre aterciopelado (Diplomystes viedmensis), lisa (Mugil lisa), trucha arco iris (Oncorhynchus mykiss), el salmón encerrado( Salmo salar), la trucha marrón (Salmo trutta), madrecita (Jenynsia multidentata), tachuela (Corydoras paleatus), mojarra plateada (Cheirodon interruptus), otuno (Diplomystes viedmensis), lamprea (Geotria australis) y algunas más.

Recursos culturales

Los primitivos habitantes del territorio que hoy ocupa la provincia de Río Negro fueron los puelches-guénaken o también llamados patagones del norte.
Los primeros datos fidedignos sobre estos habitantes los tenemos gracias al relato del gran naturalista francés Alcides D’Orbigny, que estando en Carmen de Patagones, en el año 1830, entró en contacto con estas poblaciones y le dijeron llamarse puelches, palabra que en lengua araucana significa “hombres del este” –  respecto al otro lado de los Andes-. Luego, el Perito Moreno nos dice que los habitantes de esas latitudes se llamaban a si mismos guénekan, de ahí que para distinguirlos de otros grupos patagónicos se los llama con ambas denominaciones (Canals Frau, 1986).
Respecto a estos pueblos que ocupaban la parte septentrional de la patagonia tenían una economía basada esencialmente en la caza, como las de las otras culturas que habitaron la región. La vivienda es el toldo, tan generalizado entre las tribus pampas, siendo diferentes en su formato, dado que algunos eran cuadrangulares, cupuliniformes o piramidales. Según testimonios de Sánchez Labrador, en el siglo XVIII ya se veía el uso de cuero de caballo en las tolderías. Referencias de distintas épocas coinciden en que se pintaban el cuerpo y la cara y que a semejanza de los patagones del sur o chónik su vestimenta estaba compuesta por una manta cuadrangular hecha con cuero de guanaco, y por debajo de él, los hombres el taparrabo y las mujeres el delantalcito que llegaba hasta las rodillas (Serrano, 2000). Algunas referencias históricas dicen que las tribus del actual territorio de Río Negro conocían la alfarería. Tomaron de los araucanos la costumbre de fumar y hacían una bebida fermentada, pero supuestamente no conocían sustancias narcotizantes. La mayoría de los autores coincide en afirmar que los guénaken eran de gran estatura. D’Orbigny que los estudia con criterios más científicos dice que los varones tenían una estatura media de 1,70 metros y las mujeres de 1,62. Un  cambio significativo se produjo con la introducción del caballo por los españoles, ya que este animal se utilizó para la caza adoptaron las boleadores como elemento para ese fin y diversas formas de vida cambiaron a partir de ese momento.
 Es un hecho conocido que los pueblos patagónicos y de más al norte aún, recibieron una gran influencia de habitantes que vivían al oeste de la cordillera. Estos eran los araucanos – llamados a si mismos mapuches- y fueron el último asentamiento indígena que se produce en territorio argentino. Provenientes de Chile, su inmigración ha sido relativamente reciente y  ha ocasionado grandes cambios culturales en los pueblos que habitaban las llanuras pampeanas, partes de las patagónicas ( noroeste) y  también un amplio sector ocupado por los Andes, teniendo, aproximadamente, como límite sur el norte de la actual provincia de Santa Cruz. Al pasar al este de los andes los araucanos abandonaron el hábito del cultivo y se dedicaron a la caza, la recolección y a la rapiña (Canals Frau, 1986). Sus armas fueron las boleadoras, una especie de honda y lanzas muy largas. La alfarería estaba poco desarrollada y las mujeres practicaban el tejido. La lengua fue la misma que se utilizaba al oste de la cordillera y es muy empleada en la toponimia de Argentina como de Chile. Entre 1875 y 1879 se llevaron a cabo numerosas incursiones militares al territorio de los puelches-guénaken – conocidas históricamente como la Conquista del Desierto- encabezadas las últimas por el General julio A. Roca, quien luego fuera por dos períodos Presidente de la República. Estas luchas prácticamente exterminaron a una gran cantidad de aborígenes y son motivo de polémica hasta nuestros días. La mayoría de las tierras fueron repartidas por el gobierno central entre los combatientes de la conquista del desierto y empezó así la historia de la colonización europea en estas latitudes. El primer intento por parte del gobierno colonial para explorar la región  se llevó a cabo en 1778, cuando el virrey Vértiz envió una expedición para levantar varios fuertes al mando de Francisco de Viedma quien funda Carmen de Patagones  y luego Mercedes de Patagones al afectar las crecidas del río Negro a la primera población. En 1879, Mercedes cambió su nombre por Viedma en homenaje a su fundador. Luego fueron importantes por los relevamientos obtenidos las expediciones de Ambrosio Crámer en 1822, en 1830 la de Alcides D’Orbigny, la de Juan Manuel de Rozas en 1833, tiempo más tarde Musters – en 1869- deja un interesantísimo relato titulado “Vida entre los patagones”, recorriendo desde el Río negro hasta el estrecho de Magallanes  y muchas otras más.  En julio de 1865 desembarcaron en Golfo Nuevo un centenar y medio de galeses y se diseminaron en pequeños poblados agrícolas como Trelew, Bryn Crwn, Puerto Madryn y Gaiman, entre otros. En 1893 el número de colonos ya superaba los dos millares y luego se sumaron inmigrantes españoles,  italianos y alemanes. Entre 1895 y 1903, el naturalista Francisco P. Moreno realizó varios viajes a la zona del lago Nahuel Huapi, estudiándola y promocionando sus bellezas y recursos naturales.
San Carlos de Bariloche, en la margen del Nahuel Huapi, fue fundada en 1895 por iniciativa de Carlos Wiederhold, quien inició las primeras construcciones en la localidad. Años más tarde el Perito Moreno dona – en 1903- las tierras que le habían sido asignadas en retribución a su arduo trabajo de fijar los límites con la República de Chile, y con ellas se crea, en 1934, el primer Parque Nacional de Argentina.
El siglo XX fue protagonista del nacimiento de nuevas colonias agrícolas en la zona de los valles, especialmente en el llamado Alto Valle. El primer turno le correspondió a Cipolletti en 1903, Allen en 1907, Ingeniero Huergo en 1912  y Villa Regina, por iniciativa de la  Compañía Italo Argentina de Colonización.
El área natural prospectada posee muy valiosos recursos culturales en sus yacimientos fósiles que se ubican sobre las bardas – se recuerda que se denomina así a las márgenes acantiladas de un curso de agua-  del Río Negro, donde se encontraron restos de variada fauna terrestre y marina. También en la zona conocida como Valle de la Luna pueden aún encontrarse vestigios de madera petrificada y caracoles marinos que ponen en clara evidencia la historia geológica del lugar que nos habla de la incursión marina que sufrió la patagonia.

Alternativas turísticas

El Área Natural Protegida Paso Córdova permite recrear a través de una estrecha relación con la naturaleza a  todo aquel que pase por la ciudad de General Roca y se anime a  recorrer unos pocos kilómetros hacia el sur. En este lugar el río Negro corre encajonado entre altos bordes con playas de canto rodado como las denominadas El Náutico y  Playa Balsa Vieja.  Estos son lugares propicios para la práctica del remo, jet ski o esquí acuático y la pesca deportiva, que ocupa un lugar relevante dentro de las preferencias del visitante. La contemplación de las bellezas escénicas del lugar, las caminatas en este marco y la toma de fotografías en el llamado Valle de la Luna y de la variada fauna – especialmente acuática-, son las mejores posibilidades para aprovechar nuestro paso por este escondido sitio rionegrino. A poca distancia, desde el puente Paso Córdova, unos 9 kilómetros por la RP N° 6, hay un excelente mirador llamado Tres Cruces desde el que se aprecia una vista panorámica del  Valle de la Luna, del río Negro e incluso de la ciudad de General Roca.

La multiplicidad de atractivos que ofrece la provincia de Río Negro la convierte en uno de los destinos preferidos de la Patagonia. Otras provincias de este recóndito lugar del planeta ofrecen también inmejorables paisajes de lagos y montañas nevadas, pero la única que a ello puede agregar playas sobre el Atlántico con aguas templadas es la de Río Negro. En efecto, el Balneario Las Grutas ofrece absolutamente todo lo poseen los centros de este tipo ubicados más al norte. Una corriente marina hace las aguas más templadas y el viento no es superior al que presenta cualquier zona de nuestra costa marítima. Se trata de una villa  turística con confortables hoteles, departamentos y casas en alquiler, bungalows y camping. No faltan las discotecas, buena gastronomía en restaurantes, un hermoso casino y centros de compras. La práctica de deportes acuáticos como la pesca, el submarinismo, el surf  y la vela son el complemento ideal para una zona balnearia. Continuando por la Ruta Nacional 3 hacia el sur a menos de 100 kilómetros está la localidad de Sierra Grande donde se pueden visitar las deslumbrantes minas de hierro y apreciar lo que pocas veces se puede ver: el interior de una mina, con sus historias, con la posibilidad de percibir la rudeza de ese trabajo, conocer y ver de cerca aspectos de la geología, métodos de extracción del mineral y una exhibición de fotos que contribuye al conocimiento de este misterioso mundo subterráneo. La visita a estas minas se puede realizar todo el año y todos los días en el horario de 8.00 a 17 horas aproximadamente. De San Antonio Oeste podemos recorrer unos 170 kilómetros hacia la costa (este) por la ya mencionada ruta 3 y llegar a Viedma, la capital provincial. Aquí comenzó, realmente, la historia de la Patagonia. Se encuentra situada en la margen del río homónimo – enfrente de Carmen de Patagones- y tiene un legado histórico de los más interesantes de la Patagonia. Ambas ciudades forman una sola unidad turística con sitios de interés dentro del casco urbano:  la Manzana Histórica de Viedma, el Casco Histórico de Patagones, el Museo Gobernador Tello en Viedma, el Museo Salesiano Cardenal Cagliero, el Cerro de la Caballada, el Museo Tecnológico del Agua y el Suelo y la casona La Carlota. En sus proximidades, existen diversos balnearios y un apostadero con una colonia permanente de lobos marinos en la Reserva Provincial Punta Bermeja. Ambas ciudades cuentan con hotelería y todos los servicios que requiere un turista exigente y circuitos para recorrer los alrededores con interesantes puntos de interés, cuyo detalle escapa al tenor de este texto. En la zona centro-sur de la provincia esta la Meseta de Somuncurá, que fue convertida en una Reserva Provincial por el atractivo paisaje que muestra y por hospedar una fauna muy particular. La Ruta Nacional 23 desde San Antonio Oeste nos lleva a Ingeniero Jacobacci, una bonita ciudad donde se puede realizar el recorrido en el tren La Trochita desde esta última localidad hasta el Maitén en la provincia del Chubut, con paradas en la localidad rionegrina de Fitalancao y en la  chubutense de El Maitén. En Ing. Jacobacci estamos ya acercándonos a San Carlos de Bariloche – unos 170 kilómetros entre ambas localidades – la “Meca” de todo aquel que por primera vez se decide a conocer los “lagos del sur”, nombre genérico con el que designamos al gran complejo lacustre montañoso que se extiende desde Neuquen hasta el extremo sur patagónico. La arquitectura peculiar, sea tal vez , el rasgo que más llame la atención al visitante. Su Centro Cívico, con construcciones que recuerdan a las aldeas alpinas y perviven aún casas de madera, con techos de gran pendiente y también lucen construcciones de impecable estilo moderno. El Hotel Llao Llao también se destaca por la arquitectura muy vistosa y es valuarte de la región, desde el cual hay una excelente vista del Lago Nahuel Huapi, sobre el que se construyó la ciudad. Son muchas la excursiones que tienen como punto de partida Bariloche, que recorren distintos puntos del Parque Nacional Nahuel Huapi, el más antiguo del país y cuyo nombre trasciende las fronteras de Argentina. Muchos turistas extranjeros llegan al Aeropuerto de Bariloche para disfrutar de paisajes realmente sorprendentes, las pesca deportiva de salmónidos y el esquí. Los típicos recorridos que parten de esta prestigiosa ciudad son el Cerro Catedral, el Cerro Otto, el Cerro Tronador, los Circuitos Grande y Chico, Villa La Angostura, Isla Victoria y el Parque Nacional Los Arrayanes, entre muchísimos paseos más. La ciudad de Bariloche está a 830 kilómetros de Viedma.
Otro punto de interés turístico es El Bolsón cuya ruta de acceso atraviesa un espectacular escenario natural, ya que se bordean los lagos Gutiérrez, Mascardi y Guillelmo.  Esta Villa cuenta con una buena infraestructura que le permite ser  un punto de apoyo turístico importante de la llamada Comarca Andina del paralelo 42º, que incluye el territorio rionegrino y chubutense. Sus primeros habitantes se asentaron hacia fines del siglo XIX, procedentes de Chile en su mayoría. La ciudad está asentada sobre una depresión ubicada entre los cerros,  a sólo 300 m sobre el nivel del mar, mientras que al Este las elevaciones alcanzan los 2.200 m de altura. Es un lugar ideal para el descanso con hoteles y restaurantes que ofrecen comidas regionales de fina elaboración, granjas en las que se puede observar la elaboración y adquirir dulces, quesos, yogurt, helados y otras variedades artesanales de origen europeo muchas veces. Hay una Feria Regional que funciona los días martes, jueves y sábados de 10 a 14 horas, donde se pueden adquirir los productos de mayor calidad de la región. Esta reseña sólo pretende dar una semblanza general sobre la oferta turística de la provincia pero está muy lejos de mencionar todos los lugares de enorme belleza paisajística y de atracción para el visitante, como es el caso de las pistas de esquí del Cerro Catedral – el primer centro de esquí del hemisferio sur con 74 elevadores y 250 instructores- y del Cerro Perito Moreno en El Bolsón y el de la pesca de truchas que es motivo de viajes para ese fin por parte de turistas del Hemisferio Norte.

Problemas de conservación

Mediante la  Ordenanza N° 3454 se aprueba el Plan de Manejo de la unidad de conservación prospectada, lo que significa un paso importante en bien de la buena conservación de la misma. Sería importante que el área poseyera una marcada delimitación y  mayor vigilancia para que se pueda cumplir con todos los objetivos sentados en el mencionado plan de manejo. Es especial la necesidad de un buen control en áreas próximas a ciudades donde siempre la concurrencia masiva de los fines de semana, especialmente, la hace mas vulnerable a los excesos de los visitantes. Debería existir un mayor celo en el cuidado de las zonas donde existen restos fósiles dado el valor de los mismos y la gran “tentación” que ejercen sobre el turista siempre ávido de llevarse algún souvenir. Las especies exóticas de fauna y flora siempre son una riego de alto rango para el equilibrio ecológico. Es ya altamente reiterativo este tema en estos textos como en otros escritos que abordan el tema de la conservación de los recursos flora y fauna silvestres. En el caso particular de la reserva Paso Córdova, no hay listados de flora exótica pero si contamos con la presencia del jabalí y la liebre europea, esta última competidora de fauna autóctona y el primero responsable de muchos daños a los cultivos, a huevos  y pichones  de aves que anidan en el suelo, por sólo mencionar en forma muy superficial los perjuicios de esta invasión biológica, como suele llamárselas. No se está en contra del buen manejo de ese recurso para fines cinegéticos, sólo se pretende que estas especies estén real y eficientemente confinadas en campos con alambrados que no puedan ser burlados por los animales y una muy atenta observancia del estado de conservación de esos límites, tarea que si bien implica una erogación significativa al inicio, con el transcurso del tiempo esa inversión queda amortizada con creces por la explotación del coto. A no muchos kilómetros del área analizada, en la vecina provincia de La Pampa, se encuentra el Parque Luro que reúne esas características.

Cómo llegar

Tomando como punto de referencia la ciudad de Viedma se indican a continuación los itinerarios para llegar a la capital de Río negro. Desde las ciudades ubicadas más al sur sobre la costa atlántica o próximas a ella, la RN N° 3 es la más adecuada para acercarse al lugar propuesto.
Desde las provincias litoraleñas deberán aproximarse primero a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y desde ésta  parte le mencionada RN  N°3, que nos lleva al destino luego de pasar por Bahía Blanca, Carmen de Patagones y, río Negro de por medio, está Viedma.
Desde la ciudad de San Juan habrá que pasar previamente por la capital mendozina a la que la comunica la RN N° 40. De Mendoza hay que tomar la  RN N° 143 hasta su intersección, ya en territorio pampeano, con la RN N° 35 hasta Bahía Blanca y luego seguir por la RN N°3, que como se ha indicó, es camino obligado para buena parte de los que provengan del este de Argentina.
Desde las ciudades de San Luis, Córdoba, La Rioja, Santiago del Estero y otras localidades próximas a las mismas, deberán pasar previamente por Santa Rosa, la capital de La Pampa, y dirigirse hacia el sur por la RN N° 35 hasta la ciudad de Bahía Blanca desde donde ya se indicó como arribar a Viedma.
Para llegar a San Carlos de Bariloche desde toda la zona occidental de Argentina hay que utilizar la RN 40, hasta su intersección con la RN 237 ya dentro de la provincia del Neuquén, y próximos al límite con Río Negro, donde enseguida de traspasarlo  aparece Bariloche.
Desde la ciudad de Buenos Aires hay distintas alternativas para llegar a Bariloche . Una de las más utilizadas es la RN 5 hasta Santa Rosa – La Pampa- . Desde esta capital provincial hay que dirigirse hacia el sur por la RN 35- pocos kilómetros- hasta que a nuestra derecha (oeste) parte la RN 152. Se toma esta ruta hasta que en la provincia de Río Negro es interceptada por la RN 22 en la localidad de Chelforó. En este punto de gira a nuestra derecha, dirección oeste, hasta arribar a la ciudad de Neuquén, donde hay que circular por la ya mencionada RN 237 que nos lleva a destino.
A la ciudad de General Roca se llega desde el este y noreste - Buenos Aires, por ejemplo- por la RN 3  hasta Bahía Blanca y  desde acá  se continúa por la RN 22 hasta el destino. Desde el norte, distintos puntos de la provincia de La Pampa, se arriba a la Ruta 22  por intermedio de la RN 152 y luego en dirección oeste – hacia Neuquén- a unos 98 kilómetros, estamos en la ciudad de destino. Desde el centro de Gral. Roca ir hacia la rotonda que está en el cruce de la  Avda. Viterbori  y la Ruta 22 , para luego continuar por esta hacia el oste unos 4 kilómetros. Aquí aparece una nueva rotonda denominada Paso Córdova, desde donde continuamos por la RP 6  hacia el sur y luego de un breve recorrido se pasa  el Puente Córdova, que podría considerarse el punto “neurálgico” del área protegida.

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Investigación y Textos: Gabriel Omar Rodríguez


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