Recursos culturales
Se reitera lo expresado en otros informes
en el sentido de que conocer lo relativo a los habitantes originarios del área es
considerado un importante elemento cultural.
Hacia unos 1.000 años a.C llegaron al área los
primeros agricultores amazónicos de linaje guaraní. La familia lingüística tupí-guaraní es una de las más
importantes de América del Sur y ocupó grandes superficies en los territorios
de Brasil, gran parte del Paraguay, algo de Bolivia y un sector del noreste
argentino, llegando hasta el Río de la Plata. Se divide en varias ramas y
numerosos grupos que, dentro de una gran uniformidad cultural y lingüística, se
distinguían por pequeñas diferencias (Canals Frau, 1986). La rama meridional
fue llamada guaraní y es la que ocupó, entre muchos otros lugares, la mitad
noroeste de Misiones si imaginamos un corte longitudinal en dos mitades del
territorio provincial y otra mitad sureste fue ocupada por los Kaingang. Lo más
importante de destacar por sobre toda otra consideración, es el proceso de
trasmisión de la cultura guaraní a las anteriores poblaciones que quedaban en
la zona y a las contiguas a su área de dispersión. Incluso tuvieron gran
gravitación sobre la vida de la
población blanca durante el período hispánico (el idioma es hablado en partes
de Misiones, Corrientes y Chaco y es, a la par del español, la lengua oficial
del Paraguay). La toponimia y los nombres de la flora y la fauna locales están
impregnados de palabras guaraníes. No se sabe con certeza si esta cultura fue
la que introdujo la agricultura en la región, pero sí al menos que la
difundieron. Al arribo de los españoles los timbúes (una rama guaraní) ya
practicaban la agricultura. Su vivienda era la llamada maloca, que consistía en
casas de gran tamaño- hasta cincuenta metros de largo- dentro de la cual vivían
varias familias bajo el mando de un jefe. Un grupo de estas malocas constituía
la aldea y se disponían en torno a un espacio central a modo de plaza(Rex
González, 1993).
Las armas características fueron el arco y la flechas con
punta de madera, una especie de macana confeccionada también en madera dura con
filo y las hachas típicas de piedra pulida que los distingue. Su economía se
basaba principalmente en la agricultura con dos elementos que pueden atribuirse
a origen amazónico; la mandioca y la batata. También cultivaban el maíz, el
zapallo, el poroto, el maní, el algodón y la bixa que utilizaban para pintarse
el cuerpo, dado que por lo general andaban desnudos, pero también a veces se
cubrían con una vestimenta amplia de algodón a modo de camisón. Para cultivar talaban
parcelas de selva- lo que se llama roza - con las referidas hachas y cuando el
suelo empobrecía cambiaban de sitio, y el espacio desocupado reiniciaba su
ciclo de poblamiento vegetal. La alfarería era un arte en el que se destacaban
y era confeccionada mayormente con los dedos. Por ejemplo construían grandes
urnas funerarias para adultos.
Es destacable la práctica de la
antropofagia que estaba
relacionada sólo con los prisioneros de guerra y de la poligamia con
restricciones vinculadas con la capacidad de sustento del individuo (Rex
González, 1993). La cultura, esencialmente sedentaria y agrícola, propició el
establecimiento de misiones jesuíticas. Las primeras se fundaron en el
territorio de Guayrá – Brasil- y los ataques que recibieron de los “mamelucos” y otros grupos
aborígenes obligaron a su traslado al actual territorio de Misiones. Las
originarias datan del año 1.609 y duran hasta 1767 siendo la primera la de San Ignacio Guazú. Desde 1687 a 1707 fueron fundadas ocho misiones
que sumadas a las ya existentes formaban treinta ciudades que constituían
el Estado Jesuítico del Paraguay
(Rex González, 1993). Con la expulsión de los jesuitas se produjo un abandono
total e incluso hay datos que muestran que muchos guaraníes se habían adaptado
a esta forma de vida y que las misiones estaban organizadas adoptando
condiciones locales. Las quince misiones entre el Paraná y el Uruguay fueron abandonadas durante la guerra de 1816-1818,
Hacia mediados del siglo XIX sólo quedaban 6.000 guaraníes ocupando las
antiguas misiones (Métraux, 1946).
El territorio de la actual
provincia de Misiones estuvo también ocupado. a la llegada de los españoles,
por una cultura no vinculada con la Tupí-guaraní que fue la de los Kaingang,
cuyo significado en lengua aborigen es “hombre del bosque”, en clara referencia
a su hábito de poblar las zonas
selváticas, que en el caso de Misiones abarcó toda una ancha franja paralela al
cauce del río Uruguay. De ellos
podemos decir que construían sus viviendas con troncos y hojas de palmera
tejidas y el hombre no usaba vestimenta y las mujeres vestían tejidos hechos
con fibras vegetales. Para la caza y defensa utilizaban las flechas hechas de
huesos de ciervo o de mono y obtenían el fuego por rotación y lo transportaban
en trozos de caña tacuara. Se tiene conocimiento que comían el fruto de la
araucaria o pino Paraná (Araucaria
angustifolia) y por influencia guaraní implementaron gradualmente la
agricultura. Sufrieron una fuerte presión de los guaraníes, a la que se sumó
más tarde la de los Charrúas y por último la de los europeos, lo que produjo su
paulatina extinción (Caro, et al, 1999).
Alternativas turísticas
Esta reserva no está suficientemente utilizada como lugar turístico. No obstante Misiones ofrece una variedad muy interesante de
alternativas del turismo “convencional” y del ecoturismo en mayor medida.
Poseedora de una riqueza natural inmensa, abunda en lugares recónditos donde la
selva se manifiesta esplendorosa y la tentación de desentrañar sus misterios, para muchos, es irresistible.
Así son abundantes los lugares que ofrecen esta oportunidad, combinada con todo
tipo de posibilidades anexas, como recorridos en vehículos 4x 4, cabalgatas,
safaris fotográficos, circuitos en embarcaciones, paseos en kayak, senderismo,
trekking y otras variantes más. El Parque Nacional Iguazú, con las cataratas más grandes del mundo por su
extensión, constituye la meta realmente ineludible de todo aquel que entre en
territorio misionero, que por sus inigualables bellezas es uno de los centros
de mayor afluencia turística de Argentina. Hay otros saltos muy vistosos en la
provincia, de mucha menor envergadura, pero que igualmente no se dejan eclipsar
por las Cataratas del Iguazú y atraen buena cantidad de público. Tal es el caso
de los Saltos del Moconá de 3 kilómetros de extensión, en el departamento San
Pedro. Experimentados guías y una variedad de servicios, además del alojamiento
y las comidas, aseguran al visitante el más íntimo y agradable contacto con la
naturaleza en el Refugio Moconá a lo que se agregan los Parque Provinciales La
Araucaria, La Esmeralda, Saltos de Moconá y Cruce Caballero. Continuando con el
disfrute de las naturaleza cerca de la localidad de Aristóbulo del Valle,
situada a 138 kilómetros de Posadas, está el Parque Cainguás muy concurrido y a
sólo 12 kilómetros de este se encuentra la Reserva Salto Encantado de 58 metros de altura..
El punto de partida
para un recorrido por la provincia puede ser Posadas, la capital provincial, que se presenta como una
ciudad dinámica y atractiva de casi 300.000 habitantes que dista 1060
kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires y a 300 de Puerto Iguazú. Se arriba a
la misma por las Rutas Nacionales 12 y 14 y brinda todos los servicios de una gran urbe: locales comerciales de todo
tipo, hipermercados, casas de cambio, alquiler de autos, telecentros, cajeros
automáticos y una amplia oferta en alojamientos que partiendo de la categoría
residencial llega hasta 4 estrellas. En lo que a gastronomía se refiere, brinda
el placer del buen comer con una amplia posibilidad de elección, comidas
internacionales en distinguidos restaurantes, pizzerías y parillas. Estas
comidas generalmente tienen otro sabor cuando se ofrecen, como ocurre
habitualmente, con espectáculos musicales. Posadas se recuesta sobre el río
Paraná- un puente internacional la une la ciudad paraguaya de Encarnación- y conserva aún varios de sus antiguos
edificios que integran el patrimonio cultural provincial y son los hitos del
city tour, junto a los museos, la mayoría de ellos sobre la cuestión
guaranítica y sus misiones
jesuíticas, el jardín botánico y el Parque de la Ciudad.
El “plato fuerte “de
lo que se da en llamar turismo histórico lo constituye el Circuito Internacional
de las Misiones Jesuíticas. Recorriéndolo se pueden visitar las Ruinas de San
Ignacio Miní- a 60 kilómetros de Posadas- las de Loreto –53 km - , las de
Santa Ana (45 km.), las Santa María a 115 Km. Luego el circuito continúa en la
República del Paraguay con la ruinas Trinidad y San Miguel. Una vez que se
recorrió Posadas y se hizo el circuito de las ruinas, se sale de la misma
tomado la ruta 12 con rumbo noreste y luego de pasar nuevamente por San Ignacio
habrá que estar atento a las diversas localidades que van apareciendo sobre la
ruta en el recorrido de unos 300 kilómetros que nos lleva a Puerto Iguazú, la
última de estas pequeñas ciudades. A unos 100 kilómetros de trayecto
encontramos la localidad Jardín de América en la que se puede ver el pintoresco
salto Tabay; luego Capioví es una ciudad ubicada a 119 km. de Posadas y también
posee el hermoso panorama de un salto de más de 15 metros de altura que lleva
el nombre de la localidad;
Puerto Rico es otra importante ciudad que cuenta con
zona de camping, posibilidades de pescar en un marco natural rodeado de
plantaciones de yerba mate, tabaco, cítricos y mandioca y siguiendo unos kilómetros más la
localidad de mayor importancia que aparecerá en el trayecto será Montecarlo
donde se realiza la Fiesta Provincial de la Orquídea. En este lugar el Paraná
posee la isla de Caraguatay, meta de pescadores deportivos y a la vez nos
muestra una variada gama de orquídeas autóctonas en un circuito especial para
ese fin. También es recomendable visitar un zoológico de especies autóctonas
denominado Zoo-Bal-Park. Nuevamente sobre la ruta 12, ya a unos 205 kilómetros
de la capital provincial, está la ciudad Eldorado, el centro más importante de
la producción de tung y en sus inmediaciones podemos ver tres
hermosos saltos: Elena, Pomar-cué y Kuppers y un balneario municipal sobre el
arroyo Pitay Guazú y otro sobre el arroyo Piray Miní. Continuando el recorrido
propuesto por la ruta 12 en dirección a las Cataratas del Iguazú, arribamos a
la localidad de Wanda donde hay un yacimiento de piedras muy vistosas (no preciosas)
y apenas unos 45 kilómetros más
está el ingreso al Parque Nacional Iguazú cuyo pormenorizado detalle en cuanto
a las posibilidades que ofrece lo encontrará en el ítem Alternativas Turísticas
del informe que describe a este Parque Nacional.
La ruta 101 recorre una parte
del Parque Nacional y se dirige hacia el sudeste, a la ciudad de Bernardo de
Irigoyen que es frontera seca con Brasil. La Ruta nacional 14 también recorre
de punta a punta la provincia (sentido suroeste – noreste) en forma
paralela a la 12 a una distancia fluctuante que puede promediar los 50
kilómetros. Sobre aquella ruta hay ciudades importantes como Oberá, considerada
la capital de la inmigración dado que cuenta con un importante crisol de
pueblos “gringos”. Con tal motivo se creó el Parque de las Naciones donde cada
nacionalidad ha erigido una construcción típica de su país de origen. Campo
Grande es otra localidad que está entre Oberá y San Pedro, la última
ciudad hasta la ya mencionada
Bernardo de Irigoyen.
Contacto
Municipalidad de Puerto Iguazú: sita en Av. Tres Fronteras 122,
código postal 3370.
Teléfono 03757-420147
Oficina Municipal de Turismo
Av. Victoria Aguirre 311
Tel: 420800
Ente Municipal de Turismo Iguazú
Av Victoria Aguirre y Balbino Brañas
Ministerio de
Ecología, Recursos Naturales
Renovables y Turismo de la
Provincia de Misiones,
sito en la calle San Lorenzo 1538 de la ciudad de
Posadas (código postal 3300).
Su teléfono es (03752) 447 591
Como llegar
Desde la ciudad de Posadas se debe circular por la RN 12 hasta la ciudad de Puerto Iguazú, en el extremo noroeste de Misiones.
En esta localidad se deberá consultar dado que hay distintos caminos que parten
de la RN 12 que no acercan a puntos determinados del área. Una de las posibilidades
está tomar el camino Iguazú Cué, por el llegamos a las márgenes de río
Paraná en el lugar donde se sitúa
esta área protegida.
Investigación y Textos: Gabriel O. Rodriguez
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