Mbocay

Parque Natural Municipal - Misiones
 

Fauna

Efectuar una reseña de la fauna de Misiones es una ardua tarea. La variedad de especies en cada una sus grupos es suficientemente diversa como para ocupar muchas páginas.  Es  la Eco-región de mayor biodiversidad de la Argentina para lo cual es oportuno dar algunos porcentajes que reafirman esta aseveración: del total de mamíferos citados para el país se hayan presentes aproximadamente un 33 %, un 55% de las aves, igual porcentaje de peces, los reptiles representan el 31% y los anfibios casi el 35%. La fauna invertebrada por la magnitud del  número de especies, sólo se mencionará en forma muy somera. Por ejemplo en un relevamiento de los  arácnidos realizado por Martín Ramírez en 1995 determinó hasta ese momento  210 especies sólo para el Parque Nacional Iguazú. Un inventario de mariposas realizado en el marco de un convenio entre la Universidad Nacional de Misiones y la Administración de Parque Nacionales dio como resultado que en toda la provincia de Misiones se determinó la presencia de 13 familias que pueden incluir, con aproximación, entre 400 y 500 especies.

Pero se insiste en lo mencionado precedentemente, el mundo de los animales invertebrados es inagotable; cuando en un Orden de vertebrados hablamos que puede estar integrado por centenares de especies en el terreno de los invertebrados habría que mencionar, en algunos casos, cientos de miles.

Para analizar la fauna vertebrada de Misiones tomaremos como base el trabajo Fauna Misionera (Chebez, 1996).

Comenzado con la ictiofauna ésta no es menos rica que ninguno de los otros grupos de animales. Hay 222 especies mencionadas para Misiones. La Universidad Nacional del Litoral está llevando a cabo un importante trabajo de inventario de peces del río Iguazú. Y el número de especies mencionadas seguramente va incrementarse dado que faltan analizar y cotejar distintos trabajos ya realizados como Gómez y Somay (1985 y 1989), Gómez y Toresani (1987) efectuaron estudios sobre los peces del arroyo Urugua-í, y García (1992) publicó listas de peces del río Paraná en su paso por el territorio misionero. Hasta un momento determinado se habían colectado 330 peces que corresponderían a 43 familias diferentes, de éstas 35 especies serían nuevas citas para el río Iguazú y dos nuevas para los peces de Argentina.

 Respecto a los anfibios  de las listas efectuadas en distintos distritos de la Provincia suman una cantidad de 49 especies, y unas 23 más que son dudosas por ser registros de  localidades cercanas a los límites provinciales. Es probable inferir  que varias de éstas últimas puedan encontrarse en algún momento dentro de los límites provinciales y pasen a engrosar la lista original. En esta hay 13 especies que no las hallamos en otras provincias argentinas. Los principales investigaciones que fueron llevadas a cabo con posterioridad al año 1950 son las de Cei(1950 y 1956), Gallardo (1964  y 1974), nuevamente Cei (1980 y 1987), Gallardo (1986 y 1987), Carrizo (1990), Bosso (1994), por sólo citar algunas.

La provincia de Misiones posee algunas singularidades en su batracofauna, que, como ya se dijera, son exclusivas para Argentina tal es el caso de Limnornedusa macroglosa, propia de los rápidos de ríos y arroyos, y Aplastodiscus perviridis   (rana tacuarera) que habita los tacuarales de yatevó y  Melanophryniscus atroluteus

Un lugar predilecto para los batracios son los troncos caídos donde se junta humedad  o en la base de las hojas de los caraguatá u otras bromélias. En estos sitios podemos encontrar a la Hyla nasica, Hyla fuscovaria, Hyla minuta   conocidas todas con el nombre común de ranitas trepadoras por la habilidad que tienen para subir cualquier superficie por mas lisa que sea; o la Hyla venulosa que segrega una sustancia tóxica al ser agarrada. Se destaca por su canto fuerte y su sistema de reproducción consiste en hacer, previamente al cortejo,  un dique más o menos circular y dentro del mismo ponen los huevos y crecen los renacuajos. Sorprende por su tamaño (20cm.) la Leptodactylus pentadactyla, que en Argentina sólo se encuentra en la selva misionera. También encontramos el Bufo crucifer (llamado sapo misionero), y a la Phyllomedusa iheringi conocida vulgarmente con el nombre de rana mono misionera, al Bufo ictericus o cururú, Bufo paracnemis o sapo buey  y el Bufo pygmaeus  o comúnmente llamado sapo pigmeo, entre otras especies. Los géneros Leptodactylus   e    Hyla, que  presentan 9 especies cada uno, son los más representados en la región.

Los reptiles  en la provincia prospectada son abundantes en la misma relación que el resto de la fauna. Cuentan con aproximadamente 75 especies que representan el 31 % de las especies de todo el país. Refiriéndonos a las tortugas- Orden Chelonia y Familia Chelidae-  encontramos las acuáticas como Phrynops williamsi o tortuga de arroyo, karumbé o cágado;  Hidromedusa tectifera o vulgarmente llamada tortuga de cuello largo o chué ;  Phrynops hilarii  llamada también karumbé, cágado o   tortuga de arroyo común  y  la  Phrynops vanderhaegei  conocida como tortuga sapo o tortuga de arroyo menor, con escasa distribución en la provincia.  En orden taxonómico hay que referirse al Orden Crocodilia, Familia Alligatoridae, que incluye a las dos especies de yacarés que estarían en la provincia :el yacaré overo o ñato (Caiman latirostris) presente en varios departamentos y el yacaré negro (Caiman yacare) con presencia no asegurada. El Orden Squamata – Familia Gekkonodae- incluye a los pequeños reptiles conocidos como gekos de los cuales uno sólo está en  territorio misionero, el geko doméstico (Hemidactylus mabouia). Y de las familias que incluyen a las lagartijas y chelcos, poco abundantes en Misiones, cabe nombrar a las Polychridae  y Tropiduridae que afectan a sólo 4 especies. Hay una familia – Anguidae-que involucra a las llamadas culebritas de cristal y posee dos especies en la provincia propectada. Respecto a los  teidos – F. Teiidae- habría que mencionar al lagarto overo (Tupinambis teguixin); la lagartija verde de cuatro dedos o teyú-í; y la lagartija parda (Pantodactylus schreibersii) con presencia dudosa. De la familia Amphisbaenidae la obra que nos guía para esta monografía hace referencia a dos de las llamadas víboras ciegas, una de las cuales- Amphisbaena darwini- sólo está citada para el departamento Iguazú. Otras familias con dos especies en la provincia son la   Scincidae  y  la  Anomalepididae  y  la  Typhlopidae con una especie. Ahora entramos en el terreno de las míticas boas- F. Boidae- de cuyo grupo se observan 2 con portentosas especies: boa arco iris (Epicrates cenchria) y la curiyú (Eunectes notaeus). De la numerosa familia Colubridae  contamos con 43 especies que habitan el territorio de la provincia Misiones como Hydrodynastes gigas o ñacaniná, Mastigodryas bifossatus o vulgarmente ñacaniná de monte, ñacaniná-saiyú, cobra overa y muchos nombre que le asignan las gentes de los lugares donde habita; 9 especies del género Liophis  y  tres géneros con tres especies cada uno y muchos más con menos integrantes cada uno. Los ofidios ponzoñosos están en el territorio con 10 especies ( la máxima concentración de víboras ponzoñosas en una provincia argentina). De la familia Elapidae, que son las corales, hay 3  especies todas del género Micrurus; de la  Crotalidae, que incluye a las temidas yararás  y a las cascabeles, hay 7 especies , seis de las cuales son del género Bothrops.

El grupo de las aves presenta una riqueza única en la Argentina en el sentido de tanta concentración de especies en un territorio  pequeño como lo es el misionero. Se censaron 548 especies -para establecer una comparación obsérvese que toda la República del Paraguay cuenta con 777 especies (Contreras et al.,1990)- lo cual no significa que esta lista sea definitiva. Comenzaremos  mencionando las aves más representativas por el espacio que ocupan. En el suelo de la zona selvática abundan los tinámidos (familia Tinamidae) como el macuco (Tinamus solitarius), el tataupá rojizo (Crypturellus obsoletus) este último con aspecto de gallina, los urúes como (Odontophorus capueira) muy similar a una codorniz pero pertenecen a la familia Phasianidae , el saracura (Aramides soracura) de la familia Rallidae y el ampliamente desperso  ypacaá (Aramides ypecaha) .El suelo también es frecuentado por los formicáridos ( familia Formicariidae ) – chororós, bataráes y chocas  -  que acompañan a las enormes hormigas “corrección”, como las llaman en el lugar,  que son carnívoras y al alimentarse de otros insectos de alguna forma facilitan la tarea de localización de los mismos por parte de este grupo de aves. Tres bataráes son vistos en este ambiente : el batará goteado, llamado así por sus notorias manchas blancas sobre fondo oscuro(Hypoedaleus guttatus) , el batará copetón (Mackenziaena severa) luciendo el macho un gran copete colorado muy llamativo y el batará punteado (Mackenziaena leachii). Otro grupo de pájaros muy llamativos por sus colorido plumaje, que suelen frecuentar el suelo selvático y el estrato bajo, son los de la familia Pipridae, llamados comúnmente bailarines, como por  ejemplo el bailarín azul (Chiroxiphia caudata ) y el bailarín anaranjado (Pipra fascilicauda) con una conspicua “gorra” roja que lo hace muy llamativo.

En el  sotobosque o estrato arbustivo, que es también un espacio donde se ve la parte basal de los troncos de los árboles, habitan pájaros vinculados a estos ambientes sombríos el punto de vista alimenticio y por nidificación como es el caso de los carpinteros – familia Picidae – y trepadores  - familia Dendrocolaptidae – . También están presentes en este estrato arbustivo y dentro de la gran familia Furnaridae, el titico ojo blanco (Automolus leucophthalmus) o el curutié oliváceo (Cranioleuca obsoleta) o el pijuí corona rojiza (Synallaxis ruficopilla)  o de la familia Emberizidae el pepitero negro( Pitylus fuliginosus), el pepitero verdoso (Saltador similis), el fruterito dorado (Hemithaupis guira)  y el saíra arco iris (Tangara zeledon) de la familia Thraupidae.  Otra familia – Tersinidae-  presenta interesantes aves como la tersina (Tersina viridis) o de la familia Momotidae el yeruvá (Baryphthengus ruficapilus) de casi 40 centímetros de largo, con una corona rojiza. Obviamente, en este nivel de la vegetación selvática hay muchísimas especies más, cuya enumeración detallada escapa al tenor de este trabajo.

En el sector denominado dosel -ocupado por árboles que oscilan entre los 10 y 20 metros-  y  la parte alta del estrato intermedio es el sector donde más aves hay. En esta parte merodean los picaflores – familia Trochilidae -  como el corona azul (Thalurania glaucopis) de casi 10 centímetros , o el de garganta blanca (Leucochloris albicolis) ; las palomas , familia Columbidae,  como la paloma morada (Claravis godefrida)  o la paloma colorada (Columba cayenensis) ; la familia Coccyzidae  presenta integrantes como el cuclillo ceniciento (Coccyzus  euleri)  o el extraño yasiyateré grande (Dromococcyx phasianellus) , de la familia Neomorphidae, de unos 35 centímetros de la cabeza al extremo de la cola que es llamativamente ancha. Esta ave es exclusiva de esta zona y muy difícil de ver. También lo es su congénere, el yasiyateré  chico (Dromococcyx pavoninus) . En este estrato abundan los integrantes de la familia Psittacidae con especies como el loro hablador (Amazona aestiva) , el loro vinoso (Amazona vinacea) con avistajes esporádicos( Saibene et al. 1996), pero se supone que no estaría presente en forma permanente; el loro maitaca  (Pionus maximiliani), la catita chirirí (Brotogeris versicolorus), también hay citas de Ara chloroptera, el guacamayo rojo, pero es probable que se trate de ejmplares escapados del cautiverio (Chebez,J.C.;Rey.N.R.,Babaskas,M y A.G. Di Giacomo, 1998). Los mismos autores suponen idéntica situación para la cita del Aratinga solstitialis (llamado comúnmente jandaya) que sería la primera en Argentina.

Las luchuzas y  los búhos cuentan con varias especies que se desarrollan en este espacio intermedio superior y el dosel. Entre ellos se observan de la familia Strigidae, el alicuco común (Otus choliba); el alicuco grande(Otus atricapillus) , el  Bubo virginianus  (o ñacurutú) que, con sus 50cm. de la cabeza al extremo de las patas estando posado sobre una percha. También hay ejemplares de la familia Trogonidae  que incluye a aves de mucho colorido, como el surucuá amarillo (Trogodon rufus)  y el surucuá común (Trogodon surrucura). Los ictéridos (Fam. Icteridae) ocupan distintos lugares dentro de la altitud de la masa boscosa, pero algunas especies se sitúan en el dosel que estamos desarrollando. Algunos de los más conspicuos dentro de este grupo son Cacicus haemorrhous o vulgarmente llamado cacique; el tordo pico corto (Molothrus rufoaxillaris); y el boyero negro (Cacicus solitarius). También son comunes en este estrato las familias Corvidae que son los llamados urracas y la familia Vireonidae que incluye al juan chiviro y a los chivíes.

En el estrato de los Emergentes, es decir las copas de los árboles de mayor tamaño,  encuentran su habitat muchas aves, también vistosas y llamativas. Con estos atributos podemos mencionar a la familia Rhamphastidae que muestra especies como el tucán grande (Ramphastos toco); el tucán pico verde (Rhamphastos dicolorus); el arasarí banana (Bailonius bailloni);  y  el arasarí fajado (Pteroglossus castanotis). Si bien ocupan también estratos intermedios, mencionamos como habitantes del superior a las pavas de monte porque muchas de ella frecuentan el último nivel. La  familia se denomina Cracidae y la integran aves de gran tamaño, que recuerdan a pavos y presentan la zona gular y la cara desnudas, generalmente con colores rojizos. Se destaca por su escasez la yacutinga (Aburria jacutinga), de más de 60cm. de largo, y pava  de monte común (Penelope obscura).

Las rapaces constituyen otro importante grupo que ocupa  las copas de los árboles que emergen, como miembros de la familias Falconidae, Accipitridae, Pandionidae (1 especie) y los jotes- familia Cathartidae- que no son cazadores sino carroñeros de los que se ubican tres especies de presencia segura y una  dudosa que es Cathartes melambrotos. Referente a las águilas se puede mencionar al águila monera (Morphnus guianensis) cuya presencia no está definitivamente descartada en el área. Se señala que se trata de un águila de gran porte (70cm. aproximadamente) y poderosísimas patas  que le permiten, entre otras presas, cazar monos. El águila viuda (Spizastuo melanoleucus); el águila crestuda real (Spizaetus ornatos) , el águila crestuda negra (Spizaetus tyrannus), el aguilucho blanco (Leucopternis polionota); el esparvero grande (Accipiter poliogaster) son aves de escasa presencia y algunas con estatus comprometido, según se indica en el cuadro al pie.

En áreas que no se circunscriben a la masa boscosa- la zona sur por ejemplo- hay muchísimas especies de varias familias que no han sido mencionadas en el texto por no hacer demasiado tediosa su lectura. Entre los muy variados ambientes es importante resaltar el aporte a la biodiversidad que hacen los ecosistemas acuáticos en los que se puede hacer mención de algunas especie aún no citadas. Es el caso de la familia Alcedinidae que son los martín pescador con cuatro especies que se ubican en territorio Argentino y todas están presentes en Misiones, incluso, una de ellas- Chloroceryle aerea- es poco común. La familia Anatidae  –patos - esta representada por aproximadamente ocho especies: tres del género Anas, dos del Oxyura, también dos del Dendrocygna y otros más. La familia de las garzas también está bien representada en Misiones , siendo una “raresa”  la garza real (Pilherodius pileatus) que está exclusivamente en la provincia tratada y en Formosa, el hocó colorado (Tigrisoma lineatum), el mirasol grande (Botaurus pinnautus) sólo citado para el departamento Capital, entre otras más conspicuas. Cualquier mención a las aves misioneras que omita a la familia Apodidae, que incluye a los llamados comúnmente vencejos, sería  incompleta debido al “protagonismo” que tienen estas aves, especialmente en el sector cataratas. Su vuelo incesante recuerda al de las golondrinas - como también su fisonomía  - y están siempre entrando y saliendo en medio de las caídas de agua, como si no existiera esa fuerza que parece arrolladora. Uno de los más comunes es el vencejo de cascada (Cypseloides senex);  el vencejo de collar (Streptoprocte zonaris) y dos especies comunes en la zona de Cataratas que son: el vencejo de nuca blanca (Streptoprocne biscutata)  y el vencejo chico (Chaetura cinereiventris).

Comenzando por los mamíferos son 116  las especies que habitan suelo misionero – incluyendo 4 exóticas-. Los marsupiales (O.Didelphimorphia) en la región sólo están presentes con una de las dos familias que habitan en Argentina: Didelphidae  – algunos taxónomos incluyen a la especie Caluromys lanatus en la familia Caluromydae  que es la más numerosa tiene como principales representantes a la cuica de agua (Chironectes minimus) también llamada comadreja acuática o yapó en guarani;  a Caluromys lanatus o cuica lanosa, chucha o mbicuré lanoso ;  la comadreja picaza, comadreja común u overa y mbicuré – eté (Didelphys albiventris) que es la comadreja más común, de mayor tamaño y distribución en Argentina ;  Didelphys aurita que algunos llaman comadreja de oregon o mbicuré – hú de tan solo unos 7 u 8 cm. de largo y que su distribución se restringe a Misiones y norte de Corrientes;  la comadreja colorada (Lutreolina crassicaudatta)  cuya distribución es también bastante amplia en el territorio Argentino con un tamaño algo menor que su congénere la  overa o picaza;   Metachirus nudicaudatus también llamada yupatí o comadrejita de anteojos, haciendo referencia a dos manchas blancuzcas circulares sobre el resto del hocico en el que predomina el color oscuro (posee un tamaño que alcanza los 30 cm. aproximadamente) y su distribución de limita al norte provincial;  la marmosa cenicienta o guaikí (Micoureus demerarae ó  Marmosa cinerea según otros autores);  Monodelphis americana, llamada colicorto de tres rayas o en lengua guaraní anguyá;  el colicorto cabeza rojiza, catita, anguyá o mbicuré-í cuyo nombre científico es Monodelphis scalops;  el colicorto selvático, musaraña, anguyá o mbicuré-í científicamente denominado Monodelphis sorex o M. henseli según otros criterios taxonómicos; la  Philander apossum o guaiquita; la comadrejita ágil (Gracilinanus agilis) y (G. Microtarsus), comúnmente llamada comadrejita de pies chicos cierran la nómina de este grupo. 

Los murciélagos (O.Chiroptera) únicos mamíferos voladores, abundan en la provincia Paranaense. En los quirópteros se conjugan varias exclusividades dentro de los mamíferos: su visión es sumamente limitada, orientándose por un sistema que la evolución desarrolló en exclusividad para este orden, es un “sonar” que a semejanza de este aparato, cumple su función por medio de la emisión de ondas que según la recepción o rebote que tengan, le dan noción de la distancia de los objetos, sus alas están constituidas por una membrana que une las extremidades superiores con las inferiores. Son nocturnos en su inmensa mayoría,  gregarios y se ocultan durante el día. En la biorregión están representados por cuatro familias que son: Noctilionidae  con las únicas dos especies que hay en Argentina. Son murciélagos pescadores  o  insectívoros acuáticos y exclusivos de la región zoológica neotropical - desde el extremo sur de Norteamérica hasta el Estrecho de Magallanes, exceptuando la franja de los  andes subantárticos-; Phyllostomidae,  también exclusivos del neotrópico y fundamentalmente dentro de esta región ocupan selvas tropicales y subtropicales. De esta familia se encuentran trece especies aproximadamente, divididas en subfamilias, y se caracterizan por las excrecencias nasales prominentes. La familia Vespertilionidae, muy numerosa, con quirópteros  pequeños de distintos tipos muy parecidos a una laucha con alas (Olrog y Lucero, 1980),  está presente en la Provincia con 11 especies. Por último la familia de los molosos – Molossidae – que tiene por caracteres más destacados poseer una cola larga, alas puntiagudas tiene 11 especies presentes en el área que ocupa la pluviselva o selva misionera. Continuando el orden taxonómico tiene su espacio el orden Primates que incluye a los monos con tres especies pertenecientes a una sola familia (Cebidae). Ellas son el conocido carayá, carayá-hú, mono aullador negro, carayá negro, entre otros nombres más (Alouatta caraya); el carayá pitá, guariba, mono aullador rojo o  carayá rojo (Alouatta guariba o Alouatta fusca para otros autores)  y  el mono caí o kaaí, monito o mono paraguayo (Cebus  apella).

Luego le sigue orden Vermilingua con dos familias, una de las cuales es la Myrmecophagidae incluye al tamanduá-guazú, tamanduá, yurumí u oso hormiguero (Myrmecophaga tridáctila) y al tamnduá-í, caaguaré u oso melero (Tamandua tetradáctila). La otra familia es la  Dasypodidae que incluye a los “acorazados” peludos, mulitas, armadillos, pichis entre otros nombres comunes que reciben. Este grupo es exclusivo de la región austral Sudamericana y su principal característica que los hace inconfundibles es la presencia de una caparazón de gran dureza, provista de pelos duros aislados, patas cortas y con gruesas uñas cavadoras. Viven en cuevas, su alimentación es omnívora e insectívora y sus dientes son poco diferenciados. A continuación se mencionan las especies de esta familia que están presentes en Misiones: Cabassous tatouay o tatú-aí, rabo mole o cabasu grande; Dasypus novemcinctus o mulita grande o tatú eté; (Euphractus sexcinctus), tatú poyú, tatú-vaí, tatú peludo, entre otros nombres.  . Continuando con la nómina corresponde nombrar al orden Carnívora que del grupo de los cánidos -Fam. Canidae-, dentro de la eco-región tratada,  presenta tres especies; una de ellas es el zorro de monte o aguará (Cerdocyon thous),  el zorro pitoco (Speothos venaticus) o también llamado zorro vinagre, de aspecto no muy similar al resto de los zorros que integran el grupo y que ha incrementado sus poblaciones porque hubo muchísimo tiempo en que se carecía de citas. Sus patas son cortas, su hocico no es aguzado, su pelo es relativamente corto y carece de una típica cola larga de los zorros. Su estatus es vulnerable en el orden nacional e internacional y está citado en el apéndice I de la Cites, aunque estas consideraciones se harán al final del ítem. El tercer cánido misionero es el zorro gris pampeano, zorro gris o aguará –chaí (Dusicyon gymnocercus) y varios nombres que le dan en distintas regiones de su distribución.

Entre los mustélidos -Fam. Mustelidae- está presente el lobito de río (Lontra longicaudis); el lobo gargantilla, nutria gigante o ariraí (Pteronura brasiliensis) requiriendo su confirmación dado que hay suficientes datos como para asegurar su presencia, la cual sería muy importante por tratarse de una especie catalogada como desaparecida del territorio argentino, con estatus nacional que la declara en peligro y vulnerable internacionalmente. A la misma familia pertenecen el eirá o hurón menor (Galictis cuja) y el irará o hurón mayor (Eira barbara), y sería posible la presencia del hurón grande, grisón o yaguapé (Galictis vittata) en virtud de tres ejemplares que se capturaron en el áreas del Embalse de Itaipú (Chebez, 1996). El zorrino común o yaguané (Conepatus chinga) que en la obra mencionada al comienzo se lo incluye en una familia aparte- Mephitidae- y sólo habita los departamentos del sur donde el ambiente no es plenamente selvático. Hay también dos representantes de la familia Procyonidae que son el coatí, muy abundante, cuyo nombre científico es Nasua nasua y el osito lavador o aguará popé (Porción cancrivorus).

Los felinos – familia Felidae, siempre dentro del orden Carnivora- no pueden estar ausentes en una selva. Es asi como se hace mención de la presencia del magestuoso  yaguareté (Leo onca) con registros en algunos departamentos desde la mitad hacia el norte, imaginado una línea trasversal en la provincia; el puma (Puma concolor), el ocelote o gato onza (Leopardus pardalis) ,  el gato tigre, tirica o gato pintado, entre otros apodos vulgares (Margay tigrina), el también llamado gato tigre, tirica o gato onza chico (Margay wiedii)- también se le asiganan a las dos últimas especies mencionadas los géneros Leopardus, Noctifelis o Felis-  y   el gato moro o yaguarundi (Herpailurus yaguarondi).    El orden de los Perissodactyla – son ungulados -tiene un solo miembro en estas latitudes que pertenece a la familia Tapiridae, y es el tapií, tapir o anta (Tapirus terrestris) cuyo tamaño lo convierte en el mamífero más grande de Sudamérica; y  este orden lleva el nombre aludido en virtud de ser ungulados, es decir que tienen los dedos envueltos en una cobertura córnea.

Luego debemos mencionar al orden de los Artiodactylos que son ungulados también, pero, en lugar de apoyar mayormente en el dedo central, al caminar lo hacen en dos de sus dedos. Estos detalles se aprecian claramente en la huellas de ambos grupos. Pertenecen a este orden- dentro de la familia Tayassuidae-  el pecarí de collar, chancho de monte chico, taitetú o curé-í (Dicotyles tajacu) y su pariente el pecarí labiado, chancho de monte grande o cabalí (Tayassu pecari). Entre los de la familia Cervidae – ciervos- se encuentra la guazú-pitá, venado grande o corzuela colorada (Mazama americana) y la corzuela enana o poca (Mazama nana)  y el guazú- birá, biracho, venado pardo o capuerero o corzuela parda (Mazama gouazoubira)

El orden Lagomorpha, similares a los roedores pero con diferencias craneanas, está presente en Argentina con una sola especie autóctona que es el tapití o tapetí (Sylvilagus brasiliensis) de aspecto similar al de un conejo, de color marrón en matices rojizos y negros, una zona notoria de color rojizo  en la nuca son las principales características.

En cuanto a los roedores cuyo orden que los agrupa se denomina Rodentia , incluye a las familias Sciuridae a la que pertenece la ardilla gris o  coatí-serelepe (Sciurus aestuans); la Cricetidae o Muridae incluye a varios ratones como el espinoso (Abrawayaomys ruschii), el ratón de monte (Akodon cursor), la rata acuática (Nectomys squamipes) y los que se conocen con el nombre de colilargos y hocicudos que suman, incluyendo a los ya mencionados, unas 20 especies.

Un curioso animal que habita nuestra selva paranaense y es el coendú misionero (Sphiggurus spinosus) – fam. Erethizonthidae – con su  cuerpo provisto de punzantes espinas que constituyen  un fantástico medio de defensa. También es destacable la presencia del conspicuo  coipo, guiyá o nutria  (Myocastor coypus) que forma parte de una familia denominada Myocastoridae, del  acutí (Dasyprocta azarae)- f. Dasyproctidae-   y la paca (Agouti paca), de la familia Agoutidae.

Continuando con el orden de los roedores también se hace mención al de mayor tamaño que existe, el Hydrochoerus hydrochaeris o comúnmente llamado carpincho y capibara en muchas partes de América del sur. La nómina  de los mamíferos finaliza haciendo mención del familia Caviidae  entre la que se encuentra el cuis grande o apereá (Cavia aperea). Hay cuatro especies de mamíferos exóticos distribuidos en gran parte del territorio misionero.

El tapir, el yaguareté, y el yurumí u oso hormiguero fueron declarados Monumentos Naturales de la provincia de Misiones (ley nº 2589).

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