Descripción
General
Categoría
Patrimonio
de la
Humanidad
Luego
del cierre
de la
7°
Conferencia
General
de la
UNESCO,
celebrada
en París,
entre
el 17
de octubre
y el 21
de noviembre
del año
1972,
quedó
aprobada
la Convención
Internacional
sobre
la Protección
del Patrimonio
Mundial,
Cultural
y Natural.
La finalidad
de este
organismo,
que entró
en vigencia
en 1976,
es propiciar
la conservación
de aquellos
lugares
que por
su valor
histórico,
cultural
o natural
representan
un bien
de significación
universal.
Los países
que ratifican
la Convención
se comprometen
a conservar
los lugares
del Patrimonio
existentes
en su
territorio,
a la vez
que se
establece
una corresponsabilidad
entre
todos
los Estados
miembros
para ejecutar
acciones
que garanticen
la preservación
del Patrimonio
común
a nivel
mundial.
Todos
los lugares
o bienes
declarados
Patrimonio
de la
Humanidad
son testimonios
únicos
de valores
históricos,
culturales
o naturales
que su
importancia
trasciende
los límites
de las
fronteras
de los
países,
para convertirse
en valores
de todos
los seres
humanos
que habitan
este planeta.
Esto muestra
claramente
la responsabilidad
que le
corresponde
a la nación
depositaria
de tan
distinguido
valor
que debe
velar
por el
mismo
para que
lo hereden
inmutable
las generaciones
venideras.
Son designados
por el
Comité
del Patrimonio
Mundial,
que se
reúne
anualmente
con ese
fin. Desde
que se
creó
este organismo
centenares
de sitios
protegidos
fueron
acreedores
de este
rango
internacional
en todos
los rincones
del planeta.
Esta universalidad
le confiere
un valor
adicional
al intrínseco
que posea
el bien
cultural
o natural.
El Artículo
I de la
Convención
establece:
“A
los efectos
de la
presente
Convención
se considerará
"patrimonio
cultural":
los monumentos:
obras
arquitectónicas,
de escultura
o de pintura
monumentales,
elementos
o estructuras
de carácter
arqueológico,
inscripciones,
cavernas
y grupos
de elementos,
que tengan
un valor
universal
excepcional
desde
el punto
de vista
de la
historia,
del arte
o de la
ciencia,
los
conjuntos:
grupos
de construcciones,
aisladas
o reunidas,
cuya arquitectura,
unidad
e integración
en el
paisaje
les dé
un valor
universal
excepcional
desde
el punto
de vista
de la
historia,
del arte
o de la
ciencia,
los
lugares:
obras
del hombre
u obras
conjuntas
del hombre
y la naturaleza
así
como las
zonas
incluidos
los lugares
arqueológicos
que tengan
un valor
universal
excepcional
desde
el punto
de vista
histórico,
estético,
etnológico
o antropológico.
“
Área
natural
protegida
provincial.
La zona
declarada
Patrimonio
de la
Humanidad
coincide
con los
límites
que establece
la Ley
de creación
de la
Reserva
Natural
Turística
de Objetivo
Integral
Península
de Valdés
es decir,
incluye
por entero
a la Península
de Valdés
y el Istmo
Ameghino
que la
une al
continente.
Ubicación
Ubicada
en el
noreste
de la
Provincia
del Chubut,
entre
las coordenadas
de los
42°
05’
y 42°
53’
de Lat
S y los
63°35’
y 65°
04’
Long.O.
y la separan
unos 100
kilómetros
de la
ciudad
de Puerto
Madryn.
Respecto
de los
límites,
la ley
de creación
dice:
“
abarcará
la superficie
terrestre,
marítima
y aérea
comprendida
dentro
de los
siguientes
limites:
al Oeste,
el Meridiano
64°
51’
30",
hasta
la intersección
con la
Ruta Provincial
N°
2 y siguiendo
la misma
hasta
la Ruta
Provincial
N† 1 y
su continuación
hasta
el Paralelo
42°
41’
25"
que atraviesa
por la
Punta
Arco.
Al Sur,
la línea
recta
que une
Punta
Arco con
Punta
Cormoranes.
Al Sur,
Este y
Oeste
una franja
marina
de TRES
(3) millas
náuticas
medidas
desde
la línea
promedio
de baja
marea
de cuadratura
hasta
el Meridiano
64°
51’
30"
sobre
el Golfo
San Matías.
A la altura
de la
boca del
Golfo
San José,
las TRES
(3) millas
se contaran
desde
la línea
que une
las Puntas
Quiroga
y Buenos
Aires”.
Superficie
El área
prospectada
posee
una superficie
de 349.862
hectáreas.
Fecha
e instrumento
legal
de creación
Patrimonio
de la
Humanidad
El 2 de
diciembre
de 1999,
en 23°
Asamblea
del Comité
del Patrimonio
Mundial
es aceptada
la inclusión
de la
Península
de Valdés
como Patrimonio
de la
Humanidad
con la
categoría
N (iv).
Incluye
las áreas
protegidas
que se
indican
a continuación
con la
categoría
internacional
que le
asigna
la Unión
Internacional
para la
Conservación
de la
Naturaleza
–
IUCN -:
Parque
Marino
Golfo
San José
( Provincial
Park ,
II)
Reserva
Natural
Turística
Punta
Norte
( Wildlife
Reserve,
IV)
Reserva
Natural
Turística
Isla de
los Pájaros
( Wildlife
Reserve,
IV)
Reserva
Natural
Turística
Punta
Pirámide
( Wildlife
Reserve,
IV)
Reserva
Natural
Turística
Caleta
Valdés
( Wildlife
Reserve,
IV)
Reserva
Natural
Turística
Punta
Delgada
(Wildlefe
Reserve,
IV)
Reserva
Natural
Turística
de Objetivo
Integral
Península
de Valdés
( Nature
Reserve,
VI)
Area
Natural
Protegida
La Ley
Provincial
4722 crea
el área
protegida
Península
de Valdés
dentro
del marco
de la
Ley 4617
que instaura
el Sistema
de Áreas
Protegidas
Naturales
Provinciales.
Relieve
Las costas
marinas
Las costas
chubutenses,
como del
resto
de la
patagonia,
responden
a un patrón
igual
al del
relieve.
Es decir,
presentan
acantilados
de pronunciada
gradiente,
prolongándose
en la
plataforma
marina,
que se
prolonga
unos 600
kilómetros
mar adentro.
Es una
costa
en permanente
ascenso
constituida
mayormente
por materiales
blandos,
sedimentos
marinos,
que permite
un rápido
proceso
erosivo
de la
marea
sobre
los acantilados
que se
suceden
en forma
casi continua
por cientos
de kilómetros.
Cada tanto
afloran
rocas
ígneas
–
pórfidos,
granito,
basalto
principalmente-
que forman
los accidentes
costeros
que interrumpen
la monotonía
del acantilado,
como los
numerosos
cabos,
cañadones,
puntas,
valles
fluviales.
Se pueden
señalar
tres accidentes
costeros
significativos
a lo largo
del litoral
marítimo
patagónico:
el Golfo
San Matías,
la Península
de Valdés
junto
con el
Golfo
Nuevo
y el Golfo
San Jorge.
El Golfo
San Matías
es una
amplia
ingresión
marina
sobre
la línea
de la
costa
–
penetra
unos 153
Km.- ,
de origen
tectónico,
que mide
de un
extremo
a otros
117 km.
La costa
oeste
de golfo
presenta
acantilados
alternados
con playas
y también
irrumpen
formaciones
cristalinas
que dieron
origen
a la llamada
Punta
Pórfido.
La Península
de Valdés
es el
accidente
más
notorio
de toda
la costa
patagónica,
unida
al continente
por un
estrecho
istmo
de unos
5 km de
ancho
y que
separa
las aguas
de los
dos golfos
que limitan
a la península:
el San
José
al norte
y el Nuevo
al sur.
Las costas
de esta
península
continúan
presentando
acantilados
en muchos
lugares,
playas
en otros
y se destacan
playas
pedregosas
que son
las preferidas
por los
elefantes
marinos
para su
asentamiento.
Como rasgo
particular
presenta
al este
la Caleta
Valdés,
protegida
por un
gran banco
de pedregullo.
Por otra
parte
vemos
la Punta
Delgada
que forma
una restinga
de 2 km
de largo
y el Golfo
Nuevo
que tiene
la característica
de ser
el área
más
abrigada
de toda
la costa
patagónica.
Su abertura
máxima
es de
13 km
entre
el morro
Nuevo
y la punta
Ninfas.
Generalmente
sus costas
son abruptas
pero en
algunos
sectores,
como en
Puerto
Madryn,
las barrancas
se retiran
varios
kilómetros
tierra
adentro.
Las costas
son un
sector
muy dinámico
desde
el punto
de vista
biológico
donde
se produce
un gran
intercambio
energético
entre
el océano,
la atmósfera
y la superficie
terrestre.
La zona
intermareal
tiene
una fauna
y flora
propias
que de
alguna
forma
se benefician
con ese
cambio
diario
entre
la pleamar
y la bajamar,
que produce
variaciones
notables
de humedad,
temperatura
y luz,
siendo
las formas
vinculadas
con la
vida marina
las que
dominan
ese espacio
de transición.
Geomorfología
chubutense
Desde
una mirada
geológica
se puede
decir
que el
territorio
chubutense
esta asentado
sobre
el cratógeno
de Patagonia,
que aflora
en algunos
lugares,
y que
fue modelado
por una
serie
de fenómenos
geológicos
de complicada
trama.
Hubo movimientos
epirogénicos
de ascenso
y descenso
con posteriores
avances
y regresiones
marinas
que dejaron
abundante
sedimentación
alternada
con estratos
continentales.
Junto
con la
actividad
volcánica,
a fines
de la
era Secundaria,
se levantó
el plegamiento
de los
Patagónides,
formado
en un
geosinclinal
al oeste
de la
Provincia,
que sería
precursor
del movimiento
más
importante
de la
región:
el plegamiento
andino
del Terciario
que no
sucedió
de la
misma
forma
en toda
la cordillera.
En la
parte
correspondiente
a la provincia
del Chubut-
y más
allá
de ese
límite-
se produjeron
fracturas,
elevaciones
y descensos
diferenciados,
dislocamientos,
hundimientos
en cuyas
depresiones,
más
tarde,
se formaron
grandes
masas
de hielo
durante
la glaciación
pleistocénica
que ocupó
gran parte
de la
cordillera
y que
al retirarse
dejó
formados
grandes
lagos.
Estos
procesos
dejaron
configurado
un relieve
típicamente
patagónico:
mesetas
y sierras,
alternadas
con bajos
y cuencas
lacustres
a lo que
habría
que agregar
las escotaduras
de bordes
redondeados
que forman
los golfos
del litoral
atlántico
(Bernades,A.,1982).
A los
fenómenos
tectónicos
se sumaron
como elementos
modeladores
los que
ocasionó
la acción
fluvial
- valles
y cañadones-
y eólica
al formar
lo que
se denomina
lagunas
de deflación.
Luego,
sobre
este relieve,
durante
el Terciario,
se extendieron
coladas
de basalto
continuando
el proceso
de avance
y retroceso
marino.
Trataremos
someramente
las grandes
unidades
morfológicas
que dejó
plasmado
en el
relieve
esta serie
de complejos
procesos
geológicos.
En primer
término
corresponde
mencionar
la Cordillera
de los
Andes
que no
forma
una línea
continua,
sino que
incluye
cordones
trasversales
y sierras
bajas.
Estos
cordones
se hallan
separados
por valles
trasversales
que tiene
orientación
este-oeste
donde
se formaron
lagos
glaciarios
y valles
fluviales.
Los cerros
de esta
parte
de la
cordillera
son, en
comparasión,
de escasa
altura,
con cumbres
de aristas
y con
nieve
a partir
de los
2.000
metros
sobre
el nivel
del mar.
Los cerros
más
altos
de la
Provincia
del Chubut
son el
Dos Picos
con 2515
m.s.n.m.(el
más
alto),
el Co.
Mineral
con 2014,
el Steffen
con 2108,
el Barros
Arana
con 2289,
el Alto
Nevado
con 2255
y muchísimos
más
cuyas
alturas
oscilan
entre
los 1000
y 2000
metros.
Otra formación
destacable
del relieve
son las
elevaciones
correspondientes
al sistema
Patagónides,
cuya característica
más
destacable
es la
escasa
altura
de los
cerros
que promedian
los 300
metros
sobre
el nivel
del mar.
Se desarrollan
de norte
a sur
y están
separados
de los
Andes
por lo
valles
de los
ríos
Senguer,
Genoa,
Langiñeo
y los
ríos
Chico-Chubut
y aparecen
algunas
elevaciones
en las
mesetas.
Estas
últimas
constituyen
otro elemento
destacable
del relieve
y van
formando
“peldaños”
que ascienden
de este
a oeste
y algunas
tiene
amplias
superficies
planas
–
llamadas
pampas
–
, mientras
que otras
poseen
pequeños
cerros
o lomas.
Por último
vemos
los valles
o los
bajos
hacia
donde
descienden
los cañadones;
valles
generalmente
secos
que corresponden
a afluentes
temporarios
o a ríos
hoy desaparecidos
(Bernades,
A., 1982).
Los bajos
están
formados
por lagunas,
mayormente
temporarias,
siendo
el Sarmiento
el de
mayor
tamaño
y en él
se formaron
dos grandes
lagos
como lo
son el
Musters
y el Colhué
Huapi.
Las vertientes
de los
principales
ríos
se dirigen
hacia
el Atlántico,
donde
termina
una costa
abrupta
que forma
acantilados
de más
de 150
metros
de altura,
alternándose
con sectores
de playa.
Hidrografía
El sistema
de los
cursos
de agua
es consecuencia
directa
del relieve,
por lo
que la
red hidrográfica
y lacustre
de la
Provincia
del Chubut
se desarrolla
con mayor
importancia
en los
valles
intermontanos
que forjó
la historia
geológica
del lugar.
Desde
la cordillera
bajan
cursos
de agua
que sólo
reciben
tributarios
en su
tramo
superior
y muchos
finalizan
su desarrollo
en las
zonas
áridas
de la
meseta
patagónica.
En esta
parte
de los
Andes
se da
la paradoja
de que
muchos
ríos
que nacen
al este
de la
misma,
desembocan
en el
Pacífico,
circunstancia
que dificulta
la aplicación
del “divortium
acquarum
“
para la
fijación
del límite
con Chile.
En la
cordillera
encontramos
una serie
de lagos
que de
norte
a sur,
los más
importantes,
son: Puelo,
Epuyén,
Cholila,
Lezama,
Rivadavia,
Menéndez,
Futalaufquen,
Situación,
Laguna
Rosario,
Gral.
Vintter
y La Plata,
entre
muchos
otros
de tamaño
pequeño
en relación
a los
nombrados.
El Futaleufú
es uno
de los
ríos
de mayor
caudal
de la
región
con unos
300 m3.
por segundo.
El sistema
del Carrenleufú,
que nace
en el
Lago Vintter,
corre
de sur
a norte
y luego
de recorrer
territorio
argentino
va a morir
al Pacífico.
Sus avances
hacia
el este
llegan
a zonas
áridas
y se pone
en contacto
con algunos
tributarios
del Atlántico.
Esta cuenca
está
integrada
principalmente
por el
río
Chubut
y sus
tributario
el Senguer,
que nace
en los
Lagos
La Plata
–Fontana,
y el Chico,
que lo
hace del
Lago Colhué
Huapi.
Todos
los ríos
de la
Provincia
tienen
sus caudales
sujetos
al régimen
de lluvias
invernales
y del
deshielo
en primavera.
Chubut
cuenta
con dos
represas:
el embalse
sobre
el río
Futaleufú,
que forma
el espejo
de agua
denominado
Amutui
Quimei
y sobre
el río
Chico-Chubut
que forma
el embalse
Florentino
Ameghino.
Clima
La provincia
del Chubut
presenta
dos sectores
climáticos
bien diferenciados
y un tercero
no tan
distinto
al de
la zona
oriental.
Por un
lado tiene
un clima
húmedo
y frío
al oeste
de los
picos
más
elevados
de la
cordillera
y hacia
el oriente
de los
mismos
el clima
es árido
y con
temperaturas
más
elevadas.
El sector
mencionado
en primer
término
está
muy influenciado
por el
Anticiclón
del Pacífico,
que provoca
el choque
de sus
fuertes
vientos
contra
las mayores
elevaciones
que al
ascender
inducen
la formación
de abundantes
precipitaciones
y nevadas,
con registros
que oscilan
entre
los 700
y 2000
mm anuales.
Esto hace
que encontremos
zonas
con bosques
bastante
abundantes
en especies
vegetales
que contrastan
notoriamente
con la
superficie
del resto
de la
Provincia.
Dada la
alta humedad
ambiente
del sector
occidental
las amplitudes
térmicas
son poco
marcadas
y al ascender,
lógicamente,
el frío
aumenta
y hace
que haya
picos
con nieves
eternas.
El panorama
en la
región
extra-andina
presenta
una vegetación
esteparia
con precipitaciones
que rondan
los 200
mm anuales
y las
temperaturas
oscilan
entre
medias
anuales
inferiores
a los
8°C
y superiores
a los
10°C
en la
zonas
más
bajas
y próximas
al mar,
que pueden
definir
al clima
como templado
y con
grandes
amplitudes
térmicas
diarias.
El viento
predominante
es el
del oeste-
que permanece
en forma
constante-
y la proximidad
marítima
no llega
a modelar
demasiado
el clima
debido
a la altura
de sus
costas
con acantilados
que sobrepasan
los 150
metros.
Un tercer
tipo de
clima
de Chubut
afecta
el ángulo
noreste
de la
provincia
y a la
Península
Valdés,
con veranos
cálidos
y breves
e inviernos
fríos.
Podría
definírselo
como de
transición
entre
los climas
templados
del centro
del país,
con mayores
precipitaciones
en los
meses
cálidos,
y los
climas
fríos
y con
lluvias
invernales
típicos
de la
patagonia
.
Flora
Flora
Marina
Las algas
son las
principales
vegetales
de las
costas
marinas.
Algunas
forman
verdaderos
mantos
que generalmente
tapizan
las costas
rocosas,
muchas
veces
con hermosos
colores
debido
a los
pigmentos
que se
hallan
en sus
células.
Según
el tipo
de pigmento
o combinación
de éstos
son las
algas
de distinta
coloración
lo que
permite
su clasificación:
azul-verde,
verde,
parda
y roja
o amarillo
–verde.
En el
sector
que nos
ocupa
existen
gran cantidad
de algas
pardas,
denominadas
“cachiyuyo”
que cubren
amplias
extensiones
en las
proximidades
de las
costas.
El territorio
marino
también
posee
una división
fitogeográfica,
aunque
bastante
más
sencilla
que la
divisiones
continentales.
Son tres
provincias
: la Oceánica
Uruguayo-Bonaerense,
la Patagónica
y la Fueguina,
clasificación
basada
en el
tipo de
algas
que ocupan
el suelo
marino.
En la
zona comprendida
entre
los límites
de la
alta y
baja marea,
llamado
piso mesolitoral,
habitan
algas
de tamaño
reducido,
por debajo
del límite
inferior,
llamado
piso infralitoral,
se desarrollan,
por el
contrario,
algas
de gran
tamaño
como el
mencionado
cachiyuyo(
Macrocystis
periferia),
que se
extienden
hasta
los 30
o más
metros
de profundidad.
Y en el
límite
superior
del piso
mesolitoral
comienza
el suprelitoral
que incluye
toda la
zona costera
muy próxima
al comienzo
del agua
en pleamar
y más
alejada
en bajamar.
Las algas
se fijan
generalmente
en las
rocas
del fondo
marino
pero no
descartan
utilizar
como bases
de asentamiento
a valvas
de caracoles,
de bivalvos,
cangrejos
u otras
macroalgas
(De la
Vega,
2000).
Los géneros
más
comunes
que habitan
esta zona
del Atlántico
son Ulva,
Enteromorfha,
Lessonia,
Macrocystis
y muchos
otros.
En zona
costeras
marinas
crecen
pastos
que se
adaptaron
al agua
salada
e incluso
se ven
a veces
cubiertos
por agua,
siendo
las especies
de los
géneros
Spartina
y Salicornia
las más
conspicuas.
De acuerdo
a la clasificación
propuesta
por Burkart,
et al.(1999)
elaborada
para el
Programa
de Desarrollo
Institucional
Ambiental,
coordinado
por la
Secretaría
de Recursos
Naturales
de la
Nación
la Administración
de Parques
Nacionales,
en la
provincia
del Chubut
se
sitúan
tres biorregiones
bastante
bien diferenciadas.
Una angosta
franja
al este
que corre
de norte
a sur
ocupa
la biorregión
de los
bosques
patagónicos;
luego
un espacio
semejante
a un rectángulo,
que ucupa
menos
de un
cuarto
del territorio,
en el
extremo
noreste
corresponde
a la biorregión
del monte
de llanuras
y mesetas
y el resto
de la
Provincia-
un alto
porcentaje
de su
territorio-
se incluye
en la
biorregión
estepa
patagónica.
La primera
de las
regiones
mencionadas
está
compuesta
por bosques
densos
pero con
poca variedad
de especies,
las que
varían
según
las regiones.
En el
norte
crecen
bosques
de pehuén
o araucaria
(Araucaria
araucana)
que puede
superar
los 40
m de altura
y se sitúan
entre
los 900
y los
1.800
m.s.n.m.
El maitén(
Maytenus
boaria)
y el ciprés
de la
cordillera
( Austrocedrus
chilencis)
ocupan
zonas
más
secas
del norte
y crecen
en la
transición
con la
estepa
patagónica.
En el
parte
más
oriental
de la
cordillera
se desarrollan
los bosques
de cipreses
y de otros
árboles
caducifolios,
y la lenga
(Nothofagus
pumilio)
y el ñire
(Nothofagus
antarctica)
son conspicuos.
Donde
el clima
es más
húmedo
hace su
aparición
el coihue
(Nothofagus
dombeyi).
En los
lugares
con mucha
humedad
crece
el alerce
(Fitzroya
cupressoides)
y en muchos
lugares
estos
árboles
están
acompañados
por gran
cantidad
de arbustos,
enredaderas,
líquenes
y musgos
que le
otorgan
en verdadero
aspecto
selvático.
La zona
que ocupa
la biorregión
estepa
patagónica,
está
compuesta
por vegetación
que posee
adaptaciones
para sobrevivir
con fuertes
vientos
y escasez
de agua.
Estas
consisten
en ser
arbustos
bajos,
en el
crecimiento
en forma
de cojines,
hojas
pequeñas
y, en
general,
estructuras
que hacen
más
soportable
el intensivo
viento
que azota
a toda
la patagonia
en general.
Así
vemos
al neneo
(Mulinum
spinosus),arbusto
común
es la
estepa,
con hojas
muy pequeñas,
lo mismo
que el
coirón
(Stipa
sp. o
Festuca
sp.),
nombre
que se
le da
a varias
especies
de gramíneas
que tienen
en común
la característica
de desarrollarse
en matas
bajas,
muy juntas
entre
sí,
mayormente
con hojas
enrolladas
y provistas
de puntas
agudas.
En la
Provincia
del Chubut
predomina
una vegetación
muy rala
y baja,
con grandes
superficies
de suelo
desnudo.
Las vegas
o mallines,
esas depresiones
que conservan
siempre
un poco
de agua,
se ven
siempre
verdes
con hierbas
de distintas
especies
denominadas
comúnmente
junquillos.
Decíamos
que una
superficie
de forma
de rectángulo
ubicada
en el
nordeste
de la
Provincia,
se clasificada
como ecorregión
del monte.
La vegetación
de esta
región
esta caracterizada
por la
presencia
de las
jarillas
de varias
especies
(Larrea
divaricata,
Larrea
ameghinoi,
Larrea
nitida)
como uno
de los
componentes
más
conspicuos
dentro
del estrato
arbustivo.
A estas
las suelen
acompañar
especies
como la
chilladora
(Chuquiraga
hystrix),
el quilembay
o quilimbay
(Chuquiraga
avellanedae),
el caballo
del diablo,
barba
de chivo
o manca
caballo,
entre
otros
nombre
que se
le asignan
(Prosopidastrum
globosum),el
yaollín
o yoahín
(Lycium
chilense),
el piquillín
(Condalia
microphylla),
la llamada
en algunos
lugares
monte
negro
(Bouganvillea
spinosa)
y el alpataco
(Prosopis
alpataco).
También
algunas
gramíneas
similares
a las
que aparecen
en la
zona esteparia
como los
denominados
coirones
.
A continuación
se mencionan
las principales
especies
de flora
que habitan
la Península
Valdés
según
los estratos.
Comenzando
por el
arbustivo
son conspicuas
Chuquiraga
avellanedae,
Lycium
chilense,
Chuquiraga
erinacea,
Chinus
johustonii,
Hyalis
argentea,
Condalia
microphylla,
Brachyclados
megalenthus,
Mulinum
spinosum,
Senecio
filaginoides,
Larrea
divaricata,
Chuquiraga
hystrix,
Cyclolepis
genistoides
y Prosopidastrum
globosum,
entre
varias
especies
más.
Entre
el estrato
subarbustivo
se destacan
por su
mayor
presencia:
Paronychia
chilensis,
Hoffmanseggia
trifoliata,
Acantholippia
seriphioides,
Baccharis
darwinii,
Baccharis
melanopotamica,
Perezia
recurvata,
Condalia
microphylla,
Guttierrezia
solbrigii,
Tetraglochin
caespitosum,
Nassauvia
fuegiana
y Boopis
anthemoides,
entre
otras.
Por último
se nombrarán
algunos
vegetales
integrantes
del estrato
herbáceo
que son
comunes
de observar
en esta
enorme
superficie
que ocupa
el Área
Protegida
Península
de Valdés.
La mayoría
pertenecen
al grupo
de las
gramíneas
y dentro
de éste
son abundantes
las del
género
Stipa,
generalmente
conocidas
como coirones
tales
como Stipa
tenuis,
S. humilis,
S. Neaei,
S. speciosa,
S. longiglumis,
del género
Schimus
también
hay varias
especies
entre
la que
se destacan
por su
abundancia
Schimus
barbatus
y S johnstonii.
Este estrato
es muy
rico en
su variedad
por lo
que sería
demasiado
tedioso
enumerar
a todas.
En los
estratos
bajos
es muy
común
la gran
similitud
entre
algunas
especies,
lo que
hace que
muchas
de éstas
carezcan
de nombre
común
o se utilice
el mismo
nombre
para designar
a más
de una
especie.
Fauna
Fauna
invertebrada
marina
Es muy
abundante
la fauna
marina
invertebrada
que ocupa
el espacio
intermareal
o supralitoral
compuesta
principalmente
por mejillones
como Mytilus
platensis
o M. edulis,
algunos
de los
más
comunes
en nuestras
costas;
los denominados
mejillines
como Brachidontes
rodriguezi
o Perumytilus
purpuratus;
lapas;
cholgas,
siendo
Aulacomya
ater una
de las
más
comunes;
cangrejos
representados
por uno
de sus
géneros
más
comunes
el Cyrtograpsus;
cirripedios
como los
conspicuos
del género
Balanus;
caracoles
como la
nasa globosa
(Buccinanops
globulosum),
o los
integrantes
de la
Familia
Muricidae
muy abundantes
en las
costas
patagónicas;
las fisurelas,
es decir
lapas
con su
caparazón
que presenta
un orificio
superior;
vieiras
como la
abundante
Chlamys
tehuelchus;
quitones;
almejas;
estrellas
de mar
con un
total
de especies
registradas
que asciende
a las
1.500
aproximadamente,
erizos
también
muy numerosos
con casi
un millar
de especies
reconocidas,
centollas
y otros.
Fauna
vertebrada
terrestre
y martina
La Provincia
del Chubut
posee
verdaderos
relictos
de fauna
vertebrada,
especialmente
en lo
que se
refiere
a la fauna
costera.
Numerosas
colonias
de lobos
marinos
de un
pelo (Otaria
flavescens),
del de
dos pelos
(Artocephalus
australis)
y la más
importante
del territorio
argentino
de elefantes
marinos
(Mirounga
leonina),
siendo
estas
especies
residentes
permanentes
de las
costas
chubutenses.
Hay otros
pinnípedos
cuya presencia
es ocasional
como ocurre
con el
leopardo
marino
(Hydrurga
leptonyx),
la foca
cangrejera
(Lobodon
carcinophagus),
la foca
de Weddel
(Leptonychotes
weddelli),
algunas
de estas
especies
tienen
distribución
cosmopolita
y otras
son de
regiones
más
meridionales,
Antártica
por ejemplo,
y circunstancialmente
puede
producirse
algún
avistaje
de las
mismas.
Del grupo
de las
ballenas
se destaca
significativamente
la presencia
en un
período
del año
- los
machos,
las hembras
lo hacen
cada tres-
de la
ballena
franca
austral
(Eubalaena
australis).
En el
año
1984 se
sanciona
la Ley
Nacional
N°
23.094
por la
cual se
declara
a la mencionada
especie
Monumento
Natural
Nacional,
con los
que se
garantiza
su protección
absoluta,
sólo
permitiéndose
visitas
explicativas
o la investigación
científica.
De la
misma
forma
que ocurría
con los
pinnípedos,
en las
ballenas
también
encontramos
especies
conspicuas
como la
ballena
franca
austral
y otras
que pueden
ocasionalmente
acercarse
a las
costas
chubutenses.
Ellas
son :
la ballena
Bryde
(Balaenoptera
edeni),
la ballena
minke
(Balaenoptera
acutorostrata),
la ballena
azul (Balaenoptera
musculus)
el mamífero
más
grande
entre
los sobrevivientes,
el rorcual
común
(Balaenoptera
physalus)
y la ballena
jorobada
(Magaptera
novaengliae),
estando
las tres
últimas
especies
nombradas
con estatus
de Vulnerables,
según
la UICN(1996).
La ballena
franca
pigmea
(Caparea
marginata)
es de
muy rara
aparición
y está
incluida
en el
listado
de fauna
(anexo
8, tabla
2)que
acompaña
al Plan
de Manejo
del Sistema
Península
de Valdés,
elaborado
por las
autoridades
provinciales
del área
específica.
En este
listado,
dentro
de Orden
Cetacea,
se mencionan
cinco
familias
más,
con un
total
de 22
especies,
cuya probabilidad
de acercarse
a las
costas
patagónicas
es remota
(orcas,
delfines,
toninas
zifios,
marsopas
y cachalotes).
Hay una
pequeña
población
de orcas
(Orcinus
orca)
que se
observa
desde
las costas
del sur
de la
provincia
de Buenos
Aires
hasta
el norte
de Chubut,
pero no
lo es
en forma
habitual
La lista
de mamíferos
continúa
con especies
de hábitos
continentales,
entre
las que
son más
numerosos
los roedores.
Sólo
se hará
mención
de las
especies
más
conspicuas
o por
el contrario,
cuyas
poblaciones
son escasas
u ostentan
algún
grado
de amenaza
como ocurre
con la
comadrejita
patagónica
(Lestodelphis
halli),
el moloso
gris de
orejas
anchas
o común
(Tadarida
brasiliensis),
el zorrino
patagónico
(Conepatus
humboldtii),
la mara
(Dolichotis
patagonum)-Vulnerable-,
el guanaco
(Lama
guanicoe),
considerado
Potencialmente
vulnerable
(Canevari
y Balboa,
2003).
Otras
especies
que están
en le
territorio
chubutense
son el
gato del
pajonal
(Lynchailurus
pajeros)-
Vulnerable-,
el gato
montés
común
(Oncifelis
geoffroyi),
el puma
(Puma
concolor)
,el zorro
colorado
o zorro
patagónico
(Dusicyon
gymnocercus),
el zorro
gris (Dusicyon
gymnocercus)
y el hurón
menor
(Galictis
cuja).Especies
más
típicas
de la
zona del
bosque
andino
son el
gato huiña
(Oncifelis
guigna),
el huillín
(Lontra
provocax)
cuyo estatus
nacional
lo considera
En peligro,
la rata-topo
valdiviana
(Geoxus
valdivianus),
el murciélago
patagónico
(Myotis
chiloensis),
el pudú
(Pudu
puda)
considerado
Vulnerable
en el
ámbito
nacional
y el huemul
(Hippocamelus
bisulcus),
con estatus
nacional
de Amenazado
y es otra
especie
declarada
Monumento
Natural
Nacional,
el monito
del monte
o kongoy
(Dromiciops
australis),
y algunas
especies
más
que habitan
algunas
en la
Selva
Valdiviana,
como la
denominan
en buena
parte
de su
extensión,
o en la
región
esteparia.
La aves
se constituyen
en el
segundo
atractivo,
detrás
de la
ballena
franca,
y especialmente
los pingüinos
de Magallanes
(Spheniscus
magellanicus)
con colonias
que son
muy numerosas.
Accidentalmente
pueden
arrimarse
a las
costas
marinas
de Chubut
el pingüino
rey (Aptenodytes
patagonicus),
el pingüino
de penacho
amarillo
(Eudytes
chrysocome)
y el pingüino
de pico
rojo (Pygoscelis
papua).
Las especies
que se
enuncian
a continuación
fueron
extraídas
del anexo
7, tabla
1, de
mencionado
Plan de
Manejo,
y sólo
se hará
mención
de algunas
que en
dicho
trabajo
figuran
como residentes
en la
región.
En esta
situación
se encuentran,
entre
otras,
el macá
grande
(Podiceps
mayor),
el macá
plateado
(Podiceps
occipitalis)
el cormorán
roquero
(Phalacrocorax
magellanicus),
el cormorán
imperial
(Phalacrocórax
atrceps),
once especies
de patos
son residentes
permanentes
como el
pato crestón
( Lophonetta
specularioides),
pato cuchara
(Anas
platelea),
pato zambullidor
chico
(Axyura
vittata).
De las
familias
Laridae
y Sternidae,
nidifican
en la
Provincia
la gaviota
cocinera
(Larus
dominicanus),
gaviota
capucho
de café
( Larus
maculipenis),
gaviotín
golondrina
grande
( Sterna
hirundinacea)
y el gaviotín
real (
Sterna
maxima).
Entre
las rapaces
se citan
como habitules
al águila
mora (Geranoatus
melanoleucus),
el gavilán
ceniciento(Circus
cinereus),
el aguilucho
cabeza
negra(Buteo
albicaudatus),
el halcón
peregrino
(Falco
peregrinus)
y entre
los chorlos
que, muchos
son migradores
desde
el hemisferio
norte,
encontramos
al chorlo
pampa
(Pluvialis
dominica),
chorlito
vuelve
piedras
(Arenaria
interpres),
chorlito
de doble
collar
(Charadrius
falklandicus),
el chorlito
semipalmado
el chorlo
trinador
(Numenius
phaeopus),
el chorlito
unicolor
(Calidris
bairdii),
el chorlito
enano
(Calidris
pusilla)
y el de
patas
amarillas
(Tringa
flavipes),
entre
varias
especies
más.
La presencia
de tantos
Charadriformes
en distintas
zonas
de Chubut,
con mayor
énfasis
en la
Península
de Valdés,
hace de
la misma
un sitio
excepcionalmente
valioso
desde
el punto
de vista
ornitológico
y para
la conservación
en general.
El orden
de los
Passeriformes
no es
menos
numeroso,
presentando,
como los
No Passeriformes,
especies
que son
típicas
de la
zona de
la Selva
Andinopatagónica,
de la
zona esteparia
y de las
costas
marítimas.
El carpintero
araucano
(Picoides
lignarius),
el carpinatero
patagónico
(Campephilus
magellanicus),
la remolinea
araucana(Cinclodes
patagonicus),
el rayadito
(Aphrastura
spinicauda),
el chucao
(Scelorchilus
rubecula),
el siete
colores
patagónico
(Phrygilus
patagonicus),
el zorzal
patagónico
(Turdus
falccklandii),
la cachaña
(Enicoghnatus
ferrugineus)
son algunas
de las
muchas
especies
que habitan
la selva
surandina.
Saliendo
de este
ámbito
y entrando
en la
estepa
son conspicuos
el gaucho
pardo
(Agriornis
murina),
el choique
o ñandú
petiso
(Pterocnemia
pennata)
y la martineta
común
(Eudromia
elegans),
la dormilona
común
(Muscisaxicola
macloviana),
el canastero
de garganta
negra
(Thripophaga
patagonica),
la monjita
castaña
(Neoxolmis
rufiventris),
el torito
pico negro
(Anairetes
parulus),
la diuca
común
(Diuca
diuca),
el cabecita
negra
de corbata
( Spinus
barbatos
o Carduelis
barbatos
según
los autores),
el pecho
colorado
grande
(Sturnella
loyca)
y el yal
amarillo
( Phrygilus
carbonarus),
entre
muchas
otras
especies.
La culebra
andina
(Tachymenis
peruviana)
y otros
ofidios
y la zona
de la
estepa
patagónica
es rica
en lagartos
y lagartijas
como el
geko patagónico
(Homonata
darwinii),
la lagartija
(Liolaemus
fitzingeri),
el matuasto
o chelko
(Diplolaemus
darwini),
son algunos
integrantes
de la
hertofauna
de Chubut.
Entre
la batracofauna
se destaca
el sapo
andino
(Bufo
spinolosus),
la no
hace mucho
descubierta
por la
ciencia
rana gárgola
(Alsohdes
gárgola),
la ranita
de Darwin
(Rhinoderma
darwini),
la rana
verde
austral
(Hylorina
sylvatica),
el sapito
cuatro
ojos (Pleurodema
thaud),
el sapo
del bosque
(Bufo
variegatus).
El Área
Protegida
Península
Valdés
por su
gran extensión
y su rica
biodiversidad
alberga
la gran
mayoría
de la
fauna
marina
mencionada.
En la
Isla de
los Pájaros
hay unas
10 especies
que nidifican
en el
área
entre
las que
hay gaviotas,
gaviotines,
cormoranes,
pingüinos,
ostreros,
chorlos
y otros
grupos.
En Punta
Norte
se encuentra
el único
asentamiento
continental
del mundo
de elefantes
marinos
(Mirounga
leonina).
En Punta
Delgada
, el extremo
opuesto
de la
Norte,
se observa
una colonia
de lobos
marinos
de un
pelo (Otaria
flavescens)
y de elefantes
marinos
(Mirounga
leonina).
En Puerto
Pirámides
se ubica
otra concentración
de aves
marinas
y lobos
marinos
de un
pelo.
En Caleta
Valdés,
una larga
lonja
de tierra
que está
separada
del continente
por el
mar, se
concentra
una importante
colonia
de pigüinos
de Magallanes
y de elefantes
marinos.
En la
zona esteparia
de la
península
es común
poder
observar
manadas
de guanacos
(Lama
guanicoe)
y bandadas
del ñandú
petiso
o choique
(Pterocnemia
pennata)
Alternativas
turísticas
Una geografía
privilegiada,
conformada
por montañas,
bosques
andinos,
lagos,
playas,
costas
acantiladas
y una
gran península
muy peculiar,
hacen
de Chubut
una provincia
sumamente
atractiva
que se
enriquece
aún
más
con una
historia
apasionante,
como lo
fue la
colonización
galesa
y los
restos
paleontológicos
y arqueológicos,
constituidos
como importantes
atractivos
turísticos.
Dos hermosos
Parques
Nacionales
amparan
un sector
relictual
de los
bosques
andinopatagónicos
y sus
majestuosos
lagos;
ubicado
en el
extremo
noroeste
está
Lago Puelo
y un poco
más
al sur
Los Alerces
con paisajes
de ensueño
y muchas
posibilidades
de recorrerlos
en excursiones
lacustres,
por caminos
vehiculares,
a caballo
y simplemente
caminado
por numerosas
sendas
habilitadas
para tal
fin. Ambas
áreas
protegidas
cuentan
con infraestructura
necesaria
como para
satisfacer
al turista
más
exigente.
La practica
de la
pesca
con mosca
de la
trucha
arco iris
y del
salmón
está
permitida
y el andinismo
también
es una
posibilidad,
aunque
más
restringida.
Y en el
Parque
Nacional
Lago Puelo,
gracias
a que
posee
un microclima
cuyas
máximas
de verano
pueden
llegar
a 35°C
–
registrando
el agua
con esa
temperatura
externa
unos 20°
C –
se puede
bañar
en sus
aguas
en el
sector
que justamente
llaman
“La
Playita”.
La localidad
más
importante
próxima
al Parque
Puelo
es El
Bolsón
-16 km-
y Esquel,
a 35 km,
lo es
al Parque
Los Alerces.
Rawson,
la capital
provincial,
ofrece
algunos
puntos
de interés
como el
Museo
Regional
Bon Bosco
y Sarmiento,
con una
importante
muestra
restos
paleontológicos
y elementos
de la
conquista
del desierto;
el Parque
Recreativo
General
San Martín,
sobre
el río
Chubut,
que posee
un jardín
zoológico,
acuario,
una casa
de té
típica
de la
zona y
otras
atracciones.
La ciudad
de Trelew
es otra
importante
urbe de
la Provincia
de Chubut
como,
mucho
más
al sur,
lo es
Comodoro
Rivadavia,
con características
de ciudad
más
o menos
grande
y posee
varios
museos
interesantes.
La práctica
de las
pesca
deportiva
en la
costa
marítima
es una
posibilidad
que se
puede
concretar
en gran
parte
del territorio
provincial.
En cuanto
a Reservas
Naturales
se refiere,
los chubutenses
supieron
aprovechar
muy bien
este recurso,
creando
varias
áreas
provinciales
donde,
generalmente,
existen
apostaderos
de lobos
marinos,
elefantes
marinos,
pingüineras
con varios
miles
de ejemplares,
la Isla
de los
Pájaros
es una
de las
más
importantes
donde
además
de colonias
de pingüinos
de Magallanes
tienen
asentamiento
varias
especies
más
como cormoranes,
gaviotas,
garzas
brujas
y algunas
especies
de patos.
La Reserva
Punta
Tombo
es la
que concentra
la mayor
población
de pingüinos
estimándose
que superan
el millón
de ejemplares.
Puerto
Madryn,
ubicada
en la
costa
del Golfo
Nuevo,
es una
ciudad
que adquirió
renombre
por la
proximidad
al lugar
donde
se produce
el avistaje
de la
ballena
franca
austral,
fenómeno
que congrega
cientos
de miles
de turistas
todos
los años
en la
época
propicia,
entre
mayo y
octubre
aproximadamente,
en que
estos
cetáceos
pueden
verse
a corta
distancia
con las
embarcaciones
autorizadas
para tal
fin.
Puerto
Madryn
y Pueto
Pirámides
son dos
lugares
donde
se puede
practicar
buceo
por las
óptimas
condiciones
de las
aguas
del Golfo
Nuevo,
contando
con prestadores
de ese
servicio
con experiencia
y seriedad,
máxime
cuando
se trata
del tan
ansiado
“bautismo
submarino”.
El rafting
es otra
actividad
que puede
desarrollarse
en los
rápidos
del río
Corcovado,
cuyo nivel
de dificultad
tiene
categoría
internacional
3, con
la que
puede
iniciarse
sin inconvenientes
un novato.
Los prestadores
de este
servicio
proveen
de todos
los elementos
necesarios
para la
este deporte,
incluyendo
la vestimenta.
La temporada
de rafting
comienza
en noviembre,
cuando
el río
aumenta
su caudal
por los
deshielos,
y finaliza
en marzo.
El esquí
tiene
su lugar
predilecto
en el
Centro
de Actividades
de Montaña
La Hoya,
un complejo
invernal
ubicado
muy cerca
de la
ciudad
de Esquel.
La infraestructura
moderna
con que
cuenta
este centro
de esquí
lo convierte
en uno
de los
mejores
de Argentina.
Una de
las curiosidades
que provoca
más
interés
en los
visitantes
es el
famoso
tren “La
Trochita”,
llamado
así
por sus
escasos
75 centímetros
entre
ambas
vías
y que
se considera
el único
en el
mundo
de estas
características
que aún
funciona
con fines
turísticos
exclusivamente.
Parte
de Esquel
y termina
el recorrido
en la
localidad
de El
Maitén,
aunque
se puede
optar
por recorridos
más
breves.
El área
natural
que tratamos
–
Reserva
Natural
Península
de Valdés
–
es la
más
importante
de todo
el “Corredor
de la
Costa”
por su
gran biodiversidad
y su enorme
extensión,
unas 350.000
hectáreas
aproximadamente.
Fue declarada
Patrimonio
de la
Humanidad
por la
UNESCO.
Dentro
de está
gran superficie
se encuentran
otras
áreas
protegidas
para diferentes
especies
de mamíferos
o aves
marinos.
Los lugares
más
destacados
donde
puede
observarse
fauna
con suficiente
cercanía
y, provistos
de un
buen teleobjetivo,
también
llevarnos
el recuerdo
a través
de una
buena
fotografía
son :
Punta
Pirámides
con una
gran lobería,
Caleta
Valdés
que concentra
una población
de elefantes
marinos
y la posibilidad
de ver
alguna
orca,
Punta
Norte
–
a 90 kilómetros
de Puerto
Pirámides-
es un
lugar
donde
se concentran
lobos
y elefantes
marinos,
Isla de
los Pájaros
es un
sitio
donde
se concentran
para nidificar
diez especies
de aves.
En la
parte
central
de la
península
también
pueden
observarse
variada
fauna
como guanacos,
choiques,
zorros
y maras
por sólo
nombrar
los más
comunes.
Resumiendo,
la oportunidad
que brinda
Península
de Valdés
para tomar
contacto
con la
naturaleza
son casi
exclusivas,
al menos
en lo
referido
a fauna
marina.
Recursos
culturales
Tal vez,
el principal
recurso
cultural
de una
región
lo constituya
la historia
del asentamiento
humano
en la
misma.
Se ha
escrito
mucha
bibliografía
sobre
los primitivos
habitantes
de la
patagonia,
de uno
yl otro
lado de
los Andes,
por lo
que no
resulta
fácil
sintetizar
en pocas
líneas
todo ese
bagaje
de información
de los
períodos
pre y
posthispánico,
pero intentaremos
dejar
sentados
algunos
lineamientos
generales.
Las primeras
aldeas
en los
Andes
del sur
se instalaron
entre
los siglos
X y VI
antes
de Cristo
y su estilo
de vida
perduró
por más
de 2.000
años
(Albeck,
2000).
Respecto
a la denominación
de las
distintas
culturas
en necesario
esclarecer
sobre
los nombres
que se
daban
entre
sí,
los que
luego
le asignó
el conquistador
y los
sitios
que ocuparon.
Para ello
seguiremos
lo explicitado
en el
capítulo
”
Los pueblos
originarios”
de la
obra El
gran libro
de la
Patagonia:
Pehuenches
: se les
llamó
a los
grupos
habitantes
de los
Andes
entre
los 37°
de Lat.
S y el
Lago Huechulafquen
y zonas
en Ñorquín
y Nahuel
Huapi.
Chiquillanes:
los habitantes
ubicados
al norte
de los
nombrados
en primer
término.
Puelches
o Guénaken:
eran los
asentados
entre
los ríos
Negro,
Limay
y Chubut
y la costa
atlántica.
Che-het:
fueron
los aborígenes
de la
costa
marina
del Salado
al Chubut,
formando
con los
anteriores
la nación
de lengua
pampa
conocidos
con Serranos.
Pampas
primitivos:
habitaban
al norte
del río
Negro
(divididos
en taluhet
y dihuihet)
Patagones,
Chóneca
o Tehulches,
ubicados
al sur
del río
Chubut.
Respecto
al período
más
remoto
de la
vida de
los habitantes
de estas
latitudes
lo que
se conoce
es gracias
al importante
aporte
del estadounidense
Junius
Bird que
recorrió
minuciosamente
la Patagonia
en su
extremo
austral.
Luego
sus estudios
fueron
enriquecidos
por el
trabajo
del matrimonio
francés
Laming-Emperaire,
muy coincidente
en sus
conclusiones
con el
anterior.
Bird realizó
un importante
hallazgo
en el
que había
conjuntamente
restos
de un
grupo
humano,
de megafauna
del Cuaternario,
entre
los que
cabe hacer
mención
de un
tipo de
caballo.
Junto
a estos
restos
había
utensilios
de piedra
y de hueso.
A grandes
rasgos,
se puede
decir
que la
economía
de estos
grupos
era esencialmente
cazadora,
y su tecnología,
por lo
tanto,
adaptada
a este
tipo de
subsistencia
y debieron
llevar
un tipo
de vida
nomádico
(Rex Gonzáles,
1993).
Sólo
unos pocos
siglos
antes
de la
conquista
debió
introducirse
la alfarería,
pero aún
así,
es un
elemento
que no
abunda
demasiado(Rex
González,
1993).
En cuanto
a los
chóneca
o patagones
que ocuparon
desde
el río
Chubut
hasta
la Provincia
de Tierra
del Fuego,
donde
se vincularon
con los
onas,
formaban
una infinidad
de tribus
nómades,
independientes
unas de
otras,
pero que
constituían
grupos
geográficos
quizás
con designaciones
especiales.
Hay una
enorme
dificultad
en rehacer
el contenido
cultural
de los
chónecas
(Serrano,2000).
Los testimonios
dejados
por Pigafetta,
tienen
un interés
particular,
por ser
las primeras
crónicas
y porque
los chónecas
aún
no habían
sufrido
influencia
de los
puelches
o guénaken
que habitaban
del río
Chubut
hacia
el norte.
Respecto
de las
viviendas,
dice el
nombrado
cronista,
que consistían
en un
gran toldo
formado
por cueros
de guanaco
cosidos
entre
sí
y colocados
sobre
una serie
de palos
verticales.
Su vestido
era un
manto
rectangular
formado
por pieles
de guanacos
y otros
animales,
presumiblemente
zorros
y maras.
Su estatura
era, muy
probablemente,
la mayor
del resto
de los
aborígenes
del territorio
argentino,
pero no
obstante
ha habido
exageración
en las
apreciaciones
en este
sentido
por parte
de los
conquistadores.
Se sabe
que utilizaban
la boleadora,
aunque
este elemento
lo habrían
heredado
de las
tribus
ubicadas
al norte.
La lengua
de los
patagones
o chónecas
tendría
tres dialectos
y se conocen
muchas
pinturas
rupestres
en el
territorio
por donde
se desplazaban
(Serrano,
2000).
Respecto
a los
guénaken
o puelches,
que como
ya se
señaló,
ocupaban
la parte
septentrional
de la
patagonia
tenían
una economía
basada
esencialmente
en la
caza como
las de
las otras
culturas
que habitaron
la región.
La vivienda
es el
toldo,
tan generalizado
entre
las tribus
pampas,
siendo
diferentes
en su
formato,
dado que
algunos
eran cuadrangulares,
cupuliniformes
o piramidales.
Según
testimonios
de Sánchez
Labrador
en el
siglo
XVIII
ya se
veía
el uso
de cuero
de caballo
en las
tolderías.
Testimonios
de distinta
épocas
coinciden
en que
se pintaban
el cuerpo
y la cara
y que
a semejanza
de los
patagones
su vestimenta
estaba
compuesta
por una
manta
cuadrangular
hecha
con cuero
de guanaco.
Algunas
referencias
históricas
dicen
que las
tribus
del actual
territorio
de Río
Negro
conocían
la alfarería.
Tomaron
de los
araucanos
la costumbre
de fumar
y hacían
una bebida
fermentada,
pero supuestamente
no conocían
sustancias
narcotizantes.
Los araucanos
Los araucanos
–
llamados
a si mismos
mapuches-
son el
último
asentamiento
indígena
que se
produce
en territorio
argentino.
Provenientes
de Chile,
su inmigración
ha sido
relativamente
reciente
y ha ocasionado
grandes
cambios
culturales
en los
pueblos
que habitaban
las llanuras
pampeanas,
partes
de las
patagónicas
( noroeste)
y también
un amplio
sector
ocupado
por los
Andes,
teniendo,
aproximadamente,
como límite
sur,el
norte
de la
actual
provincia
de Santa
Cruz.
Al pasar
al este
de los
Andes
los araucanos
abandonaron
el hábito
del cultivo
y se dedicaron
a la caza,
la recolección
y a la
rapiña
(Canals
Frau,
1986).
Sus armas
fueron
las boleadoras,
un especie
de honda
y lanzas
muy largas.
La alfarería
estaba
poco desarrollada
y las
mujeres
practicaban
el tejido.
La lengua
fue la
misma
que se
utilizaba
al oste
de la
cordillera
y es muy
empleada
en la
toponimia
de Argentina
como de
Chile.
Entre
los numerosos
viajeros
europeos
que recorrieron
la Patagonia,
figura
el célebre
Charles
Darwin,
quien
un su
“Diario
del viaje
de un
naturalista
alrededor
del mundo”,
plasmó
estas
inolvidables
palabras:
"No
hay nadie
que hallándose
en estas
soledades
deje de
conmoverse
y sentir
que en
el hombre
existe
algo más
que el
mero aliento
material
de su
cuerpo.
Al evocar
imágenes
de lo
pasado
veo cruzar
a menudo
ante mis
ojos las
llanuras
de la
Patagonia
y, con
todo eso,
están
generalmente
como yermas
e inútiles.
¿Por
qué
estos
áridos
desiertos
han echado
tan profundas
raíces
en mi
memoria?"
Cómo
llegar
Tomando
como punto
de referencia
la ciudad
de Rawson
se indican
a continuación
los itinerarios
para llegar
a la capital
chubutense.
Desde
las ciudades
ubicadas
más
al sur
sobre
la costa
atlántica
o próximas
a ella
la RN
N°
3 es la
más
adecuada
para acercarse
al lugar
propuesto.
La RN
N°
25 une
el sector
noroeste
de Chubut
–
Esquel,El
Maitén,
Leleque,
Tecka,
José
de San
Martín,
entre
otras-
con la
ciudad
capital.
Desde
las provincias
litoraleñas
deberán
aproximarse
primero
a la Ciudad
Autónoma
de Buenos
Aires
y desde
ésta
parte
le mencionada
RN N°3,
que nos
lleva
al destino
luego
de recorrer
1.490
km.
Desde
la ciudad
de San
Juan habrá
que pasar
previamente
por la
capital
mendozina
a la que
la comunica
la RN
N°
40. De
Mendoza
hay que
tomar
la RN
N°
143 hasta
su intersección,
ya en
territorio
pampeano,
con la
RP N°
13 hasta
Bahía
Blanca
y luego
seguir
por la
RN N°3,
que como
se ha
indicó,
es camino
obligado
para buena
parte
de los
que provengan
del este
de Argentina.
Desde
las ciudades
de San
Luis,
Córdoba,
La Rioja,
Santiago
del Estero
y otras
localidades
próximas
a las
mismas,
deberán
pasar
previamente
por Santa
Rosa,
la capital
de La
Pampa,
y dirigirse
hacia
el sur
por la
RN N°35
hasta
la ciudad
de Bahía
Blanca
desde
donde
ya se
indicó
como arribar
a Rawson.
Para llegar
a la Reserva
Península
de Valdés
desde
Rawson
hay que
tomar
la RN
N°3
hacia
el norte
y pocos
kilómetros
después
de Puerto
Madryn-
cerca
de 20-
sale a
nuestra
derecha
la RP°
2 , que
penetra
de pleno
en la
Península
y luego
varias
rutas
de tierra
permiten
recorrerla
cómodamente.
Problemas
de conservación
En el
Plan de
Manejo
Península
de Valdés
se clasifican
por categorías
los problemas
de conservación.
Esto nos
parece
demasiado
minucioso
para el
trabajo
que presentamos,
por lo
que se
tomarán
los que
a nuestro
criterio
pueden
ser preponderantes
de cada
categoría.
En primer
término
se señala
la falta
de una
política
general
sobre
los pobladores
del ámbito
de la
reserva,
es decir
que involucre
a todos
los organismos
estatales,
organizaciones
no gubernamentales
y a los
propios
habitantes
del lugar.
También
se señala
la falta
de una
política
definitiva
sobre
la reglamentación
de la
pesca
y la maricultura.
En otro
sentido
se señala
como una
problemática
sin resolución
la falta
de una
autoridad
responsable
única
para toda
la Reserva
y por
ende,
de esto
surge
una mala
coordinación
entre
los organismos
responsables.
Además
se indica
que hay
insuficiente
control
efectivo
del área
y que
los ingresos
económicos
generados
por la
propia
Reserva
no se
invierten
en beneficio
del manejo
de la
misma.
Luego
se señalan
una serie
de dificultades
vinculadas
a la conservación
del recurso
como la
falta
de protección
de las
áreas
marítimas
que usa
la fauna
para alimentarse
porque
esto genera
un conflicto
con el
sector
pesquero,
dificultad
de fiscalización
en propiedades
privadas
y, entre
otros
planteos,
la falta
de cuidado
en áreas
que son
muy frágiles.
Respecto
al turismo
se indican
muchas
falencias
en lo
que hace
a su control,
ordenamiento,
regulación,
su buena
atención
que incluye
el manejo
de idiomas
extranjeros
por parte
de los
prestadores
para los
requerimientos
de los
turistas
de distintas
nacionalidades
que se
acercan
al lugar.
Como cuestiones
vinculadas
con la
infraestructura
se señala
la carencia
de buena
señalización
vial y
turística,
de sistemas
de prevención
de incendios
y la falta
de conciencia
en la
población
sobre
el significado
de un
área
protegida.
No obstante
hay que
aceptar
que la
enorme
superficie
del área
hace más
difícil
todo lo
que sea
contralor
y manutención
de la
infraestructura
y que
la falta
de toma
de conciencia
de los
que es
un área
protegida
es general,
o sea
que incluye
a los
turistas
de argentina
al menos,
y no es
un problema
sólo
del habitante
de Puerto
Madryn
y sus
adyacencias.
Y es tan
perjudicial
ese desconocimiento
por parte
del lugareño
como por
parte
del visitante.
Dadas
las falencias
señaladas
se están
implementando
algunas
medidas
tendientes
a minimizar
esos inconvenientes.
Debe tenerse
muy presente
que somos
depositarios
de un
bien que
debemos
custodiar
para toda
los habitantes
del planeta,
desde
que la
UNESCO
nos honrara
con la
designación
de Patrimonio
de la
Humanidad
a la gran
Península
Valdés.
Bibliografía
Albeck,
M. E.,
2000.
(Dirección
M.N. Tarragó)
Nueva
Historia
Argentina:
Los Pueblos
Originarios
y la Conquista.
Sudamericana.
382 pág.
Barcelona.
Burkart,
R., Bárbaro,N.M.,
Sánchez,
R.O.,
Gómez,
D.A. 1999.
Eco-Regiones
de la
Argentina.
Programa
Desarrollo
Institucional
Ambiental.
Sec.Rec.Nat.
y Des.
Sust.
de la
Nación
y APN.
Canals
Frau,
S. 1986.
Las poblaciones
indígenas
de la
República
Argentina.
Hyspamérica.
Buenos
Aires.
Canevari,
M. Y C.Fernández
Balboa.
2003.
Cien Mamíferos
Argentinos.
Albatros.
Buenos
Aires.
Cei, J.M.
1993.
Resptiles
del noroeste,
nordeste
y este
de la
Argentina.
Herpetofauna
de las
selvas
subtropicales,
puna y
pampas.
Museo
Reg. Di
Scienze
Naturali
.Torino.
Italia.
Cei, J.
M. 1986.
Reptiles
del centro,
centro
–oeste
y sur
de la
Argentina.
Herpetofauna
de las
zonas
áridas
y semiáridas.
Monografíe
IV del
Museo
Regionale
di Scienze
Naturali.
Torino.
Italia.
527 pág.Bernades,
A., 1982.
Provincia
del Chubut.
En: Atlas
Total
de la
República
Argentina.
Atlas
Físico.
Chiozza
y Figueiras,
Directores.
CEAL.
Buenos
Aires,
Argentina.
Bertelotti,
M.; Carribero
A. y P.
Yorio.
1995.
"Aves
Marinas
y Costeras
Coloniales
de Península
Valdés:
revisión
Histórica
y Estado
Actual
de sus
Poblaciones".
Informe
Técnico
1. PMZCP.
GEF/ PNUD,
WCS/FPN.
Campagna
C, Lewis
M. y R.
Baldi.
1993.
Breeding
biology
of southern
elephant
seals
in Patagonia.
Marine
Mammal
Science
9(1):34-47.Campagna
C., Lewis
M. y F.
Quintana.
1996.
Tendencia
poblacional
y
distribución
de la
población
de elefante
marino
del sur
en la
Península
Valdés,
Argentina.
Informes
Técnicos
del Plan
de Manejo
Integrado
de la
Zona Costera
Patagónica
(Puerto
Madryn,
Argentina)
N°
14:1-23.
Campagna
C., Quintana
F., Le
Boeuf
B., Balckwell
S. y D.
Crocker.
(en
prensa).
Diving
behaviour
and foraging
ecology
of female
southern
elephant
seals
from patagonia.
Aquatic
Mammals.Ciocco,
N. 1995.
La marisquería
mediante
buceo
en el
Golfo
San José
(Chubut,
Argentina).
Inf. Técn.
del Area
de Pesca
del Plan
de Manejo
Integrado
de la
Zona Costera
Patagónica
(GEF-PNUD).
37 pp.Cozzuol,
M.A. (1991)
Primer
registro
de un
pinípedo
terciario
en
Patagonia.
Ameghiniana
(Rev.
Asoc.
Paleontol.
Argent.)
28(3-4):406.Cozzuol,
M.A.;
A.E. Gosztonyi
Y L. Kuba
(1991)
Una asociación
de
vertebrados
marinos
de la
Formación
Puerto
Madryn
(Mioceno
medio)
en Península
Valdés,
Chubut.
Jornadas
Nacionales
de
Ciencias
del Mar'91,
Puerto
Madryn
(Chubut).
Resúmenes:77.Crespo,
E.A. 1988.
Dinámica
poblacional
del lobo
marino
del sur
Otaria
flavescens
(Shaw,
1800)
en el
norte
del litoral
patagónico.
Tesis
Doctoral,
Facultad
de Ciencias
Exactas
y Naturales,
Universidad
Nacional
de Buenos
Aires,
Buenos
Aires,
Argentina.
298 pág.
Crespo,
E.A. y
S.N. Pedraza.
1991.
Estado
actual
y tendencia
de lapoblación
de lobos
marinos
de un
pelo (Otaria
flavescens)
en el
litoral
norpatagónico.
Ecología
Austral
1:87-95.Crespo,
E.A.,
Pedraza
S.N.,
Dans S.L.,
García
N.A.,
Koen Alonso
M.,
Reyes
L.M. y
M.A. Coscarella.
1997.
Interacciones
operacionales
entre
mamíferos
marinos
y pesquerías
de arrastre
en el
norte
y
centro
de Patagonia.
Informes
Técnicos
del Plan
de Manejo
Integrado
de la
Zona Costera
Patagónica
- Fundación
Patagonia
Natural
(Puerto
Madryn,
Argentina)
N† 30:1-28.
De La
Peña,
R. 1997.
Catálogo
de Nombres
Vulgares
de la
Flora
Argentina.
Universidad
Nacional
del Litoral.
Santa
Fe, Argentina.
Dozo,
M.T; M.G.
Vucetich;
A. Monti
y P. Bouza
(1998)
Hallazgo
de
vertebrados
continentales
en la
Formación
Puerto
Madryn
(Mioceno
superior)
en Península
Valdés
(Chubut,
Argentina).
Resúmenes:25.
XIV Jornadas
Argentinas
de Paleontología
de Vertebrados.
Neuquén
El Nuevo
Libro
del Árbol.
Celulosa
Argentina
1997.
Texto
original
Dimitri,
M., Leonardis
R. F.
y J. Biloni.
Tomo II.
El Ateneo-Bs.
As.
Erize,
F., J.
C. Chebez.
1993.
El Gran
Libro
de la
Naturaleza
Argentina.
Ed. Atlantida
330 pág.
Floria,
P.N. 1997.
Historia
de la
Patagonia.
EN: El
gran libro
de la
Patagonia.
Planeta,
Buenos
Aires.
Frenguelli,
J. 1941.
Rasgos
Principales
de Fitogeografía
Argentina.
Revista
del Museo
de La
Plata.
Sección
Botánica,
N°13
–Tomo
III. La
Plata.
Giaccardi,
M. Y Berton,
E. 2002.
Plan de
Manejo
del Área
Protegida
Sistema
Península
de Valdés.
Gobierno
de la
Provincia
del Chubut.
Rawson.
Godoy
Manríquez,
C.J.(Director)
1997.
El Gran
Libro
de la
Patagonia.
Ed. Planeta.
Buenos
Aires.
Harris,
G. 1998.
"Lista
de Especies
de Aves
y Mamíferos
de la
Península
Valdés".
Inédito.
INTA,
1997.
Proyecto
de Desarrollo
Sustentable
en Zonas
Áridas
y Semiáridas
de la
República
Argentina
para Prevenir
y Controlar
la Desertificación.
Módulo:
Puna y
Valles
Áridos
y Semiáridos.
LA NACIÓN.
2003.
Gran Atlas
de la
Argentina
y del
Mundo.
Derechos
cedidos
por Ed.
Planeta
e Instituto
Geográfico
De Agostini,
Buenos
Aires.
Lewis,
M. y I.
Ximenez.
1983.
Dinámica
de la
población
de Otaria
flavescens
en el
área
de Península
Valdés.
Informes
Técnicos
Centro
Nacional
Patagónico
79:21pp.Lewis,
M. 1996.
Elefante
marino
del sur:
biología
de la
especie,
descripción
general
de la
agrupación
de la
Península
Valdés
y
protocolos
de trabajo.
Informes
Técnicos
del Plan
de Manejo
Integrado
de la
Zona Costera
Patagónica
(Puerto
Madryn,
Argentina).
N°
16: 1-29.
Lorenzini,
H.N. y
R.Rey
Balmaceda,
1993.
Geografía
de la
Argentina.
A-Z editora.
Buenos
Aires.
Narosky,
T. y Izurieta,
D. 1987.
Guía
para la
identificación
de las
aves de
Argentina
y Uruguay.
Vazquez
Manzini.
Bs. As.
345 pág.Navas,
J., T.
Narosky,
N. Bó
y J. C.
Chebez.
1991.
Lista
patrón
de los
nombres
comunes
de las
Aves Argentinas.
Asociación
Ornitológica
del Plata.
Parera,
A. 2002.
Los mamíferos
de la
Argentina
y la región
austral
de Sudamérica.
El Ateneo.
Buenos
Aires.
Plan de
Manejo
de la
Zona Costera
Patagónica
(borrador
de trabajo).
1996.
Fundación
Patagonia
Natural
/ Wildlife
Conservation
Society.
No publicado.Plan
de Manejo
del Sistema
Provincial
de Conservación
del Patrimonio
Turístico.
1982.
Secretaría
General
de la
Gobernación.
Subsecretaría
de Información
Pública
y Turismo.
Provincia
del Chubut.
Tomo I,
II y
III.
Rex González,
A. y J.A.Pérez.
1993,
Argentina
indígena,
vísperas
de la
conquista.
Historia
Argetina.
Paidos.México.
Rivero
M. M.
1983.
Variación
estacional
de la
precipitación
en la
provincia
del Chubut.
Centro
Nacional
Patagónico,
CONICET,
Contribución
76.
Rivero,
M. M.
1982.
Rachas
de precipitación
escasa
en la
zona árida
de
Chubut.
Revista
Geofísica,
16 (IPGH),
24-40.
SAREM,
2000.
Ojeda
R. y G.
Diaz:
Compiladores.
Libro
Rojo de
Mamíferos
Amenazados
de la
Argentina.
Buenos
Aires.
Serrano,
A. 2000.
Los Aborígenes
Argentinos.
Síntesis
Etnográfica.
Paideia.
Córdoba,
Argentina.
Sociedad
Argentina
de Estudios
Geográficos
(GAEA).
1978.
Geografía
del Chubut.
Contribuciones
presentadas
en la
XXXVI
semana
de geografía.
Serie
especial
N°
6. Buenos
Aires.
Yorio,
P. y G.
Harris.
1997.
“Distribución
Reproductiva
de Aves
Marinas
y Costeras
Coloniales
en Patagonia:
Relevamiento
Aéreo
Bahía
Blanca
- Cabo
Vírgenes”
Informe
Técnico
29. PMZCP.
GEF/PNUD,
WCS/FPN.
Investigación
y Textos:
Gabriel
Omar Rodríguez
Copyright
©
Patrimonionatural.com
Prohibida
su reproducción
por cualquier
medio
para fines
comerciales,
sin la
autorización
expresa
del editor.
Las fotografías
son propiedad
de sus
autores.
Prohibida
su reproducción
por cualquier
medio
sin autorización
expresa
de los
mismos.
|