Península Valdés

Patrimonio de la Humanidad- Chubut
 

Descripción General

Categoría
Patrimonio de la Humanidad
Luego del cierre de la 7° Conferencia General de la UNESCO, celebrada en París, entre el 17 de octubre y el 21 de noviembre del año 1972, quedó aprobada la Convención Internacional sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural. La finalidad de este organismo, que entró en vigencia en 1976, es propiciar la conservación de aquellos lugares que por su valor histórico, cultural o natural representan un bien de significación universal.

Los países que ratifican la Convención se comprometen a conservar los lugares del Patrimonio existentes en su territorio, a la vez que se establece una corresponsabilidad entre todos los Estados miembros para ejecutar acciones que garanticen la preservación del Patrimonio común a nivel mundial. Todos los lugares o bienes declarados Patrimonio de la Humanidad son testimonios únicos de valores históricos, culturales o naturales que su importancia trasciende los límites de las fronteras de los países, para convertirse en valores de todos los seres humanos que habitan este planeta. Esto muestra claramente la responsabilidad que le corresponde a la nación depositaria de tan distinguido valor que debe velar por el mismo para que lo hereden inmutable las generaciones venideras. Son designados por el Comité del Patrimonio Mundial, que se reúne anualmente con ese fin. Desde que se creó este organismo centenares de sitios protegidos fueron acreedores de este rango internacional en todos los rincones del planeta. Esta universalidad le confiere un valor adicional al intrínseco que posea el bien cultural o natural.

El Artículo I de la Convención establece:
“A los efectos de la presente Convención se considerará "patrimonio cultural":
los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pintura monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y grupos de elementos, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia,
los conjuntos: grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia,
los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza así como las zonas incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico. “

Área natural protegida provincial.
La zona declarada Patrimonio de la Humanidad coincide con los límites que establece la Ley de creación de la Reserva Natural Turística de Objetivo Integral Península de Valdés es decir, incluye por entero a la Península de Valdés y el Istmo Ameghino que la une al continente.

Ubicación
Ubicada en el noreste de la Provincia del Chubut, entre las coordenadas de los 42° 05’ y 42° 53’ de Lat S y los 63°35’ y 65° 04’ Long.O. y la separan unos 100 kilómetros de la ciudad de Puerto Madryn. Respecto de los límites, la ley de creación dice:
“ abarcará la superficie terrestre, marítima y aérea comprendida dentro de los siguientes limites: al Oeste, el Meridiano 64° 51’ 30", hasta la intersección con la Ruta Provincial N° 2 y siguiendo la misma hasta la Ruta Provincial N† 1 y su continuación hasta el Paralelo 42° 41’ 25" que atraviesa por la Punta Arco. Al Sur, la línea recta que une Punta Arco con Punta Cormoranes. Al Sur, Este y Oeste una franja marina de TRES (3) millas náuticas medidas desde la línea promedio de baja marea de cuadratura hasta el Meridiano 64° 51’ 30" sobre el Golfo San Matías. A la altura de la boca del Golfo San José, las TRES (3) millas se contaran desde la línea que une las Puntas Quiroga y Buenos Aires”.

Superficie
El área prospectada posee una superficie de 349.862 hectáreas.

Fecha e instrumento legal de creación
Patrimonio de la Humanidad
El 2 de diciembre de 1999, en 23° Asamblea del Comité del Patrimonio Mundial es aceptada la inclusión de la Península de Valdés como Patrimonio de la Humanidad con la categoría N (iv). Incluye las áreas protegidas que se indican a continuación con la categoría internacional que le asigna la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza – IUCN -:
Parque Marino Golfo San José ( Provincial Park , II)
Reserva Natural Turística Punta Norte ( Wildlife Reserve, IV)
Reserva Natural Turística Isla de los Pájaros ( Wildlife Reserve, IV)
Reserva Natural Turística Punta Pirámide ( Wildlife Reserve, IV)
Reserva Natural Turística Caleta Valdés ( Wildlife Reserve, IV)
Reserva Natural Turística Punta Delgada (Wildlefe Reserve, IV)
Reserva Natural Turística de Objetivo Integral Península de Valdés ( Nature Reserve, VI)
Area Natural Protegida
La Ley Provincial 4722 crea el área protegida Península de Valdés dentro del marco de la Ley 4617 que instaura el Sistema de Áreas Protegidas Naturales Provinciales.

Relieve
Las costas marinas
Las costas chubutenses, como del resto de la patagonia, responden a un patrón igual al del relieve. Es decir, presentan acantilados de pronunciada gradiente, prolongándose en la plataforma marina, que se prolonga unos 600 kilómetros mar adentro. Es una costa en permanente ascenso constituida mayormente por materiales blandos, sedimentos marinos, que permite un rápido proceso erosivo de la marea sobre los acantilados que se suceden en forma casi continua por cientos de kilómetros. Cada tanto afloran rocas ígneas – pórfidos, granito, basalto principalmente- que forman los accidentes costeros que interrumpen la monotonía del acantilado, como los numerosos cabos, cañadones, puntas, valles fluviales. Se pueden señalar tres accidentes costeros significativos a lo largo del litoral marítimo patagónico: el Golfo San Matías, la Península de Valdés junto con el Golfo Nuevo y el Golfo San Jorge. El Golfo San Matías es una amplia ingresión marina sobre la línea de la costa – penetra unos 153 Km.- , de origen tectónico, que mide de un extremo a otros 117 km. La costa oeste de golfo presenta acantilados alternados con playas y también irrumpen formaciones cristalinas que dieron origen a la llamada Punta Pórfido. La Península de Valdés es el accidente más notorio de toda la costa patagónica, unida al continente por un estrecho istmo de unos 5 km de ancho y que separa las aguas de los dos golfos que limitan a la península: el San José al norte y el Nuevo al sur. Las costas de esta península continúan presentando acantilados en muchos lugares, playas en otros y se destacan playas pedregosas que son las preferidas por los elefantes marinos para su asentamiento. Como rasgo particular presenta al este la Caleta Valdés, protegida por un gran banco de pedregullo. Por otra parte vemos la Punta Delgada que forma una restinga de 2 km de largo y el Golfo Nuevo que tiene la característica de ser el área más abrigada de toda la costa patagónica. Su abertura máxima es de 13 km entre el morro Nuevo y la punta Ninfas. Generalmente sus costas son abruptas pero en algunos sectores, como en Puerto Madryn, las barrancas se retiran varios kilómetros tierra adentro.
Las costas son un sector muy dinámico desde el punto de vista biológico donde se produce un gran intercambio energético entre el océano, la atmósfera y la superficie terrestre. La zona intermareal tiene una fauna y flora propias que de alguna forma se benefician con ese cambio diario entre la pleamar y la bajamar, que produce variaciones notables de humedad, temperatura y luz, siendo las formas vinculadas con la vida marina las que dominan ese espacio de transición.

Geomorfología chubutense
Desde una mirada geológica se puede decir que el territorio chubutense esta asentado sobre el cratógeno de Patagonia, que aflora en algunos lugares, y que fue modelado por una serie de fenómenos geológicos de complicada trama. Hubo movimientos epirogénicos de ascenso y descenso con posteriores avances y regresiones marinas que dejaron abundante sedimentación alternada con estratos continentales. Junto con la actividad volcánica, a fines de la era Secundaria, se levantó el plegamiento de los Patagónides, formado en un geosinclinal al oeste de la Provincia, que sería precursor del movimiento más importante de la región: el plegamiento andino del Terciario que no sucedió de la misma forma en toda la cordillera. En la parte correspondiente a la provincia del Chubut- y más allá de ese límite- se produjeron fracturas, elevaciones y descensos diferenciados, dislocamientos, hundimientos en cuyas depresiones, más tarde, se formaron grandes masas de hielo durante la glaciación pleistocénica que ocupó gran parte de la cordillera y que al retirarse dejó formados grandes lagos. Estos procesos dejaron configurado un relieve típicamente patagónico: mesetas y sierras, alternadas con bajos y cuencas lacustres a lo que habría que agregar las escotaduras de bordes redondeados que forman los golfos del litoral atlántico (Bernades,A.,1982). A los fenómenos tectónicos se sumaron como elementos modeladores los que ocasionó la acción fluvial - valles y cañadones- y eólica al formar lo que se denomina lagunas de deflación. Luego, sobre este relieve, durante el Terciario, se extendieron coladas de basalto continuando el proceso de avance y retroceso marino. Trataremos someramente las grandes unidades morfológicas que dejó plasmado en el relieve esta serie de complejos procesos geológicos. En primer término corresponde mencionar la Cordillera de los Andes que no forma una línea continua, sino que incluye cordones trasversales y sierras bajas. Estos cordones se hallan separados por valles trasversales que tiene orientación este-oeste donde se formaron lagos glaciarios y valles fluviales. Los cerros de esta parte de la cordillera son, en comparasión, de escasa altura, con cumbres de aristas y con nieve a partir de los 2.000 metros sobre el nivel del mar. Los cerros más altos de la Provincia del Chubut son el Dos Picos con 2515 m.s.n.m.(el más alto), el Co. Mineral con 2014, el Steffen con 2108, el Barros Arana con 2289, el Alto Nevado con 2255 y muchísimos más cuyas alturas oscilan entre los 1000 y 2000 metros. Otra formación destacable del relieve son las elevaciones correspondientes al sistema Patagónides, cuya característica más destacable es la escasa altura de los cerros que promedian los 300 metros sobre el nivel del mar. Se desarrollan de norte a sur y están separados de los Andes por lo valles de los ríos Senguer, Genoa, Langiñeo y los ríos Chico-Chubut y aparecen algunas elevaciones en las mesetas. Estas últimas constituyen otro elemento destacable del relieve y van formando “peldaños” que ascienden de este a oeste y algunas tiene amplias superficies planas – llamadas pampas – , mientras que otras poseen pequeños cerros o lomas. Por último vemos los valles o los bajos hacia donde descienden los cañadones; valles generalmente secos que corresponden a afluentes temporarios o a ríos hoy desaparecidos (Bernades, A., 1982). Los bajos están formados por lagunas, mayormente temporarias, siendo el Sarmiento el de mayor tamaño y en él se formaron dos grandes lagos como lo son el Musters y el Colhué Huapi. Las vertientes de los principales ríos se dirigen hacia el Atlántico, donde termina una costa abrupta que forma acantilados de más de 150 metros de altura, alternándose con sectores de playa.

Hidrografía
El sistema de los cursos de agua es consecuencia directa del relieve, por lo que la red hidrográfica y lacustre de la Provincia del Chubut se desarrolla con mayor importancia en los valles intermontanos que forjó la historia geológica del lugar. Desde la cordillera bajan cursos de agua que sólo reciben tributarios en su tramo superior y muchos finalizan su desarrollo en las zonas áridas de la meseta patagónica. En esta parte de los Andes se da la paradoja de que muchos ríos que nacen al este de la misma, desembocan en el Pacífico, circunstancia que dificulta la aplicación del “divortium acquarum “ para la fijación del límite con Chile. En la cordillera encontramos una serie de lagos que de norte a sur, los más importantes, son: Puelo, Epuyén, Cholila, Lezama, Rivadavia, Menéndez, Futalaufquen, Situación, Laguna Rosario, Gral. Vintter y La Plata, entre muchos otros de tamaño pequeño en relación a los nombrados. El Futaleufú es uno de los ríos de mayor caudal de la región con unos 300 m3. por segundo. El sistema del Carrenleufú, que nace en el Lago Vintter, corre de sur a norte y luego de recorrer territorio argentino va a morir al Pacífico. Sus avances hacia el este llegan a zonas áridas y se pone en contacto con algunos tributarios del Atlántico.
Esta cuenca está integrada principalmente por el río Chubut y sus tributario el Senguer, que nace en los Lagos La Plata –Fontana, y el Chico, que lo hace del Lago Colhué Huapi. Todos los ríos de la Provincia tienen sus caudales sujetos al régimen de lluvias invernales y del deshielo en primavera. Chubut cuenta con dos represas: el embalse sobre el río Futaleufú, que forma el espejo de agua denominado Amutui Quimei y sobre el río Chico-Chubut que forma el embalse Florentino Ameghino.

Clima
La provincia del Chubut presenta dos sectores climáticos bien diferenciados y un tercero no tan distinto al de la zona oriental. Por un lado tiene un clima húmedo y frío al oeste de los picos más elevados de la cordillera y hacia el oriente de los mismos el clima es árido y con temperaturas más elevadas. El sector mencionado en primer término está muy influenciado por el Anticiclón del Pacífico, que provoca el choque de sus fuertes vientos contra las mayores elevaciones que al ascender inducen la formación de abundantes precipitaciones y nevadas, con registros que oscilan entre los 700 y 2000 mm anuales. Esto hace que encontremos zonas con bosques bastante abundantes en especies vegetales que contrastan notoriamente con la superficie del resto de la Provincia. Dada la alta humedad ambiente del sector occidental las amplitudes térmicas son poco marcadas y al ascender, lógicamente, el frío aumenta y hace que haya picos con nieves eternas. El panorama en la región extra-andina presenta una vegetación esteparia con precipitaciones que rondan los 200 mm anuales y las temperaturas oscilan entre medias anuales inferiores a los 8°C y superiores a los 10°C en la zonas más bajas y próximas al mar, que pueden definir al clima como templado y con grandes amplitudes térmicas diarias. El viento predominante es el del oeste- que permanece en forma constante- y la proximidad marítima no llega a modelar demasiado el clima debido a la altura de sus costas con acantilados que sobrepasan los 150 metros. Un tercer tipo de clima de Chubut afecta el ángulo noreste de la provincia y a la Península Valdés, con veranos cálidos y breves e inviernos fríos. Podría definírselo como de transición entre los climas templados del centro del país, con mayores precipitaciones en los meses cálidos, y los climas fríos y con lluvias invernales típicos de la patagonia .

Flora
Flora Marina
Las algas son las principales vegetales de las costas marinas. Algunas forman verdaderos mantos que generalmente tapizan las costas rocosas, muchas veces con hermosos colores debido a los pigmentos que se hallan en sus células. Según el tipo de pigmento o combinación de éstos son las algas de distinta coloración lo que permite su clasificación: azul-verde, verde, parda y roja o amarillo –verde. En el sector que nos ocupa existen gran cantidad de algas pardas, denominadas “cachiyuyo” que cubren amplias extensiones en las proximidades de las costas. El territorio marino también posee una división fitogeográfica, aunque bastante más sencilla que la divisiones continentales. Son tres provincias : la Oceánica Uruguayo-Bonaerense, la Patagónica y la Fueguina, clasificación basada en el tipo de algas que ocupan el suelo marino. En la zona comprendida entre los límites de la alta y baja marea, llamado piso mesolitoral, habitan algas de tamaño reducido, por debajo del límite inferior, llamado piso infralitoral, se desarrollan, por el contrario, algas de gran tamaño como el mencionado cachiyuyo( Macrocystis periferia), que se extienden hasta los 30 o más metros de profundidad. Y en el límite superior del piso mesolitoral comienza el suprelitoral que incluye toda la zona costera muy próxima al comienzo del agua en pleamar y más alejada en bajamar. Las algas se fijan generalmente en las rocas del fondo marino pero no descartan utilizar como bases de asentamiento a valvas de caracoles, de bivalvos, cangrejos u otras macroalgas (De la Vega, 2000). Los géneros más comunes que habitan esta zona del Atlántico son Ulva, Enteromorfha, Lessonia, Macrocystis y muchos otros. En zona costeras marinas crecen pastos que se adaptaron al agua salada e incluso se ven a veces cubiertos por agua, siendo las especies de los géneros Spartina y Salicornia las más conspicuas.

De acuerdo a la clasificación propuesta por Burkart, et al.(1999) elaborada para el Programa de Desarrollo Institucional Ambiental, coordinado por la Secretaría de Recursos Naturales de la Nación la Administración de Parques Nacionales, en la provincia del Chubut se
sitúan tres biorregiones bastante bien diferenciadas. Una angosta franja al este que corre de norte a sur ocupa la biorregión de los bosques patagónicos; luego un espacio semejante a un rectángulo, que ucupa menos de un cuarto del territorio, en el extremo noreste corresponde a la biorregión del monte de llanuras y mesetas y el resto de la Provincia- un alto porcentaje de su territorio- se incluye en la biorregión estepa patagónica. La primera de las regiones mencionadas está compuesta por bosques densos pero con poca variedad de especies, las que varían según las regiones. En el norte crecen bosques de pehuén o araucaria (Araucaria araucana) que puede superar los 40 m de altura y se sitúan entre los 900 y los 1.800 m.s.n.m. El maitén( Maytenus boaria) y el ciprés de la cordillera ( Austrocedrus chilencis) ocupan zonas más secas del norte y crecen en la transición con la estepa patagónica. En el parte más oriental de la cordillera se desarrollan los bosques de cipreses y de otros árboles caducifolios, y la lenga (Nothofagus pumilio) y el ñire (Nothofagus antarctica) son conspicuos. Donde el clima es más húmedo hace su aparición el coihue (Nothofagus dombeyi). En los lugares con mucha humedad crece el alerce (Fitzroya cupressoides) y en muchos lugares estos árboles están acompañados por gran cantidad de arbustos, enredaderas, líquenes y musgos que le otorgan en verdadero aspecto selvático. La zona que ocupa la biorregión estepa patagónica, está compuesta por vegetación que posee adaptaciones para sobrevivir con fuertes vientos y escasez de agua. Estas consisten en ser arbustos bajos, en el crecimiento en forma de cojines, hojas pequeñas y, en general, estructuras que hacen más soportable el intensivo viento que azota a toda la patagonia en general. Así vemos al neneo (Mulinum spinosus),arbusto común es la estepa, con hojas muy pequeñas, lo mismo que el coirón (Stipa sp. o Festuca sp.), nombre que se le da a varias especies de gramíneas que tienen en común la característica de desarrollarse en matas bajas, muy juntas entre sí, mayormente con hojas enrolladas y provistas de puntas agudas.
En la Provincia del Chubut predomina una vegetación muy rala y baja, con grandes superficies de suelo desnudo. Las vegas o mallines, esas depresiones que conservan siempre un poco de agua, se ven siempre verdes con hierbas de distintas especies denominadas comúnmente junquillos.
Decíamos que una superficie de forma de rectángulo ubicada en el nordeste de la Provincia, se clasificada como ecorregión del monte. La vegetación de esta región esta caracterizada por la presencia de las jarillas de varias especies (Larrea divaricata, Larrea ameghinoi, Larrea nitida) como uno de los componentes más conspicuos dentro del estrato arbustivo. A estas las suelen acompañar especies como la chilladora (Chuquiraga hystrix), el quilembay o quilimbay (Chuquiraga avellanedae), el caballo del diablo, barba de chivo o manca caballo, entre otros nombre que se le asignan (Prosopidastrum globosum),el yaollín o yoahín (Lycium chilense), el piquillín (Condalia microphylla), la llamada en algunos lugares monte negro (Bouganvillea spinosa) y el alpataco (Prosopis alpataco). También algunas gramíneas similares a las que aparecen en la zona esteparia como los denominados coirones .
A continuación se mencionan las principales especies de flora que habitan la Península Valdés según los estratos. Comenzando por el arbustivo son conspicuas Chuquiraga avellanedae, Lycium chilense, Chuquiraga erinacea, Chinus johustonii, Hyalis argentea, Condalia microphylla, Brachyclados megalenthus, Mulinum spinosum, Senecio filaginoides, Larrea divaricata, Chuquiraga hystrix, Cyclolepis genistoides y Prosopidastrum globosum, entre varias especies más.
Entre el estrato subarbustivo se destacan por su mayor presencia: Paronychia chilensis, Hoffmanseggia trifoliata, Acantholippia seriphioides, Baccharis darwinii, Baccharis melanopotamica, Perezia recurvata, Condalia microphylla, Guttierrezia solbrigii, Tetraglochin caespitosum, Nassauvia fuegiana y Boopis anthemoides, entre otras. Por último se nombrarán algunos vegetales integrantes del estrato herbáceo que son comunes de observar en esta enorme superficie que ocupa el Área Protegida Península de Valdés. La mayoría pertenecen al grupo de las gramíneas y dentro de éste son abundantes las del género Stipa, generalmente conocidas como coirones tales como Stipa tenuis, S. humilis, S. Neaei, S. speciosa, S. longiglumis, del género Schimus también hay varias especies entre la que se destacan por su abundancia Schimus barbatus y S johnstonii. Este estrato es muy rico en su variedad por lo que sería demasiado tedioso enumerar a todas. En los estratos bajos es muy común la gran similitud entre algunas especies, lo que hace que muchas de éstas carezcan de nombre común o se utilice el mismo nombre para designar a más de una especie.

Fauna
Fauna invertebrada marina
Es muy abundante la fauna marina invertebrada que ocupa el espacio intermareal o supralitoral compuesta principalmente por mejillones como Mytilus platensis o M. edulis, algunos de los más comunes en nuestras costas; los denominados mejillines como Brachidontes rodriguezi o Perumytilus purpuratus; lapas; cholgas, siendo Aulacomya ater una de las más comunes; cangrejos representados por uno de sus géneros más comunes el Cyrtograpsus; cirripedios como los conspicuos del género Balanus; caracoles como la nasa globosa (Buccinanops globulosum), o los integrantes de la Familia Muricidae muy abundantes en las costas patagónicas; las fisurelas, es decir lapas con su caparazón que presenta un orificio superior; vieiras como la abundante Chlamys tehuelchus; quitones; almejas; estrellas de mar con un total de especies registradas que asciende a las 1.500 aproximadamente, erizos también muy numerosos con casi un millar de especies reconocidas, centollas y otros.

Fauna vertebrada terrestre y martina
La Provincia del Chubut posee verdaderos relictos de fauna vertebrada, especialmente en lo que se refiere a la fauna costera. Numerosas colonias de lobos marinos de un pelo (Otaria flavescens), del de dos pelos (Artocephalus australis) y la más importante del territorio argentino de elefantes marinos (Mirounga leonina), siendo estas especies residentes permanentes de las costas chubutenses. Hay otros pinnípedos cuya presencia es ocasional como ocurre con el leopardo marino (Hydrurga leptonyx), la foca cangrejera (Lobodon carcinophagus), la foca de Weddel (Leptonychotes weddelli), algunas de estas especies tienen distribución cosmopolita y otras son de regiones más meridionales, Antártica por ejemplo, y circunstancialmente puede producirse algún avistaje de las mismas.
Del grupo de las ballenas se destaca significativamente la presencia en un período del año - los machos, las hembras lo hacen cada tres- de la ballena franca austral (Eubalaena australis). En el año 1984 se sanciona la Ley Nacional N° 23.094 por la cual se declara a la mencionada especie Monumento Natural Nacional, con los que se garantiza su protección absoluta, sólo permitiéndose visitas explicativas o la investigación científica. De la misma forma que ocurría con los pinnípedos, en las ballenas también encontramos especies conspicuas como la ballena franca austral y otras que pueden ocasionalmente acercarse a las costas chubutenses. Ellas son : la ballena Bryde (Balaenoptera edeni), la ballena minke (Balaenoptera acutorostrata), la ballena azul (Balaenoptera musculus) el mamífero más grande entre los sobrevivientes, el rorcual común (Balaenoptera physalus) y la ballena jorobada (Magaptera novaengliae), estando las tres últimas especies nombradas con estatus de Vulnerables, según la UICN(1996). La ballena franca pigmea (Caparea marginata) es de muy rara aparición y está incluida en el listado de fauna (anexo 8, tabla 2)que acompaña al Plan de Manejo del Sistema Península de Valdés, elaborado por las autoridades provinciales del área específica. En este listado, dentro de Orden Cetacea, se mencionan cinco familias más, con un total de 22 especies, cuya probabilidad de acercarse a las costas patagónicas es remota (orcas, delfines, toninas zifios, marsopas y cachalotes). Hay una pequeña población de orcas (Orcinus orca) que se observa desde las costas del sur de la provincia de Buenos Aires hasta el norte de Chubut, pero no lo es en forma habitual La lista de mamíferos continúa con especies de hábitos continentales, entre las que son más numerosos los roedores. Sólo se hará mención de las especies más conspicuas o por el contrario, cuyas poblaciones son escasas u ostentan algún grado de amenaza como ocurre con la comadrejita patagónica (Lestodelphis halli), el moloso gris de orejas anchas o común (Tadarida brasiliensis), el zorrino patagónico (Conepatus humboldtii), la mara (Dolichotis patagonum)-Vulnerable-, el guanaco (Lama guanicoe), considerado Potencialmente vulnerable (Canevari y Balboa, 2003). Otras especies que están en le territorio chubutense son el gato del pajonal (Lynchailurus pajeros)- Vulnerable-, el gato montés común (Oncifelis geoffroyi), el puma (Puma concolor) ,el zorro colorado o zorro patagónico (Dusicyon gymnocercus), el zorro gris (Dusicyon gymnocercus) y el hurón menor (Galictis cuja).Especies más típicas de la zona del bosque andino son el gato huiña (Oncifelis guigna), el huillín (Lontra provocax) cuyo estatus nacional lo considera En peligro, la rata-topo valdiviana (Geoxus valdivianus), el murciélago patagónico (Myotis chiloensis), el pudú (Pudu puda) considerado Vulnerable en el ámbito nacional y el huemul (Hippocamelus bisulcus), con estatus nacional de Amenazado y es otra especie declarada Monumento Natural Nacional, el monito del monte o kongoy (Dromiciops australis), y algunas especies más que habitan algunas en la Selva Valdiviana, como la denominan en buena parte de su extensión, o en la región esteparia.
La aves se constituyen en el segundo atractivo, detrás de la ballena franca, y especialmente los pingüinos de Magallanes (Spheniscus magellanicus) con colonias que son muy numerosas. Accidentalmente pueden arrimarse a las costas marinas de Chubut el pingüino rey (Aptenodytes patagonicus), el pingüino de penacho amarillo (Eudytes chrysocome) y el pingüino de pico rojo (Pygoscelis papua). Las especies que se enuncian a continuación fueron extraídas del anexo 7, tabla 1, de mencionado Plan de Manejo, y sólo se hará mención de algunas que en dicho trabajo figuran como residentes en la región. En esta situación se encuentran, entre otras, el macá grande (Podiceps mayor), el macá plateado (Podiceps occipitalis) el cormorán roquero (Phalacrocorax magellanicus), el cormorán imperial (Phalacrocórax atrceps), once especies de patos son residentes permanentes como el pato crestón ( Lophonetta specularioides), pato cuchara (Anas platelea), pato zambullidor chico (Axyura vittata). De las familias Laridae y Sternidae, nidifican en la Provincia la gaviota cocinera (Larus dominicanus), gaviota capucho de café ( Larus maculipenis), gaviotín golondrina grande ( Sterna hirundinacea) y el gaviotín real ( Sterna maxima). Entre las rapaces se citan como habitules al águila mora (Geranoatus melanoleucus), el gavilán ceniciento(Circus cinereus), el aguilucho cabeza negra(Buteo albicaudatus), el halcón peregrino (Falco peregrinus) y entre los chorlos que, muchos son migradores desde el hemisferio norte, encontramos al chorlo pampa (Pluvialis dominica), chorlito vuelve piedras (Arenaria interpres), chorlito de doble collar (Charadrius falklandicus), el chorlito semipalmado el chorlo trinador (Numenius phaeopus), el chorlito unicolor (Calidris bairdii), el chorlito enano (Calidris pusilla) y el de patas amarillas (Tringa flavipes), entre varias especies más. La presencia de tantos Charadriformes en distintas zonas de Chubut, con mayor énfasis en la Península de Valdés, hace de la misma un sitio excepcionalmente valioso desde el punto de vista ornitológico y para la conservación en general. El orden de los Passeriformes no es menos numeroso, presentando, como los No Passeriformes, especies que son típicas de la zona de la Selva Andinopatagónica, de la zona esteparia y de las costas marítimas. El carpintero araucano (Picoides lignarius), el carpinatero patagónico (Campephilus magellanicus), la remolinea araucana(Cinclodes patagonicus), el rayadito (Aphrastura spinicauda), el chucao (Scelorchilus rubecula), el siete colores patagónico (Phrygilus patagonicus), el zorzal patagónico (Turdus falccklandii), la cachaña (Enicoghnatus ferrugineus) son algunas de las muchas especies que habitan la selva surandina. Saliendo de este ámbito y entrando en la estepa son conspicuos el gaucho pardo (Agriornis murina), el choique o ñandú petiso (Pterocnemia pennata) y la martineta común (Eudromia elegans), la dormilona común (Muscisaxicola macloviana), el canastero de garganta negra (Thripophaga patagonica), la monjita castaña (Neoxolmis rufiventris), el torito pico negro (Anairetes parulus), la diuca común (Diuca diuca), el cabecita negra de corbata ( Spinus barbatos o Carduelis barbatos según los autores), el pecho colorado grande (Sturnella loyca) y el yal amarillo ( Phrygilus carbonarus), entre muchas otras especies.
La culebra andina (Tachymenis peruviana) y otros ofidios y la zona de la estepa patagónica es rica en lagartos y lagartijas como el geko patagónico (Homonata darwinii), la lagartija (Liolaemus fitzingeri), el matuasto o chelko (Diplolaemus darwini), son algunos integrantes de la hertofauna de Chubut.
Entre la batracofauna se destaca el sapo andino (Bufo spinolosus), la no hace mucho descubierta por la ciencia rana gárgola (Alsohdes gárgola), la ranita de Darwin (Rhinoderma darwini), la rana verde austral (Hylorina sylvatica), el sapito cuatro ojos (Pleurodema thaud), el sapo del bosque (Bufo variegatus).
El Área Protegida Península Valdés por su gran extensión y su rica biodiversidad alberga la gran mayoría de la fauna marina mencionada.
En la Isla de los Pájaros hay unas 10 especies que nidifican en el área entre las que hay gaviotas, gaviotines, cormoranes, pingüinos, ostreros, chorlos y otros grupos.
En Punta Norte se encuentra el único asentamiento continental del mundo de elefantes marinos (Mirounga leonina). En Punta Delgada , el extremo opuesto de la Norte, se observa una colonia de lobos marinos de un pelo (Otaria flavescens) y de elefantes marinos (Mirounga leonina). En Puerto Pirámides se ubica otra concentración de aves marinas y lobos marinos de un pelo. En Caleta Valdés, una larga lonja de tierra que está separada del continente por el mar, se concentra una importante colonia de pigüinos de Magallanes y de elefantes marinos. En la zona esteparia de la península es común poder observar manadas de guanacos (Lama guanicoe) y bandadas del ñandú petiso o choique (Pterocnemia pennata)

Alternativas turísticas
Una geografía privilegiada, conformada por montañas, bosques andinos, lagos, playas, costas acantiladas y una gran península muy peculiar, hacen de Chubut una provincia sumamente atractiva que se enriquece aún más con una historia apasionante, como lo fue la colonización galesa y los restos paleontológicos y arqueológicos, constituidos como importantes atractivos turísticos. Dos hermosos Parques Nacionales amparan un sector relictual de los bosques andinopatagónicos y sus majestuosos lagos; ubicado en el extremo noroeste está Lago Puelo y un poco más al sur Los Alerces con paisajes de ensueño y muchas posibilidades de recorrerlos en excursiones lacustres, por caminos vehiculares, a caballo y simplemente caminado por numerosas sendas habilitadas para tal fin. Ambas áreas protegidas cuentan con infraestructura necesaria como para satisfacer al turista más exigente. La practica de la pesca con mosca de la trucha arco iris y del salmón está permitida y el andinismo también es una posibilidad, aunque más restringida. Y en el Parque Nacional Lago Puelo, gracias a que posee un microclima cuyas máximas de verano pueden llegar a 35°C – registrando el agua con esa temperatura externa unos 20° C – se puede bañar en sus aguas en el sector que justamente llaman “La Playita”. La localidad más importante próxima al Parque Puelo es El Bolsón -16 km- y Esquel, a 35 km, lo es al Parque Los Alerces.
Rawson, la capital provincial, ofrece algunos puntos de interés como el Museo Regional Bon Bosco y Sarmiento, con una importante muestra restos paleontológicos y elementos de la conquista del desierto; el Parque Recreativo General San Martín, sobre el río Chubut, que posee un jardín zoológico, acuario, una casa de té típica de la zona y otras atracciones. La ciudad de Trelew es otra importante urbe de la Provincia de Chubut como, mucho más al sur, lo es Comodoro Rivadavia, con características de ciudad más o menos grande y posee varios museos interesantes. La práctica de las pesca deportiva en la costa marítima es una posibilidad que se puede concretar en gran parte del territorio provincial. En cuanto a Reservas Naturales se refiere, los chubutenses supieron aprovechar muy bien este recurso, creando varias áreas provinciales donde, generalmente, existen apostaderos de lobos marinos, elefantes marinos, pingüineras con varios miles de ejemplares, la Isla de los Pájaros es una de las más importantes donde además de colonias de pingüinos de Magallanes tienen asentamiento varias especies más como cormoranes, gaviotas, garzas brujas y algunas especies de patos. La Reserva Punta Tombo es la que concentra la mayor población de pingüinos estimándose que superan el millón de ejemplares. Puerto Madryn, ubicada en la costa del Golfo Nuevo, es una ciudad que adquirió renombre por la proximidad al lugar donde se produce el avistaje de la ballena franca austral, fenómeno que congrega cientos de miles de turistas todos los años en la época propicia, entre mayo y octubre aproximadamente, en que estos cetáceos pueden verse a corta distancia con las embarcaciones autorizadas para tal fin.
Puerto Madryn y Pueto Pirámides son dos lugares donde se puede practicar buceo por las óptimas condiciones de las aguas del Golfo Nuevo, contando con prestadores de ese servicio con experiencia y seriedad, máxime cuando se trata del tan ansiado “bautismo submarino”. El rafting es otra actividad que puede desarrollarse en los rápidos del río Corcovado, cuyo nivel de dificultad tiene categoría internacional 3, con la que puede iniciarse sin inconvenientes un novato. Los prestadores de este servicio proveen de todos los elementos necesarios para la este deporte, incluyendo la vestimenta. La temporada de rafting comienza en noviembre, cuando el río aumenta su caudal por los deshielos, y finaliza en marzo. El esquí tiene su lugar predilecto en el Centro de Actividades de Montaña La Hoya, un complejo invernal ubicado muy cerca de la ciudad de Esquel. La infraestructura moderna con que cuenta este centro de esquí lo convierte en uno de los mejores de Argentina.
Una de las curiosidades que provoca más interés en los visitantes es el famoso tren “La Trochita”, llamado así por sus escasos 75 centímetros entre ambas vías y que se considera el único en el mundo de estas características que aún funciona con fines turísticos exclusivamente. Parte de Esquel y termina el recorrido en la localidad de El Maitén, aunque se puede optar por recorridos más breves.
El área natural que tratamos – Reserva Natural Península de Valdés – es la más importante de todo el “Corredor de la Costa” por su gran biodiversidad y su enorme extensión, unas 350.000 hectáreas aproximadamente. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Dentro de está gran superficie se encuentran otras áreas protegidas para diferentes especies de mamíferos o aves marinos. Los lugares más destacados donde puede observarse fauna con suficiente cercanía y, provistos de un buen teleobjetivo, también llevarnos el recuerdo a través de una buena fotografía son : Punta Pirámides con una gran lobería, Caleta Valdés que concentra una población de elefantes marinos y la posibilidad de ver alguna orca, Punta Norte – a 90 kilómetros de Puerto Pirámides- es un lugar donde se concentran lobos y elefantes marinos, Isla de los Pájaros es un sitio donde se concentran para nidificar diez especies de aves. En la parte central de la península también pueden observarse variada fauna como guanacos, choiques, zorros y maras por sólo nombrar los más comunes. Resumiendo, la oportunidad que brinda Península de Valdés para tomar contacto con la naturaleza son casi exclusivas, al menos en lo referido a fauna marina.

Recursos culturales
Tal vez, el principal recurso cultural de una región lo constituya la historia del asentamiento humano en la misma. Se ha escrito mucha bibliografía sobre los primitivos habitantes de la patagonia, de uno yl otro lado de los Andes, por lo que no resulta fácil sintetizar en pocas líneas todo ese bagaje de información de los períodos pre y posthispánico, pero intentaremos dejar sentados algunos lineamientos generales.
Las primeras aldeas en los Andes del sur se instalaron entre los siglos X y VI antes de Cristo y su estilo de vida perduró por más de 2.000 años (Albeck, 2000). Respecto a la denominación de las distintas culturas en necesario esclarecer sobre los nombres que se daban entre sí, los que luego le asignó el conquistador y los sitios que ocuparon. Para ello seguiremos lo explicitado en el capítulo ” Los pueblos originarios” de la obra El gran libro de la Patagonia:

Pehuenches : se les llamó a los grupos habitantes de los Andes entre los 37° de Lat. S y el Lago Huechulafquen y zonas en Ñorquín y Nahuel Huapi.
Chiquillanes: los habitantes ubicados al norte de los nombrados en primer término.
Puelches o Guénaken: eran los asentados entre los ríos Negro, Limay y Chubut y la costa atlántica.
Che-het: fueron los aborígenes de la costa marina del Salado al Chubut, formando con los anteriores la nación de lengua pampa conocidos con Serranos.
Pampas primitivos: habitaban al norte del río Negro (divididos en taluhet y dihuihet)
Patagones, Chóneca o Tehulches, ubicados al sur del río Chubut.
Respecto al período más remoto de la vida de los habitantes de estas latitudes lo que se conoce es gracias al importante aporte del estadounidense Junius Bird que recorrió minuciosamente la Patagonia en su extremo austral. Luego sus estudios fueron enriquecidos por el trabajo del matrimonio francés Laming-Emperaire, muy coincidente en sus conclusiones con el anterior. Bird realizó un importante hallazgo en el que había conjuntamente restos de un grupo humano, de megafauna del Cuaternario, entre los que cabe hacer mención de un tipo de caballo. Junto a estos restos había utensilios de piedra y de hueso. A grandes rasgos, se puede decir que la economía de estos grupos era esencialmente cazadora, y su tecnología, por lo tanto, adaptada a este tipo de subsistencia y debieron llevar un tipo de vida nomádico (Rex Gonzáles, 1993). Sólo unos pocos siglos antes de la conquista debió introducirse la alfarería, pero aún así, es un elemento que no abunda demasiado(Rex González, 1993). En cuanto a los chóneca o patagones que ocuparon desde el río Chubut hasta la Provincia de Tierra del Fuego, donde se vincularon con los onas, formaban una infinidad de tribus nómades, independientes unas de otras, pero que constituían grupos geográficos quizás con designaciones especiales. Hay una enorme dificultad en rehacer el contenido cultural de los chónecas (Serrano,2000). Los testimonios dejados por Pigafetta, tienen un interés particular, por ser las primeras crónicas y porque los chónecas aún no habían sufrido influencia de los puelches o guénaken que habitaban del río Chubut hacia el norte. Respecto de las viviendas, dice el nombrado cronista, que consistían en un gran toldo formado por cueros de guanaco cosidos entre sí y colocados sobre una serie de palos verticales. Su vestido era un manto rectangular formado por pieles de guanacos y otros animales, presumiblemente zorros y maras. Su estatura era, muy probablemente, la mayor del resto de los aborígenes del territorio argentino, pero no obstante ha habido exageración en las apreciaciones en este sentido por parte de los conquistadores. Se sabe que utilizaban la boleadora, aunque este elemento lo habrían heredado de las tribus ubicadas al norte. La lengua de los patagones o chónecas tendría tres dialectos y se conocen muchas pinturas rupestres en el territorio por donde se desplazaban (Serrano, 2000).
Respecto a los guénaken o puelches, que como ya se señaló, ocupaban la parte septentrional de la patagonia tenían una economía basada esencialmente en la caza como las de las otras culturas que habitaron la región. La vivienda es el toldo, tan generalizado entre las tribus pampas, siendo diferentes en su formato, dado que algunos eran cuadrangulares, cupuliniformes o piramidales. Según testimonios de Sánchez Labrador en el siglo XVIII ya se veía el uso de cuero de caballo en las tolderías. Testimonios de distinta épocas coinciden en que se pintaban el cuerpo y la cara y que a semejanza de los patagones su vestimenta estaba compuesta por una manta cuadrangular hecha con cuero de guanaco. Algunas referencias históricas dicen que las tribus del actual territorio de Río Negro conocían la alfarería. Tomaron de los araucanos la costumbre de fumar y hacían una bebida fermentada, pero supuestamente no conocían sustancias narcotizantes.
Los araucanos
Los araucanos – llamados a si mismos mapuches- son el último asentamiento indígena que se produce en territorio argentino. Provenientes de Chile, su inmigración ha sido relativamente reciente y ha ocasionado grandes cambios culturales en los pueblos que habitaban las llanuras pampeanas, partes de las patagónicas ( noroeste) y también un amplio sector ocupado por los Andes, teniendo, aproximadamente, como límite sur,el norte de la actual provincia de Santa Cruz. Al pasar al este de los Andes los araucanos abandonaron el hábito del cultivo y se dedicaron a la caza, la recolección y a la rapiña (Canals Frau, 1986). Sus armas fueron las boleadoras, un especie de honda y lanzas muy largas. La alfarería estaba poco desarrollada y las mujeres practicaban el tejido. La lengua fue la misma que se utilizaba al oste de la cordillera y es muy empleada en la toponimia de Argentina como de Chile.
Entre los numerosos viajeros europeos que recorrieron la Patagonia, figura el célebre Charles Darwin, quien un su “Diario del viaje de un naturalista alrededor del mundo”, plasmó estas inolvidables palabras:
"No hay nadie que hallándose en estas soledades deje de conmoverse y sentir que en el hombre existe algo más que el mero aliento material de su cuerpo. Al evocar imágenes de lo pasado veo cruzar a menudo ante mis ojos las llanuras de la Patagonia y, con todo eso, están generalmente como yermas e inútiles. ¿Por qué estos áridos desiertos han echado tan profundas raíces en mi memoria?"

Cómo llegar
Tomando como punto de referencia la ciudad de Rawson se indican a continuación los itinerarios para llegar a la capital chubutense. Desde las ciudades ubicadas más al sur sobre la costa atlántica o próximas a ella la RN N° 3 es la más adecuada para acercarse al lugar propuesto.
La RN N° 25 une el sector noroeste de Chubut – Esquel,El Maitén, Leleque, Tecka, José de San Martín, entre otras- con la ciudad capital.
Desde las provincias litoraleñas deberán aproximarse primero a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y desde ésta parte le mencionada RN N°3, que nos lleva al destino luego de recorrer 1.490 km.
Desde la ciudad de San Juan habrá que pasar previamente por la capital mendozina a la que la comunica la RN N° 40. De Mendoza hay que tomar la RN N° 143 hasta su intersección, ya en territorio pampeano, con la RP N° 13 hasta Bahía Blanca y luego seguir por la RN N°3, que como se ha indicó, es camino obligado para buena parte de los que provengan del este de Argentina.
Desde las ciudades de San Luis, Córdoba, La Rioja, Santiago del Estero y otras localidades próximas a las mismas, deberán pasar previamente por Santa Rosa, la capital de La Pampa, y dirigirse hacia el sur por la RN N°35 hasta la ciudad de Bahía Blanca desde donde ya se indicó como arribar a Rawson.
Para llegar a la Reserva Península de Valdés desde Rawson hay que tomar la RN N°3 hacia el norte y pocos kilómetros después de Puerto Madryn- cerca de 20- sale a nuestra derecha la RP° 2 , que penetra de pleno en la Península y luego varias rutas de tierra permiten recorrerla cómodamente.

Problemas de conservación
En el Plan de Manejo Península de Valdés se clasifican por categorías los problemas de conservación. Esto nos parece demasiado minucioso para el trabajo que presentamos, por lo que se tomarán los que a nuestro criterio pueden ser preponderantes de cada categoría. En primer término se señala la falta de una política general sobre los pobladores del ámbito de la reserva, es decir que involucre a todos los organismos estatales, organizaciones no gubernamentales y a los propios habitantes del lugar. También se señala la falta de una política definitiva sobre la reglamentación de la pesca y la maricultura. En otro sentido se señala como una problemática sin resolución la falta de una autoridad responsable única para toda la Reserva y por ende, de esto surge una mala coordinación entre los organismos responsables. Además se indica que hay insuficiente control efectivo del área y que los ingresos económicos generados por la propia Reserva no se invierten en beneficio del manejo de la misma. Luego se señalan una serie de dificultades vinculadas a la conservación del recurso como la falta de protección de las áreas marítimas que usa la fauna para alimentarse porque esto genera un conflicto con el sector pesquero, dificultad de fiscalización en propiedades privadas y, entre otros planteos, la falta de cuidado en áreas que son muy frágiles.
Respecto al turismo se indican muchas falencias en lo que hace a su control, ordenamiento, regulación, su buena atención que incluye el manejo de idiomas extranjeros por parte de los prestadores para los requerimientos de los turistas de distintas nacionalidades que se acercan al lugar.
Como cuestiones vinculadas con la infraestructura se señala la carencia de buena señalización vial y turística, de sistemas de prevención de incendios y la falta de conciencia en la población sobre el significado de un área protegida. No obstante hay que aceptar que la enorme superficie del área hace más difícil todo lo que sea contralor y manutención de la infraestructura y que la falta de toma de conciencia de los que es un área protegida es general, o sea que incluye a los turistas de argentina al menos, y no es un problema sólo del habitante de Puerto Madryn y sus adyacencias. Y es tan perjudicial ese desconocimiento por parte del lugareño como por parte del visitante.
Dadas las falencias señaladas se están implementando algunas medidas tendientes a minimizar esos inconvenientes. Debe tenerse muy presente que somos depositarios de un bien que debemos custodiar para toda los habitantes del planeta, desde que la UNESCO nos honrara con la designación de Patrimonio de la Humanidad a la gran Península Valdés.

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Investigación y Textos: Gabriel Omar Rodríguez


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