EDICION
PROVISORIA
- EN PROCESO
DE DIAGRAMACION
Faro Querandi
En el sudeste bonaerense, las costas marinas fueron altamente impactadas por la instalación de un gran número de balnearios consecutivos, que van desde el extremo sur de la Bahía del Samborombóm, con la ciudad de San Clemente del Tuyu, hasta casi unos trescientos kilómetros al sur, donde yace la ciudad de Miramar. En este extenso espacio hubo muchos lugares –hoy desaparecidos o muy modificados- donde se formaron grandes dunas, de carácter fijo y vivas, constituyendo un ecosistema muy particular. Hace pocos años el Municipio de Villa Gesell, junto a otras instituciones del lugar, decidió poner a salvaguarda una zona relictual de los mencionados dunales y creó la Reserva Faro Querandí, que está conformada por extensas dunas y tupidos montes de árboles exóticos que se hallan próximos al emblemático Faro. Habría varios ecosistemas en el área, a saber: la playa, las dunas vivas, las dunas fijas, vestigios de pastizal pampeano, una zona de bañado y los bosques implantados con especies exóticas. En 1922, en lo que hoy es el sur del Partido de Villa Gessell, se erigió el Faro Querandí, solitario en medio de amplios medanales. En 1916 se había instalado en el mismo lugar la baliza homónima, que fue luego reemplazada por el faro. La construcción del faro no fue fácil, hubo que llevar los materiales hasta ese lugar en carretones, porque nunca hubo caminos de acceso, a lo sumo una huella. Esta construcción hace un destacable aporte de índole cultural al área comentada.
Categoría
Se trata de una reserva natural municipal.
Ubicación
Sobre las costas de la provincia bonaerense, en su parte media, a muy pocos kilómetros de la ciudad veraniega de Villa Gesell y en jurisdicción del Partido General Madariaga, encontramos la Reserva Faro Querandí. Sus coordenadas geográficas aproximadas son: 37º 13’ Lat. S. y 56º 56’ de Long. O.
Se extiende sobre unos 20 kilómetros de playa y tiene un ancho variable que promedia los 3 kilómetros.
Superficie
El área prospectada se expande sobre 5757 ha. Tiene como objetivo específico proteger el ambiente de las dunas, con poquísimas áreas en la Argentina que se ocupan de este ecosistema y, de las pocas existentes, alguna sólo lo cubren parcialmente.
Fecha e instrumento legal de creación
La Ordenanza Municipal Nº 1487 crea en área “Reserva Natural Municipal Faro Querandí”.
Relieve
La República Argentina tienen una extensión de 4.655 kilómetros de costa marítima -excluidas las Islas Malvinas y del Atlántico Sur. Y de esa gran extensión solo 180 kilómetros de este basto territorio corresponden a playas con dunas, con lo que se puede deducir que este ecosistema está poco representado en el territorio argentino.
Esta formación geológica, tiene en su recorrido entre dos y tres kilómetros de ancho; y va desde el cabo San Antonio, al norte, hasta la desembocadura de la Laguna de Mar Chiquita, al Sur. Si continuamos hacia el sur se observa una angosta línea de playa blanquecina, parcialmente interrumpida por los acantilados que permanentemente talla la abrasión marina y los espolones rocosos de las últimas estribaciones serranas, que se hunden en el mar a la altura de Cabo Corrientes y zonas vecinas. (Iglesias de Cuello, 1982). Y, siguiendo por el litoral hacia el sur,
encontramos algo más de 4.100 kilómetros de costa de acantilados con pequeñas playas en algunas partes. Las costas marítimas continúan a los largo de unos 300 kilómetros más sobre el Canal de Beagle, con montañas que llegan casi hasta el mar.
Geológicamente, se denominó Formación Faro Querandí, a la que tuvo lugar en la región medanosa a la que nos referimos (Schnack, et al., 1982). Las morfologías de estas dunas van cambiando de sur a norte hasta alcanzar mayor expresión topográfica en Faro Querandí y, al sur de Mar del plata, existe otra barrera de dunas de aproximadamente la misma edad, que se emplazó en el tope de antiguos acantilados (Boschi y Cousseau, 2004).
Los médanos son de arenas medianas a finas con un significativo componente de bioclastos provenientes del mar, las playas tienen mayores componentes bioclásticos gruesos que se interdigitan con los médanos como abanicos de sobrelavado (Isla, 1997).
La zona también presenta playas, depresiones intermedanosas y ondulaciones de posbarrera. Los médanos de acuerdo con la altura, se pueden estimar de un espesor máximo entre 25 a 30 metros (Boschi y Cousseau).
Oceanografía
El sector bonaerense del Mar Epicontinental Argentino tiene una superficie de unos 230.000 km2 entre los paralelos de 35º y 41º Lat. S, incluye el litoral y la plataforma de la provincia de Buenos Aires. Su ancho fluctúa entre 210 kilómetros frente a Mar del Plata, 280 km frente al Cabo San Antonio y 480 km a la altura de Carmen de Patagones. De acuerdo con su batimetría se distinguen tres áreas: la Plaraforma costera, comprendida entre la costa y la isobata de 20 a 40 metros, excepción hecha de la zona situada entre las latitudes de 36º Lat S y 39º S, donde la profundidad llega a más de 50 m; la Plataforma intermedia, entre las profundidades anteriores y la isobata de 90 m, que es la que más extendida, y la Plataforma externa que se extiende hasta el borde del talud (Olivier, 1974)
La fisiografía de la costa es moderada, con playas arenosas compuestas en un 40% por granos incoloros de cuarzo y plagioclasas, otro 20% por clastos cuya superficie está teñida de hematita o limonita, y también fragmentos de roca volcánica, magnetita y otros elementos (Canevari, et al. 1998).
El fondo esta constituido principalmente por arena y fangoarena con algo de vegetación sedentaria (algas mayores) y otros sectores poseen sedimentos de diatomeas y conchilla (Canevari, et al. 1998). La morfología litoral y submarina desempeña un importante papel en la determinación de los ambientes marinos, ya que ello incide en la temperatura, salinidad y turbidez de las aguas y en su mayor o menor contenido de nutrientes que permiten el desarrollo de la vida. La zona litoral, es decir la comprendida entre los límites de las mareas, es adecuada para el desarrollo de aquellas formas de vida adaptadas a subsistir en condiciones subaéreas o de inmersión.
Por debajo del nivel del mar se distinguen dos ambientes, el nerítico y el oceánico; juntos constituyen la zona pelágica, en cuya capa episuperficial se dan los procesos de fotosíntesis y por debajo sólo es posible la vida de aquellos seres que consumen sustancias orgánicas generadas en la capa con luz (Chiozza & Figueira, 1982).
Reservorios de aguas
La estructura de las dunas permite una rápida filtración del agua de lluvia sin variación de sus cualidades químicas. En la zona superior, las dunas captan las lluvias y debido a la alta permeabilidad del material que las compone –arenas finas a medianas- el agua es infiltrada rápidamente.
Clima
Por su latitud, la Villa Gesell, está inscripta en la región pampeana, pertenece a una zona templada, estando afectada por la influencia de los vientos del sistema de altas presiones del Atlántico Sur y los vientos cargados de humedad originados por la proximidad del mar. También en ocasiones recibe vientos secos y frescos del sector oeste, conocido como “pampero”, y vientos netamente fríos del sector sur. Considerando sus rasgos climáticos, el área se ubica dentro de los climas templados con influencia oceánica, con un continuo intercambio de masas de aire entre la interface tierra-mar.
Haciendo consideraciones de carácter más general se señala que el gran litoral marítimo y rioplatense hace que las aguas ejerzan un efecto moderador sobre las temperaturas en la zona próxima a la costa. También esta proximidad con la basta superficie marina la hace receptora de vientos húmedos locales. No obstante la principal influencia de las corrientes de aire es la que recibe por parte del ya mencionado anticiclón del Atlántico Sur y su carácter de gran llanura permite también la injerencia de otros vientos que circulan sin obstáculos geomorfológicos. Las lluvias se incrementan en el territorio bonaerense gradualmente desde el suroeste, con sólo unos 400 mm anuales, al noreste con más de 900 mm. Este conjunto de factores comentados precedentemente, permiten configurar cuatro tipos de climas Templados: húmedo al noreste, subhúmedo en la parte central, semiárido al suroeste y una cuarta caracterización que influye sobre las inmediaciones del Cabo Corrientes –y, como ya se indicó afecta a la Reserva prospectada- que es el clima templado con influencia oceánica.
Flora
En esta área protegida encontramos espacios ocupados por plantaciones realizadas por el hombre que forman bosques de árboles exóticas como varias especies de pinos (Pinus pinea, Pinus radiata y Pinus pinaster); el ciprés lambertiana o ciprés de Monterrey (Cupresus macrocarpa), especie originaria de la Bahía de Monterrey en California y muy empleada cono árbol ornamental -en esta zona analizada fue muy afectado por el hongo (Coryneum cardinales) que puede dar muerte al árbol-; acacias (Acacia longifolia) y la acacia (Acacia trinervis), grupo de árboles llamados generalmente acacias o aromos (por sus flores perfumadas) que incluyen unas 1.200 especies pantropicales;y la que se encuentra en la zona analizada es muy empleada como fijadora de dunas (Lahitte & Hurrell.1999); el álamo blanco (Populus alba), especie oriunda deEuropa del Sur, donde se desarrolla mucho en las valles de los ríos de la cuenca occidental del Mediterráneo, Europa Central y Oriental y en Asia Occidental. En la Argentina además de la costa bonaerense se lo sembró en Mendoza y zonas contiguas. También se observa otra especie – generalmente híbrida- denominada álamo ( Pópulos euroamericano) y tamarindos (Tamarix gallica). A la especie Pinus pinea, según narra la tradición, pertenece el pino que yace en el convento de San Lorenzo, bajo el cual el General San Martín firmó el parte de la renombrada batalla y que fuera sembrado por los jesuitas (Lahitte y Hurrell, 2001).
En pequeños “manchones” se puede ver el espartillo (Spartina ciliata)- característica de dunas vivas-con espigas dispuestas en panojas alargadas, que contribuye a la fijación de médanos; el boleo (Senecio crassiflorus), que se extiende por el sur de Brasil, Uruguay y norte y centro de la Argentina (Cabrera, 1978); el tupe ( Panicum racemosum) – también en dunas vivas- de igual distribución que la especie anterior y se constituye en potente fijadoras de dunas y el hunco (Androtrichum trigynum) y la brea o suncho (Tessaria absinthioides) en dunas bajas y depresiones intermedanosas no muy húmedas (Bilenca & Miñarro, 2004), que también se expande por el litoral desde el sur de Brasil hasta el litoral bonaerense. Otra especies conspicuas son la alverjilla amarilla (Adesmia incana) y el pasto hilo (Poa lanuginosa), propias de dunas fijas. En suelos arenosos y con napa freática cercana, crece la “reina” de los pastos, la magnífica cortadera (Cortadeira selloana), enorme gramínea en forma de mata que luce inmensos penachos en época de floración (Erize, 1993).
Donde se forman bañados encontramos predominantemente totoras (Typha sp.) y juncos (Juncus acutus), entre otras especies de estos ambientes.
También, entre las especies exóticas se aprecian varios tipos de árboles frutales.
Fauna
Evidentemente las dunas constituyen un ecosistema muy particular donde las condiciones para la vida no son óptimas. La vida animal y vegetal requiere de importantes adaptaciones para sobrevivir en ese ambiente hostil. Por esta misma razón es un ambiente en que también se hallan endemismos, como ocurre, en nuestro caso, con la lagartija grácil (Liolaemus gracilis), pequeña y de tonos pardos y verdosos, con líneas longitudinales , más o menos notables, en los laterales de color blanquecino bordeadas de dos franjas de tono oscuro. Esta especie, como las que se comentarán a continuación, se caracterizan por sus movimientos muy veloces. La lagartija verde de los médanos (Stenocercus pectinatus), era muy característica de la zona de Mar del Plata, pero hoy se la considera casi extinguida. Otras dos lagartijas pueden ser observadas en el área protegida que analizamos: la lagartija de los médanos (Liolaemus multimaculatus), que como su nombre latino de la especie lo indica presenta variadas máculas de tono pardo más oscuro que el del resto del cuerpo, y la lagartija de la arena (Liolaemus wieghmanni) con dos líneas grisáceas que atraviesan longitudinalmente su cuerpo sobre un fondo parduzco; que es la más común en lo médanos de las costas de la República del Uruguay. Hay un tucu-tucu que habita zonas cercanas a las costas y arenosas que es el tucu-tucu de los talares (Ctenomys talarum), que como lo indica sus nombre es conspicuo de la zona de los talares bonaerenses, pero puede llegar a rondar la zona prospectada. Sí es más habitual de médanos con arenas finas el tucu-tucu bayo (Ctenomys australis), de color bayo claro con la cabeza más oscura. Un ofidio, la falsa yarará (Lystrophis dorbignyi), es común en los médanos y su descripción sería: grandes manchas regulares marrón oscuro, rodeadas de una línea más clara que el fondo castaño; posee además tres manchas en la cabeza en forma de V; el hocido respingado y el vientre rojo y negro alternados (se diferencia de la yarará -Bothrops ammodytoides- por ausencia de foseta loreal; escamas lisas y vientre con mucho rojo) (Giambelluca, 2001).
Entre los moluscos hay que mencionar dos especies conspicuas el berberecho (Donax hanleyanus) y la almeja amarilla (Medsodesma mactroides) que está amenazada (Bilencia & Miñarro, 2004).
Aunque, en general, en los informes de las áreas que se realizan en este Sitio nunca se aborda la fauna entomológica, por tratarse la presente, de un área de características especiales por el ecosistema principal que ampara: las dunas donde es poca la vida que se desarrolla y por ende, importante cada forma para el equilibrio del ecosistema, nombramos algunos insectos muy conspicuos: el escarabajo que le llaman “torito” (Diloboderus abderus); la catanguita grande (Nucteria sp.) que se caracteriza por dejas huellas en la arena (Vida Silvestre, 2004); el grillo (Gryllus argentinus); el tenebrio (Praocis sp.) y la catanguita chica (Scotobius sp.), la mayoría de los cuales en verano soportan las altas temperaturas que alcanza la arena en parte superficial de los médanos y deambulan cómodamente inmersas en ellas.
En la costa marítima se observan varias especies de aves muy comunes en toda la costa bonaerense, además respecto a la ornitofauna pueden verse muchas de las especies que se mencionan la muy próxima Reserva Mar Chiquita.
Recursos culturales
Sin lugar a dudas, uno de los componentes culturales del área prospectada, lo constituye una construcción arquitectónica: el Faro Querandí.
Estas construcciones, especies de torre alta con luz en la parte superior, sobre las costas tienen por fin orientar a la navegación durante la noche. Este sistema data de tiempos muy remotos y se lo utilizó y, aún hoy se sigue usando, en todas partes del mundo. Están divididos en Faros de Primer orden, espaciados en general en unos 70 kilómetros (14 leguas marinas) que sirven para reconocer los parajes, y para los buques que llegan de alta mar. Los de Segundo Orden indican los escollos, bahías y radas y los de Tercer Orden señalan las pasas, la embocadura de los ríos y la entrada de los puertos. Cada orden de faros tiene sus luces especiales: los unos son de luz fija e iluminan constantemente todos los puntos los puntos del horizonte; otros son de luces giratorias o intermitentes. En éstos últimos, el tiempo que separa un destello de otro es constante para cada orden de faros y da el carácter distintivo de la luz. Otros dan una luz fija variada por destellos periódicos muy brillantes. Los colores más usados para las costas son el blanco y el rojo.
En nuestro litoral marítimo hay cerca de 70 faros, muchos en funcionamiento y otros fuera de servicio pero adaptados hábilmente como alojamientos para turistas e incluso los hay de muy buen nivel de prestación.
Desde 1922, en lo que hoy el sur del Partido de Villa Gessell, se erigió el Faro Querandí, solitario en medio de amplios medanales. En 1916 se había instalado en el mismo lugar la baliza homónima, que fue luego reemplazada por el faro. La construcción del faro no fue fácil, hubo que llevar los materiales hasta ese lugar en carretones, porque nunca hubo caminos de acceso, a lo sumo una huella. En la década de 1920 se plantaron los pinos, aromos y acacias que dieron al paraje es aspecto menos desolador.
Este fiel centinela tiene 54 metros de altura y es posible llegar a su cúspide, transponiendo una escalera de 276 escalones, desde donde es posible observar las dunas vivas en constante movimiento. La cúspide está a 64 m.s.n.m. y es considerado uno de los mayores de Sudamérica de estructura abierta.
Hoy es motivo de visitas de turistas y la comunidad de Villa Gessell está orgullosa de poseer un emblema de la historia de la navegación en los mares del sur.
Alternativas turísticas
Como todo área natural protegida cumple con la trascendental misión de poner en contacto al hombre –especialmente el proveniente de las grandes metrópolis, generalmente muy alejado de poder tomar contacto con elementos naturales- con la naturaleza, la que puede colmar su espíritu con emociones y sensaciones que únicamente experimenta aquel que se dispone a desentrañar sus misterios, indagar sus porqués, hurgar cada rincón, cada espacio y cada vegetal o animal que se anteponga en su camino.
Acá, en la Reserva Faro Querandí, estamos ante un panorama que a simple vista, amén de su valor escénico, parece no ofrecer muchas otras cosas de la naturaleza. Sin embargo, recorra el texto que dedicamos a la fauna y a la flora y verá que hay muchas criaturas que tienen su hábitat en estas desoladas dunas. Vasta con observar un rato un punto determinado y seguramente aparecerá alguna de las varias especies de lagartijas que viven en medio del arenal, o un insecto que como si fuera un sobreviviente de un derrumbe asoma su cuerpo a la superficie para nuestro asombro. Ejemplos como los anteriores pueden darse varios. Pero esto sólo pretende darle una pista como para que usted sea el descubridor y pueda sorprender con el “clic” de su cámara a ese intrépido tucu-tucu que asoma cauteloso sus diminutos ojos u observar con detenimiento el vistoso plumaje de una gaviota y de un biguá. Es decir los lugares donde practicar el birdwatcher son muchos y donde disfruta de excelente tomas fotográficas, muchos más.
Hay un cuerpo de guardaparques que se ocupan de asesorar a los visitantes, informándole cuales son las actividades que se pueden realizar sin perjudicar al ecosistema de dunas. Dadas las características de usos múltiples que tiene la reserva, es posible interpretar y disfrutar la naturaleza sin destruirla.
La visita al faro y su ascenso hasta la parte más alta es un atractivo turístico que demandan mucho los turistas. Las características de esta valiosa obra arquitectónica se pueden leer en el ítem “recursos culturales” .
La famosa localidad balnearia de Villa Gesell posee una enorme cantidad de posibilidades de distracción, amén de sus inmensas playas, donde se conjuga armoniosamente calles comerciales, zonas de hermosos chalet, confiterías, restaurantes, boliches bailables, casino, salas de pool, cine, practica de deportes acuáticos y un sinfín de posibilidades que han convertido a Gesell en el destino veraniego de más de cien mil personas al año.
Cerca hay otras localidades con muchos atractivos como lo es Pinamar, Mar Azul, Mar de las Pampas y, algo más al sur se ubica la albufera de Mar Chiquita, declarada Reserva de la Biosfera. La villa Mar Chiquita posee excelentes casa de fin de semana y otras habitadas permanentemente por los “buscadores de soledades”. Se trata de un lugar sumamente apacible donde el estrecho contacto con la naturaleza se da sin limitaciones de ninguna índole. El padre Falkner fue el primero en explorar esta zona, según consta en sus memorias, y era llamada por los aborígenes con una palabra que significaba “mar chico”. En un lugar hay un hermoso punto panorámico que permite apreciar la gran albufera y a lo los lejos, los edificios de Mar del Plata.
Cómo llegar
Para llegar a Villa Gesell:
1) Desde el sur del país, las capitales de las provincias de Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut y Río Negro la ruta de acceso directo es la RN Nº 3, hasta Benito Juárez, desde donde parte la ruta provincial Nº 74 con rumbo a la localidad de General Madariaga. Acá, se toma la RP Nº 56, que tras recorrer un corto tramo nos lleva a la Ruta 11, que une las distintas ciudades balnearias como Villa Gessel, Pinamar, Cariló llegando hasta Mar del Plata.
.
2) Desde Neuquén una de las opciones es circular por la RN 22 hasta Bahía Blanca y desde ésta continuar por la RN 3 y luego seguir los pasos indicados en el párrafo anterior.
3) Desde Mendoza debemos tomar la RN 7 y próximo a la ciudad de Luján es interceptada por la RP Nº 6 que más allá de La Plata se inserta en la RP. Nº 2 que va a Mar del Plata. En la localidad de Las Armas parte con rumbo a la costa la RP 74, que nos lleva a Pinamar y Villa Gesell.
4) Partiendo de cualquiera de las siguientes ciudades : San Salvador de Jujuy, Salta, San Miguel del Tucumán, Santiago del Estero y Córdoba, la RN Nº 9 nos conduce en forma directa a la Avenida general Paz, límite de la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, la que a su vez tomándola hacia el sur en poco recorrido los carteles no marcan el acceso a la Autopista Urbana 6, que se continúa en la que une Buenos Aires con La Plata-Mar del Plata, y luego termina siendo la RP Nº 2, siguiendo como ya se indicó precedentemente.
5) Desde las provincias litoraleñas- ciudades de Posadas, Resistencia-Corrientes y Paraná la RN 12 arriba en la proximidad de la ciudad de Zárate a la RN Nº 9 y desde ahí se sigue como se indica en el apartado anterior.
Contacto
Para informarse sobre la Reserva Faro Querandí una forma con buen resultado es contactarse con la Asociación Amigos de la Reserva al teléfono (02255) 474 400. Otra posibilidad de contacto es través del Sitio en Internet del Municipio de Villa Gesell, cuya dirección es: www.gesell.com.
Problemas de conservación
La costa de la provincia de Buenos Aires en un largo tramo que se inicia al sur de la Bahía de Samborombón – San Clemente del Tuyú- y aproximadamente finaliza –para luego continuar más al sur- en Miramar, sufrió importantes alteraciones por el gran conglomerado urbano que se desarrolló a los largo de unos 300 kilómetros. Prácticamente en esta parte nada quedó sin alterar y son verdaderamente relictuales los espacios con terrenos vírgenes cono se aprecian, en parte, en la Reserva Faro Querandí. Los médanos costeros como ecosistema está, entonces, escasísimamente protegido.
El área protegida que desarrollamos posee muchos espacios con vegetación exótica y también animales de esa condición como la liebre europea (Lepus eropaeus), el chancho cimarrón (Sus scrofa), que para bien, según las últimas noticias recibidas, ya quedan muy pocos, y algunos animales domésticos asilvestrados como perros y pájaros traídos de Europa, aparte del ya famoso gorrión. Todas estas cosas que pueden parecer sutilezas para muchos, suman la larga lista de intervenciones en el sofisticado mecanismo de las leyes ecológicas.
Por todo esto es plausible la iniciativa de la comunidad de Villa Gesell, encabezada por sus autoridades comunales, de pretender poner a salvaguarda un pequeño sector de dunas prístinas. Es de esperar, que se llevan controles estrictos para que la afluencia de gran cantidad de turismo no altere esta reliquia natural y muchas generaciones que nos sucedan puedan apreciar cómo era originalmente ese espacio de nuestro territorio.
Bibliografía
Bilenca, D. y F. Miñarro. 2004. Identificación de Áreas valiosas de Pastizal. En las pampas y campos de Argentina, Uruguay y sur de Brasil Programa Pastizales. Fundación Vida Silvestre Argentina. Buenos Aires.
Boschi, E. E. y M.B. Cousseau (editores) . 2004. La vida entre mareas: vegetales y animales de las costas de Mar del Plata, Argentina. Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero. Secretaría de Agricultura y Desarrollo Pesquero. Mar de Plata. Argentina.
Cabrera, A. L. y E.M. Zardini. 1978. Manual de la flora de los alrededores de Buenos Aires. Editorial ACME. Buenos Aires.
Cei, J. M. 1986. Reptiles del centro, centro –oeste y sur de la Argentina. Herpetofauna de las zonas áridas y semiáridas. Monografíe IV del Museo Regionale di Scienze Naturali. Torino. Italia.
Chiozza, E. y R.Figueira (Dirección). 1982. Provincia de Buenos Aires. En: Atlas Total de la República Argentina. Atlas Físico. Vol. 2. CEAL. Buenos Aires, Argentina.
Echeverría. R. P. s / f. Salvemos las playas argentinas. Editorial Abril. Buenos Aires.
Frenguelli, J. 1950. Rasgos generales de la morfología y geología de la provincia de Buenos Aires. MOP-LEMIT, Serie II, 62. La Plata
Gallardo, J.M. 1977. Reptiles de los alrededores de Buenos Aires. Eudeba. Buenos Aires.
Isla, F. I. 1997. Procesos de canibalización de la barrera medanosa entre Faro Querandí y Mar Chiquita. Revista de la Asociación Geológica Argentina 52, 4: 539-548. Buenos Aires.
Lahitte, H. B. y J. A. Hurrell (directores). 1999. Árboles Urbanos. Biota Rioplatense IV. Editorial L.O.L.A. Buenos Aires.
Lahitte, H. B. y J. A. Hurrell (directores). 2001. Árboles Urbanos 2. Biota Rioplatense VI. Editoral L.O.L.A. Buenos Aires.
Lavilla, E.O., Richard, E. & G.J. Scrocchi. 2000. Categorización de los Anfibios y Reptiles de la República Argentina. Asociación Herpetológica Argentina. Buenos Aires.
Lúquez, J. A. 1987. Informes de las Inspecciones Realizadas en Zonas de Extracción de Arenas de la Playa del Partido de Villa Gesell, Delegación Minera, Municipalidad de Villa Gesell.
Loredo, M. de los A. s / f. Ecosistema de dunas costeras. Inf. Inéd.
Lúquez, J.A. 1987. Característica Morfológicas de la Playa, una contribución a su conocimiento, Delegación Minera, Municipalidad de Villa Gesell.
Marcomini, S. y R. López. 1995 . Estrategias para el Manejo Costero de Villa Gesell, Argentina. Inf. Inéd.
Narosky, T., A. Di Giácomo y B. López Lanús. 1990. Notas sobre aves del sur de Buenos Aires. Hornero 12 (4): 281-285.
Parera, A. 2002. Los mamíferos de la Argentina y la región austral de Sudamérica. El Ateneo. Buenos Aires.
Ringuelet, R. A. & R.H. Aramburu. 1957. Enumeración Sistemática de los vertebrados de la provincia de Buenos Aires. En , Publicaciones del Ministerio de Asuntos Agrarios Nº 116. La Plata.
Schanack, E.J, Fasano, J.L. e F. Isla. 1982. The evolution of Mar Chiquita, lagoon, Privince of Busnos Aires, Argentina. EN: Colquhoun, D. J. (ed). Holocene Sea-Level Fuctuation: Magnitudes and Causes. IGCP 61, Universidad Santa Carolina, Columbia, SC: 143 – 155. USA.
Tinto, J. C. 1977. Utilización de los recursos forestales argentinos. Instituto Forestal Nacional. Folleto Técnico Forestal Nº 41. Buenos Aires.
Vida Silvestre. 2004. Dunas costeras de la Argentina y del Uruguay. Sección del Escritorio al Campo. Nº 90. Fundación Vida Silvestre Argentina. Buenos Aires.
Yrigoyen, M. 1975. Geología de la Provincia de Buenos Aires. En Relatorio VI Congr. Geol. Arg., Bs. As.: 139-168.
Investigación y Textos: Gabriel Omar Rodriguez
Copyright
©
Patrimonionatural.com
Prohibida
su reproducción
por cualquier
medio
para fines
comerciales,
sin la
autorización
expresa
del editor.
Las fotografías
son propiedad
de sus
autores.
Prohibida
su reproducción
por cualquier
medio
sin autorización
expresa
de los
mismos. |