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Mar Chiquito

Reserva de la Biosfera - Buenos Aires
 

EDICION PROVISORIA - EN PROCESO DE DIAGRAMACION

Mar Chiquito

Esta Reserva de la Biosfera está ubicada en la llanura pampeana, extendiéndose sobre 56 kilómetros de Costa Atlántica, incluyendo la Albufera de Mar Chiquita. Ocupa una zona de transición de las regiones naturales Pastizales de la Pampa Húmeda y la Costa y Mar Argentino según la clasificación Natenzon (1994). La allbufera representa un sistema acuático de agua salada, con una gran variedad de ambientes tales como lagunas, dunas, cordones de conchillas, enormes cangrejales, planicies y llanuras periféricas, amplias zonas de pastizales hidrófilos, un amplio espacio intermareal y otras manifestaciones topográficas que otorgan al área una riqueza biológica muy destacable que le dio lugar al otorgamiento, en 1996, de esta categoría de reserva internacional.

Categoría

Reserva de la Biosfera.
El concepto de reserva de la biosfera nace del Programa del Hombre y la Biosfera, cuya sigla es MAB (Man and the biosphere), y es implementado por la UNESCO. Este programa tuvo su origen en la “Conferencia Intergubernamental de Expertos Sobre las Bases Científicas Para el Uso y Conservación Racional de los Recursos de la Biosfera” llevada a cabo en París en el año 1968. Las Reservas de la Biosfera son un elemento central de este programa (Iribarne, et al,2001). El concepto básico sobre el cual se sustenta el Programa es considerar que el hombre es parte integrante de la naturaleza, por lo que los estudios y manejo de sistemas ecológicos deben hacerse con el objetivo de lograr un desarrollo sustentable. En base a este principio ,se puede definir a las Reservas de la Biosfera como espacios que incluyen ecosistemas costeros o terrestres en los que se trata de compatibilizar la conservación de los recursos naturales con el uso sustentable de los mismos. Estas áreas deberán cumplir un rol importante como centros para estudios e investigación y de educación ambiental, teniendo siempre como fin último el desarrollo sustentable.
Las reservas de la biosfera están sujetas a la soberanía exclusiva del Estado en la que está situada y por lo tanto sometida únicamente a la legislación nacional, formando una Red Mundial en la cual los Estados participan de manera voluntaria.

Ubicación

Está ubicada en el sudeste de la Provincia de Buenos Aires, partido de Mar Chiquita,  sobre 56 kilómetros de costa Atlántica, incluyendo la Albufera de Mar Chiquita. Sus coordenadas geográficas son: 37º 44’  a  37º 33’ de Lat. S y  57º 18’  a  57º 26’ de Long. O. La localidad más próxima es Mar Chiquita, situada en el extremo sur de la Laguna  del mismo nombre y a unos 40 kilómetros hacia el sur encontramos la ciudad de Mar del Plata.

Superficie

Comprende un área de 26.488 hectáreas.

Fecha e instrumento legal de creación

En el año 1996, el comité respectivo del MAB la incluye en la lista de Reservas de la Biosfera.

Relieve

La morfología de buena parte del territorio bonaerense corresponde a la región pampeana, cuya característica principal es presentar una gran llanura formada por acumulación, predominantemente de sedimentos de origen continental. De origen marino, sólo se presenta una franja costera litoral, que incluye a la Reserva de la Biosfera con una  variedad de ambientes que le otorgan gran riqueza en su biodiversidad. Tales fisonomías son grandes extensiones de playas que se extienden por cientos de kilómetros, una zona de cangrejales que ocupa un gran sector de la Bahía del Samborombón y la albufera de Mar Chiquita, cordones medanosos y de conchillas, los humedales que circundan a la Laguna principal y las llanuras con pastizales.
El manto sedimentario, generalmente recubierto por una capa de loess. Es de espesor variable y se apoya sobre un basamento rígido que yace a diferentes profundidades, ya que se fracturó en bloques de comportamiento diferencial (Chiozza y Figueira, 1982). Esto dio lugar a la formación de la depresión tectónica que originó el río Salado, conocida como Pampa Deprimida, que cubre  un amplio sector del noreste provincial que en la parte oriental, en la desembocadura del mencionado río en la Bahía del Samborombón, donde la ya mencionada línea de dunas y elevaciones de conchillas obran como contenedoras del agua que circula hacia la costa rioplatense y favorecen la formación de lagunas. Otra región se denomina Pampa Ondulada y se trata de un bloque levantado que se extiende al noreste del Salado cayendo con suave pendiente hasta el borde de la escarpada barranca que enmarca el valle del Paraná. El nombre deriva de una serie de ondulaciones resultantes del modelo impreso por la gran cantidad de ríos y arroyos que excavaron en el pasado amplios valles aterrazados por lo que escurren zigzagueantes y, a causa del movimiento de ascenso de la zona, entallando sus cauces en la terraza baja, sobre la que desbordan en ocasión de lluvias excepcionales (Chiozza y Figueira, 1982). La zona noroeste de la provincia es una llanura medanosa con gran cantidad de lagunas y bañados que se sitúan en zonas circundadas por médanos. Al estar el sustrato impermeable muy próximo a la superficie se dificulta la infiltración y estos espejos de agua pueden desaparecer por evaporación – al ser muy llana la región- o en caso de grandes lluvias provocar inundaciones.  Otra región fisonómica es la planicie elevada o interserrana que se extiende hacia el oeste y sur de las anteriores y como su nombre los señala se caracteriza por una gradual elevación del terreno hasta formar serranías, pocos cursos de agua, presencia de lagunas salitrosas y de dunas. Al noreste de la región se ubica el antiguo sistema de Tandilla que, con rumbo noroeste-sureste, se extiende desde la depresión del Vallimanca hasta la costa atlántica, con cerros bajos y aplanados en sus cimas. Otra formación serrana integra el Sistema de Ventania – del Paleozoico -, al suroeste del territorio provincial y de mayor altura que la anterior. Desde estas elevaciones hacia el sur el terreno desciende hasta llegar al mar donde se encuentra la bahía Blanca. Ambas márgenes de la bahía presentan relieve cóncavo que se prolonga tierra adentro en el valle tectónico que ocupa el salitral Vidriera (Chiozza y Figueira, 1982). Hacia el sur se observa una zona de mesetas escalonadas y cubiertas  por rodado y arena.

Hidrografía

La parte norte del litoral bonaerense está bañado por las aguas del Río de Plata, receptor de una gran cuenca fluvial y debe considerárselo como una continuidad morfológica e hidrológica del Paraná y también recibe las aguas del río Uruguay. También vierten sus aguas el río de La Matanza, el Samborombón y el Salado que penetra desde Santa Fe por el noreste de la Provincia y desemboca en la gran Bahía de Samborombón luego de recorrer unos 650 kilómetros. Al atravesar un área sumamente plana se forman a su paso lagunas y bañados, y en épocas de grandes precipitaciones llegan a él otros cauces con lo que se provocan serias inundaciones.
La parte sur del mismo litoral está bañado por las aguas del océano Atlántico y al sur de la Bahía del Samborombón desaguan en el mar ríos y arroyos cortos, originados en las Sierras de Tandil y de la Ventana como el Napaleofú, Quequén, Claromecó y Sauce Grande. Gran cantidad de lagunas se encuentran diseminadas por toda la Provincia, siendo las más importantes del sector oriental la de Mar Chiquita, Las Chilcas, Salada Grande, Chascomús, Chis –chis, Esquivel, Las Flores Grande, Lobos, Indio Muerto, Todos los Santos. Hacia la parte norte se destacan la Lagunas de Gómez, Mar Chiquita (bis),  La Salada, Telechea, San Pedro, El Recado, Las Tunas Grande, Las Tunas Chica, El Hinojo, Del Venado, Epecuén. Desplazándonos hacia suroeste aparecen Los Chilenos. Juancho. Alsina, Cochicó, Del Monte, Laspiur y Chasicó , entre muchas otras de menor tamaño.
En el sur la provincia de Buenos Aires está atravesada de noroeste a sudeste primero por el río Colorado y más al sur el Río Negro obra como límite con la provincia homónima.
La laguna de Mar Chiquita posee forma alargada de nornordeste a sursureste que se extiende sobre una superficie de unas 4.600 hectáreas. Está separada del océano por una amplia cadena de médanos desarrollados en el Pleistoceno y la conexión con el océano se produce por medio de un canal de aproximadamente 6 kilómetros de largo, 200 m de ancho y una profundidad que varía entre los 3 y 0,5 metros (Iribarne, 2001). Hidrográficamente la laguna tiene dos sectores marcadamente diferenciados: el cuerpo lagunar donde las variables de la marea no se insinúan y la zona afectada por las mismas en forma permanente, no pudiéndose establecer un límite preciso entre ambos sectores dado que este es muy variable. La profundidad es variable de acuerdo a factores ambientales como las mareas, vientos y  aportes subterráneos. De todas formas hubo mediciones diversas que permiten aproximaciones como la de estipular una profundidad media que oscila entre los 0,80 y 1,20 metros en las partes centrales y en la proximidad de las desembocadura este valor asciende a 2 a 3 metros (Fasano, et al. 1982).
El agua de la plataforma continental contigua a la laguna es de origen subantártico, diluidas a partir del aporte de aguas que ingresan a la plataforma a través de los Canales Fueguinos y el Estrecho de Magallanes (Lusquiños y Valdés, 1971). No obstante esta parte de la costa sufre la influencia de las aguas del Río de la Plata en época estival y de la corriente del Golfo San Matías en otros momentos.

Clima

Por su latitud, la laguna Mar Chiquita, inscripta en la región pampeana, pertenece a una zona templada, estando afectada por la influencia de los vientos del sistema de altas presiones del Atlántico Sur y los vientos cargados de humedad originados por la proximidad del mar (Iribarne, 2001). También en ocasiones recibe vientos secos y frescos del sector oeste, conocido como “pampero”, y vientos netamente fríos del sector sur. Considerando sus rasgos climáticos el área se ubica dentro de los climas templados con influencia oceánica, con un continuo intercambio de masas de aire entre la interface tierra-mar (Barry y Chorley, 1980).
Tomando estadísticas climáticas de la Estación Metereológica Mar del Plata; durante el período 1961-1990 se pueden enunciar algunos valores, teniendo en cuenta que la base metereológica dista a 25 kilómetros de la Laguna y no está sobre la costa, con lo cual algunos guarismos pueden sufrir leves variantes. Se indica para ese período como temperatura media anual  14º C. El mes más cálido resultó enero con una media de 20,3 º C  y el más frío julio, con una mínima media 8,1º C. La amplitud térmica media anual es de 12,2 º C y la humedad relativa media anual asciende al 80%.
Por otra parte haciendo consideraciones de carácter general para toda la provincia de Buenos Aires podemos señalar que el territorio bonaerense está íntegramente ubicado en la zona de clima Templado. El gran litoral marítimo y rioplatense hace que las aguas ejerzan un efecto moderador sobre las temperaturas en la zona próxima a la costa. También esta proximidad con la basta superficie marina la hace receptora de vientos húmedos locales. No obstante, la principal influencia de las corrientes de aire es la que recibe por parte del  ya mencionado anticiclón del Atlántico Sur y su carácter de gran llanura permite también la injerencia de otros vientos que circulan son obstáculos geomorfológicos. Las lluvias se incrementan gradualmente desde el suroeste, con sólo unos 400 mm anuales, al noreste con más de 900 mm. Este conjunto de factores comentados precedentemente, permiten configurar cuatro tipos de climas Templados: húmedo al noreste, subhúmedo en la  parte central, semiárido al suroeste y una cuarta caracterización que influye sobre las inmediaciones del Cabo Corrientes –y, como ya se indicó afecta a la Reserva de la Biosfera prospectada- que es el clima templado con influencia oceánica.

Flora

Durante mucho tiempo, distintos autores han esbozado clasificaciones fitogeográficas del territorio argentino. Entre las principales se puede mencionar a la de Hauman (1920,1931), Frenguelli (1941), Castellanos  y Pérez Moreau (1945), Parodi (en 1945 y 1964), Cabrera (desde la primera en 1951 hasta 1976) y últimamente se elaboró en el ámbito de la Secretaría de Medio Ambiente  y  la Administración de Parques Nacionales, un trabajo de clasificación en Eco-regiones elaborado por Burkart, et al. (1999), que es bastante coincidente con el de Cabrera, pero tiene algunas subdivisiones de las provincias que señala aquel autor. En estas páginas, en la mayoría de las monografías realizadas, se optó por esta última categorización. Hay bastante coincidencia entre todas estas clasificaciones, en incluir la mayor parte del territorio de la Provincia de Buenos Aires en el ámbito de una región que  llaman “pampa” o “pradera pampeana”. Este vocablo viene del quichua y significa algo así como “gran llanura” y por extensión, se aplicó también en otras zonas del país para señalar espacios con esas características. Siguiendo la clasificación de Burkart, el al, (1999) además de la Eco-región Pampa, el extremo sur se ubica en la Eco-región del Espinal y el extremo noreste, en un angosta franja se desarrolla la Eco-región del Delta e Islas del Paraná.
Localmente, la zona  aledaña a  Mar Chiquita, ha sido descripta por Faggi et al. (1997) y por Holtz (1995), describiendo la flora de la marisma y de los médanos de la desembocadura de la laguna, respectivamente. Además de estos ambientes hay amplia zonas con pastizal templado húmedo con predominancia de plantas herbáceas hidrófilas, algunos talares y zonas de monocultivos y de cría extensiva de ganado. Siguiendo la clasificación Vervoorst (1967) se distinguen los siguientes ambientes: la albufera en la que incluye el borde de la Laguna y los canales, arroyos y playas fangosas que la circundan en los que se observan ciperáceas como Cyperus reflexus, Carex bonarioensisi, Cyperus laevigaetus, C. eragrostis y muchas especies más,  y los bañados que son los cuerpos de agua cubiertos mayormente por vegetación, donde hay un notorio predominio del  Schoenoplectus californicus- junco- y en menor cantidad Zizaniopsis bonariensis, Solanum galucophyllum,  Senecio bonariensis -margarita de bañado-  , Ranunculus bonariensis, entre otras,  y en los lugares más profundos se destacan Myriophyllum platinoides, Potamogeton striatum y llamada cola de zorro Ceratophyllum demersum- cola de zorro, vulgarmente-. En lugares de aguas someras de desarrollan hidrófilas flotantes como Spirodela intermedia, la lentejita de agua Lemma valdiviana, el helechito de agua Azolla filiculoides que cubren grandes superficies de agua con un tono marrón rojizo y la hepática Ricciocarpus natans (Iribarne, 2001). La pastizales halófilos altos, es otra zonificación que el referido autor realiza de esta albufera, son áreas donde hay predominio de dos especies, la espartilla (Spartina densiflora) y el hunco (Juncus acutus), acompañadas de Salicornia ambigua. Otro ambiente lo denomina praderas saladas formadas por campos bajos con predominio de Stenotaphrum secundatum, Distichlis spicata  y  D. scoparia. También se observan ejemplares de Chaeototrepis elongata, Paspalum vaginatum, Ambrosia tenuifolia, Apium sellowianum, Imperata brasiliensis, Hydrocotyle bonariensis, Habenaria gourleiana y Sida lepresa y una gran cantidad de  gramíneas más. En algunos lugares se aprecian ciperáceas como Schoenoplectus chilensis y Eleocharis bonariensis acompañadas por Stenotaphrum secundatum, Pluchea sagitalis, entre otras. Luego  se diferencian los cortaderales donde abunda la Cortadeira selloana y en la Estancia Mar Chiquita, los terrenos más altos de conchillas son utilizados para pastoreo y prospera como vegetación natural Stipa papposa, S.neesiana, Stenotaphrum secundatum, Phyla canescens y Verbena intermedia,  sólo citando las principales (Iribarne, 2001). Hay formaciones pequeñas de talares (Celtis tala), que se extienden a lo largo de la costa bonaerense estando en estas latitudes su expresión más austral.
Sobre los terrenos arenosos del cordón costero se desarrolla vegetación psammófitas que según Cabrera (1941) podría considerarse un distrito independiente del sector de la estepa pampeana (Iribarne, 2001). Es típica de este ambiente una especie que contribuye a fijar los médanos, la Spartina ciliata; que suele estar acompañada de otras especies como Calycera crassiflora, que es una hierba perenne de hojas lanceoladas y con bordes espinosos muy frecuente en gran parte de las costas bonaerenses y Senecio crassiflorus, también abundante y se extiende hasta el sur de Brasil. Son muchas otras las especies que crecen en estos lugares arenosos, pero sólo se mencionó las dos especies más conspicuas.
En zonas relativamente  urbanizadas se observan abundante plantaciones de Eucalyptus spp. y  Pinus spp. y en las partes donde hay monocultivos son frecuentes las plantaciones de maíz (Zea mays), trigo (Triticum aestivum) y girasol (Helianthus annus) (Bó, et al, 2002).

Fauna

Las costas de los ambientes marinos de América mayormente, en muchos lugares se forman pastizales que están casi permanentemente bañados por las aguas, más en pleamar. En estos espacios llamados marismas suele haber una rica biodiversidad de fauna acuática a lo que se agrega que la mayor parte de los indicadores indirectos de biomasa y productividad muestran que las aguas de salinidad intermedia, como las que bañan la Reserva, son potencialmente muy productivas. El plancton del Río de la Plata ha sido objeto de estudios discretos en tiempo y espacio, tanto lo que respecta al fitoplancton y el zooplancton. La información aportada por estos estudios al conocimiento del plancton del área, se presenta en forma temática: estudios taxonómicos, ecología de fitoplancton en relación con la biomasa/nutrientes, fitoplancton nocivo y zooplancton (Canevari, 2002).
En la Reserva de la Biosfera Mar Chiquito, ocurre este fenómeno, cumpliendo un rol importante en ese ecosistema una abundante población de cangrejos  Chasmagnathus granulata  y gran variedad de invertebrados. Desde el punto de vista faunístico esta zona es relativamente bien conocida. Se han citado 43 especies de mamíferos (varios introducidos por el hombre), 274 especies de aves, 26 de reptiles, y 18 de anfibios. Una laguna típica de la región alberga a unas 20 especies de peces, pero considerando a las de presencia ocasional, se obtiene un total de 45 especies conocidas para la cuenca. Aún carecemos de una lista actualizada de los peces marinos costeros de la provincia de Buenos Aires, no obstante en el sector externo del Río de La Plata y su frente marítimo se mencionan unas 83 especies, de las cuales seis son de agua dulce (Canevari, 2001).
La laguna Mar Chiquita es un ambiente mixohalino, es decir de salinidad variable y dependiente de la proximidad o lejanía de la zona más próxima al contacto con el Atlántico. Es un ambiente algo más apto para especies marinas con un elevado rango de tolerancia a la baja salinidad. Hasta hace unos años sólo se habían citado de Mar Chiquita unos pocos peces de agua dulce, incluyendo el pejerrey de laguna (Odontesthes bonariensis), la mojarra (Astianax eigenmannniorum), el bagre sapo (Rhamdia cf. quelen y Jenysia cf. multidentata), que viven en la parte de la laguna más alejada del mar y con aporte de agua dulce (Ringuelet, 1969). En el extremo marino de la Laguna desemboca un cauce dulceacuícola importante, el arroyo Vivoratá, que contribuye a que estén presentes algunas especies no marinas (Menni, 2004). Según datos de Azpilicueta et. al (1998), en la laguna de mar Chiquita se registró la presencia de  10 especies de agua dulce. Ellas son: la madufia (Platanichthys platana), la madrecita de agua (Jenysia multidentata), la mojarrita (Cheirodon interruptus), el overito (Cnesterodon decemmaculatus), la mojarra  (Hyphessobrycon anisitsi), la chanchita (Cichlasoma facetum), el dientudo (Oligosarcus jenynsi), bagarito (Pimelodella laticeps) y Rhamdia quelen. La presencia de Hyphessobrycon anisitsi Platanichthys platana en Mar Chiquita son las citas más australes de ambas especies (Menni, 2004). En la albufera se capturan habitualmente 18 especies de peces marinos y hay referencias ocasionales del tiburón gatuso (Mustelus schmitti) y de una especie de Myliobatis (Menni, 2004).
Respecto a la herpetofauna cabe consignar que su estudio en términos generales ha sido siempre relegado. El grado de conocimiento sobre la ecología de este grupo de tetrápodos de los ecosistemas pampeanos es muy desigual. Los primeros trabajos sobre esta fauna en el sudeste bonaerense se ubican en la obra de Cei (1980, 1993) más general para amplias regiones de la Argentina y Gallardo (1974 Y 1977), para la provincia de Buenos Aires. El enunciado de las herpetofauna para la reserva de la Biosfera Mar Chiquito se toma de la compilación y edición  efectuada por Iribarne (2001) y en particular por Laura Vega (UNMDP, 2001). La diversidad referida a los anfibios y reptiles de esta Área Protegida queda de manifiesto con las siguientes cifras: hay 10 especies de anfibios anuros y 17 de reptiles divididas de la siguiente forma: tres tortugas marinas, 5 lagartos y 9 serpientes. Para arribar a estos resultados de efectuaron varios relevamientos que cabe mencionar. El primero se realizó del 1993 a 1995 (Bellagamba y Vega, 1995); estos autores continuaron relevamientos muchos años después. Entre agosto de 1999  y  diciembre de 2000 se registró la presencia de ofidios (Berón y Vargas, inédito). Los anuros catalogados son el sapo común (Bufo arenarum), el llamado sapito de jardín (Bufo dorbigny), el escuerzo (Ceratophrys ornata), la rana criolla (Leptodactylus ocellatus), la ranita silbadora (Physalaemus fernandezae), el escuercito (Odontophrynus americanus), la rana de bigotes (Leptodactylus mystacinus), las ranita nadadora (Pseudis minuta), a ranita hocicuda (Scinax squalirostris) y la ranita del zarzal (Hyla pulchella).
Los reptiles están presentes con las siguientes especies: la tortuga laúd (Dermochelys coriacea), tortuga cosmopolita de gran tamaño cuyo carapacho puede alcanzar 180 cm y está catalogada por la UICN con estatus En Peligro, habiéndose registrado su presencia en el Río de la Plata y en la costa marina en varios localidades hasta la desembocadura del río Quequén; la tortuga falso carey (Caretta caretta), también cosmopolita y de aguas cálidas y costera, en la Argentina hubo avistajes hasta Bahía Blanca. También es una especie considerada En Peligro por la UICN; la tortuga verde (Chelonia mydas), marina como las citadas anteriormente y de aguas cálidas. En las costas bonaerenses tiene su distribución más austral y estuvo muy amenazada por el consumo de su carne por lo que mereció estatus de En Peligro. Con la presencia de estas especies de tortugas En peligro de extinción se realza el valor del área como santuario de biodiversidad. Otros reptiles presentes son la lagartijas Liolaemus wiegmanni, Stenocercus pectinatus y Liolaemus multimaculatus, que son las la más conspicuas de los médanos con adaptaciones particulares para desarrollarse en ese medio, el común lagarto (Tupinambis merinae); la viborita de cristal (Ophiodes vertebralis); la culebra de línea roja (Liophis anomalus); la culebra verde y negra (Liophis poecilogyrus); la falsa yarará (Lystrophis dorbignyi); la culebra ojo de gato (Thamnodynastes hypoconia); las culebras Philodryas patagoniensis, Clelia rustica y Elapomorphus spegazzinii; las falsa coral Oxyrhopus rhombifer y Lystrophis semicinctus.
Al principio del desarrollo de la fauna hablábamos de la riqueza de las marismas, ahora al referirnos específicamente a la ornitofauna debemos señalar que la gran heterogeneidad de ambientes como playas de limo, de arena, médanos vivos, bañados, juncales, lagunas, talares, pastizales de holófilas y de cortadera, la marisma y el propio espacio intermareal son todos ambientes que propician la presencia de una cantidad de aves sorprendente – 274 especies- para un espacio no tan extenso.
El extremo sur de la Bahía de Samborombón, en las inmediaciones de Punta Rasa, es el lugar de mayor concentración de aves. Se destaca por su interés ornitológico, la presencia de chorlos y playeros, llamados también limícolas que migran del hemisferio norte para eludir el invierno de aquellas latitudes, y las especies que crían en el extremos sur y se trasladan hacia el norte en busca de territorios más calidos. La parte sur de la bahía -Punta Rasa- es utilizada, por algunas especies, como lugar de paso para reabastecerse y continuar viajes hacia zonas más meridionales. Lo mismo sucedería en el viaje de regreso. El platero rojizo (Calidris canutus) sólo hace uso de este sitio en su viaje de retorno dado que para que dirigirse al sur del continente utiliza otra ruta. Entre los emigrantes del hemisferio norte podemos mencionar: chorlo ártico (Pluviales squatarola), chorlo pampa (Pluvialis dominica), playerito blanco (Calidris alba), pitotoy grande (Tringa melanoleuca) y playero zancudo (Calidris himantopus). Contrariamente son de presencia más habitual la becasa de mar (Limosa haemestica), el playerito pectoral (Calidris melanotos), el pitotoy chico (Tringa flavipes), el chorlito palmado (Charadrius semipalmatus) y el playerito rabadilla blanca (Calidris fuscicollis). El chorlito doble collar (Charadrius falklandicus), el chorlo cabezón (Oreopholus ruficollis) y el chorlo pecho canela (Charadrius modestus) se encuentra entre los migradores que provienen del extremo sur de nuestro continente y se dirigen hacia el norte durante el otoño, llegando hasta el centro del país. El playerito esquimal (Numenius borealis), otrora visitante de los pastizales y playas bonaerenses, hoy se encuentra muy cercano a la extinción. Hay una importante presencia de especies de aves acuáticas que no pertenecen a este grupo de playeros o limícolas que sería extensa para enumerar pormenorizadamente, pero a título de ejemplo se enuncian las siguientes: la espátula rosada ( Ajaia ajaja), el flamenco (Phoenicopterus chilensis), el tero real (Himantopus melanurus), la cigüeña común (Ciconia maguari), el cisne de cuello negro (Cygnus melancoryphus), el coscoroba (Coscoroba coscoroba), varias especies de patos del género Anas, garzas, macáes, gaviotas, gaviotines y es destacable que estén presentes dos especies de los llamados burritos- habitan juncales- que se los considera amenazados, el Laterallus spilocterus y Coturnicops notatus. Podemos incluir un grupo de especies que usan como hábitat espacios arbolados y llegan a la Reserva de la Biosfera probablemente siguiendo la línea de talares y también hacen uso en el lugar de algunas especies arbóreas introducidas por el hombre. Entre estas especies se hace mención del gavilán común (Buteo magnirostris), la yerutí común (Leptotilia verreauxi), el cuclillo canela (Coccyzus melacoyphus), la golondrina parda (Progne tapera), el tordo de pico corte (Molothrus rufoaxiliaris), la tacuarita azul (Polioptila dunicola), el sietevestidos (Poospiza nigrorufa), el zorzal colorado (Turdus rufiventris), el pitiayumí (Parula pitiayumi), el coludito copetón (Leptastenura platensis) y el suirirí amarillo (Satrapa icterophrys), dejando de nombrar a muchas otras especies que acompañan a las nombradas. Por otra parte hay algunas especies andinopatágonicas que llegan a estas latitudes como el macá plateado (Podiceps occipitalis), el chorlo cabezón (Oreopholus ruficollis) y la caminera común (Geositta cunicularia) y otras especies más. En períodos de sequía que las aguas se retiran las playas del sector central se amplían y en estos bancos encuentra refugio especies como el gaviotín lagunero (Sterna trudeaui), el gaviotín golondrina (Sterna hirundo), el gaviotín sudamericano (Sterna hirundinacea),  gaviota capuche café (Larus maculipennis), rayador (Rynchops niger) y gaviota cangrejera (Larus atlantis) y algunos otras más.
Para comentar la mastofauna de el área prospectada nos remitimos al trabajo de Bó et. al. (2002). La información para determinar los mamíferos presentes se basó en revisiones bibliográficas, muestreos realizados en el área desde 1981 hasta 2002. La observación de egagrópilas y de restos de aves de presa nocturnas y diurnas, que es una de los procedimientos que aportó más resultados. Además se utilizó información de 30 censos de ruta de animales vivos y muertos realizados entre junio de 1996 y el mismo mes de 1997. De este estudio se constató la presencia de 28 especies de mamíferos agrupados en 8 órdenes (Bó et. al, 1996). Algunas de las especies registradas fueron el peludo (Chaetophractus villosus), la vizcaya (Lagostomus maximus) y la rata conejo (Reithrodon auritus), especies que frecuenta mayormente ambientes altos y, por el contrario, en ambientes inundables se halló al coipo (Myocastor coypus), la comadreja colorada (Lutreolina crassicaudata), la rata nutria colorada (Holochilus brasiliensis) y el carpincho (Hydrochoerus hydrocaheris). En distintos ambientes se ubicó al gato montés común (Oncifelis geoffroyi), el zorro gris (Lycalopex gymnocercus), el hurón menor (Galictis cuja), el zorrino común (Conepatus chinga), el cuis común (Cavia aparea), la mulita pampeana (Dasypus hybridus) que vive en pastizales abiertos del centro y norte de la Argentina, Uruguay y sur del Brasil; comúnmente cuenta con 6 ó 7 bandas móviles (Parera, 2002). A pesar que no muy lejos, en la Bahía de Samborombón, aún subsisten algunos ejemplares de ciervo de los pantanos Ozotoceros bezoarticus (Soriano et al., 1991), en la  Reserva de Biófera Mar Chiquito no se registró la presencia de este cérvido. Encontramos una especie endémica de los médanos bonaerenses, el tucu-tucu de los talares (Ctenomys talarum), y otros roedores como Oligorizomys flavescens, Calomys spp. y Akodon azarae. También están presentes especies de mamíferos exóticos como la liebra europea (Lepus europaeus), el jabalí (Sus scrofa), la rata negra (Rattus rattus), la rata marrón o de noruega (Rattus norvegicus) y la laucha (Mus musculus).
En el litoral marítimo bonaerense se han registrado 24 especies de cetáceos.

Recursos culturales

En la provincia de Buenos Aires por su papel protagónico durante un largo período de nuestra historia más reciente, tuvieron lugar muchos acontecimientos históricos vinculados con su propio pasado y con hechos que involucraron al Virreinato del Río de la Plata en su conjunto. Hacer una detallada relación de los mismos ocuparía extensas páginas, máxime teniendo en cuenta su protagonismo en la gesta de la nación Argentina.
Sí nos parece oportuno extendernos en los aspectos vinculados a los primeros habitantes de este territorio, que formaron parte de medio ambiente general de una forma más estrecha que la que se establece con el hombre moderno y su entorno.
Los habitantes originarios de las llanuras pampeanas estaban formados por distintas parcialidades, conocidos genéricamente como pampas en virtud de ocupar los territorios que por su característica de gran llanura de denomina de esa manera. Hacia mediados del sighlo XVI estos habitantes fueron influidos por lo araucanos, pueblo que prevenía de la región andipatagónica, y extendió sus territorios hasta el territorio bonaerense. Los que se instalaron en la zona más septentrional son los llamados pehuenches y en la parte sur estuvieron los guénaken, culturas a las que se hace referencia más en extenso en el mismo ítem de la Provincia del Neuquén.
Pero los grandes desplazamientos humanos se produjeron en los siglos posteriores cuando el extraordinario desarrollo del ganado cimarrón en las pampas, atrajo hacia ellas núcleos importantes de indígenas que poco a poco, por alianzas militares, matrimonios y simples intereses comunes cambiaron el panorama ético del territorio. Los mencionados pampas, con el correr del tiempo sufrieron el fenómeno conocido como araucanización, es decir, la gran expansión de los araucanos y su cultura logra el amalgamiento y posterior casi desaparición de los pampas. La ocupación de esos pueblos sureños fue el factor decisivo de la confusión en el estudio étnico de estas tribus como también en la nomenclatura de la parcialidades. No obstante durante mucho tiempo los pobladores del su Córdoba, San Luis y Buenos Aires siguieron utilizando el nombre de pampas para referirse a los habitantes de estas comarcas.
Respecto a la forma de vida de los llamados pampas se puede comentar que como medio de subsistencia utilizaron la a la caza del ciervo de las pampas o venado, que se practicaba a pie mediante corridas y luego eran ultimados con arcos y flecha y las boleadores, elementos que también formaban parte de sus armas bélicas. Con el cuero de estos animales construían sus viviendas y su indumentaria, de la que formaba parte el conocido quillango que cumplía la función de abrigo. Trabajaron la piedra con la que confeccionaban sus puntas de flechas y raspadores para el preparado de las pieles y también se encontraron elementos que se presume eran utilizados como martillos y también cuchillos. Conocieron la alfarería probablemente asimilada de los querandíes, que ocupaban oriental.

Estos últimos ocuparon el territorio comprendido entre el río Carcarañá, Santa Fe, y los ríos Salado y Saladillo – ya en territorio bonaerense-. Y por el este se expandieron hasta las costas de Paraná, donde ya se ubicaban los guaraníes en su dispersión más austral. También practicaban una economía de subsistencia consistente fundamentalmente en la caza y la pesca y sus viviendas, supuestamente por los vestigios encontrados por los españoles,  era de cueros de coipo. Estaban divididos en tribus mandadas por un cacique y capitanejos secundarios. Se desconocen sus creencias religiosos y costumbres funerarias.

Respecto a las investigaciones arqueológicas, la provincia de Buenos Aires hizo importantes aportes a través de numerosos yacimientos encontrados en distintas localidades. Entre éstas se destacan Miramar, Monte Hermoso- localidades estudiadas por el célebre científico don Florentino Ameghino-, Tandil y otras de menor importancia.

Alternativas turísticas

Desde el punto de vista turístico la zona de la  albufera y sus alrededores no constituyen un polo turístico. La villa Mar Chiquita posee excelentes casa de fin de semana y otras habitadas permanentemente por los “buscadores de soledades”. Se trata de un lugar sumamente apacible donde el estrecho contacto con la naturaleza se da sin limitaciones de ninguna índole. El padre Falkner fue el primero en explorar esta zona, según consta en sus memorias, y era llamada por los aborígenes con una palabra que significaba “mar chico”. En un lugar hay un hermoso punto panorámico que permite apreciar la gran albufera y a los lejos, los edificios de Mar del Plata, denominada “la feliz” por su incansable trajinar diurno y nocturno en temporada alta, baja y gran parte de los fines de semana, donde recibe desde siempre gran afluencia de gente. Sobre la RN Nº 11 se encuentra el pesquero San Gabriel y a unos 12 kilómetros de Mar Chiquita  aparece el lugar de pesca denominado Galán y unos 8 km más adelante –norte- está el pesquero San Antonio. Las piezas preferidas son el pejerrey, donde se observan los manchones que forman lo poliquetos que abundan en la zona, pueden obtenerse matungos, la corvina negra, la lisa y el lenguado. Un recorrido por Mar del Plata nos dejará muy satisfechos por encontrar una ciudad que lo tiene todo. Desde sus vistosísimas costas con alturas y descensos que le confieren un panorama muy pintoresco, bares, restaurantes, confiterías, lugares bailables, una prolija peatonal, el famoso casino, único cercano a Buenos Aires durante mucho tiempo, cines, teatros, espectáculos musicales, deportivos, un moderno aquarium y todo lo que se le puede exigir a una gran urbe turística de cualquier parte del mundo. El puerto se convierte en uno de los paseos predilectos, donde una gran cantidad de cantinas ofrecen comidas a base de pescado y mariscos frescos y las típicas embarcaciones de los pescadores son una postal infaltable en cualquier guía turística de la Argentina. Muchas playas tuvieron que ser protegidas contra el avance del mar con la construcción de espigones que las pusieron a salvaguarda.

En general desde el extremo sur de la Bahía de Samborombón, donde se ubica la ciudad balnearia de San Clemente del Tuyú, hasta más al sur de Mar del Plata- con la excepción de la gran superficie que ocupa la albufera de Mar Chiquita- hay una gran cantidad de balnearios de distinto tipo que concentran varios cientos de miles de veraneantes- sólo Mar del Plata a veces llega a albergar un millón de turistas durante la temporada estival-  a lo largo del varios cientos de kilómetros de playas sobre el  Atlántico.

Cómo llegar

Tomando como punto de referencia la ciudad de La Plata, capital provincial se arriba desde las principales ciudades del país por las rutas que se indican a continuación:

1) Desde el sur del país, las capitales de las provincias de Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut y Río Negro la ruta de acceso directo es la RN Nº 3, hasta Cañuelas, donde girando a nuestra derecha- este- tomamos la RP 6 hasta La Plata.
2) Desde Neuquén una de las opciones es circular por la RN 22 hasta bahía Blanca y desde ésta continuar por la RN 3.

3) Desde Mendoza debemos tomar la RN 7  y luego de ingresar a la Capital Federal se circula por la Autopista  6, que se continúa al final de su recorrido con la que va a la ciudad de La Plata.

4) Partiendo de cualquiera de las siguientes ciudades : San Salvador de Jujuy, Salta, San Miguel del Tucumán, Santiago del Estero y Córdoba, la RN Nº 9 nos conduce en forma directa a la Avenida general Paz, límite de la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, la que a su vez tomándola hacia el sur en poco recorrido los carteles no marcan el acceso a la Autopista Urbana 6, que se continúa en la que une Buenos Aires con La Plata, como ya se indicó precedentemente.

5) Desde las provincias litoraleñas- ciudades de Posadas, Resistencia-Corrientes y Paraná  la  RN 12 arriba en la proximidad de la ciudad de Zárate a la RN Nº 9 y desde ahí se sigue como se indica en el apartado anterior.

Tomamos como punto de referencia para llegar a la zona de la Reserva de la Biosfera, la localidad de Mar Chiquita. Desde la ciudad de La Plata, debe tomarse  la RP N 36 hacia el sur y poco después de la localidad de Pipinas se fusiona con la RP Nº 11. Por este asfalto se sigue hasta General Conesa. Desde esta localidad hay que circular por la RP Nº 56 que en Pinamar intercepta a la RP 11, y nuevamente seguimos esta ruta hacia el sur y luego de pasar por Villa Gesell  encontramos Mar Chiquita.

Problemas de conservación

El principal problema de conservación que afecta a esta Reserva de la Biosfera es la fragmentación, pérdida y degradación de sus ambientes por la acción antrópica, lo que reduce las posibilidades de desarrollo de la biodiversidad. Otro factor de deterioro ambiental es la caza furtiva abundante y las rutas que atraviesan el área, que se convierten en trampas mortales para mucha fauna, como ocurre muy comúnmente con el zorrino (Conepatus chinga) y la comadreja (Didelphys albiventris) – Bó, et al, 2002-.
La Laguna tiene alterado el flujo de intercambio de agua por un puente localizado a unos pocos kilómetros de la boca del espejo de agua (puente CELPA). Este puente fue construido en la década del 70 y, a los fines de circulación del agua, funciona como una represa disminuyendo notoriamente el drenaje hacia el mar (Iribarne, et al.,2001). Esta situación indirectamente es responsable de la proliferación del poliqueto invasor (Ficopomatus enigmaticus). Y uno de los daños más ostensibles para la fauna, especialmente las aves, es el uso inadmisible de los llamados deslizadores, que son lanchas con hélices de avión en la parte posterior para circular sobre los obstáculos del terreno, vegetación acuática principalmente, produciendo el ruido similar al de un helicóptero. Por ls menos sería deseable que estos aparatos eviten zonas de concentración de aves. Hay muchos envases de plástico que se acumularon en las zonas de cangrejales y seguirán acumulándose hasta que no se tome alguna medida para erradicarlos, pese a la dificultad que representa circular por los cangrejales. Como puede apreciarse no son pocos los problemas de conservación que afectan a esta área protegida con rango internacional. Las autoridades de la provinciales, deberían tomar urgentes medidas para corregir los males señalados antes que sea tarde y quedemos muy “mal parados” ante los ojos del mundo.
La  Provincia de Buenos Aires en su conjunto tiene  un alto porcentaje de su superficie alterada por la implementación de campos de cultivos  y ganadería -vacuna principalmente- con las modalidades de actividad intensiva y extensiva. Los espacios que conservan su ambiente natural son relictuales y de escasa superficie .Éstos se encuentran principalmente en algunos lugares del Delta del Paraná, zona de las Sierras de la Ventana, sector costero de la Bahía del Samborombón y  el extremo sur, esa pequeña prolongación que presenta el territorio provincial que incursiona en la estepa patagónica.

La erosión del suelo es muy alta. Uno de los principales fenómenos que la provocan son las inundaciones periódicas, combinadas con la roturación de los campos, los cuales no se deja descansar suficientemente para la recuperación de su fertilidad. La presión económica obliga a los propietarios a descuidar las condiciones de su recurso natural, lo cual acentúa el deterioro futuro de los suelos. Esta conducta realizada por miles de propietarios individuales ha transformado toda la región constituyéndose en un nuevo ambiente agro-ecológico, sobre el cual existen opiniones controvertidas sobre su sustentabilidad en el largo plazo. Sobre lo cual las opiniones son coincidentes es que este nuevo ambiente antropizado exige la aplicación de importantes cantidades de energía para que mantenga su productividad económica, habiéndose perdido ya gran parte de la biodiversidad  original.

Por otra parte queda claro que desde la década de los 80 hubo un aumento gradual en las precipitaciones que facilitó la agriculturización de gran parte del oeste pampeano, con la inclusión de grandes inundaciones, donde la manifestación más palpable continúa con el incremento de nivel de la Laguna La Picaza, la cual corta la Ruta Nacional Nº 7 en el noroeste provincial. La medida inmediata para paliar el efecto de estas inundaciones fue la construcción de gran cantidad de canales, los cuales no siguieron una coherente red para el desagote de las aguas en épocas de exceso y una acumulación o reserva para épocas de escasez.

La acción eólica, es otro factor muy degradante de los suelos, sobre todo cuando quedan al descubierto en momentos que se está realizando la roturación y preparación para los cultivos. La capa superficial de materia orgánica es la primera que se vuela, empobreciendo rápidamente la tierra. En los últimos años se ha venido trabajando con una nueva modalidad denominada "labranza cero" donde se ha tenido mucho más cuidado en la cobertura del suelo, dando como resultado una menor erosión. Pero a pesar de estas previsiones no se ha logrado revertir la tendencia.

La introducción de especies exóticas como la liebre europea (Lepus europaeus) y del jabalí (Sus scrofa), entre los más perjudiciales – hay varias más-, también contribuyeron a al estado de alteración ambiental.
A todo lo planteado se  suma que es la zona más poblada del  país y  como consecuencia de ello, la más antropizada (Bertonatti y Corcuera, 2000), con lo que la exposición al riego de continuar la alteraciones es permanente.

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Investigación y Textos: Gabriel Omar Rodriguez


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