Antártida

Antártida Argentina
 

La Gaviota Cocinera
La Gaviota Cocinera es el único miembro de su familia que se reproduce en la Península Antártica e Islas Subantárticas. Muchas forman colonias de nidificación en el mismo sitio durante varias temporadas. Son bastantes fieles a su pareja y establecen territorios. Su puesta es de entre dos y tres huevos, y ambos padres los incuban.

En áreas de la Antártida e Islas Subantárticas, las lapas son la principal presa de la Gaviota Cocinera. Incluso la presencia o no de áreas con lapas tendría que ver con el lugar donde se instalan el nido. Por otra parte, se distribuyen tan hacia el sur como las lapas.

En la Patagonia, se sabe que el tamaño de las poblaciones y área de distribución de esta gaviota están en aumento ya desde hace algunos años. Parece ser que en dicha región, antes de surgir la nueva oferta de comida que acompaña a la presencia humana, la Gaviota Cocinera dependía mucho más de los recursos del intermareal que ahora.

En la Antártida, las lapas son sus presas dominantes, en especial durante la formación de pareja, puesta e incubación. Carcazas de pingüinos y focas, anfípodos, caracoles, peces y krill complementan su dieta.

Las gaviotas no se sumergen hasta más allá de los 70 cm de profundidad, y por tanto, es con la marea baja que son más efectivas en sus capturas. Eso sí, las lapas cubiertas por el agua son las preferidas, al ser fáciles de desprender. También atrapan pequeños peces nototénidos en el intermareal, llegan a robar como a cormoranes, o aprovechar restos de capturas de focas de Weddell. Puede obtener krill de remanentes en colonias de pingüinos, o de las costas, donde ocasionalmente aparece arrastrado por tormentas.

El mar abierto también les ofrece presas, pero con menos certezas. Pueden escasear, o con el mal clima, ser más difíciles de capturar. En el intermareal, en cambio, las lapas allí estarán, y en abundancia. Resultan una opción segura, si bien su contenido de energía no es muy alto. Claro que a las lapas no les viene muy bien. En Caleta Potter (isla 25 de Mayo), se determinó que en un año, la gaviota es responsable de entre el 10% y 14% de sus muertes.

El Gaviotín Antártico.

Es un ave residente no migratoria. Exceptuando unas pocas especies de petreles, es el ave antártica que más depende del krill en su dieta. Además, en verano captura en mar abierto al Pleuragramma antarcticum, y en el invierno come de la comunidad del hielo del borde del pack.

Forma grandes colonias más hacia áreas antárticas que subantárticas. la diferencia tendría que ver con la menor disponibilidad de áreas libres de hielo para nidificar y la mayor densidad de predadores en las zonas antárticas. En contraste, en estudios en la Isla 25 de Mayo (Shetland del Sur) se encontró un alto porcentaje de nidos separados unos de otros. Aunque aún así, las aves mantenían señales de alarma para el grupo, y hacían defensa colectiva en caso de ataque de escúas o de la Gaviota Cocinera.

Construye sus nidos en zonas expuestas, a riesgo de que huevos y pichones sean predados. Aunque su temprana puesta evade en cierto modo la máxima presión de los escúas, que se da cuando deben alimentar a sus pichones.

En la isla 25 de Mayo, se comprobó que el Gaviotín Antártico prefiere establecer nido en áreas rocosas y de morenas, con poca vegetación. El agua drena bien allí, sin quedar retenida. Los excrementos infiltran en el terreno y aún en períodos de intensas lluvias, no son lavados directamente al mar. Por tanto, el agua que baja es más pobre en nutrientes que el que aportan colonias de otras aves.

Su puesta es de 1 a 2 huevos, y pueden tener distintos colores y formas. Entre 22 y 26 días de incubación pasarán y las eclosiones llegarán. Los primeros días, los padres se alternan para quedar junto a los pichones. La oferta de comida que reciben es variable, pero domina el krill, anfípodos como complemento, y peces.

La dieta de los adultos llega a cambiar según el área, las condiciones ambientales o las horas del días y las estaciones. Por ejemplo, con mucho viento cambian sus estrategias de captura. A la madrugada y desde el atardecer hasta la noche, capturan más krill.

Condiciones ambientales rigurosas pueden causar grandes pérdidas, en especial en la etapa reproductiva. Ya sea rocas que caen sobre nidos ambientales rigurosas pueden causar grandes pérdidas, en especial en la etapa reproductiva. Ya sea rocas que caen sobre nidos, pequeñas avalanchas, o nevadas y viento intenso. El viento incluso llega a impedir que los padres alimenten a sus pichones, quedando estos desnutridos. La presencia humana también hace de la suyas, en forma directa o indirecta, por ejemplo al implicar más predadores (como ser la Gaviota Cocinera) cerca de las bases. Si su primer puesta falla, el Gaviotín Antártico puede tener otro intento. Llegan a poner huevos aún en febrero, con riesgo de pérdida ante un clima hostil al final de la temporada.

La Paloma Antártica
La Paloma Antártica establece sus nidos entre las rocas, sin llegar a formar colonias. Muchas veces cerca de colonias de pingüinos y cormoranes o de Pinnípedos, como el Elefante Marino y el Lobo de dos Pelos.

Se las ha visto excavar hasta por debajo de acumulaciones de guano de cormoranes para hacer su nido.Tras el cortejo y la cópula, a mediados de diciembre hacen una puesta de entre 2 y 3 huevos. Pasados alrededor de 30 días de incubación, eclosionan.
Los pichones son bastantes activos, y en general sólo sobrevive uno. Puede llegar a haber canibalismo, como en los escúas. Para mediados de febrero cambian el plumón y están en condiciones de volar.

La Paloma Antártica es un ave oportunista. Huevos y pichones de aves, como pingüinos y cormoranes, le resultan nutritivos bocados. Regurgitados y eyecciones de pingüino, carroña, organismos de intermareal como lapas y anfípodos, también son parte de su dieta. Muchos adultos y la mayoría de los adolescentes vuelan hacia el norte al final del verano, llegando hasta las islas Malvinas y costas patagónicas. Hay adultos que permanecen durante todo el invierno, en torno a las bases antárticas situadas a menores latitudes en la Península Antártica e islas subantárticas.

Los Escúas
El Escúa Polar es el ave voladora que más se interna en el Continente Antártico, con registros de hasta varios cientos de kilómetros tierra adentro de la barrera de Ross. Nidifica a lo largo de toda la costa del continente, y en la Península Antártica e islas del arco de Scotia se superpone con la zona de nidificación del Escúa Marrón, resultando frencuente al formación de parejas híbridas.

Cada pareja reproductiva protegería un territorio en torno a su nido y algunos Escúa Marrón defienden además territorios de alimentación, como puede ser un número variable de nidos en una pingüinera. Es que la mayoría de las colonias de pingüinos tienen larga data en sus sitios y resultan entonces un recurso predecible. En temporadas en que escasea el alimento, puede haber retrasos en la puesta.

Los escúas son muy agresivos hacia intrusos en sus territorios. Para el Escúa Marrón se comprobó que tanto la agresión como el éxito en la reproducción es mayor con la edad, que puede alcanzar entre los 30 y 40 años. Al poco de la eclosión de sus huevos, su agresividad es alta, pero declina a medida que los pichones crecen y llegan a defenderse más por cuenta propia. Requieren alimentos de sus padres hasta después de cambiar el plumón, entre marzo y abril.Las dos especies son oportunistas en dieta, pero en la mayoría de los casos dependen de unas pocas presas, diferentes según las zonas.

El Escúa Marrón depende más de pichones y huevos de pingüinos y en ciertos casos se constató que su puesta se sincroniza con la de los pingüinos y en ciertos casos se constató que su puesta se sincroniza con la de los pingüinos Adelia.

El Escúa Polar basa más su dieta en peces, y la cobertura de hielo y las tormentas pueden complicar su pesca en el mar. Además, en contenidos estomacales de Escúas Polar se encontraron restos de Petrel de Wilson, pichones del Gaviotín Antártico, y huevos. En años de poca comida, pueden suplementar su dieta con los pichones de Gaviota Cocinera.

Tienen también cierto grado de canibalismo, aunque la proporción de huevos, pichones o desplumados que canibalizan es variable entre años, llegando a representar hasta el 14% de la dieta.

Textos:
Santiago de la Vega - Antártida, Las Leyes entre las Costas y el Mar -
Serie: Explorando nuestra naturaleza, Contacto Silvestre Ediciones, 2000
Fotos: Santiago de la Vega

Volver


Copyright © Patrimonionatural.com
Prohibida su reproducción por cualquier medio para fines comerciales, sin la autorización expresa del editor.
Las fotografías son propiedad de sus autores. Prohibida su reproducción por cualquier medio sin autorización expresa de los mismos.