Nombre
del área
LOS ARRAYANES
Categoría
Parque Nacional (1, 2)
Ubicación
Este área protegida
se encuentra dentro
del Parque Nacional
Nahuel Huapi. Se ubica en el sector sudoeste de la provincia de Neuquén
(Departamento Los
Lagos), en la Península
de Quetrihué,
sobre el lago Nahuel
Huapi. La península está unida a tierra firme por un
angosto istmo en su
parte norte, donde
limita con la localidad
de Villa La Angostura
(3). Las coordenadas
geográficas
que delimitan este
área protegida
son los 40° 47’
y 40° 52’
Sur, y 71° 36’
y 71° 40’
Oeste.
Superficie
El Parque Nacional Los Arrayanes
tiene aproximadamente
1840 hectáreas
(1).
Fecha e instrumento
legal de creación
El área fue declarada
Parque Nacional el
11 de octubre de 1971,
mediante ley 19292
(1, 2).
Relive
El área se encuentra
a una altura que ronda
los 760 a 1000 msnm.
Esta última
es la altura del cerro
más alto dentro
de la península.
Los cerros conforman cordones dispuestos de noroeste
a sudeste (3).
El istmo que une a la península de Quetrihué
con tierra firme tiene
aproximadamente 120
m de ancho (3).
Hidrografía
Toda la península se
encuentra rodeada
por el lago Nahuel
Huapi, excepto su
sector norte, por
donde se une a tierra
firme. Dos lagos están
conectados con el
Nahuel Huapi: el Hua-Huán
y el Patagua (3).
También existen manantiales
y ojos de agua permanentes
o temporarios, así
como pequeños
arroyos (3).
Clima
El clima que caracteriza al
área es templado-frío.
Las precipitaciones
anuales son de aproximadamente
1300 mm, concentradas
en su mayor parte entre mayo y noviembre (3). El verano es la estación
más seca.
Las temperaturas medias de
verano rondan los
13 °5 y las de
invierno los 3°
1 (3).
Los vientos soplan fuertes
desde el oeste casi
todo el año,
con velocidades promedio
cercanas a los 20
km por hora (3).
Flora
La península de Quetrihué,
donde se asienta el
Parque Nacional Los
Arrayanes, recibe
su nombre del vocablo
indígena con
el que se denomina
a la especie vegetal
que cubre buena parte
de su superficie.
Los antiguos mapuches
llamaron a esta área
“lugar del arrayán”
(Quetri = arrayán;
Hué = lugar).
El
arrayán forma
en la península
de Quetrihué
un bosque casi puro,
denominado “arrayanal”,
donde los ejemplares
alcanzan un notable
desarrollo (5).
Es por ambas
razones que, en el
año 1971, se
decidió proteger
la integridad de esta
particular formación
vegetal, asignándole
la categoría
de Parque Nacional.
El nombre científico
del arrayán
es Myrceugenella
apiculata (o Luma apiculata), y pertenece
a la familia de las
Mirtáceas,
que en la Argentina
está representada
por una buena cantidad
de especies. También
se lo conoce con los
nombres vulgares de
“palo colorado”,
“cuthu”
o “quetri”
(5).
Se trata de una especie muy
común en la
región de los
lagos andinopatagónicos,
que crece preferentemente
donde la humedad es
abundante, como las
orillas de ríos
y lagos.
Se distribuye
desde Neuquén
hasta Chubut (5).
Muy variable en cuanto a su
morfología,
con frecuencia toma
forma de arbusto o
de árbol pequeño,
con troncos muy retorcidos
(5). Sin embargo, en el área que nos ocupa, así como
en la vecina isla
Victoria, ha desarrollado
un porte de verdadero
árbol (6).
Llega a alcanzar los 12 metros
de altura (aunque
en el sur de Chile
puede superar los
20 m) y a desarrollar
troncos de 70 cm de
diámetro (5). El bosque de Los Arrayanes, está compuesto en un 80%
por árboles
añosos, cuya
edad aproximada varía
entre los 165 y los
250 años (4).
La belleza de sus
troncos color rojo
canela, así
como sus llamativas
flores blancas, hacen
de estos bosques un
importante atractivo
turístico (6). Su follaje perenne está compuesto por hojas simples
y coriáceas,
de color verde intenso
en la cara superior
y blanquecino en la
cara opuesta.
Los troncos,
de madera dura, están
cubiertos por una
corteza lisa que se
va desprendiendo por
capas, de manera que
quedan manchas de
diferentes tonalidades
entre el rojo, el
gris y el verde. El
color rojo característico
se debe a
la síntesis
de taninos, cuya función
es evitar la descomposición
del tejido muerto
(4). En el verano
aparecen las flores,
que forman grupitos
de cuatro pétalos
blancos de los cuales,
entre febrero y abril,
surgirá una
baya comestible, esférica
y de color negro-violáceo
(6).
Además del arrayán,
se encuentran en este
bosque otras 19 especies
arbóreas, dispersas
y con menor densidad
(por ej: palo santo).
Todas ellas se caracterizan
por poseer hojas persistentes
(4).
Fauna
Entre
la fauna se encuentran
numerosas aves. Una
de ellas es el zorzal
patagónico,
que fabrica su nido
con barro, pasto y
musgos, eligiendo
zonas de vegetación
densa. Coloca de 2
a 3 huevos celestes
con pintitas marrones
(4).
En el interior
del bosque habitan
comesebos, rayaditos
y chucaos. En las orillas del lago, se pueden encontrar hualas y garzas
brujas (Nycticorax
nycticorax) (4).
Además, este bosque
alberga poblaciones
de huillines (Lontra
provocax), cumpliendo la
importante función
de ser uno de los
pocos refugios para
la especie (7).
El
huillín es
un mamífero
carnívoro,
de la familia Mustelidae,
cuyo estado de conservación
en la Argentina es el de “en peligro”. Este animal
de pelaje pardo-castaño
y aspecto similar
a una nutria grande,
puede superar el metro
de largo. Siempre
asociado a cuerpos
de agua, medio en
el cual se desplaza
ágilmente,
habita ríos,
lagos y lagunas de
los bosques subantárticos,
donde consigue tanto
su alimento como sitios
donde refugiarse en
la densa vegetación
que bordea las orillas
(7).
Cómo llegar
Se accede a la península
de Quetrihué
por dos vías:
navegando por el lago
Nahuel Huapi, o por
la ruta que sale de
la localidad de Villa
La Angostura, a la
cual se llega por
la ruta nacional N°
231.
Alternativas
turísticas
La visita a la península
de Quetrihué
ofrece la posibilidad
de conocer un ambiente
de gran belleza natural
y características
especiales. El atractivo
está dado por
el hermoso colorido
del bosque, compuesto
por arrayanes de cortezas
color canela y hermosas
flores que en verano
producen un despliegue
de blanco sobre las
copas verde oscuro
de estos árboles.
Por otro lado, el
lugar es uno de los
pocos que albergan
un bosque casi puro
de esta especie, nativa
de los bosques subantárticos,
con ejemplares de
gran desarrollo en
altura y diámetro,
que en su gran mayoría
superan el siglo de
edad.
El bosque de arrayanes, de unas
12 hectáreas
de superficie, se
recorre cómodamente
por un sendero entablonado
que se interna entre
los árboles
(4). Ha sido especialmente
construido para reducir
los impactos que sobre
el ambiente ocasiona
el paso de numerosos
turistas cada año,
como ser la erosión
del suelo, el pisoteo
de la vegetación
y la destrucción
de los brotes que
darán nuevos
árboles, dado
que el arrayán
se reproduce en forma
vegetativa.
Desde
Bariloche o Villa
la Angostura se puede
llegar no sólo
por vía náutica,
sino también
caminando por una
senda que recorre
la península
y que parte de dicha
villa turística.
Problemas
de conservación
El
Parque nació
de una expropiación
que lamentablemente
no incluyó
a la totalidad de
la península,
quedando en ella una
residencia particular
y actividad ganadera
que genera presión
sobre la vegetación
nativa.
Si
no se logra que la
gran cantidad de turistas
que lo visitan respeten
la traza de las sendas
para circular, pueden
generarse impactos
negativos sobre el
ambiente, como pisoteo
de la vegetación,
erosión del
suelo y presencia
de residuos (8).
Bibliografía
(1)
Burkart,
R; Del V. Ruiz, L.,
Daniele, C., Natenzon,
C., Ardura, F., Balabusic,
A. y Cichero, P.;.
El Sistema Nacional
de Areas Naturales
Protegidas de la Argentina.
Diagnóstico
de su Patrimonio Natural
y su Desarrollo Institucional,
Administración
de Parques Nacionales.
Buenos Aires, 1994.
(2)
Ley
22.351, Parques Nacionales,
Reservas Nacionales
y Monumentos Naturales. 1980. Boletín Oficial 12/12/1980.
(3)
Informe
para la Expropiación
de la Península
de Quetrihué (Estancia “Los Arrayanes”).
(4)
Folleto informativo del Parque
Nacional Los Arrayanes
suministrado por la
Administración
de Parques Nacionales.
Sendero
Interpretativo.
(5)
Biloni, J.; Árboles autóctonos Argentinos.
(6)
Dimitri, M. y Biloni,
J.;
Libro del
árbol.
(7)
Chebez,
J.C.;
Los que
se Van, Editorial
Albatros, Buenos Aires,
1999.
(8)
Chebez,
J.C.; Comentario
personal.
Investigación y Textos: Cintia Celsi
Supervisión Técnica Honoraria: Juan Carlos Chebez