Cristina Kirchner vetó la ley
que protegía los glaciares argentinos
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Buenos Aires, 14/10/08.- La publicación de la medida en el Boletín
Oficial caldeó los ánimos de los legisladores que votaron
por unanimidad a favor del proyecto –y que ahora se autoconvocaron
para discutir qué hacer– , enfureció a los ambientalistas
locales y provocó satisfacción entre operadores políticos
y lobbistas del sector minero, claramente, la industria más
perjudicada por la ley ahora vetada.
En su artículo sexto, la norma prohibía las actividades
que pudieran afectar la condición natural de los glaciares y
que implicaran su destrucción o traslado. Sin vueltas, vedaba
la exploración y explotación minera o petrolífera.
Pero en el Gobierno escucharon los reparos de la Secretaría
de Minería de la Nación, cuyo titular, el ingeniero Jorge
Mayoral fue denunciado por poseer acciones en empresas del mismo sector
que regula, y avanzaron con la anulación.
En su decreto, la Presidenta dice que de acuerdo con lo expresado
por ese organismo “el establecimiento de presupuestos mínimos
no puede limitarse a la absoluta prohibición de actividades”.
El veto de Cristina continúa: “En este sentido –dice– la
prohibición de la exploración y explotación minera
o petrolífera, incluyendo aquellas que se desarrollen en el
ambiente periglacial saturado en hielo, daría preeminencia a
los aspectos ambientales por encima de actividades que podrían
autorizarse y desarrollarse en perfecto cuidado del medio ambiente”.
Lo que no dice, en realidad, es que su decisión favorece un
negocio de tres mil millones de dólares.
Un negocio gigante, del que poco se habla
El caso testigo es el del emprendimiento minero Pascua Lama, el yacimiento
a cielo abierto más grande del mundo, operado por la poderosa
multinacional Barrick Gold, en la frontera entre Chile y San Juan.
Una fuente inobjetable de la industria explicó a Crítica
de la Argentina lo que hay detrás de la movida presidencial. “Detrás
del veto está el gobierno sanjuanino. Es muy concreto: la norma
impedía cualquier tipo de operación por encima de un
glaciar y Pascua Lama necesita detonar y trasladar de un lado a otro
los glaciares que está explotando en San Juan. Es lógico:
no se iban a perder el negocio minero más grande de Sudamérica,
una fortuna de tres mil millones de dólares”.
La provincia de José Luis Gioja es la meca de la minería
en la Argentina. Existen en ella más de 180 proyectos mineros
de los cuales el 90% está ubicado en zonas de glaciares.
La ex diputada Marta Maffei, autora del proyecto de ley, se mostró indignada
con lo sucedido. Y también hizo memoria: “Me llamó la
atención que durante el tratamiento de la ley, los legisladores
sanjuaninos eran los que ejercían más presión
para evitar que se sancionara. Pero después, llamativamente,
se callaron. Quizás ya sabían que estaba garantizado
el veto”, explicó.
La ley, que debe volver al Congreso, además de prohibir trabajos
sobre la superficie helada, se proponía en sus artículos
3†, 4† y 5† realizar un inventario de cada uno de los glaciares del
país, desde Ushuaia a La Quiaca, para poder fotografiarlos y
controlarlos por satélite. Pero en otro de los fundamentos del
veto, el Gobierno dijo: “Como bien ha señalado Cancillería,
la gran mayoría de los glaciares que están ubicados en
el territorio continental argentino, se encuentra en las adyacencias
del límite internacional con la República de Chile, en áreas
que se encuentran aún pendientes de demarcación, y la
inclusión o exclusión de glaciares en el inventario puede
tener efectos en relación con los trabajos de demarcación
en curso”.
Pero eso también es extraño: en primer lugar, porque
Chile sí lo hizo. El Laboratorio de Glaciología del gobierno
de Michelle Bachelet inventarió hasta 2007 cerca de 1.835
glaciares repartidos en una superficie de 15,489.8 km2.
“Es como no querer saber cuántas ollas tenés en tu casa.
Dicen que eso perjudica la demarcación limítrofe con
Chile, pero es un absurdo porque Chile contó sus glaciares
y porque ya no hay conflicto con Chile”, dice el profesor Norberto
Ovando, vicepresidente de la Asociación Amigos de los Parques
Nacionales y experto de la Comisión Mundial de Áreas
Protegidas de la Unión Mundial para la Naturaleza.
“El agua vale más que el oro y sobre los glaciares
pende la amenaza de un daño irremediable de llevarse a cabo
los proyectos mineros. La remoción y manejo de los glaciares
provoca espanto hasta en el mundo científico. Y el objetivo
de esta ley, en el fondo, era proteger el agua. Por eso, todo lo
que ocurre es lamentable”, concluyó Ovando.
Fecha: 19 de
noviembre de 2008
Fuente: ADN Mundo
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